jueves, 7 de junio de 2012

“NOVELTY”, por Warren Ellis

Entrega nº 9 de la columna “Come In Alone” escrita por Warren Ellis. Aparecida el 28 de enero de 2000 en Comic Book Resources. Traducida por Frog2000. Nota: el título es una invención, la columna original no disponía de ningún encabezado.

Soy un gran fan de lo “novelty”.

Y no me refiero a “novelty” al estilo de, digamos, un disco navideño de Joe Dolce interpretando "Shaddap Your Face". Me refiero al mismo "novelty" del que hablaba Terrence McKenna: lo novedoso. Soy un “neófilo” por definición. Me gusta el cambio. Me gustan las cosas nuevas. Pero me parece que trabajo en un negocio “neofóbico”. Una forma artística que en su versión occidental, tiende a estar dominada por lectores masculinos de un solo género y con una predisposición fanática a lo de siempre, porque ellos mismos están trabajando en algo relacionado con el medio o se han convertido en sus más directos (o al menos son a los que más se los oye) voceadores. Me refiero a lo siguiente: la carrera de Frank Miller. Todo el mundo asiente y aplaude educadamente cuando se saca de la manga un “300” o un nuevo tomo de Sin City, pero en cuanto se menciona que puede que se encargue de Batman de nuevo, las eyaculaciones empezarán a volar hasta el cielo. Hay una buena parte del negocio que parece querer que las cosas retrocedan un poco. La nueva frase de moda en las grandes editoriales es la de "visión editorial". Se está pidiendo el regreso a los tiempos en los que los editores les decían a los guionistas lo que tenían que escribir y carroñas enloquecidas como Mort Weisinger se salían con la suya abusando terriblemente de la gente. Hay personas que se han quejado como zorras de posiciones éticas como la de Alan Moore y su rechazo a trabajar con DC, porque eso significa que ya no volverá a escribir más al jodido Superman.

Ahora Alan Moore debe haber enloquecido a esa gente del todo. Una de mis experiencias más placenteras del año pasado fue asistir al lanzamiento de America's Best Comics. Cinco nuevas series, tres de ellas colecciones de continuará, una de ellas el comienzo de una miniserie y otra más una antología. Es un montón de material novedoso.

Editar nuevos títulos supone una especie de pura emoción maníaca, en especial cuando son nuevos cómics de creadores conocidos y admirados. (En el caso de que te lo estés preguntando, el término técnico para el acto de descubrir cómics de creadores nuevos y desconocidos es "emoción indie-maníaca".) Me gusta sostener las páginas de esas nuevas obras sólo para poder ver en lo que sus creadores están pensando ahora mismo: ¿cómo ven el medio y cuál creen que es su papel en el mismo y en el mundo que les rodea? Me refiero a que no me parece mal tener que esperar unos cuantos años para que aparezca una nueva obra de Bryan Talbot, por ejemplo. No me molesta que Bryan no trabaje demasiado rápido. Pero en el fondo soy alguien con raíces en el “pulp”. Escribo rápido y me gusta escribir de esa forma. Me gusta vaciarme sobre la página. Alan [Moore] tiene una personalidad dividida: de vez en cuando su parte de escritor “pulp” mete el hocico en la Literatura Seria y consigue explosiones como America's Best Comics. Michael Moorcock habló una vez sobre el tema... creo que fue en “DEATH IS NO OBSTACLE”, un libro de entrevistas realizadas por el autor de ciencia ficción Colin Greenland. Mike, que vive en un estado de dicotomía similar al de Alan (en un momento dado escribe MOTHER LONDON, en otro EL TIEMPO DE LOS SEÑORES HALCONES), describe esa forma de ser como una compulsión Joyceana enfrentada a la pulsión Dickensiana. Dickens era “súper-pulp”, escribía novelas para que fuesen directamente serializadas, obedeciendo unas fechas de entrega, unas ficciones que claramente se iban desarrollando de forma abierta a base de improvisaciones semanales, transformándose finalmente en una obra que cobraba sentido. Era ficción popular, ficción social, ficción que reaccionaba en tiempo real contra el mundo en el que estaba viviendo el autor. Descrito una vez como “posiblemente el último de los grandes escritores rápidos”, Mike es capaz de manejarse perfectamente entre ambos mundos, tanto con la ficción rápida como con las “grandes sinfonías”. Tiene metida la novela social Victoriana en su corazón. Pero si yo estuviese a punto de morir, diría que su ficción más convincente, dinámica y relevante, la ficción que demuestra que puede reaccionar y responder al mundo en el que vive, es la que aparece en sus Jerry Cornelius y Elric, las cámaras gemelas de su malvado corazón “pulp”. "Mi modelo no puede ser Joyce", comentaba, "tiene que ser Dickens." (Y no es que "MOTHER LONDON" no sea una brillante obra de ficción inglesa que se ha convertido en todo un hito.)

La escritura “pulp” es ficción rápida. Sacrifica la complejidad profunda y el refinamiento perfecto en su búsqueda de vitalidad y mutiplicidad, aunque sin renunciar a la inteligencia esencial. PROMETHEA no es un cómic estúpido. En realidad es corto y poco complicado. Es el equivalente del perfecto single pop de tres minutos (lo que da lugar a mi acepción de “Pop Comics”, tal y como ya he comentado en algún otro sitio durante este verano de 1999.)

Hay muchos cómics parecidos, prolíficamente desvergonzados, que suelen conseguir la atención de sus lectores selectos nueve de cada diez veces. Hace mucho que no leo nada de John Byrne. No debería verse como un desaire a su trabajo, sino como una expresión de que no me gustan los cómics de superhéroes. (Para ser honesto, el único cómic de superhéroes que me gusta en este momento es la Liga de la Justicia, porque Grant añade un ingrediente vital en la mezcla de sus mejores cómics de superhéroes: la locura desenfrenada e infantil. Esa parte del último número en la que Batman sobrescribe el disco de batalla que Prometheus utiliza para alimentar su super-humanidad, reemplazándolo con especificaciones proporcionadas por el profesor Stephen Hawking para poder darle una paliza es la...) Pero siempre me ha encantado el trabajo de Byrne, porque es un autor muy prolífico que claramente, también disfruta de esa situación. Me parece que es un autor que por decirlo de alguna forma, ha aceptado que en lo más profundo es un “pulpster”. Es un escritor “pulp”. Y utiliza ese don a toda velocidad. Todos los años le ofrece a su público una gran cantidad de él mismo, y obviamente, su audiencia es consciente de ello. Me parece bastante triste que haya renunciado a su breve carrera como creador de cómics de los que detenta los derechos. Por lo poco que he visto de cosas como DANGER UNLIMITED, tenía el mismo tono que los crudos primeros cómics norteamericanos de aventuras.

Si él tuviese que renunciar a hacer historias con personajes propiedad de grandes editoriales (algo que lleva haciendo considerable y exclusivamente desde hace años, posiblemente casi tantos como los que ha estado trabajando en la industria estadounidense) y empezara a trabajar para uno de los muchos editores independientes que sin ninguna duda, le editarían obras de las que sería el poseedor de los derechos... ¿entonces qué es lo que ocurriría? Supongo que su sueldo por adelantos se aproximaría al que suele ganar por sus trabajos-de-alquiler. Casi nadie consigue ya beneficios en los cómics mensuales, así que si yo fuese él no dejaría escapar la oportunidad. Sería recompensado con los “royalties” que ganaría en el mercado de las recopilaciones en tomo, que no es tan insustancial como el de las series regulares. Y esto lo digo a riesgo de molestar a un tipo que una vez me escribió para decirme que el verdadero problema de los cómics es que me pueden hacer ganar mucho dinero y que mis derechos de autor por las recopilaciones en tomo de este año podrían cubrir mis caras Navidades y Año Nuevo, lo que también incluye viajes al extranjero y una larga estancia en uno de los mejores hoteles de Gran Bretaña. Por eso tengo a a mi lado a mi banquero personal para que le diga a este tío que las recopilaciones en tomo y las novelas gráficas originales son El Verdadero Camino A Seguir.
Bueno, ¿y entonces por dónde íbamos? Ah, con John Byrne... al que nombro para lanzar algunos datos hipotéticos al aire, aunque bien podría utilizar a cualquier otra persona con el aparente prestigio del que dispone él... podría canalizar toda esa energía en hacer algo novedoso, en lugar de gastar todo su tiempo al servicio de personajes propiedad de una empresa. Sería libre de mostrarnos qué más tiene en la recámara. De esa forma estaría en condiciones de generar nuevo material, y en gran cantidad, y solo gastaría el mismo tiempo que trabajando de alquiler. Ya sabes, no importa si al final todo sigue siendo una obra de superhéroes, en realidad no importa demasiado. Porque es algo que ha hecho él. Sería una forma de expresar su percepción del mundo que le rodea, algo a lo que él habría dado forma por completo, y estaría enmarcada en el género en el que se siente más cómodo de todos. Sería algo novedoso. Algo “novelty”. Puede que siguiendo su estela, otro montón de autores quisieran hacer lo mismo. Una gran cantidad de sólidos creadores que creasen un gran volumen de obras que hagan que de nuevo resulte interesante acudir a una tienda de cómics. Podrían re-energizar a los que sólo van a por su ración mensual o aún menos, de modo que acudiesen cada semana. Podría suceder, pero primero tendría que haber una explosión de trabajos frescos, inteligentes y bonitos propiedad de conocidos creadores. Y si la gente se animase a adquirir muchos de esos nuevos conceptos de unos creadores a los que ya conocen, puede que existiese menos resistencia a un mercado, el “indie”, que se apoya en autores capaces de afrontar riesgos con nuevos conceptos de los que son propietarios. El lado dominante y popular del medio podría, debería poco a poco (o incluso no tan lentamente) ir creciendo hasta convertirse en una cultura de lo “novelty” viva y brillante.

Yo también soy un gran seguidor de lo “novelty”.

¿Y para qué vale comentar todo esto en una etapa, la actual, en la que estoy a punto de asesorar brevemente algunos títulos agrupados como “Count-X” para Marvel? Porque también soy co-propietario de PLANETARY. Co-propietario de Transmetropolitan. Soy propietario de STRANGE KISS y DARK BLUE. Soy co-propietario de CITY OF SILENCE, que está previsto que se edite en mayo y que originalmente fue producida para el regreso de Epic en los noventa, poco después de que yo aterrizase en el mercado norteamericano (para aquellos seguidores de mi trabajo, diré que CITY OF SILENCE es el eslabón perdido entre LAZARUS CHURCHYARD y TRANSMETROPOLITAN). Y esto es lo que hay. Creo que con esta lista seré capaz de reducir todos los emails hipócritas y sus "sí, pero". Estoy haciendo lo mejor que puedo para enfilar por ese camino, así como intentando predicar con el ejemplo. Creo que es lo que también deberías estar haciendo tú.

INSTRUCCIONES: Leed “El Comic y el Arte Secuencial”, de Will Eisner (Norma), escuchad “Don't Falter”, de Mint Royale y Lauren Laverne (Faith & Hope, 2000... me provoca una vergonzosa nostalgia por el John Peel indie de los ochenta... mi momento “Strawberry Switchblade”), y entrad en la galería web de Chad Michael Ward. La novela gráfica recomendada de hoy es THE INVISIBLES: BESOS PARA MR. QUIMPER, de Grant Morrison y varios dibujantes (DC Vertigo, Planeta). 

Ahora marcháos.

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