jueves, 29 de enero de 2015

DON MCGREGOR CHARLA SOBRE KILLRAVEN (3 de 4): LAS HISTORIAS SON LAS QUE DAN VALOR A LA ESCRITURA

Entrevista realizada por Jason y Daniel, de Comics Bulletin, en 2013. Traducida por Félix Frog2000. Parte 1, parte 2.

CB Daniel: Con el personaje de Volcana Ash conseguiste incorporar cierta sexualidad latente al título. 

CB Jason: Es una buena forma de describirlo, Daniel.

McGregor: Si, me encantaba. Volcana me gustaba mucho. Definitivamente volverá en "Final Lies, Final Truths, Final Battles.” He estado buscando las páginas del guión porque sabía que vosotros queríais hacerme esta entrevista, pero no las he podido encontrar. Deben estar guardadas en algún cajón de mi escritorio. A lo largo de estos años ha habido veces en las que he charlado y hablado sobre todas estas series, pero no sabía exactamente dónde guardaba todas esas cosas.

Pero hace un tiempo encontré algo. Creo que era la página última con el argumento que ponía final a la serie de "Killraven". Aunque creo que sólo es una fotocopia del proyecto.

CB: ¿Recuerdas alguna de las ideas que aparecían en esa página? 

McGregor: Justo ahora mismo estoy buscando un papel que tengo marcado con un post-it amarillo. Es algo con frases emborronadas a toda velocidad y escritas a mano. Sé que en él aparecen algunas imágenes: carne gastada y desgarrada, una rosa ensangrentada, una playa con arena de sirope, de dorado limón. Oh, claro. Iba a ser un final muy feliz. Sé que los lectores habituales de mi obra por lo menos tendrían una escena que no se esperaban que fuese a hacer alguna vez en mi carrera. Ni siquiera tú, Jason.

Y ahora que ya hemos charlado un rato sobre la serie, ¿qué pensáis sobre la misma? ¿Creéis que mientras transcurre la serie va evolucionando? ¿Creéis que tiene elementos que se empiezan a sembrar al principio y que más adelante logran causar impacto?

CB Jason: Bueno, diría que lo que más me impresionó... han pasado años desde la última vez que me leí la saga, pero me quedé sorprendido de lo bien que progresaba la historia. Parece como si entre un número y otro se estuviese moviendo hacia delante de una forma lógica. Estas historias tienen una continuidad muy sólida. De hecho eso me hace pensar de nuevo en Grok. El realismo de las heridas de Grok parecía real, porque cuando le herían, al contrario de lo que ocurre en otras series de superhéroes, no se recuperaba de inmediato. Grok sufría terribles lesiones y se convertía en una carga para los rebeldes. Me encanta la forma en la que aparece ese toque de realismo en una historia que en realidad es increíblemente irreal.

McGregor: Mira, eso también se remonta a lo que hemos hablado antes, porque yo había creado a estos personajes y podía hacer lo que quisiera con ellos sin tener que pedirle permiso a nadie. Así que podías ir conociendo cosas sobre ellos y sentir como que existía algún tipo de evolución, y no sólo por el camino que elegían seguir en cada número, sino a lo largo de sus vidas. Según afrontan los acontecimientos, sufren cambios, a veces de forma lenta y otras de forma brutal, y algunas otras en el plano emocional. Creo que no nos solemos dar cuenta de cómo nos afectan las cosas, y ya sabes, cómo las cosas van dando forma más tarde a todo lo que sentimos. Así que tenía la esperanza de que esa evolución formase parte del viaje de la serie, y también esperaba conseguir que la gente se preocupase por lo que les estaba pasando a estos personajes durante dicho viaje.
CB Daniel: Para mi gusto, la historia de "The Threat of The 24 Hour Man" es la que más sigue destacando. Así que me pregunto si fue una historia a la que llevabas dando vueltas desde hacía tiempo, o si te la inventaste según estábais trabajando en el título, ¡porque me parece bastante importante!

McGregor: Sip. Te contaré el trasfondo de esa historia, pero de nuevo, tampoco sé cómo conseguimos salirnos con la nuestra. Después de todo me sorprende mucho que una historia con una base tan sexual haya llegado a publicarse.

Craig Russell me llamó para comentarme que en el cine de Bleecker Street estaban proyectando Ciudadano Kane (1941) y El Cuarto Mandamiento (1942). Le comenté: "Oh, nunca he visto Ciudadano Kane" y Craig rápidamente saltó: "¿Que nunca la has visto!?"

"Al contrario de lo que opina todo el mundo, yo no he visto cada película que se ha hecho, Craig."

"Bien, pues tienes que ir de inmediato, ¡tienes que ver Ciudadano Kane!"

Creo que es vergonzoso que ya no existan esos cines en Bleecker Street. Es una vergüenza lo que ha ocurrido con gran parte de las calles del Village, con muchos de los sitios que se habían utilizado como caminos de pastoreo durante los primeros años de Nueva York, de ahí que sean tan ilógicamente retorcidos, y tampoco me gusta que hayan desaparecido muchos de esos lugares clásicos que hicieron que el Village fuese el Village.

En la actualidad, algunas partes del mismo se han puesto de moda para los turistas, pero siguen existiendo sitios en los que te puedes encontrar con un montón de historia y de ambientación clásica.

Provienen de la época anterior a los VCRs, DVDs y Blu-rays, que hicieron que las películas y las series de televisión estuviesen disponibles para todo el mundo en todas partes. Una de las mejores cosas que había en la ciudad de Nueva York en esos días era que si sabías dónde buscar, probablemente lo que buscabas estaba en algún sitio, listo para que te lo encontrases.

De todos modos, después de ver Ciudadano Kane y El Cuarto Mandamiento, Craig y yo nos fuimos a un restaurante souvlaki que estaba en la misma calle donde cocinaban cordero haciéndolo girar lentamente en un espetón, justo al lado de la acera. Le echaban una salsa magnífica , muy sabrosa. Llevaba años sin ir por la zona, y creo que la última vez que he pasado por allí ya no estaba. Ah... sospecho que también habrá desaparecido.

Así que de todos modos... después de la película estuvimos hablando de cine y nos comimos los bocadillos y nos quedamos sentados en una mesa. No creo que se pueda encontrar ninguna relación lógica, pero la historia de "The 24 Hours Man" proviene del hecho de estar sentados en ese restaurante griego después de ver esas dos películas de Orson Welles.

Se me ocurrió la idea de que podríamos repetir una de las escenas, pero como si esta vez no tuviésemos conocimiento de lo que ocurría en ella, y luego al leerla de nuevo nos enteraríamos de lo que significaban todas esas acciones extrañas que aparecían representadas la primera vez. Probablemente Ciudadano Kane estimuló ese enfoque. La idea también le gustó mucho a Craig, porque obviamente, de esa forma disponía de algunas páginas que podría reutilizar y sólo tendría que dibujar una o dos viñetas nuevas. Recuerdo que Craig empezó a abocetar algunas cosas en una servilleta. Y a mí se me ocurrió la imagen de una mujer corriendo bajo una tormenta por un cementerio, y básicamente así es como empecé a desarrollar la historia. De nuevo, no sé exactamente cómo se nos llegó a ocurrir.

Por un lado la historia trata sobre lo imperioso de la vida, sobre la supervivencia de una especie, por el otro supone una corrupción perversamente horripilante del nacimiento. No quiero analizar demasiado el tema porque en realidad ese es vuestro curro y de cualquiera que se lea la historia, pero creo que es como si le diésemos un toque de empatía a un mundo que de repente va de mal en peor.
CB Daniel: Es impresionante la cantidad de emociones que se observan en ese personaje que aparece justo en esta historia y que luego desaparece para no volver. Me parece impresionante.

McGregor: Gracias. ¿En qué sentido te parece impresionante, Daniel?

CB Daniel: En el sentido de que hiciste una historia completa protagonizada por él. No sé de cuántas páginas era el número. Pero tenía un comienzo, un nudo y un desenlace, aunque se iba desarrollando lentamente. Hay muchas emociones en la historia. Aparecen el terror, la pasión, la ofuscación. En realidad son una gran cantidad de emociones para una sola historia. Es una de las cosas más que más me han impresionado de toda la saga de la Guerra de los Mundos, ¡es asombroso!

McGregor: Bueno, ¡gracias!

CB Jason: Claro, porque entiendo que lo que hiciste fue crear un mundo muy particular dentro de una historia de estilo superheróico, algo que más adelante otra gente hizo al revés al explotar las mismas ideas. En su lugar, esta historia sólo se pudo crear en el contexto en el que estaban inmersas estas aventuras. Es una historia única que sólo se pudo crear en esa época determinada.

McGregor: Supongo que había otros títulos que explotaban buenas ideas, y durante una etapa los guionistas tuvieron la oportunidad de explorar otros límites y temáticas si querían hacerlo. Doug Moench guionizó algunos grandes números de Maestro de Kung Fu. Steve Gerber escribió Howard, el Pato y el Hombre Cosa, y había más, sé que me estoy olvidando de muchos nombres.

Era una época en la que podías hacerlo porque no había gente encima mientras intentabas establecer las bases de una serie. Si hubiese existido esa política de filtrado, no creo que Killraven o historias como "The Morning After Mourning Prey", hubiesen visto la luz en algún momento. No nos habrían dejado ni hacerlas. Mi esperanza era que cada vez que aparecía un número, a la serie se le sumarían lectores que realmente querían seguirla. Al mismo tiempo, el número del mes tendría su propio impacto individual pero también debía encajar como parte de un todo. También esperaba que con cada nuevo ejemplar los lectores que amaban "Killraven" se encontrasen con algo inesperado, pero también algo nuevo que pudiesen explorar y contemplar y disfrutar. "Oh, guau, no sé qué me esperaba, pero sin duda no era esto." No quería contar la misma historia una y otra vez. “The 24 Hour Man" no se parece a la historia que apareció a continuación: "Red Dust Legacy.” Después de "Death-Birth" y "The 24 Hour Man" creíamos que ya no tendríamos más problemas con las historias que aparecían en el título. En el relato, Killraven y Carmilla Frost se enfrentaban porque discutían si Killraven debía destruir las incubadoras que hacían evolucionar a los bebés marcianos para que resistiesen los gérmenes terrestres, algo que formaba parte de la novela original de Wells.

"Red Dust Legacy" no ofrecía respuestas fáciles.

Mostraba que en las guerras se pueden dar situaciones extremas, y que las opiniones encontradas pueden ser muy violentas. Nos mostraba que esos posicionamientos extremos nos dividen emocional e intelectualmente. ¿Y qué pasa con alguien que alcanza ese extremo?, ¿cómo le afecta o le cambia? Justo en el momento en el que apareció "Red Dust Legacy", celebramos una reunión en la que estaban presentes muchos de los guionistas y que trataba acerca de la violencia en los cómics. Y esa escena de los marcianos me puso en el punto de mira. Tuve problemas por su culpa. Alguien de la editorial que también era guionista se me acercó para hablarme sobre la escena. Era alguien que había escrito una escena en una de sus series en la que aparecían mujeres a las que habían colgado boca abajo ardiendo, o a las que las habían derramado algo hirviendo encima, y si no recuerdo mal, la idea era la de que ellas entraban en una especie de éxtasis durante la tortura.

¿Cómo diablos puede esa persona opinar sobre mi forma de afrontar las complejidades devastadoras de la guerra cuando está haciendo algo de esa índole? Todo lo que quiero es que este sea mi propio campo de juego, tíos. Dejadme contar mi historia. Vosotros contad las vuestras. ¡Ese es tu problema, no el mío!

Si me gusta lo que hago, me gusta. Si no quiero hacer algo, pues no lo hago. Esa es mi opinión.

También me gustaría decir que en esa época Steve, Doug y otros más hicieron un puñado de obras increíbles. Había algunas opciones verdaderamente diferentes de enfocar la creación de un comic book. No puedo recordar detalles específicos porque han pasado demasiados años. Demonios, muchas veces ni siquiera recuerdo mis propias cosas.
CB: Don, antes te he mencionado que en la recopilación del Essential aparecía la historia del Marvel Team-Up y algún otro material más. Se cuidaron de que Killraven se quedase inmerso en el Universo Marvel normal. ¿Qué sientes al ver que metieron en la serie a Spider-Man y a todos los demás?

McGregor: Verás, Daniel, ni he visto ni he leído todas esas historias. Me estás hablando de números de relleno que hicieron para cubrir los momentos en los que llegábamos tarde a la fecha de entrega. Estoy intentando organizar mis pensamientos sobre el tema. Ya lo hablaremos alguna vez.

Pero permíteme divagar un poco.

En la época en la que estuve haciendo “Killraven” y la “Pantera”, un fin de semana acudí a una convención de cómics. Allí estuve charlando con Jim Steranko y me invitó a cenar con Walter Gibson, el creador de La Sombra, y con él. Jim sabía que yo era fan de la literatura pulp, como él. En realidad quería ira a esa comida. Quería tener la oportunidad de hablar con Walter Gibson. Pero le había prometido a John Verpoorten que le entregaría unas páginas el lunes. Y sabía que si me quedaba y pasaba con ellos esa noche, nunca llegaría a acabar las páginas a tiempo. De todas formas tendría suerte si acababa un par de ellas, pero le había dado mi palabra a John. A John. Es importante hacer esa distinción. Le había dado mi palabra a John, con otros no sé qué habría ocurrido. Le dije a Jim que no podía, y Jim me dijo, y estaba en lo cierto, que Walter era muy mayor, y que cuántas oportunidades tendría de pasar alguna vez mi tiempo con él de nuevo, preguntarle y poder hablar sobre La Sombra. Por un lado, siempre me arrepentiré de no haber ido, pero por otro le había dado mi palabra a John. No tenía ni idea del número de páginas que iba a guionizar ese fin de semana, pero me perdí la oportunidad de reunirme con alguien como Walter Gibson.

Bien se podría decir que sigo desgarrado por ello. Así que mantener mi palabra y tratar de cumplir con los plazos de entrega me parecía muy importante.

No creo que conozcas alguna vez a un dibujante con el que haya trabajado y que te pueda decir que en una ocasión se quedó sin nada que dibujar porque yo no le había pasado las páginas del guión a tiempo. Nunca ha ocurrido algo así. Sé que el dibujante, como yo, está intentando vivir de esto al mismo tiempo que está intentando crear la historia.

La única vez en la que puede que realmente no llegase a tiempo fue al escribir un guión al estilo Marvel, donde primero haces el argumento y luego el guión completo una vez que se ha dibujado el argumento. Mis argumentos contenían un montón de las partes del diálogo y cuadros de texto que aparecían en el guión definitivo.
No mucho después de que Craig aterrizase en Amazing Adventures, la editorial quiso lanzar un número con reimpresiones para darnos tiempo para que él se pusiera al día. Odiaba la idea de que tuviésemos que hacer un número con reimpresiones tan pronto en la serie, así que tuve la intuición de decirle a Craig que dibujase algunas páginas con pin-ups de los personajes. Así podría escribir un montón de la historia de trasfondo de cada personaje que no había podido incluir en la propia serie. De esa forma los lectores habituales conseguirían algo nuevo por su dinero. De alguna manera me las arreglé para hacer que la idea se convirtiese en realidad en el número titulado "The Rebels of January and Beyond.”

Mientras os estoy hablando de todo esto me acuerdo de la sensación que me asaltó en el momento en el que entré en la oficina de John Verpoorten y me miró y me dijo, "felicidades, Don."

De inmediato lo empecé a mirar con cautela, sabía que era probable que no me fuese a decir nada positivo.

"¿Por qué, John?"

"¿Te acuerdas de aquel número con reimpresiones que se suponía que íbamos a hacer, Don?" Me preguntó John, que estaba sentado detrás de su mesa.

Me quedé indeciso, “Uhh… sí… pero vuelve a ponerme al día."

"Bueno, felicidades, Don, acabas de entrar en la historia de la Marvel."

Sospechaba que no me gustaría saber por qué. "Deee acuerdo. ¿Cómo... cómo ha podido ocurrir?"

"Has conseguido ser el primero en hacer que un número de reimpresiones aparezca tarde."

Pero bueno, en todo caso, cuando sacaban algún número de relleno nunca me lo leía, e incluso ni siquiera le echaba un vistazo.

(Continuará)

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