lunes, 2 de abril de 2018

EL ASCENSO Y LA CAÍDA DE RICHARD NIXON Y LOS MONSTRUOS DE LA MARVEL (2 DE 2)

Artículo  de Brian E. Cook para The Comics Journal nº 50, (1979). Traducido por Frog2000. Parte 1.

En respuesta a una carta publicada en Marvel Spotlight nº 19 (presentando al: "Hijo de Satán", diciembre de 1974), Gerber abordaba la ambigüedad moral en sus historias:

"Sabemos... que el bien y el mal coexisten en todos los hombres, aunque no son lo que uno llamaría complementarios. Pero a veces cometemos actos malvados con la mejor de las intenciones, y a veces el bien puede ser una consecuencia de las acciones más malvadas. Naturalmente, intentamos no confundir cuál es cuál, y ciertamente no toleramos el mal. Pero están entremezclados, a menudo de la manera más extraña que se pueda imaginar, y esto es lo que intentaremos retratar en la serie."

Todo lo anterior bien puede ser un resumen de ese legado de "lo mejor y lo más brillante que aspiramos a conseguir". Estados Unidos se metió en la guerra de Vietnam con las mejores intenciones. La guerra a su vez provocó violencia en las calles, el engaño y la corrupción de la Casa Blanca, y la impopularidad y caída de dos presidentes. El dilema ambivalente de Hellstrom era América. ¿Cómo reconciliar el bien y el mal? De hecho, ¿qué es el bien? ¿Qué es el mal?
Hellstrom respondía a estas preguntas en Marvel Spotlight nº 22, junio de 1975. En la secuencia aparecía debatiendo con sus amigos:

"Solo somos nosotros cuatro... y el demonio interior de cada uno de nosotros... a quien nunca podremos destruir... pero intentaremos controlarlo. Una vez enfrentemos ese demonio y lo reconozcamos como una fuerza nutritiva... solo entonces seremos capaces de realizar actos creativos así como destructivos... solo entonces podremos empezar el viaje del Loco [la carta del Tarot] hacia la iluminación".

Este fue el motivo de la inmensa popularidad del género de terror en los cómics de la Marvel durante el período 1971-74. La función del cómic era examinar creativamente el lado destructivo del individuo, una búsqueda del reconocimiento de esas fuerzas malignas, para poder empezar así la etapa de la iluminación. El interés en el género era entonces un intento de comprender lo que le había sucedido a Estados Unidos, y tal y como dijo el sociólogo Hornum: "ofrecerle a cualquiera cierta sensación de control" sobre el presente y el futuro. Durante ese período, estos cómics cumplieron una función muy beneficiosa.

Con la renuncia del presidente Nixon y la llegada de una administración más positiva, abierta y honesta del presidente Ford, el ambiente social envenenado se empezó a desvanecer. Respondiendo al descenso de las ventas, en marzo de 1975 Marvel había cancelado todos sus títulos de terror excepto tres. Ya no eran necesarios para explicar un "mal" que aparentemente había desaparecido o se había alejado lo suficiente de la conciencia colectiva. Sobrevivieron La Tumba de Drácula, Hombre Lobo, y el Hijo de Satán. El superhéroe omnisciente estaba empezando a reemplazar el género de terror introspectivo. La nueva atmósfera optimista también afectó a los supervivientes. El hombre lobo de "Werewolf by Night" se transformó lentamente en un improbable superhéroe. Un año después, en 1976, Werewolf by Night e Hijo de Satán fueron canceladas, dejando sola a La Tumba de Drácula.

A raíz de la pérdida de popularidad de los monstruos, Tomb of Dracula también sufrió transformaciones. Esta colección contenía una de las declaraciones más fuertes sobre el poder del mal. En la mayoría de las historias de Marvel, incluidas las del género de terror pesimista, el mal es una amenaza temporal que se ha empezado a volver inestable y transformado en algo más extremo, aunque finalmente es derrotada antes de que pueda causar un daño irreversible. No era el caso de Drácula, un ser que había vivido durante 500 años, diseminando el mal por doquier y destruyendo la inocencia. En Tomb of Dracula los personajes secundarios vagaban sin esperanza. No había momentos de respiro o paz. Nadie se reía ni disfrutaba de la vida. Todas los protagonistas de la serie estaban mental o físicamente paralizados por la maldición del vampiro.
Fue algo que cambió en La Tumba de Drácula nº 37 (octubre de 1975). En la trama se presentaba a Harold H. Harold y Aurora Rabinowitz como alivio cómico. En la sección de correo solían aparecer cartas de lectores preocupados por la supervivencia de la serie. Marv Wolfman, el guionista, anunciaba en La Tumba de Drácula nº 38 (noviembre de 1975):

"...parece que aún no ha terminado esta aparente locura; ...Marvel ha cancelado casi todos nuestros monstruos y colecciones de terror... las ventas de Drácula, siempre la serie más fuerte (y por un tiempo la quinta más vendida de Marvel), también han caído".

En la sección de correo de La Tumba de Drácula nº 40 (enero de 1976), se explicaba por qué se habían introducido ciertos elementos cómicos: "Drac" lleva mucho tiempo siendo deprimente, necesitábamos hacer algo como lo que hemos hecho para darnos cuenta de cuánto lo estaba siendo". También era un intento para hacer que la serie fuese más viable en el nuevo mercado. Finalmente, en la página de correo de Tomb of Dracula nº 42 (marzo de 1976), aparecía la siguiente declaración:

"...al menos por el momento, Tomb of Dracula no reducirá su frecuencia de salida [mensual.] No, fieles fans, desafortunadamente el motivo no se debe a un aumento repentino en las ventas, sino porque ToD es uno de los títulos más vendidos de Marvel en Inglaterra, y en consecuencia, debemos mantenerlo para ayudar así a nuestra madre patria."
Resulta interesante señalar que Gran Bretaña atraviesa actualmente una crisis espiritual.

La administración presidencial, el estado de ánimo nacional y los cómics de los que hemos hablado estaban vinculados. A finales de la década de los cuarenta y principios de los cincuenta, los cómics de terror fueron inmensamente populares, probablemente por culpa del McCarthismo, el miedo a la era atómica, los escándalos de la administración Truman y la impopular Guerra de Corea. El presidente Eisenhower puso fin a la guerra en 1953 y se las arregló para establecer una abnegada calma en el país. Los cómics de terror desaparecieron y empezó la segunda Era de los Superhéroes. Fue un precedente de lo que sucedió en la década de los setenta. Por lo tanto, si en el futuro nuestra nación se hunde en un atolladero de corrupción, es predecible el regreso de los vampiros, los hombres lobo, las momias y las cosas que nos asaltan por la noche, aunque solo sea para que podamos exorcizar los horrores del mundo real.

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