Artículo para Critters nº 23 (1988). Traducido por Frog2000. Ilustración que encabeza el artículo: Doug Erb.
Nota: la revista traía un flexi disc con los temas: "Right to the blues", de los Teddy Payne & The Bluebears, y la celebérrima "March of the Sinister Ducks", de los (lo has adivinado) Sinister Ducks.
Nota 2: discografía de Alan Moore
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Alan Moore relata la verdadera historia jamás contada de la eclosión de los Sinister Ducks, su breve coqueteo con la fama y su posterior retiro.
Los Sinister Ducks hicieron por primera vez aparición a primera hora de la veraniega tarde de un sábado de 1979. El músico de new wave local, Mr. Liquorice, de tremendo parecido con Adolf Hitler, solía organizar al mediodía varias sesiones cabareteras que se celebraban en un pabellón eduardiano en ruinas cuando el el sol estaba en su punto más álgido y el número de asistentes en su punto más bajo. Mediante la combinación de bandas de New Wave o Hardcore de la ciudad con los cartoons vintage de Augie Dawgie, esta aventura funcionó una temporada con el seductor título de "The Deadly Fun Hippodrome", y durante el verano de su breve duración acumuló una audiencia leal de, literalmente, docenas.
Para ser más concretos, una de las veces que la banda telonera de The Shapes no llegó a aparecer, Mr. Liquorice me preguntó si podría formar un súper-grupo para tocar en directo durante diez minutos. Como estaba bastante borracho, me pareció una propuesta viable. Me llevó cuatro minutos escoger cuidadosamente a los músicos apropiados y dos minutos escribir un modesto set para actuar durante veinte minutos, lo que nos permitiría casi ciento veinte segundos completos para el ensayo. Nos pusimos de acuerdo, y diez minutos más tarde los Sinister Ducks subimos al escenario. Además de mi presencia, la banda estaba formada por el bajista David J., el saxofonista Max Akropolis de la banda de ska ARMY, y el cantante y guitarrista Grant Series de los D-Go-Teens de Birmingham. El público, sin duda confundido por el vaho del pegamento, se despertó en una encorvada ovación ante un conjunto tirante pero profesional que incluía a David J. leyendo extractos del periódico de esa misma mañana y una desgarradora interpretación del incomprensible "Debbie's Gloss" de Grant Series con el bajo y medio amplificador. Temblando de dicha por los resultados de esta fabulosa recepción, pero preocupados por alcanzar las mieles del éxito demasiado pronto, no volvimos a hacer nada durante los siguientes dos años.
Durante ese tiempo, el Deadly Fun dejó de funcionar como espacio artístico después de que un grupo particularmente enérgico de misántropos adolescentes que habían hecho la reserva para tocar allí arrancase las tuberías de las paredes del inodoro de mujeres e inundase todo el edificio. La gerencia, que en ese momento estaba achicando agua desesperadamente, parecía bastante insensible a la necesidad de auto-expresión de estos jóvenes descontentos y nos dijo que ya no volvería a haber más oportunidades de contratar la sala. Con una conmovedora sensación de pérdida y arrepentimiento, Jaime Delano y yo nos llevamos un par de packs de cervezas del bar inundado y tristemente renunciamos a volver a llamar, dejando a Mr. Liquorice retorcerse de dolor pensando en cómo iba a pagar los daños.
La primera actuación de regreso de los Sinister Ducks tuvo lugar en otra empresa financieramente condenada bajo los auspicios del emprendedor Mr. Liquorice, en esta ocasión un evento de un día conocido como "Summer Shock Day". La alineación de los Ducks se había expandido para incluir al saxofonista de los D-Go-Teens Bridget (que solía salir de marcha con Hunt Emerson), y también incluía una muñeca de plástico de Minnie Mouse que puso su voz grabada al menos para un tema, el inmortal "Plastic Man Goes Nuts". La cabeza de la muñeca era separable de su cuerpo excepto por una cuerda refractable, que cuando se sacudía salvajemente, causaba que el espantoso juguete pronunciase una de sus seis frases pre-grabadas al azar entre ráfagas de jazz tan freeform que mejor se podría describir como completamente descarnado. De nuevo, la reacción fue tan abrumadora que los Ducks se retiraron para volver a una remota fase de inacción al estilo de las de David Bowie.
Algunos años más tarde, cuando el elitismo se había puesto de moda y grupos como Spandau Ballet estaban marcando el paso ofreciendo conciertos especiales limitados en el aire sobre el Atlántico cortesía de Concorde, los Ducks recogieron el guante actuando para algunas celebridades en el cumpleaños del batería de Bauhaus Kevin Haskins mientras navegábamos en una corroída barcaza por el río Nene en mitad de la noche. Esta vez, los Ducks eran súper-estrellas hastiadas. Aparentemente recelando de la audiencia que los había apoyado a lo largo de todos estos años, proporcionaron un repaso superficial de sus canciones más exitosas (una de las cuales se incluye en este número de Critters) antes de su separación definitiva por diferencias musicales irreconciliables en su camino de regreso hacia el bar en la parte posterior de la barcaza. Desde entonces se ha producido un prolongado y casi misericordioso silencio. David J. ahora está tocando con los modernos y psicodélicos Love and Rockets (la banda, no el cómic que inspiró su nombre) y nos solemos ver cada dos meses. Grant Series todavía me envía una tarjeta por Navidad, y el año pasado incluyó una cinta de los temas de Bossa Nova en los que ha estado trabajando con Mr. Liquorice. Desafortunadamente, la cinta se rompió después de los primeros compases, así que no tengo idea de a qué sonaba.
Por mi parte, estoy ensayando en secreto junto a la Minnie Mouse de plástico. No necesitamos a esos otros perdedores... Esperamos tener un álbum listo para mediados de la década de los noventa, justo a tiempo para que se vuelva a poner de moda el estilo skiffle gótico, pero Minnie ha tenido un grave problema con la bebida y ahora está pasando una temporada en una clínica de desintoxicación, por lo que podría llevarnos un poco más de tiempo. Mientras tanto, tened paciencia, Duck-Boppers. El rock'n'roll nunca morirá, y lo mejor está por venir. ¡Arrodilláos antes los Sinisters Ducks!
Alan Moore, Heartbreak Hotel, Northampton, 1987
Nota: la revista traía un flexi disc con los temas: "Right to the blues", de los Teddy Payne & The Bluebears, y la celebérrima "March of the Sinister Ducks", de los (lo has adivinado) Sinister Ducks.
Nota 2: discografía de Alan Moore
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Alan Moore relata la verdadera historia jamás contada de la eclosión de los Sinister Ducks, su breve coqueteo con la fama y su posterior retiro.
Los Sinister Ducks hicieron por primera vez aparición a primera hora de la veraniega tarde de un sábado de 1979. El músico de new wave local, Mr. Liquorice, de tremendo parecido con Adolf Hitler, solía organizar al mediodía varias sesiones cabareteras que se celebraban en un pabellón eduardiano en ruinas cuando el el sol estaba en su punto más álgido y el número de asistentes en su punto más bajo. Mediante la combinación de bandas de New Wave o Hardcore de la ciudad con los cartoons vintage de Augie Dawgie, esta aventura funcionó una temporada con el seductor título de "The Deadly Fun Hippodrome", y durante el verano de su breve duración acumuló una audiencia leal de, literalmente, docenas.
Para ser más concretos, una de las veces que la banda telonera de The Shapes no llegó a aparecer, Mr. Liquorice me preguntó si podría formar un súper-grupo para tocar en directo durante diez minutos. Como estaba bastante borracho, me pareció una propuesta viable. Me llevó cuatro minutos escoger cuidadosamente a los músicos apropiados y dos minutos escribir un modesto set para actuar durante veinte minutos, lo que nos permitiría casi ciento veinte segundos completos para el ensayo. Nos pusimos de acuerdo, y diez minutos más tarde los Sinister Ducks subimos al escenario. Además de mi presencia, la banda estaba formada por el bajista David J., el saxofonista Max Akropolis de la banda de ska ARMY, y el cantante y guitarrista Grant Series de los D-Go-Teens de Birmingham. El público, sin duda confundido por el vaho del pegamento, se despertó en una encorvada ovación ante un conjunto tirante pero profesional que incluía a David J. leyendo extractos del periódico de esa misma mañana y una desgarradora interpretación del incomprensible "Debbie's Gloss" de Grant Series con el bajo y medio amplificador. Temblando de dicha por los resultados de esta fabulosa recepción, pero preocupados por alcanzar las mieles del éxito demasiado pronto, no volvimos a hacer nada durante los siguientes dos años.
Durante ese tiempo, el Deadly Fun dejó de funcionar como espacio artístico después de que un grupo particularmente enérgico de misántropos adolescentes que habían hecho la reserva para tocar allí arrancase las tuberías de las paredes del inodoro de mujeres e inundase todo el edificio. La gerencia, que en ese momento estaba achicando agua desesperadamente, parecía bastante insensible a la necesidad de auto-expresión de estos jóvenes descontentos y nos dijo que ya no volvería a haber más oportunidades de contratar la sala. Con una conmovedora sensación de pérdida y arrepentimiento, Jaime Delano y yo nos llevamos un par de packs de cervezas del bar inundado y tristemente renunciamos a volver a llamar, dejando a Mr. Liquorice retorcerse de dolor pensando en cómo iba a pagar los daños.
La primera actuación de regreso de los Sinister Ducks tuvo lugar en otra empresa financieramente condenada bajo los auspicios del emprendedor Mr. Liquorice, en esta ocasión un evento de un día conocido como "Summer Shock Day". La alineación de los Ducks se había expandido para incluir al saxofonista de los D-Go-Teens Bridget (que solía salir de marcha con Hunt Emerson), y también incluía una muñeca de plástico de Minnie Mouse que puso su voz grabada al menos para un tema, el inmortal "Plastic Man Goes Nuts". La cabeza de la muñeca era separable de su cuerpo excepto por una cuerda refractable, que cuando se sacudía salvajemente, causaba que el espantoso juguete pronunciase una de sus seis frases pre-grabadas al azar entre ráfagas de jazz tan freeform que mejor se podría describir como completamente descarnado. De nuevo, la reacción fue tan abrumadora que los Ducks se retiraron para volver a una remota fase de inacción al estilo de las de David Bowie.
Algunos años más tarde, cuando el elitismo se había puesto de moda y grupos como Spandau Ballet estaban marcando el paso ofreciendo conciertos especiales limitados en el aire sobre el Atlántico cortesía de Concorde, los Ducks recogieron el guante actuando para algunas celebridades en el cumpleaños del batería de Bauhaus Kevin Haskins mientras navegábamos en una corroída barcaza por el río Nene en mitad de la noche. Esta vez, los Ducks eran súper-estrellas hastiadas. Aparentemente recelando de la audiencia que los había apoyado a lo largo de todos estos años, proporcionaron un repaso superficial de sus canciones más exitosas (una de las cuales se incluye en este número de Critters) antes de su separación definitiva por diferencias musicales irreconciliables en su camino de regreso hacia el bar en la parte posterior de la barcaza. Desde entonces se ha producido un prolongado y casi misericordioso silencio. David J. ahora está tocando con los modernos y psicodélicos Love and Rockets (la banda, no el cómic que inspiró su nombre) y nos solemos ver cada dos meses. Grant Series todavía me envía una tarjeta por Navidad, y el año pasado incluyó una cinta de los temas de Bossa Nova en los que ha estado trabajando con Mr. Liquorice. Desafortunadamente, la cinta se rompió después de los primeros compases, así que no tengo idea de a qué sonaba.
Por mi parte, estoy ensayando en secreto junto a la Minnie Mouse de plástico. No necesitamos a esos otros perdedores... Esperamos tener un álbum listo para mediados de la década de los noventa, justo a tiempo para que se vuelva a poner de moda el estilo skiffle gótico, pero Minnie ha tenido un grave problema con la bebida y ahora está pasando una temporada en una clínica de desintoxicación, por lo que podría llevarnos un poco más de tiempo. Mientras tanto, tened paciencia, Duck-Boppers. El rock'n'roll nunca morirá, y lo mejor está por venir. ¡Arrodilláos antes los Sinisters Ducks!
Alan Moore, Heartbreak Hotel, Northampton, 1987
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