lunes, 25 de junio de 2018

ENTREVISTA CON PETER MILLIGAN EN THE COMICS JOURNAL (2 DE 5)

Entrevista de Nick Hasted a Peter Milligan publicada en The Comics Journal nº 206 (1998). Traducida por Frog2000. Parte 1.

HASTED: Entonces, ¿crees que tu vida no es estable?

MILLIGAN: En realidad, gracias a mi trabajo, ahora tengo una serie de imposiciones que acatar.

HASTED: Pero das la impresión de que todos estos detalles de tu vida los están completando otros por ti.

MILLIGAN: Si, me hace sonar como un completo diletante, pero obviamente no es el caso. En los últimos años he trabajado mucho en el mundillo del cine y en el de los cómics. Pero siempre tengo la idea de que el caos está ahí mismo, a la vuelta de la esquina, o justo detrás de mí, para saltarme encima. Es probable que ahora mi vida no sea tan caótica.

HASTED: ¿Pero sientes como si, si te dejaran solo alguna vez, todo corriese el peligro de echarse a perder?

MILLIGAN: No lo sé. Quizás sea un pensamiento romántico. Creo que podría haber ocurrido en algún momento, pero ahora estoy demasiado motivado, demasiado decidido a alcanzar ciertas cosas. Creo que ahora el caos está encerrado en un espacio más contenido. A veces he permitido que ciertos retazos de ese caos aparezcan en mi vida. Mi novia sabe que me tengo que volver loco de vez en cuando, que tengo que salir toda una noche, meterme en un lío de cuidado. Lo necesito, o de lo contrario empezaría a caminar de un lado a otro como un animal enjaulado. Necesito hacer cosas que a veces sean destructivas. Necesito salir y volverme completamente loco.
HASTED: ¿Crees que es como si de alguna manera hubieses arrinconado ese caos contra una esquina?

MILLIGAN: No sé si se le puede vencer. Creo que es como si hubiese llegado a un acuerdo entre caballeros. "Intenta mantenerte bajo llave por un tiempo". Hace poco me leí un libro muy interesante titulado "The History of Orgies" [Historia de las orgías, Ediciones B, 2005], de Burgo Partridge. El autor estaba verdaderamente fascinado por los antiguos griegos. Su sociedad era bastante sólida, estricta y religiosa, pero a menudo celebraban orgías, los hombres y mujeres de cierta posición social se volvían tarumbas de vez en cuando y más o menos cada mes se olvidaban de su estatus, y era como un gran mecanismo de liberación social, una válvula de escape, dejar marchar todo lo negativo. Tienes que seguir haciendo lo que tienes que hacer en esta rígida y estricta sociedad, pero sabes que dentro de dos semanas vas a tener dos días de convivencia donde vas a poder sacar esos demonios que tienes dentro, para que no crezcan y te destruyan. Me parece bastante saludable.

HASTED: Entonces, después de esos días de liberación, ¿te sientes libre o aliviado? O por el contrario, ¿es algo que te acaba por hundir?

MILLIGAN: A veces lo que ocurre es que tu vida se reduce a que sufres unos problemas más sencillos y fundamentales. "¿Cómo voy a poder trabajar esta mañana con este condenado dolor de cabeza gigantesco?" O: "debería comer algo". Las cosas se pueden reducir a lo más importante, es lo que ocurre en los países que están en guerra. Creo que a veces dejamos salir demasiado a Joe Caos, y sería mejor tener cuidado para no perder la cabeza para siempre. Para mí, esa especie de equilibrio me parece muy saludable.

HASTED: Es interesante que puedas ver una parte de ti mismo casi separada del resto. Es como lo que alguien diría sobre un colega: "Oh, de vez en cuando se le va la olla". Pero en este caso te lo estás diciendo a ti mismo.

MILLIGAN: Si, tienes razón. La verdad es que me hace mucho bien. Pero obviamente, estoy hablando de un patrón propio que solo sigo yo. No creo que haya dos personas en el mundo haciendo lo mismo. Es una forma de pensar en mí mismo que me resulta muy útil.
BAD COMPANY

HASTED: Cuando comenzaste como guionista, solías salir con Brendan McCarthy y Brett Ewins, que trabajaban mucho para 2000 AD. ¿Leías la revista?

MILLIGAN: Solo porque Brett la tenía por casa.

HASTED: Entonces, ¿no había nada en el cómic que te atrajese especialmente, aunque solo fuese porque era algo compuesto de palabras e imágenes?

MILLIGAN: En cierto sentido, me interesaba mucho. Antes de comenzar a escribir cómics, tenía bastante interés por las palabras e imágenes, porque unas y otras parecían rebotar entre sí. Me gustaba William Burroughs, y en cierto sentido pensaba que las imágenes narrativas son como un recorte [se refiere a la técnica "cut up" de Burroughs]. Recortas palabras en esta forma digerible que da cierta impresión de movimiento. Las palabras recortadas y las imágenes recortadas chocan entre sí, parecían ser un gran e interesante camino que explorar. Recuerdo estar en una escalera mecánica en una estación de metro mirando los anuncios mientras subía hacia arriba, pensando que podrían ser formas de arte que se relacionaban contigo mientras te estabas moviendo por esa escalera. De los surrealistas cogí la idea de lo que significa una palabra, de lo que significa una imagen, de cómo el lenguaje visual y el lenguaje literal son cosas diferentes. Puede que mi estilo también provenga un poco de todo eso. Pero fue antes de empezar a hacer cómics.

HASTED: Tus primeros cómics los hiciste con Brendan, ¿no?

MILLIGAN: Sí, para 2000 AD. Es extraño hablar de literatura y todo lo demás, porque para mí escribir para 2000 AD era algo diferente. No lo veía como parte de mis escritos habituales, sino algo que hacía para ganar algo de dinero, porque no tenía dinero. También lo veía como algo diferente de ese interés inicial en las palabras y las imágenes. Probablemente esa idea de que era otra cosa fuese un error en el que de vez en cuando vuelvo a caer un poco.

HASTED: Algo que me llama mucho la atención es que no tenías ninguna experiencia escribiendo cómics, y tampoco habías leído demasiados. Entonces, ¿cómo es que lograste escribirlos?


MILLIGAN: Por medio del método del ensayo y el error. Y como de todos modos me interesaban las cosas literarias y visuales, tampoco parecía ser un salto tan grande hacia un área desconocida. No estoy diciendo que los cómics sean fáciles de hacer. Pero su forma, su forma más básica se puede comprender con bastante rapidez. Obviamente, conseguir el tipo de dominio que se necesita para hacer las cosas que quieres hacer requiere más tiempo.
HASTED: Supongo que no leíste 2000 AD hasta que no viste lo que hacía Brett. ¿Te gustaba el contenido?

MILLIGAN: Si te soy sincero, no era el tipo de cosas que normalmente me habría leído. Pero al leer la revista tuve cierta sensación de que era divertida.

HASTED: Entonces, al tener que escribir concretamente para Brett, ¿quizá lo hiciste de una forma que en otro caso no lo hubieras hecho?

MILLIGAN: Has dado en el clavo.

HASTED: Bad Company fue el primer trabajo importante que escribiste.

MILLIGAN: Sí. Bad Company estaba más cerca de lo que me gustaba, porque podías usar lo que era una historia básica de cómic bélico para explorar algunos personajes y conceptos interesantes.

HASTED: Su combinación de violencia, humor negro y sensibilidad punk la convertían en una historia clásica de 2000 AD. También sus diseños.

MILLIGAN: Sí, creo que en gran medida era una obra muy de 2000 AD.

HASTED: ¿Intentaste recoger el formato habitual del magazine para luego poder introducir alguna de tus propias preocupaciones?

MILLIGAN: Sí. La obra estaba diseñada y pensada teniendo en cuenta el tono habitual de 2000 AD, y no se separaba demasiado de ese concepto. Pero afortunadamente, como lo estaba haciendo yo, y mi propia sensibilidad es ligeramente diferente, las dos tonalidades casaron perfectamente.
HASTED: Una de las cosas que hiciste en Bad Company fue usar un formato de diario. Había episodios que comenzaban como una entrada de diario que había sido escrita después de que ocurriesen los eventos que se narraban en el episodio, cargando contra la linealidad de la narración, que es algo que después utilizaste muchas veces más.

MILLIGAN: Sí, fue cuando estaba empezando a jugar con cómo se podían contar historias mediante palabras e imágenes. Además, usar el diario me permitió explorar algo que quería meter en Bad Company, que era la parte más personal del que sufre una guerra. No quería pasarme de listo, pero las guerras las hacen las personas. Como Kano era uno de esos personajes más grandes que la vida, quería presentar algunos personajes que fuesen más reales que él, gente con los que uno se pudiera identificar, algo que en ese momento no se solía hacer mucho en los cómics. El formato de diario te permite expresar directamente pensamientos mundanos, pequeños y particulares, algo que quería utilizar como contrapunto de esa guerra universal que se estaba celebrando, y que me interesaba menos. No me interesaban demasiado ni las causas ni las razones de los combates. Por eso hice que los Krool, incluso su propio nombre en sí, fuesen el enemigo.

HASTED: Bad Company te dio una reputación al mismo tiempo que los cómics británicos estaban empezando a tener cierta resonancia. Al tropezar con este medio, ¿sentiste que lo comprendías un poco más, que había mucho que hacer en él y que a los lectores les interesaría lo que tú podías escribir?

MILLIGAN: Sí. Empecé a pensar que podía escribir sobre cosas sobre las que quería escribir, y que este era un medio tan bueno como cualquier otro para hacerlo. Creo que una de las cosas interesantes de los cómics es que no son un deporte para practicar en solitario. A menudo, como trabajas con diferentes personas y diferentes personalidades, puedes abordar diferentes partes de tu propia personalidad, de la misma manera que cuando estás con personas diferentes, te conviertes en una persona ligeramente diferente.

HASTED: Una de las cosas más curiosas de tu forma de trabajar es que sueles pedirle al artista que dibuje al personaje principal como una amalgama del dibujante y de ti mismo. Eso es casi como formalizar el concepto en la página, el lugar donde se unen las dos criaturas.

MILLIGAN: Lo cual se convierte en una buena metáfora del proceso de hacer cómics.

HASTED: ¿Desarrollas diferentes aspectos de ti mismo cuando diseñas estas combinaciones?

MILLIGAN: Creo que lo hago bastante a menudo. Diseño personajes diferentes que pueden representar vehículos con los que trabajar o explorar partes del personaje que desearías ser, o temes ser, o que te preguntas cómo sería si te convirtieses en algo así alguna vez. Esa es una de las mejores cosas de escribir en cualquier medio.

HASTED: Entonces, ¿sueles elegir de forma deliberada a un personaje o una línea argumental porque sientes una pequeña conexión con él y quieres desarrollarlo?
MILLIGAN: ¡No sé si lo hago, pero me parece una buena idea! [Risas.]

HASTED: Es curioso, y lo hacen muchos dibujantes, plasman en la realidad tus ideas y tus personajes en docenas de cómics y miles de copias.

MILLIGAN: Eso es lo que de todos modos tenemos que hacer. Cuando haces que la imagen visual te represente a ti mismo, simplemente estás haciéndolo más obvio, pero siempre estás poniendo partes personales en tu trabajo, partes de ti que flotan en la trama, lo cual es interesante y también a veces un poco preocupante. Si alguien vuelve contigo con una parte de ti mismo que sacaste de tu interior hace años y que preferirías que no te la recordasen, es como volver a ver a una vieja novia de la que te avergüenzas, o fotos viejas que son inútiles, pedazos de ti mismo sobre los que no tienes demasiado control. 

HASTED: Porque son algo concreto, y no los puedes negar. 

MILLIGAN: A veces. Teniendo en cuenta tus habilidades, resulta interesante el completo control que tienes cuando escribes. Eres como una especie de dios. Pero tan pronto como lo expulsas, ya no tienes control alguno sobre lo que has hecho. Creo que tienes que apechugar con esa sensación de que lo has dejado atrás. 

HASTED: ¿Crees que por algo así como un sentido de profesionalismo pero también de auto-conservación, de alguna manera tienes que dejarlo marchar y mantenerte todo el tiempo en el presente? A medida que discurre la vida de las personas, el pasado es casi como un sedimento, si quieren pueden empaquetar las partes de su vida que quieren descartar. En tu caso, como las has dejado por escrito, casi podría ponerme a buscarlas y mostrártelas físicamente. ¿Sueles intentar olvidar lo que has hecho antes? 

MILLIGAN: Casi todos los días. [Risas.] A menudo no me acuerdo de lo que sucedió anoche, y mucho menos de lo que sucedió hace seis años. 

HASTED: Pero supongo que podrías aprender de ello. De alguna manera, tu escritura parecen fragmentos de tu auto-biografía casi aleatorios. Siempre puedes volver sobre este corpus vital, o puedes desecharlo y seguir adelante. 

MILLIGAN: Al igual que de vez en cuando tienes que mirar hacia atrás y reflexionar y aprender de lo que te ha sucedido, también te tienes que seguir desprendiendo de esa piel. De lo contrario, a menos que seas capaz de abandonar el pasado de un plumazo, nunca podrás dejarlo atrás del todo, nunca podrás continuar adelante, nunca podrás funcionar bien como artista o ser humano. 

HASTED: ¿Alguna vez revisas tu trabajo? 

MILLIGAN: Tiendo a no hacerlo.

(Continuará)

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