miércoles, 2 de septiembre de 2020

TRINA ROBBINS, LA PRIMERA DAMA DEL COMIX UNDERGROUND (1 de 3)

Entrevista de Bill Sherman a Trina Robbins para The Comics Journal nº 53 (1980). Traducción: Félix Frog2000.

Tras descubrir su obra (en "Tiger´s Revenge", del San Francisco Comix Book nº 2), me costó un par de años empezar a apreciar el trabajo de Trina Robbins en el comix. Durante mucho tiempo lo estuve ignorando, no por la relativa crudeza de su estilo -en esa época había un montón de artistas en el comix igual de crudos-, sino por algo más: creía que yo había superado ese tipo de obras en el medio del cómic. Los homenajes a la Golden Age de Trina, la conciencia política del comix mezclada con el estilo del cómic más convencional, se me antojaba alienígena, y al mismo tiempo, demasiado cercano a lo infantil. Como era un joven estudiante con ínfulas de "convertirse en un intelectual", pensaba que no tenía mucho que ver con la obra de Trina. 

Y también estaba el problema del feminismo. "Si te lo has tomado de forma personal, probablemente estuviese destinado para ti", escribía en su sátira sobre el sexo en "Girl Fight" nº 2, y durante un tiempo, sus evocaciones de Amazonas y mujeres enfadadas hicieron que este lector masculino se sintiera incómodo al leer sus cómics. Pero mientras que Trina se iba volviendo cada vez más sofisticada al tratar los tópicos sobre el feminismo, yo cada vez me ponía menos a la defensiva. En 1974, cuando publicó la frase de un poco más arriba, yo ya era uno de sus seguidores. 

Quizá fuese de los más acérrimos. Cuando por fin conocí a Trina en persona en una presentación con diapositivas de "Women in Comics" en la Julycon de Nueva York, tuve sentimientos encontrados, sobre todo por la negativa de la señorita Robbins a encajar en ninguna imagen personal que me hubiese forjado sobre su persona. Presionado por los horarios de tren y otras molestias indefinidas, regresé a mi hogar para escribir un artículo ambivalente para el Cascade Comix Monthly sobre la presentación a la que había acudido. El artículo apareció en el número 78 del fanzine (en septiembre). La enojada respuesta de Trina apareció en el siguiente número. 

A continuación, Groth me preguntó si me gustaría entrevistar a Trina por teléfono, y acepté lleno de nerviosismo. En primer lugar, nunca había llevado a cabo ninguna entrevista con nadie del mundo del cómic -y mucho menos con una interlocutora que de buenas a primeras podía ser mi adversario-, y en segundo lugar, Trina ni siquiera estaba segura de que a mí me gustase lo que hacía. Obviamente, lo único que atemperaba mi nerviosismo era que yo bebía los vientos por su obra. Así que llamé a Trina para celebrar una charla preliminar, con la idea de concertar una fecha para la entrevista telefónica. 

La entrevista tuvo lugar el 11 de diciembre de 1978 a las 12:00 horas de San Francisco, las 2:00 para mí. Seguía nervioso, pero Trina estuvo... en fin, encantadora. A pesar de las limitaciones impuestas por la entrevista telefónica, -la presión que se siente al saber que es otro el que va a pagar la factura-, la entrevista proporciona las interioridades de la autora, la guionista-dibujante que estuvo militando en el underground desde sus inicios, una época en la que la existencia de las mujeres dibujantes era incluso más rara que en el mainstream, y que desde entonces se ha convertido en una de las mejores y más consistentes artistas. 

Trina: te prometo que la próxima vez que te vea en una Convención, me pasaré a saludarte, y al diablo cuándo parta o no mi tren.

-Bill Sherman  

SHERMAN: Me gustaría empezar hablando sobre cómo te introdujiste en los comix. Recuerdo que en 1969, vi tu nombre en algo que se titulaba "Comic Book Council", que apareció publicado en Castle of Frankenstein...

TRINA: En aquel entonces ya estaba metida en el comix.

SHERMAN: ¿En serio? Creo que el trabajo más temprano tuyo que conozco es de 1970.

TRINA: Publiqué el primer cómic en... Bueno, no sé si se podría llamar cómic: era una viñeta en plan splash page con bocadillos de texto que apareció en 1966 en el East Village Other, el periódico local underground de Nueva York. Se hacía en el Lower East Side. Por supuesto, en aquel entonces ni siquiera me pagaron. Estaba tan entusiasmada porque me iban a publicar que no se me ocurrió que me tenían que pagar. En 1968 me publicaron en el East Village Other y en el Gothic Blimp Works, que fue el primer periódico underground... no, ese no fue el primero, sino el Yarrowstalks. En realidad, Gothic Blimp Works fue el segundo periódico que editó cómics underground. Me pagaron la magnífica suma de 20 dólares por una página que empecé en 1968.

SHERMAN: ¿Tenías algún tipo de background como aficionada a los cómics?

TRINA: Claro. Llevo leyendo cómics desde siempre. De niña también leía cómics, aunque mis padres no es que lo aprobaran exactamente. Tampoco me lo llegaron a prohibir, porque yo era una lectora omnívora. Era el tipo de niña que lee de todo. Me leí todos los libros que estaban en casa, todos los de la biblioteca, todos los cómics que podía encontrar. Así que se dieron cuenta de que era mejor no destrozar mis hábitos de lectora. 

Sin embargo, cuando cumplí los trece y empecé a ir al instituto, mi madre intentó aplicar un poco de psicología y me dijo: "Ahora estás en el instituto y te has convertido en una adolescente, ya no eres una niña, y los cómics son cosas para niñas. ¿Crees que deberías seguir leyéndolos?" Y al ser una buena hija, regalé todos mis cómics a los niños del barrio. Naturalmente, ahora sabemos que esos cómics que regalé valen miles de dólares. 

SHERMAN: Mis padres se deshicieron de los míos sin decírmelo.

TRINA: Mis padres respetaban mis deseos, y en su lugar me convencieron de que los regalara [risas]. Así que tuve que llenar ese vacío, y ese mismo año descubrí la ciencia ficción, que en realidad es lo único que puede llenarlo si antes has estado leyendo cómics. Y me convertí en un tremenda aficionada al género. Durante varios años, reemplacé los cómics por la ciencia ficción. Supongo que si en ese momento militaba en algún tipo de fandom, era en el de la ciencia ficción.

SHERMAN: ¿Qué tipo de ciencia ficción te interesaba leer?

TRINA: De todo, como cuando leía cómics.

SHERMAN: ¿Llegaste a publicar algún dibujo sobre el género como aficionada?

TRINA: No, me temo que muy poco. Me guardé mis dibujos para mí.

SHERMAN: ¿Fue el East Village Other el primer sitio donde publicaron tus dibujos?

TRINA: Si.

SHERMAN: ¿Fue en el tal "Comic Book Council"?

TRINA: Oh, eso era algo que se le había ocurrido a Bhob Stewart. En ese momento era el editor de Castle of Frankenstein, y solía pedir opinión a varios de sus amigos, así que ideó el suplemento "Comic Book Council". Era gente que sabía de cómics. Todo muy simple.

SHERMAN: Solo duró un número.

TRINA: Si.

SHERMAN: En tu carta a Cascade mencionabas que al principio te ignoraron en gran medida en la escena underground. ¿Cuáles fueron tus experiencias al respecto?

TRINA: Descubrí que en el underground pasaba algo que creo que en realidad no existe tanto en la escena más comercial -es un fenómeno bastante extraño-, puede que tal vez porque el underground es una escena muy pequeña. Al principio era como un club selecto donde un montón de hombres se juntaban y bebían y todo lo demás. Durante un tiempo, muchos de ellos estuvieron viviendo en el Lower East Side y luego en San Francisco, y se conocían todos. Era simplemente un club al que no se me permitía la entrada: era como un club de chicos. Era como la casa-club de la Pequeña Lulú. No, en realidad era la casa-club de Tubby donde se indica que no se permite la entrada a chicas. Pero nunca me dijeron, literalmente nunca llegaron a decirme: "Lo lamentamos, ni siquiera queremos considerar que formes parte porque eres una mujer". Simplemente me ignoraron.

SHERMAN: Me recuerda al artículo del New Times sobre los primeros años del National Lampoon.

TRINA: Oh, ¿en serio? Desde entonces, he ido descubriendo que es algo que suele ocurrir en diferentes campos. He conocido mujeres matemáticas y me han contado que cuando estaban en el instituto eran la única mujer de la clase, y los hombres básicamente las ignoraban y ni siquiera hablaban con ellas. Me refiero a que eso es lo que suelen hacer. No es que te digan: "Hey, no eres bienvenida". En su lugar, lo que hacen es excluirte.

SHERMAN: ¿Cuánto material has editado a lo largo de los setenta?

TRINA: ¿En los setenta? La verdad es que he hecho un montón. Me encanta dibujar, así que, ¿por qué no dibujar cómics? Me encanta dibujarlos. Antes del cambio de década, ya había publicado Yellow Dog, que fue mi primer comic book genuino en San Francisco [Yellow Dog 11/ 12, una página de "Speed Queen"]. Me emocionaba muchísimo poder aparecer en un cómic de verdad. 

SHERMAN: ¿Hay alguna oportunidad de que todo ese material se llegue a reimprimir en algún momento?

TRINA: En cuanto a ese material, tengo la sensación de que cualquiera me podría chantajear cuando quisiera. Si algún día me dices: "Trina, dame toda tu  colección de cómics, o reimprimiré todo lo que hiciste en Yellow Dog en 1968", me quedaría... bueno, creo que tendría que negociar antes de renunciar a toda mi colección, pero... Me refiero a que en realidad prefiero que no se recopile ese primer material, porque me parece horrible. Lo llamo mi Edad de Piedra del Comix Underground, porque todo era terrible. Afortunadamente, no soy la única. Todos éramos muy crudos, y dibujaba con un estilo que no se asemejaba en absoluto a mi estilo actual. 

SHERMAN: Lo que he podido ver me ha parecido bastante "cartoon".

TRINA: Mi estilo primerizo era mucho más estilizado, bastante influido por Beardsley y el Déco. Mucho menos realista y más "cartoon". Sencillamente, no sabía cómo dibujar mejor.

SHERMAN: Hubo un período en el que Yellow Dog recibió críticas por incorporar a muchos autores que se habían hecho a sí mismos.

TRINA: Bueno, es que era así. Era un buen sitio para empezar si no eras lo suficientemente bueno, pero estabas a punto de serlo. Ese tipo de publicaciones ya no existen.

SHERMAN: Siempre he creído que a Wimmen´s Comix le movía un espíritu similar.

TRINA: La mayoría de los lectores no es consciente del hecho de que llevábamos dos años sin sacar un nuevo número de Wimmen´s Comix, y puede que no vuelva a salir ninguno más. Siempre está la posibilidad, pero no lo sabemos. 

SHERMAN: ¿Por qué estás tan segura?

TRINA: Bueno, hubo un tiempo en el que se necesitaban cosas por el estilo. Eran necesarias en la época del comix en la que los hombres llevaban su rollo de tíos y no querían editar el trabajo de las chicas de la escena, y eso que había varias artistas condenadamente buenas. Pero nunca nos dieron la oportunidad de publicar, y necesitábamos algún sitio donde hacerlo. Había más mujeres que quizá fuesen buenas y tenían bastante potencial, pero tenían miedo de empezar a competir con los hombres. En el cómic había muchos chicos y una sola mujer: dicha situación era muy intimidante para las mujeres, así que necesitábamos editar algo como Wimmen´s para darles apoyo. Y además, necesitábamos un sitio donde poder imprimir nuestras historias, porque nadie más quería hacerlo. Pero muchas hemos conseguido dejar atrás esa situación, y hemos publicado en revistas de grandes editoriales. Hemos conseguido sacar adelante nuestros propias obras, y ya no necesitamos más números de esa revista.

SHERMAN: Por lo general, se cataloga a "It Ain´t Me Babe" como el primer comix underground realizado por mujeres al completo...

TRINA: Lo fue.

SHERMAN: Me parece que en ese momento estaba vinculado a un periódico feminista. ¿Por qué se os ocurrió hacerlo?

TRINA: En ese momento yo era la dibujante del periódico feminista, "It Ain´t Me Babe". Creo que fue el primer periódico underground feminista. Apareció en Berkeley, y yo acababa de llegar a San Francisco y me interesaba mucho el movimiento. Me puse en contacto con ellas, y empecé con el cómic.

SHERMAN: ¿Lo llevaba Belinda Berkeley?

TRINA: Así es. De inmediato, me di cuenta de lo que estaba ocurriendo, que los hombres no me iban a editar mi obra, y yo quería hacer comix desesperadamente. Creía que la única forma era sacando un cómic realizado por mujeres al completo. Me intimidaba demasiado sacar algo compuesto solo por mi trabajo, así que pensé que hacer ese magazine con el respaldo del periódico me daría una especie de apoyo moral y fortaleza que en ese momento no tenía por mí misma. Por eso edité el proyecto con el periódico.

SHERMAN: ¿Quiénes formaban parte del "Colectivo Básico de It Ain´t Me Babe"?

TRINA: En su mayor parte lo formaban tres mujeres, Peggy, Bonnie y... he olvidado el nombre la tercera. Ninguna era historietista, básicamente eran escritoras y periodistas.

SHERMAN: Aparecen acreditadas en el guión sobre los personajes de comic book titulado "Breaking Out".

TRINA: Esa tira fue un esfuerzo en común, la escribimos entre todas de forma colectiva.

SHERMAN: Era la primera vez que pude ver a unos personajes de historieta femeninos utilizados de esa forma.

TRINA: Si, a la gente le encantó.

SHERMAN: Otro de los primeros comix que creo que editaste justo después fue "All Girl Thrills"...

TRINA: "All Girl Thrills" era el título que quería usar al principio para "It Ain´t Me Babe Comix". Es el que me revoloteaba por la cabeza, me dije: "Dios mío, es un gran título". Pero las otras mujeres no estaban demasiado cómodas con la palabra "Chica". Eran demasiado políticas: no veían el lado humorístico. No veían que era una broma sobre los títulos de cómic habituales. Me dijeron: "Bueno, no se puede utilizar, porque nos parece degradante para la mujer". Fue muy duro trabajar con ellas, porque casi todo lo que hacías lo consideraban degradante para la mujer. Pero tenía que sacar adelante la obra, y afortunadamente había más mujeres historietistas en la Bay Area, como Willy Mendes. Así que sacamos adelante "It Ain´t Me Babe" juntas porque ella también sentía que había que hacerlo. Quería hacer comix, y se daba cuenta del sexismo que plagaba la escena.

SHERMAN: Recuerdo que en especial me gustaron los recortables.

TRINA: Siempre me han gustado. De niña solía hacer los míos. Ya no los venden, pero si revisas cómics antiguos protagonizados por una mujer, te darás cuenta de que a menudo también aparecen muñecas recortables. Me parece una tradición encantadora. Salían en Brenda Starr. Y aunque no te lo creas, incluso se llegaron a usar en Flash Gordon

SHERMAN: No me lo puedo creer.

TRINA: Y eso incluye al propio Flash en bañador con un disfraz que le podías poner.

(Continuará)

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