Me da la sensación de que la serie de Copra atrae, o al menos es capaz de atraer, a una gama más amplia de fans del cómic que el habitual cómic auto-editado. Los empollones del indie como yo disfrutamos de su estética, y los fans de los superhéroes pueden asimilar los elementos más... superheróicos sin problemas. ¿Estoy en lo cierto? ¿Crees que estás derribando algunos muros?
Me llegan comentarios de todo tipo de lectores, por lo que... supongo que estarás en lo cierto. Los únicos muros que he echado abajo tienen relación con el minúsculo número de lectores que he tenido hasta ahora. La expresión "derribar muros" parece más importante de lo que es en realidad. Es mucho más sencillo: me esfuerzo todo lo que puedo, y espero que a la gente le guste. No me importa cuál es su pedigrí en el cómic, estoy muy contento y me siento honrado de los lectores que se leen la serie. No lo digo por decir ni estoy bromeando: forma parte de la energía que me da impulso. Lo digo sin rodeos.
¿Cuál es tu plan a largo plazo para la serie? ¿Crees que podrías continuar de forma indefinida? ¿Has pensado en algún final definitivo?
Ya he comentado el momento en el que llegué a preguntarme si sería capaz de llenar doce números con esto, ¿verdad? A la altura del segundo, mis planes eran continuar la historia más allá del duodécimo, si es que se me antojaba seguir. Pero llegados a ese punto era demasiado pronto para decirlo, no tenía ni idea de hacia adónde me estaba llevando la serie. Me atraía mucho la idea de expandirme, pero a la altura del noveno número también estaba abierto a la posibilidad de mandarlo todo a la mierda y empezar a odiar los cómics. No fue el caso. De hecho, los números más recientes centrados en personajes formaban parte de esa planificación de prueba y error. Tengo pensado un final y todo se dirige hacia ese punto. Tampoco quiero exprimir esto más de lo que se merece. Intento evitar el relleno porque sí. En los números más calmados, las cosas también siguen avanzando.
Ahora has empezado a guionizar cómics de Marvel. ¿Cómo surgió la idea? Supongo que a alguien de la editorial le llegó una copia de Copra.
Según tengo entendido, Matt Fraction le habló a Brian Michael Bendis sobre la serie, y Bendis se puso en contacto conmigo. Bendis me apoyó mucho, era muy fan de Copra. Finalmente me preguntó si me interesaría un trabajo en el mainstream. Al principio creía que iba a ser como dibujante de una serie, o que haría un par de "fill-ins" o algo así. Me preocupaba un poco, porque dibujar dos series mensuales me habría metido en problemas. Habría parecido como si una de las dos la hubiese dibujado un niño. En su lugar, Marvel me ofreció guionizar una serie de equipo, y me pareció interesante, porque nunca había guionizado para nadie. Resulta que escribir me lleva tanto tiempo como dibujar, así que puede que hubiese estado bien dibujar las dos series. Escribir es más chungo de lo que parece.
¿Por qué?
Porque estoy acostumbrado a hacerlo todo. Tampoco suelo escribir guiones completos para mis series, así que he tenido que acostumbrarme. Visualizar completamente una idea y tener que ponerme a describirla, me lleva toda una eternidad. No solo describirla, sino explicar por qué debería funcionar. Se me ha ido haciendo cuesta arriba, porque esa forma de hacer las cosas está muy lejos de mis viñetas dispersas en un cuaderno de bocetos.
Copra es un proyecto estrictamente de un solo hombre: los guiones, el dibujo, el color, todo es tuyo. ¿Qué desafío supuso pasar de algo así al mundo colaborativo de los cómics corporativos, donde la naturaleza misma del negocio significa que tienes que dejar escapar algunos (si no la mayoría) de los aspectos creativos?
Fue todo un desafío. Era esencial estar abierto a los cambios, pero no estaba preparado para todo lo abierto que tenía que ser. Incluso empecé a esbozar un par de diseños para el primer número de "All-New Ultimates", pero era mejor aceptar que iba a colaborar con otra persona. Tuve que dejar que Amilcar Pinna se lo currase a su manera. Por supuesto, puedo sugerirle cosas, puedo tomar notas sobre el dibujo, el color o el guión, pero llegados a un punto, me di cuenta de que debía transferir el trabajo.
Más allá del elemento colaborativo, también hay que tener en cuenta que estás trabajando para una editorial importante, propietaria de un importante conglomerado de medios y entretenimiento, así que me imagino que habrá ciertas reglas sobre lo que se puede y no se puede hacer. ¿Te pareció una transición difícil? ¿Alguna anécdota en plan: "No, Miles Morales no puede hacer eso"?
¿Reglas? Bueno, sabía que a menos que formase parte del subsello MAX, no podría meter desnudos, palabrotas, o mucho derramamiento de sangre. El caso es que Bendis había creado a un grupo de adolescentes superpoderosos en su serie de Spider-Man, así que tuve la oportunidad de lanzar su propio título con su propio estilo y enfoque. La alineación estaba cerrada más o menos antes de mi llegada, y en realidad suponía todo un desafío escribir una serie para adolescentes intentando que fuese lo más clara posible. Nadie me dijo que aplicase un "tratamiento a lo Copra", pero dentro de lo razonable, me dejaron hacer lo que quisiera.
¿Tuviste que ponerte al día con las historias de los personajes?
Si, tuve que ponerme al día. Me leí la línea Ultimate y su evolución a lo largo de estos años. Antes de aceptar el trabajo, estaba al día de la vida de Miles Morales y Capa y Puñal. Pero sí, Kitty Pryde fue una adición de último minuto, así que tuve que leerme un año de los "Ultimate X-Men". Estaba más familiarizado con el mundo creado por Bendis. También conocía bien el material de Mark Millar, así como su etapa en Authority que había inspirado la de Ultimates. No compartía el mismo enfoque entre las dos series. Los nuestros eran unos Ultimates completamente diferentes.
¿Hasta qué punto te preparó Copra para poder afrontar una serie de equipo como Ultimates?
En Copra tenía que hacer malabares con varios personajes a la vez. De hecho, creo que me excedí en el primer número. Intenté presentar demasiados personajes demasiado rápido. En Copra tampoco estaba acostumbrado a driblar con aspectos como las presentaciones y la exposición de personajes. En Marvel, cuanto más claro, mejor. Al lector no se le puede presentar cosas de forma rápida y liviana. En Copra puedo dejar colgada una conversación a la mitad sin explicar nada más, es un recurso específico, pero en "All-New Ultimates" tienes que saber quiénes son todos y qué están haciendo en todo momento. Ese nivel de claridad gobierna todo el cómic. Por responder a tu pregunta, en ningún caso estaba tan preparado como pensaba.
Retomando nuestra conversación sobre los cómics de los 80, me intriga que tu historia se centre en Azote.
Oh, tío, me encanta Azote. Me gusta mucho la saga de Mark Gruenwald. Lo más divertido del universo Ultimate es que gran parte de los protagonistas principales estaban muertos y desaparecidos. Cuando empecé a pensar en la serie, rastreé mis cómics en busca de personajes que aún no tuviesen su versión "Ultimate". De esa forma encontré bastantes creaciones de Gruenwald, y Azote encabezaba la lista. En nuestra versión se parece más a Bernie Goetz. Si hubiese tenido más espacio, habría ahondado más en su historia.
Antes has hablado acerca de trabajar "en un vacío" y de tener que abrirte camino en el mercado a codazos (en realidad yo he elegido la expresión) mediante la auto-edición. ¿Hasta qué punto crees que es el resultado de un problema inherente a la industria?
La verdad es que muchos han dicho que me he ido abriendo camino, y diría que... no son comentarios malintencionados, ciertamente no lo son en tu caso, pero se los he escuchado a más gente. De hecho, es una apreciación bastante precisa. ¿No es lo que haces si las cosas no salen como estaban planeadas, no intentas forzarlas para que tengan lugar? Lo importante es que rápidamente me di cuenta de que el problema lo tenía yo, y no la industria. La mayoría de las veces mi piel es muy gruesa y nada me penetra, pero analizo demasiado las cosas y, a veces, asumo demasiadas. Me preocupaban todos esos años de duro trabajo sin resultados, aparte de la gratificación personal. Pero pase lo que pase, soy lo suficientemente terco como para superarlo. No quería ser ese loco que en realidad está desesperado y, sin embargo, también está convencido de que es un genio y que el mundo funciona al revés de como debería. ¿Tiene todo esto sentido?
Por supuesto. Pero el hecho de que seas un paranoico no significa que no te estén persiguiendo.
Esa es la idea, aunque estaba demasiado ensimismado como para considerarlo. A veces me he metido en camisas de once varas. Pasé años siendo un joven y arrogante bastardo que pensaba que se haría cargo de sus cómics con dieciocho. Por fin puse los pies en el suelo, pero maldita sea, sentía que estaba demasiado cerca de la tierra. Mis sueños y mi realidad no coincidían. En cuanto a la industria, tampoco puedo estar cabreado con ella. A veces me ha hecho trizas, pero en realidad la industria no me debía nada. Claro, he tenido momentos de amargura y cabreo, pero ¿qué se puede hacer con lo que se escapa a tu control? Tuve que aprender a lidiar con ello. Esta es una cultura que promueve la idea de que si trabajas lo suficiente, alcanzarás el éxito. Y no he venido a refutarlo, pero estoy seguro de que puse a prueba dicha afirmación, porque hasta el segundo número de Zegas lo di todo, y además pensaba que era lo que tenía que hacer. La oleada de orgullo y entusiasmo que sentí al sacar el primer número se duplicó con el segundo. Y cuando por fin lo edité e intenté promocionarlo, no ocurrió nada. No le preocupaba a nadie. Me quedé en plan: qué diablos, es una prueba de que simplemente nadie conecta con lo que hago. ¿Crees que después de algo así iba a sacar un tercer Zegas? Me estaba volviendo loco, Chris. Supuse que... bueno, lo mío no le importaba a nadie. Así que decidí hacer lo que fuese que me apeteciera antes de dejar apartadas para siempre mis aspiraciones en el medio. Al diablo, así que ahora hago un cómic para fans del Escuadrón Suicida.
De todos modos, eso es lo que quería decir con la expresión de trabajar en un vacío. Todas estas preocupaciones que me asaltaban, ¿con quién iba a hablar sobre el tema, además de con un par de amigos cercanos? Si no, mi actitud sería propia de un quejica. Me cuesta incluso hablarlo en este momento. Todos tienen sus propios problemas y quejas. Todo el mundo se está esforzando y luchando en el cómic. Si estás en el medio, te esfuerzas de forma automática. Esa es la realidad. Así que me comí mi amargura y tiré hacia adelante. Ahora tengo la suerte de estar haciendo un cómic que me encanta y creo que ha valido la pena. En realidad se lo debo a los lectores que eligen y compran mi serie en un mercado súper-competitivo con su dinero duramente ganado. Así que ahora ya no puedo relajarme y tumbarme a la bartola. Todavía tengo cómics que sacar. ¿Y sabes qué?, todo esto se puede terminar en cualquier momento, así de simple, así que no voy a dar nada por sentado. No me voy a relajar ni por un segundo. Si esto desaparece algún día, al menos podré decir que tuve el trabajo de mis sueños. Durante al menos un par de años, pude hacer lo que quería hacer mi yo de 8 años: ganarme la vida dibujando a personas que golpean a otras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario