martes, 29 de junio de 2021

ENTREVISTA CON HARLAN ELLISON EN THE COMICS JOURNAL (4 de 6)

Entrevista realizada por Gary Groth para The Comics Journal nº 53 (1980). Esta versión es la que está recogida en la página web de The Comics Journal en 2018, año en el que falleció Harlan Ellison. Traducción: Frog2000. Parte 1parte 2, parte 3.

GROTH: Hasta le han dedicado artículos con dibujos al tema.

ELLISON: No me importa mucho que pienses que soy un idiota, Gary. Pero me molesta cuando me hablas como si pensaras que lo soy.

GROTH: Si escribes una reseña acerca de Spider-Woman, sea a favor o en contra, es lógico que la ilustres con un dibujo de Spider-Woman.

ELLISON: Sí, si lo entiendo. ¿Tienes una copia de la revista contigo?

GROTH: No.

ELLISON: Sencillamente no hay... [Risas.] Resulta que sabemos que en cada número aparece un gran Goliat verde derribando la pared. A las pruebas me remito. Porque los niños quieren ver una imagen de Hulk. Eso es complacer al público. Es posible que te guste poner una imagen de Hulk, y no me parece mal. No te menosprecio por eso. Solo digo, y no te pongas tan arrogante con esa actitud de mi-mierda-no-apesta, que particularmente cuando hablo de Byron Preiss, que no es menos complaciente que tú...

GROTH: No creo que mis críticas a Byron se vean mitigadas por tus críticas a The Comics Journal.

ELLISON: No es mi intención. Hay ciertos paralelismos que...

GROTH: No estoy seguro de qué es lo que quieres decir.

ELLISON: Te he comentado que ciertas cosas se hacen por razones comerciales o por conveniencia, y tú me contestas: "Bueno, no creo que sea una razón válida para hacerlo", y luego, cuando te lo he recordado, me has dicho: "Pero tengo que ganarme la vida con esto". Así que veo ciertos paralelismos entre ambos.

GROTH: Pero de esa forma, tu punto de vista no es válido ni siquiera cuando me atañe a mí.

ELLISON: Mientras lo entendamos y no adoptes una actitud elevada hacia mí, todo irá bien. A esto se le llama debate legal.

GROTH: Hablemos brevemente sobre The Illustrated Ellison. Tengo una pregunta general que en realidad se refiere a toda la recopilación. La intención era la de que sus historias cortas encajaran en un número acordado de páginas. Así que se cortaron oraciones y párrafos enteros. ¿No hay un modismo particular en la forma de los cómics que requiere que la historia se escriba para ese medio en concreto? Las palabras, y lo sabes muy bien, poseen patrones rítmicos, de eso estoy seguro, hay un patrón en las oraciones, en los párrafos, en la historia como un todo. Así que cuando cortas la historia, ¿no la convierte en algo estéticamente peor?

ELLISON: Por supuesto. Las versiones impresas de las historias de The Illustrated Ellison son clara y obviamente menores que sus originales. Por supuesto. Mi esperanza es que las ilustraciones encajen en ese espacio vacío de la historia, donde se han recortado las cosas, de modo que las ilustraciones proporcionen información adicional... No se llama cómic, se llama The Illustrated Harlan Ellison, lo que significa que son historias ilustradas de Harlan Ellison, y de hecho solo son eso: historias ilustradas, manteniendo todo el texto posible.

GROTH: ¿Cuál es, entonces, el propósito de publicar algo que es un producto inferior? Tus propias historias eran superiores en su forma original y en cierto modo, formas parte de la conspiración para sacar una versión inferior.

ELLISON: Bueno, no se co-conspira para hacer un producto inferior. Uno co-conspira, (me encanta la palabra "co-conspirar", porque no es demasiado recargada), sino que te unes a un proyecto que se espera que sea una versión igual pero diferente. Si al final es inferior, no hay razón para hacerlo. Eso sí, algunas de las historias son inferiores y me parecen un fracaso. Un par, quizá más de dos, son superiores en un par de formas. Particularmente, sigo orgulloso de "Estoy buscando a Kadak". Me parece que está muy bien editada por Byron. Nada más enviármela la empecé a revisar, pero me resultó doloroso comprobar que habían abandonado mis textos. Si no hubiese creído que resultaba necesario para la historia, nunca habría dejado que lo hicieran.

Pero los dibujos de Overton Loyd son tan extraordinarios que le aportan una dimensión extra. Es cierto. Creo que merece mucho la pena. “Deeper Than the Darkness”... Dios sabe que tu crítico la hizo trizas, y también Dan Steffan [en Thrust nº 12]. Me gusta. Tienes que entenderlo. Las historias elegidas por Byron, a excepción de, déjame comprobarlo... [Ellison pasa páginas a una copia de The Illustrated Harlan Ellison] para no pasar nada por alto. [Pausa.] “Arrepiéntete, Arlequín” está plasmada casi al completo. Ahí no la cagaron.

GROTH: Si. Busqué bien, y parece que no se recortó nada.

ELLISON: Puede que se hayan eliminado un par de cosas superficiales, pero básicamente está entera. Es una forma de presentarla como una historia ilustrada. Se ha mantenido prácticamente todo.. “Shattered Like a Glass Goblin” y “Croatoan” son dos de mis historias más serias. Pero lo que ocurre es que... aquí lo tienes, no estoy contento con ninguna de las dos por una serie de motivos, entre ellos porque las tuvieron que recortar. Tampoco me gusta el dibujo de "Croatoan". Sencillamente no me gusta. No me gustaba cuando apareció en Heavy Metal, me hizo sentir miserable, particularmente porque publicaron la última página como la primera, una locura. Bil Stout se volcó en “Shattered”. Le importaba mucho. Incluso cogió e intentó encontrar la casa de la que le había hablado. [Su versión] simplemente no encajaba con mi gusto estético particular. Me hubiese gustado que la dibujase Bernie Wrightson. Creo que Bernie hubiese sido perfecto. Pero, de nuevo, el dibujo está bien. Es un buen dibujo. No creo que artísticamente sea mala. En "Shattered Like A Glass Goblin" hay alguna cosa que... en particular en la página... Las páginas no están numeradas. Me acabo de dar cuenta.

GROTH: Byron no numera las páginas. También me quejo de eso.

ELLISON: Seguro que estás bromeando. Ni me había dado cuenta. Jesús. Hay una especie de tríptico donde se ve a un hombre caer, como si emprendiese un viaje de ácido. Es una imagen inspirada. Absolutamente inspirada.

GROTH: También me lo pareció a mí.

ELLISON: Y hay más cosas a lo largo de toda la historia. Es lo que dijo Gully Jimson en "A Horse's Mouth": "No es el sueño que tuve" o "No es la visión que tuve", lo que significa que el dibujo no es del estilo que me habría gustado. Pero como Bernie no pudo hacerla, o no quiso, o no pudo hacerla, pasase lo que pasase, Bil Stout me parece una buena elección. Y se lo curró mucho. La verdad es que la historia no es muy profunda. No es una de las grandes obras literarias de nuestro tiempo. Tampoco lo son "Más profundo que la oscuridad", "Los descartados" o "Montar en el tren oscuro". O incluso "Kadak". "Estoy buscando a Kadak" es un entretenimiento espléndidamente bien hecho. En cuanto al resto, tampoco estamos hablando de mutilar a los grandes clásicos de la literatura. Estamos hablando de historias como "The Discarded", que por el amor de dios, es una de mis primeras historias. Puede que “Deeper Than the Darkness” fuese la cuarta historia que vendí en mi carrera. Fue una de las razones por las que la elegimos, porque era más fácil de adaptar. “Adrift Just Off the Islets of Langerhans” o “The Deathbird” serían más difíciles. Son obras serias, altruistas y con intenciones serias, y adaptadas parecerían peores. “Deeper Than the Darkness” es una fábula sencilla. "The Discarded" es básicamente una historia de aventuras. Tampoco me cabrea que las recortasen un poco. Las quitaron algo, pero porque sospecho que se podía hacer sin problemas. Era lo más apropiado.

No son versiones inferiores de las historias originales. En cierto modo, son una introducción a mi trabajo en otro formato, y una presentación que está bien para personas que quizás no conozcan mi obra. Por ejemplo, Byron no tuvo que cortar gran parte de la historia de los Dillon, el "Tapiz de Ellison". Admira mucho sus dibujos, y los Dillons y yo nos conocemos bien: han hecho muchas portadas para mí y yo he escrito muchas cosas sobre su estilo. Son cumplidores. Nada complacientes. No hay nada en su historia que pueda molestar a nadie. La reproducción me parece impecable. Es como si estuviese impreso en Suiza. ¿Responde esto a tu pregunta?

GROTH: No estoy seguro. ¿Recuerdas cuál era?

ELLISON: Sí, la pregunta era: "¿Por qué participar en un proyecto que va a publicar versiones recortadas o menores de mi trabajo?" Hay un puñado de historias que merecen mucho la pena, entre tres o cuatro, y que hay no hay por qué meterse con ellas. El resto tampoco le puede molestar a nadie.

GROTH: ¿Cuál es el valor de una historia ilustrada que de alguna manera se las arregla para truncar la historia original?

ELLISON: El motivo para hacer un libro ilustrado es el mismo por el que se han hecho libros ilustrados para niños o adultos a lo largo de la historia. Acabo de comprar una nueva edición de Guerra y Paz ilustrada por Feliks Topolski. Lo habré leído tres o cuatro veces, ¿y qué diablos voy a sacar de nuevo en una edición ilustrada por Topolski? Pues porque quiero la visión de otra persona de lo que algún otro escribió. Eso sí, es sin recortes. Guerra y Paz al completo.

Pero si aceptamos el subtexto implícito de lo que estabas diciendo, eso de que es no válido hacer una versión ilustrada de una historia que se va a tener que recortar, también significa que no podemos hacer películas a partir de los libros. Es el mismo caso. Algunos libros se han convertido en películas que fueron un desastre. Antes nombrábamos a Ridley Scott. Ridley Scott voló desde Inglaterra para preguntarme si quería guionizar una película que estaba a punto de dirigir. La película era "Dune". Le dije que no quería ni tocarla. Y fue por varios motivos, entre ellos que no creo que "Dune" se deba convertir en película. Tampoco "Moby Dick". Algunos libros son libros, se escribieron como libros, y no hay forma posible de capturarlos de otra forma sin cambiarlos. Orson Welles hizo "Ante la ley" de Kafka. Ciertamente no era "Ante la ley de Kafka", sino "Ante la ley de Orson Welles", que es muy diferente, así que la gente odia la película. Algunos libros deberían dejarse tal y como están. Pero somos una especie a la que le gusta los fotogramas en movimiento. Creemos que una imagen vale más que mil palabras. Es un disparate. Una tontería absoluta. Según los idiotas, las películas que te conmueven deberían tener un millón de palabras por lo menos. No es mi caso. Pero, si quieres criticar algo como The Illustrated Ellison, me parece que también deberías negar el cine.

GROTH: Hablas solo de películas que se basan en libros.

ELLISON: Sí. Las originales como "Apocalypse Now" me parecen bien. Aunque creo que también se basa en un libro.

GROTH: Su temática se basa en un libro.

ELLISON: Sí, claro. Cogieron "El Corazón de las Tinieblas" y se dijeron: perfecto, esto es lo  que haremos.

GROTH: No sé si Coppola acertó tanto como Conrad.

ELLISON: "Apocalypse Now" me dejó alucinado, me parece una obra maestra. No tiene nada que esté mal. Es perfecta. No es "El Corazón de las Tinieblas", y tampoco estaba destinada a serlo. Es una interpretación de su temática en su sentido más verdadero, es [un caso de] retroalimentación literaria. Es un artista entregando algo a otro artista, mientras le dice: "Está bien, coge esta idea y haz tu propia versión". Es muy diferente de "El Corazón de las Tinieblas". No hay plagio. Es un verdadero homenaje.

GROTH: El horror.

ELLISON: Sí. "El horror, el horror". En la boca del demonio. Pero, incluso "Apocalypse Now" se basa en un libro. Así que no te gustará. Lo único que puedes hacer es un original, escrito para la pantalla y destinado a ser una película. ¿Y qué es lo que obtienes? En el mejor de los casos "Ciudadano Kane". En el peor, "Love Story". Hay que darle una vuelta.

Pero, ¿por qué hacer un libro ilustrado? Un libro ilustrado que te guste. Si te gusta la historia, ahí tienes la versión ilustrada. Si te sientes estafado porque cambian un poco la historia, retoma el original, léelo y luego fíjate en los dibujos. Para mí, los libros del tío Wiggley no serían libros del tío Wiggley sin los maravillosos dibujos de George Carlson. La obra los necesita.

GROTH: ¿No deberían las ilustraciones embellecer la historia, agregar algo más? En muchos casos, los dibujos casi parecían superfluos. Por ejemplo, en "Shattered", Bill Stout agregaba cuatro viñetas en la parte inferior de una página que ni siquiera se insinuaban en la historia original.

ELLISON: Oh, ¿cuáles? Enséñamelas. Ah, está muy bien. Estoy descubriendo cosas que no sabía. [Groth le muestra la página.]

GROTH: Es una escena de flashback. Al parecer, se ambienta en la época en la que el protagonista estuvo en el Ejército, aunque no está sacada del texto original.

ELLISON: ¡Eh! Me pregunto cuál es. ¿Qué diablos…?

GROTH: Es como si presagiara algo que luego nunca continúa.

ELLISON: Oh, no, ya me doy cuenta. Mira. Es muy interesante. Está mirando a la policía.

GROTH: La autoridad.

ELLISON: Sí. Son los mismos dibujos. Está recordando el Ejército, recordando. Responde a la policía y se despide. Se enfrenta a ellos porque no pudo hacerlo en el Ejército, supongo que significa algo así. Ahí arriba está la referencia al Ejército, y abajo están obviamente los recuerdos, porque no hay nada encima. No, no aparecía en el original, pero me parece bien que el artista se tome alguna licencia. Es interesante. No es que me haya vuelto tonto, entiendo por qué hace lo que hace. En realidad, cuanto más lo reviso, más me gusta. Como al principio me esperaba a Bernie Wrightson, no he sido lo suficientemente justo con Bill Stout, que es un buen dibujante y un buen hombre. Es un amigo. Seguro que estos comentarios no le van a gustar. Insisto en que solo he dicho lo que he dicho porque me imaginaba a Bernie Wrightson primero...

GROTH: [ojeando The Illustrated Harlan Ellison, dejando que las páginas caigan al azar una tras otra, sosteniéndolo en su mano y posándolo en el suelo mientras se deshoja.] Esto es lo que se llama una encuadernación perfecta.

ELLISON: Bueno, si, ¿qué puedo decir? ¿Has ido alguna vez a Baronet Publishing?

GROTH: Nunca. No creo que quieran ni verme.

ELLISON: Dáselo a Byron.

GROTH: No, tan solo bromeo.

ELLISON: No, no, no. La encuadernación perfecta se llama encuadernación perfecta porque las páginas no se deben caer. Que conste en acta. Byron, sé que vas a leer la entrevista: este tío, mientras está sentado aquí hablando conmigo, sostiene un libro con una "encuadernación perfecta", pero las hojas se le han caído de la mano. No están bien unidas. Maldita sea, si vas a vender algo como "perfectamente encuadernado", será mejor que lo esté. Quiero que se reemplacen todas y cada una de las copias defectuosas de todos los que compraron uno de estos. De todos: por la presente tienen mi permiso para enviárselos de vuelta a Byron Preiss, así que les daré la dirección, que se publicará junto con la entrevista, se los enviaré a Byron y yo también quiero una nueva copia. [Risas.]

Es como hablar con una gran audiencia invisible. Sabes que está ahí fuera... Si hay alguien que está más loco que los fans de la ciencia ficción, son los fans de los cómics. Me refiero a que están chiflados del todo. ¿Hemos acabado?

GROTH: Oh no. Esto solo era una parte. Ahora continuamos...

ELLISON: Oh, ahora vamos al meollo. Sabes, llevamos ya... Han dado la una. La hora de echar un polvo.

[Descanso. Ellison se va a servir un trago. A medida que se reanuda la cinta, le explica la naturaleza de The Comics Journal a un amigo que ha venido con él a la entrevista. Su pregunta: "¿Es como ´The Armchair Detective´?"]

En cierto sentido. Excepto que The Armchair Detective es mucho más literario y tiene algo más de sustancia. Quiero decir, de lo que hablan es básicamente de cómics. Comic-books. Si, de hecho, Hulk es una representación moderna de la leyenda de Fausto. O Spider-Woman, y hablo en serio, Spider-Woman representa mucho mejor la búsqueda de auto-identificación y autorrealización de la mujer contemporánea que la imagen tradicional de Wonder Woman. Les va ese tipo de cosas. O también se ponen a hablar de Steve Gerber: "Por qué me echaron de la serie de Howard el Pato".

Steve Gerber está más loco que una cabra.

GROTH: ¿Lo está?

ELLISON: Sí. Está loquísimo. Y si no es así, lo está Mike Fleisher. ¿Viste la reseña de Publishers Weekly [del nuevo libro de Fleisher, "Chasing Hairy"] de la que te hablé?

GROTH: No, la verdad es que no fui capaz de pillar el maldito número.

ELLISON: Se la leí a Len y a Marv cuando nos vimos. Se les erizó el pelo. Te voy a decir algo... La reseña de Publishers Weekly decía: “Es el producto de una mente enferma. Es tan retorcido y nauseabundo que no tiene absolutamente ningún valor social redentor". Es un libro sobre un par de tipos a los que les gusta pegar a mujeres y hacer que se la chupen. Al final, recogen a una mujer, una hippy o lo que sea que sea, y le prenden fuego, y a ella le gusta tanto que les hace una mamada. Eso es lo que decía la reseña del libro. Decía: “Este libro es tan jodidamente retorcido que no tiene ni sentido hablar sobre él. Absolutamente inaceptable". ¿Quién es el editor?

GROTH: St. Martin's.

ELLISON: Son una editorial de primera. Quiero decir, no serán los mejores, pero tienen buena reputación. Cuando Fleisher estaba haciendo The Spectre, y supongo que también Aquaman... ¿no?

GROTH: No, creo que no. El de Aquaman era Steve Skeates.

ELLISON: Fleisher se encargaba del Espectro y de algo más.

GROTH: Y de Jonah Hex, que es verdaderamente retorcido.

ELLISON: Oh, sí, cierto, cierto. Así es el tío, como mirar las pinturas de Giger. De mentalidad genuinamente retorcida, fascinante de ver. Tengo entendido que es un hombre muy agradable y tranquilo.

GROTH: Yo tengo entendido que parece un contable.

ELLISON: ¿No son todos los francotiradores de las torres tejanas parecidos? [Con acento redneck:] “Iba a la iglesia todos los domingos. Amaba a su madre. No tengo ni idea de por qué cortó a esas 135 personas en pedazos y repartió sus pedazos entre otras muchas. No sé por qué haría algo así. Pero era un buen chico, un buen chico cristiano". Fleisher: te lo certifico sin dudarlo. Quizá me denuncie, aunque lo digo con humor. Tampoco lo conozco en persona. Pero lo que veo en su obra y en la de Giger... me refiero a que Giger está claramente trastornado. Mira [su obra]. Enséñasela a cualquier psiquiatra. Sus dibujos para Alien son de naturaleza sexual y psicosexual. Todos. Infinitas vaginas y trompas de falopio y penes ardientes, y todo tipo de cosas fascinantes que hacen que la vida merezca la pena. Pero está genuinamente loco. Y en su vida personal. Tiene guardado en su casa el esqueleto de su segunda amante. Eso da miedo. Dan O'Bannon me contó que [Giger] reclamó el cuerpo [de su amante]. Aparentemente, nadie más lo había hecho, así que reclamó el cuerpo. Ante eso, solo te puedes decir: “Está bien, la amaba. Así que la quiere enterrar". No, no la ha enterrado. Cogen el cuerpo y le quitan la carne. ¿Sabes cómo lo hacen? Con escarabajos de alfombra. ¿Sabes qué son los escarabajos de las alfombras [derméstidos]?

GROTH: ¿Comen carne?

ELLISON: Comen carne. Los museos los utilizan para limpiar la carne de los esqueletos. Y llegan hasta el hueso. Se parecen a las pirañas. Así que Giger utilizó escarabajos de alfombra para limpiar el cadáver y ahora lo tiene guardado en su apartamento como si fuese un artefacto. Bonito. Muy bonito.

(Continuará)

jueves, 24 de junio de 2021

¡HEY, UNA COLUMNA SOBRE LOBEZNO! (2 de 2)

Por Tegan O´Neil para The Comics Journal 2018. Traducción: Frog2000. Parte 1.

En algún lugar de la historia hay una nota oculta donde se indica que todo esto tiene lugar antes de Uncanny X-Men nº 249, el número en el que el equipo finalmente se desintegró y se dispersó por los cuatro vientos. Lobezno fue el único mutante que no cayó a través del portal y se borraron sus recuerdos, y por meterse en líos fue crucificado en el desierto y sobrevivió únicamente gracias a la ayuda del sensacional personaje Júbilo, todo un hallazgo de 1989.

¿Por qué es tan importante esa nota? Porque estos siete números de Lobezno (17 a 23) contienen un crossover con "Actos de Venganza". Si la has olvidado, el truco de esta saga fue tan simple como efectivo: los villanos se unían e intercambiaban antagonistas, enviando a malotes incompatibles contra los desprevenidos héroes. (Si te ayuda a recordarlo mejor, fue la historia en la que Spider-Man se convertía en Capitán Universo). Como en ese momento todo el mundo cree que los X-Men han muerto, nadie va tras ellos en todo el crossover, pero Lobezno se encuentra con otro de los villanos incompatibles de la historia: la némesis de Namor llamada Tiburón Tigre, que intenta asesinar a una nueva superheroína, La Bandera, de Cuba. Entre Lobezno y ella acaban con Tiburón Tigre antes de que el primero continúe su aventura.

Pero aquí es donde las cosas se confunden un poco... porque el crossover de "Actos de Venganza" tiene lugar durante los números de Uncanny X-Men 256 a 258. Por lo que, si aún me sigues, fijémonos en los eventos de X-Men nºs 249 a 255, que ocupan una cantidad significativa de tiempo en la historia, el tiempo suficiente para que los X-Men se dispersen y Lobezno casi muera crucificado en el desierto australiano. ¿Entiendes a lo que me refiero?, los eventos de X-Men nºs 249-255 tienen lugar en su totalidad durante el crossover de "Actos de Venganza". ¡Pero eso no tiene sentido! ¡Porque en realidad, no transcurre el tiempo suficiente de historia durante el resto del crossover como para justificar la enorme cantidad de tiempo entre los dos crossovers separados de "Actos de Venganza" en Lobezno!

¡Pensaba que era capaz de entender este universo! Creía que era real y que me sabía lo más importante... de niña tenía el orden de lectura de "Actos de Venganza" totalmente resuelto en mi cabeza, incluso me sabía hasta el número de Capitán América que transcurría entre las viñetas de un número de los Cuatro Fantásticos. Ahora no recuerdo los detalles porque, como he dicho antes, ya sabes, soy Libra y eso significa dos cosas: soy la leche de indecisa y mi cumpleaños está a la vuelta de la esquina. Y han pasado muchos cumpleaños desde que disfruté de las largas tardes sentada en casa intentando averiguar en qué orden debía leerme mis cómics.

¿El motivo por el que todo esto me importa ahora mismo? Esa nota sobre dónde encajan los Lobeznos 17 a 23 en la continuidad de Uncanny (antes del número 249, que sería absolutamente necesario, ya que la historia comienza en la base australiana antes de la disolución del equipo) aparece justo al comienzo del número 21 de Lobezno... Mientras pensaba en esa secuencia de acontecimientos, me he dado cuenta de que me perdí el número. Me compré la mayoría de cómics en el quiosco y ese se me pasó. No me importaba tanto la historia como para volver y ponerme al día con uno de los capítulos que me faltaban.

Hay una parte de mí que se alegra mucho al recordar lo suficiente como para preocuparme por la cronología interna de un crossover de hace treinta años. Todavía recuerdo cuando estas cosas eran lo más importante del mundo, aunque es probable que hayan dejado de serlo.

De todos modos, en el transcurso de los primeros años de la serie centrada en Lobezno, Chris Claremont y Peter David escribieron para John Buscema durante el primer año, y cambiaron la existencia de la colección, y luego, en el número 17 apareció el nuevo equipo creativo compuesto por Archie Goodwin, John Byrne y Klaus Janson. Aquí es donde me vas a escupir, porque de alguna manera me las he arreglado para enterrar esta información 2200 palabras después... y no es que las esté contando ni nada.

Hay un motivo por el que nunca he escrito gran cosa sobre John Byrne. No es que no me gustara, y tampoco es que no creciese leyendo absolutamente todo lo que podía encontrar de él, porque sí que lo hice. No es que algunos de sus trabajos no hayan envejecido mejor que otros, lo mismo que en el caso de cualquiera. Me encantaba gran parte de lo que hizo, y también me disgustaba otro tanto. Estaba demasiado metida, de tal manera que me resulta difícil articular algo sobre su trabajo desde una perspectiva crítica aparte de poder asegurar: oh sí, me leí muchas cosas suyas cuando era más joven.

Pero aprendí mucho leyendo a Byrne de niña, y creo que una de las cosas más admirables de su trabajo, teniendo en cuenta sus tensiones con sus contemporáneos (me refiero a que la progresión Claremont-David-Byrne sería una maldición en cualquier serie), es que homenajeaba directamente sus influencias de una manera que alentaba a los lectores a aprender más, tanto para comprender lo que veneraba e imitaba como lo que rechazaba y pasaba por alto. Al menos ese era el efecto que producía en mí. Era un autor cuyo estilo, incluso en 1989, había cambiado mucho a lo largo de su carrera en la industria, de una manera que fui capaz de rastrear y comprender incluso de niña.

Aunque me gustaba casi todo lo que caía de él en mis manos, sin embargo, no me gustó cómo encaró a Lobezno. Para empezar, ni guionizó, ni entintó la colección, y en ese momento Byrne estaba haciendo unas tintas muy buenas, primero en sus Vengadores Costa Oeste y en Hulka, luego en su Namor (hasta el día de hoy es la única vez que me ha preocupado ese personaje). Sin embargo, esta historia no está hecha para Byrne. El guionista era Goodwin, y mientras retomaba el status quo del Madripur de Claremont, en cuanto se le presentó la oportunidad, ni se lo pensó en enviar a Lobenzo en un viaje en barco por la mitad del mundo, desde el sudeste asiático hasta América Central, en busca de un científico loco nazi que había secuestrado a su sparring habitual Camorra. Es una historia realizada de forma muy suelta, de esa forma en que solían ser las colecciones cuando los arcos se estructuraban menos formalmente y había más acumulaciones de subtramas formándose y disipándose en el transcurso natural de los eventos, con ritmos más orgánicos.

Como he mencionado antes, se produce un cruce con "Actos de Venganza" que dura un par de números en donde se nos presenta a La Bandera, una mutante que libra una guerra contra las bandas de narcotraficantes con la capacidad de inspirar a los demás. (Me gustaba el personaje y me pregunté qué había sido de ella; resulta que murió en un último número del Capitán América de Gruenwald, una pena, ya que es un buen hallazgo con bastante potencial. Ah, bueno, con Gruenwald ya existen ejemplos previos de los que aprender, porque tenía mucho peligro de matar a personajes infra-utilizados para buscar la espectacularidad a corto plazo, o algo así). La poco convincente trama funciona porque mantiene al personaje moviéndose de un entorno a otro, con un nuevo matón o monstruo con el que luchar cada diez páginas más o menos. Así que tarareemos una canción.

Lobezno nunca ha sido mi personaje favorito, porque el entorno que arropaba sus historias en solitario no me parecía demasiado interesante. En el caso de las ficciones de género, nunca he ocultado mis preferencias por la ciencia ficción y la fantasía antes que por el crimen y las historias bélicas. Muchas historias de Lobezno (y esta no es la excepción) tienden a centrarse en él luchando contra muchos tipos con uniformes militares o trajes baratos armados. Y eso está bien, pero no era mi favorito de pequeña, y sigue sin serlo. Los cómics solían ser mucho más asequibles, y en ese ecosistema era más fácil justificar el gasto de 1.50 dólares en un personaje que solo te gustaba un poco pero que era perfectamente legible gracias a un equipo creativo decente.

Eso sí, aún no he mencionado a Janson... y si te soy honesta, cuando se publicaron estos números fue todo un bajón. Ahora he cambiado significativamente y he aprendido mucho a lo largo de estos últimos años, así que sé que es mejor no decir que no me gusta Klaus Janson. Bromeo, pero solo un poco. Byrne entregó unos lápices sueltos, porque, sinceramente, se me ocurren pocas cosas más inútiles en las que podrías pasar tu tiempo que pasándole unos lápices muy acabados a Klaus Janson, porque Janson convierte sus lápices en algo propio, tal y como suele hacer. Hay muchas imágenes impactantes en la saga, momentos en los que Janson alcanza altas cotas... y luego pasajes en los que oscurece parte de la anatomía básica de Byrne mediante trazos descuidados.

Algunos primeros planos y secuencias de acción parecen haber salido directamente de las páginas del Daredevil de Miller, lo cuál dice mucho sobre por qué estos cómics se leen de la forma en que lo hacen. El propio entintador logra que John Byrne nos transmita la sensación de ser Frank Miller. Janson toma el volante en todas sus colaboraciones, pero no siempre he sido una fanática de su enfoque. Con algunos artistas funciona mejor que con otros. Hay pasajes, principalmente secuencias de acción, donde los diseños y las tintas parecen estar disgregados uno del otro. Muchas secuencias en las que la combinación de la puesta en escena de Byrne y el embellecimiento de Janson no funciona tan bien. Janson es un colaborador de alto riesgo, aunque también de alto rendimiento, y el problema es que, me temo, el riesgo y la recompensa suelen aparecer juntos.

Pero yo era una niña, ya sabes, y sabía quién era Byrne, pero no me gustaban las tintas de Janson, y seguro que tampoco tenía ningún contexto histórico de por qué valía la pena coger un cómic al azar creado por Goodwin, Byrne y Janson. Son cómics muy casuales, sí, pero son casuales solo cuando te fijas en lo que te ofrecen tres creadores experimentados que se montan básicamente una película de Lobezno en la que este persigue a un cyborg nazi hasta Sudamérica y termina luchando contra un monstruo diabólico hecho de cocaína.

No bromeo, sencillamente sucedió que los Celestiales hicieron alguna mierda loca en los días primordiales de la Tierra que tuvo como consecuencia que en cierta ladera de América Central infestada con un extraño poder cósmico fuese creciendo una cocaína mágica que convierte a la gente en súper-monstruos furiosos que despotrican sobre vengarse contra los dioses cósmicos desde antes de los albores de los tiempos. Es una de esas historias. Al estilo Faulkner se podría decir.

¿Sabes por qué ahora me han gustado tanto estos cómics, de una manera que en realidad de niña no supe apreciar? Te lo diré sin eufemismos. Si tuviera que decir algo importante sobre esta saga, supongo que es que me parece ligeramente cruda y cínica. Creo que el tono buscado en la colección, dirigida durante uno o dos años a un público ligeramente mayor que el lector promedio de Marvel (con un poco de la libertad otorgada a las series editadas en papel Baxter en ambas editoriales, incluso en algunas como Lobezno, con distribución en quioscos de prensa) era más grindhouse y al estilo de un primerizo Schwarzenegger. Ahora mismo me parece que ese tono tiene bastante sentido.

Cuando yo estaba en el meollo, si no te gustaba Lobezno, estabas un poco fuera de onda. En su momento me parecía irritante, porque, como he dicho, no odiaba a este tío, pero tampoco era mi favorito. Me parecía un símbolo no solo de la masculinidad, sino de la masculinidad tal y como la fetichizan los adolescentes: misteriosa, amargada, violenta. Para mi yo de la época, la masculinidad daba miedo, y no podía leer más allá de los obvios y francamente espeluznantes cumplimientos de los deseos de los niños mayores y adolescentes que aspiraban a ser, bueno, una especie de mamón.

¿Recuerdas que antes de que Lobezno se convirtiese en un estoico maestro samurái, siempre miraba lascivamente y sonreía cuando se sumergía entre montones de matones antes de empezar a ensartarlos? Cuando era más joven, el personaje no me preocupaba demasiado, porque era omnipresente y popular solo por ser aparentemente un idiota.

Pero ya sabes cómo va esto. Envejecemos.

Te parecerá gracioso, pero ahora me gusta más Lobezno que de niña. Obviamente he madurado, pero también lo ha hecho Lobezno, es algo que sucede cuando la gente se niega a dejar de lado lo que le gustaba en su infancia e insiste en querer que las sagas envejezcan con ellos. La gente tuvo que seguir haciendo cómics del personaje, por lo que tuvo que seguir encontrando historias protagonizadas por este tío. Algunas hasta han sido bastante decentes.

Lobezno nunca desapareció, y lo siguiente que se sabe es que aparece en películas, y de repente todo el mundo en el planeta sabe cómo suenan los "SNIKT", y eso que aún estamos hablando sobre un personaje creado por Len Wein junto a Roy Thomas y John Romita, Sr. como saco de boxeo de Hulk en 1974. Chris Claremont no creó a Lobezno, pero lo fue elaborando desde muy al principio, y la razón por la que se quedó con él en primer lugar es que Byrne se enamoró del pequeño tipo canadiense. Barry Windsor-Smith apareció un año después de que se imprimieran estas historias y redefinió el personaje en Arma-X. Necesitó su tiempo.

Ahora aprecio más a Lobezno porque veo que debajo de las capas de violencia había un personaje que, lenta pero inexorablemente, fue definido por sus sucesivos autores en oposición directa a las representaciones más tóxicas de masculinidad que se podían ver en los medios de comunicación. Después de todo, si se sabe algo sobre Lobezno es que se esfuerza constantemente para no perderse a sí mismo en el salvajismo de su furia berserker. Está sufriendo de por vida las secuelas de un trauma, un trauma específicamente derivado de haber sido un peón del complejo militar-industrial durante la Guerra Fría. Lobezno se pelea mucho con todo el mundo, pero he notado cuántas de estas antiguas historias tratan sobre el personaje peleando consigo mismo. Ahora respeto de una manera mucho mayor de la que era capaz de niña que Lobezno sea un personaje definido por la moderación y la superación personal.

¿Suena cursi? No lo sé. Como ocurre en Arma-X, parte de la caracterización aún estaba por llegar, pero el marco estaba bien establecido: Lobezno es un buen tipo que, sin embargo, sigue un poco jodido. No se lanza en paracaídas sobre América Central para jugar a ser el salvador blanco o el tipo de los Vengadores, sino que se embarca en esta misión para poder salvar a un conocido y termina ayudando a algunas personas que también lo ayudan a su vez. No intenta resolver los problemas del mundo real del tráfico de drogas a base de garras de Adamantium, y la utilidad de sus filos solo se pueden ver en la pelea final contra la bestia cósmica de cocaína. Ayuda a la gente, aunque no sea su país. (Si quieres, seguro que podrías hacer alguna objeción sobre los pueblos indígenas de Tierra Verde que parecen haber sido localizados directamente en la misma National Geographic que han usado todos los demás artistas para referirse a los pueblos indígenas de América del Sur entre 1955 y 1990, aunque solo aparecen en la serie durante un puñado de páginas).

Uno de los motivos por los que escribo estas columnas de la forma en que lo he estado haciendo es que he querido rastrear con absoluta y escrupulosa honestidad mis procesos de pensamiento mientras volvía a aprender el arduo trabajo de escribir sobre cómics. A veces dudo sinceramente si alguna vez habré sido buena haciéndolo... no porque no lo haya intentado, sino porque es endiabladamente difícil. No hay nada más que haya hecho durante tanto tiempo o con tanta constancia durante toda mi vida adulta... Después de todos los cambios mencionados, me ha parecido raro mirar lo que quedaba de mi vida y darme cuenta de que escribir sobre cómics todavía me parece increíblemente importante. En realidad, no me he tomado nada más tan en serio en toda mi vida, pero aún así sé que no me lo he tomado tan en serio como podría haberlo hecho.

Tres décadas es mucho tiempo. Ahora aprecio a Lobezno porque es un tipo con un montón de mierda en su pasado que a veces se esfuerza por contener un temperamento extremadamente violento y, hey, también hay algo bastante gracioso sobre eso... Incluso después de luchar durante años con el género, las enfermedades mentales, la pobreza, el resultado final para mí sigue siendo una racha autodestructiva gigantesca. Ira y orgullo. Un temperamento que requiere dedicación constante. Décadas de resentimiento y odio hacia una misma y sentimientos de insuficiencia y celos, el valor de toda una vida de bilis mental y pus que a veces parece que nunca se puede drenar... y el arrepentimiento. Es difícil no mirar hacia atrás, a todos esos años vacíos y no fijarme en las oportunidades perdidas y los errores. El cambio no borra las secuelas a menos que te esfuerces a tope.

¿Y quién tiene la culpa de todo esto? ¿Lobezno? No, él se esfuerza tanto como el resto de nosotros.

Durante años evité a Byrne como tema de conversación (aunque no del todo), en parte porque durante mucho tiempo sus fans tuvieron, digamos, una reputación mucho peor que mala en las discusiones. Ahora es 2018, y por supuesto, la idea de meterme en una pelea online con algunas personas me parece absolutamente pintoresca. Hay peores destinos, peores infiernos vacíos y peores diablos sueltos por el mundo en estos días. Quizás he sido una cobarde. Pero si es así, soy cobarde porque estoy harta de luchar, absolutamente asqueada.

Muchas historias de Lobezno se centran en la idea de que somos tan buenos como lo que duremos desde nuestro anterior estallido destructivo. Es una noción sencilla que probablemente no me funcionaba de niña porque, bueno, era una niña. Luego crecí.

De todas formas... ¿Sabes que hay muchas chicas guapas en Australia? Le doy muchas vueltas. Después de toda una vida de arrepentimiento, autodesprecio, depresión, inseguridad y miedo, el mejor consejo que le puedo ofrecer a cualquiera es el siguiente: dedica todo el tiempo que puedas a pensar en chicas bonitas (o chicos bonitos, o no binarios, si es lo que te gusta), no pierdas tanto tiempo obsesionándote con los cómics y sal más al exterior.

Oh sí, y trabaja tu temperamento. Eso que no se te olvide...

miércoles, 23 de junio de 2021

¡HEY, UNA COLUMNA SOBRE LOBEZNO! (1 de 2)

Por Tegan O´Neil para The Comics Journal 2018. Traducción: Frog2000.

¿Pensabas que me había olvidado del orden de lectura de "Actos de Venganza", el espectacular crossover de Marvel de finales de 1989? Como si pudiera.

Además, ¿sabías que Australia está llena de chicas guapas? A eso le doy muchas vueltas. Hay muchas cosas peores en las que pensar. (Ya lo verás).

Así que Lobezno nº 17 llegó a los quioscos en agosto de 1989. Un momento raro para los cómics de superhéroes: visto en retrospectiva, la primera parte de una montaña rusa que tardó un tiempo en despegar. (En caso de que no estés seguro de la metáfora, los 90 fueron el resto de la montaña rusa). En este caso, la metáfora funciona siempre y cuando ambos sepamos que por montaña rusa me refiero a una de esas desvencijadas y construidas con madera que parecen la última que escogerías para divertirte. En otras palabras, apenas empezábamos a asomar la cabeza durante esos primeros meses de la primera administración Bush.

Ahora, seamos francos, en su momento no me gustó Lobezno nº 17. ¿Por qué? Yo era una niña, y para empezar, no sabía distinguir mi trasero de un agujero en la pared. De eso es de lo que quiero hablar aquí. Me leí esos cómics hace unos veintinueve años. En un par de semanas celebro mi cumpleaños. Y aún no es un hito en mi vida, pero después de los dos próximos años, se convertirá en algo grande.

También me estoy acercando al final de lo que estoy haciendo aquí. Con suerte, no me refiero a esta columna, sino al proyecto específico que ha supuesto este primer año, un conjunto de artículos escritos bajo un estado de ánimo reflexivo, con grandes pronombres en primera persona y pelusa en el ombligo. El segundo año será completamente diferente. Cuando estoy haciendo lo mismo durante demasiado tiempo, empiezo a inquietarme: es algo que he aprendido en la enseñanza. Sin embargo, este estilo de escritura me ha resultado muy útil. Verás, hace poco me sometí a un cambio. En realidad, para los propósitos actuales no importa cuál ha sido; todos cambiamos. Después de todo, la experiencia del cambio es universal. (Incluso aunque mi cambio fue un poco más drástico que el de la mayoría). Todos cambiamos solo por estar vivos y respirar la misma bendita atmósfera. No es una observación novedosa, pero sí auténtica.

Así que, en primer lugar, déjame decirte lo que no es esto, un artículo cortante cometido contra siete inocentes cómics de Lobezno publicados en la época de George H. W. Bush. La verdad es que no tenía ganas de volver a leerlos porque, como he dicho antes, recordaba que ese arco no me gustó mucho en ese momento. Leído a cachos durante medio año parecía interminable. En retrospectiva, simplemente no me gustaba esa etapa porque no sabía lo que estaba leyendo. Ahora aprecio mucho más estos cómics, y lo digo con total sinceridad. Cuando era solo una niña tenía un gusto infantil. Pero releídos, me doy cuenta de que eran bastante buenos. Tal vez no sean "geniales", pero no creo que nadie que los conozca se atreva a decir que lo son. Su propósito fue disparar contra el lector algo "divertido", y me parece que dieron en el blanco.

Tampoco es esto un artículo donde vaya a decir que estos cómics de Lobezno de hace treinta años son mejores que los cómics actuales. Me parece una competición inútil. Siempre ha habido cómics buenos y malos, y la historia de todo esto va de que no siempre tenemos previsto saber cuáles van a ser buenos y cuáles no, y mucho menos a cuáles valdrá la pena aferrarse. Estos siete números de Lobezno no han cambiado en absoluto en estos años, aunque yo sí lo he hecho.

A veces es agradable sorprenderse a uno mismo, y confieso que al retomar estos números, me ha pasado. Con solo siete números, no es una etapa particularmente de renombre. Durante mucho tiempo, la serie de Lobezno parecía extraña, algo muy gracioso en el caso de una colección que siempre ha sido una de los más vendidas de la industria. Pero la verdad es que Lobezno, el personaje, nunca necesitó serie propia. Hay un motivo por el que todos los que estaban involucrados en los mutantes lo fueron relegando hasta 1988, mucho después de que Jim Shooter abandonara el edificio y empezase la era de DeFalco. Claremont había hecho un trabajo bastante bueno peleando contra la inevitable presión para lograr expandir la franquicia durante casi una década, manteniendo el frente hasta entonces en tres series-X regulares todavía increíblemente parsimoniosas: Uncanny, New Mutants y X-Factor. Durante la mayor parte de la carrera de Chris Claremont, Uncanny fue una serie con una trama ajustada que no dejaba espacio para que los personajes pudieran tener aventuras en solitario al margen sin hacer muchos malabarismos, por lo que los spin-offs se tenían que planificar cuidadosamente.

Una vez, Lobezno fue un misterioso solitario. Sin embargo, ha pasado un tiempo desde que fue así, y es probable que si las cosas hubiesen sido de otra manera, la caracterización de un personaje tan popular podría no haberse quedado para los restos. Si no has vuelto a leer la primera etapa de Claremont en los X-Men (pre-Uncanny) en algún momento reciente, en realidad Lobezno empezó siendo un verdadero imbécil, no un divertido y amistoso imbécil de la variedad Ed Asner, sino un imbécil rechinante que ponía de los nervios a todas las personas que conocía y que probablemente también tenía una mala actitud hacia las mujeres. Es algo que ha ido cambiando gradualmente, pero cambió porque el guionista se las arregló para evitar que en la serie apareciese toda la historia sobre el personaje al principio de su carrera, cuando algo así todavía era una posibilidad. Lobezno se quedó el tiempo suficiente para convertirse en alguien adorable.

Para el número 17 de Lobezno, las cosas ya iban como la seda, si es que hablamos de que el personaje se estaba transformando lenta pero inexorablemente de aquel tipo molesto que todos querían expulsar al espacio exterior en el X-Men nº 100 en un tipo de una pieza con el que la gente parece ansiosa de confiar a sus propios hijos. Es un producto que surge del hecho de que el personaje era popular, así que tuvieron que lijar un poco los bordes. Se fue revelando gradualmente gracias a la magia de la continuidad retroactiva que llevaba rebotando por el fondo del Universo Marvel durante años, un Zelig en spandex amarillo cuyo pasado finalmente incluía a importantes conocidos como Dientes de Sable, Capitán América, la Viuda Negra, Bucky, Peter... los padres de Parker (desearía que fuese una broma). Un tipo  bastante popular.

Pero cada revelación sobre una aventura secreta pasada quitaba un poco más de misterio, y cada nuevo equipo creativo con el que Lobezno conocía y se hacía amigo de otro héroe (para luchar contra el problema del desgaste de ventas en el mundo real, ¡uy!) solo lograba que Lobezno fuese más accesible. Es difícil sentirse intimidado de la misma forma por el bala perdida impredecible y con mala actitud cuando resulta ser amigo de todos.

(Y dado que este es un lugar tan bueno como cualquier otro para mencionarlo, cuando llegó el momento de quitarse todos los vendajes en 2001 y revelar el verdadero y honesto origen otorgado por Dios a Lobezno, exactamente como sus creadores pretendieron todo el tiempo, resultó que el verdadero nombre de Lobezno, en realidad no era Logan, sino James Howlett. Que yo sepa, los "Wolverines" no aúllan, y siempre me pareció que estaban intentando bendecirle con un nombre genial con olor a animal sin darse cuenta de que su criatura homónima no aúlla, sino que emite una desagradable combinación de silbidos y gruñidos. Me doy cuenta de que es diecisiete años demasiado tarde para presentar una queja formal, pero Bill Jemas dejó de atender mis llamadas al respecto hace mucho tiempo).

De todas formas... ¿Sabes que hay muchas chicas guapas en Australia?

En parte lo menciono porque a finales de los 80 fue ese momento en que los X-Men se pasaron la mayor parte del tiempo en el interior de Australia en un pueblo fantasma abandonado que resultó ser un complejo secreto de alta tecnología previamente ocupado por cyborgs malvados. Quiero decir, eran los años 80, cosas así sucedían con más frecuencia de lo que te piensas. Por cierto, también fue un momento extraño para estar en los X-Men. Allí pasaron unos buenos momentos justo después del cruce de la Caída de los Mutantes, donde el status quo de los X-Men se convirtió en que el mundo entero creía que estaban muertos, y eso significaba literalmente que cada vez que dejaban el "Outback" o Tierra Interior, había que inventar un nuevo motivo por el que nadie era capaz de reconocer a los X-Men cuando emergían de un agujero en el aire vestidos como los X-Men para luchar contra los mutantes malvados.

("Oye, te pareces a uno de los X-Men, ¿no moriste en Dallas en directo por televisión? Neil Conan de NPR estaba allí y todo".

“No, pero nos lo dicen todo el tiempo. Es por el peinado".)

Es una etapa claramente de desconexión, porque es obvio que el equipo se está desgastando y es arrastrado en varias direcciones, tanto dentro de las historias como detrás de escena, en la editorial. Finalmente, la etapa australiana termina después de una secuencia bastante deprimente en la que la mayor parte del grupo cae a través del "lugar peligroso" y pierde sus recuerdos, lo que precipita más de un año en el que la serie vaga sin rumbo fijo por el mundo y pone el foco en cada miembro del equipo desmantelado. Puede que Claremont llevase escribiendo la serie desde hace mucho tiempo... en realidad, me gusta bastante el período australiano, aunque reconozca a toro pasado que la colección, el guionista y la franquicia se encontraban en su forma más barroca.

A pesar de todo, bueno, Lobezno tenía su propia serie donde indicar (aunque en realidad no tuviese mucho sentido en ese momento), cómo y por qué este chico podía viajar para vivir sus aventuras en solitario (desde Australia, nada menos) cuando todo el mundo en el planeta lo había visto morir en directo en televisión. Claremont resolvió el problema de la mejor manera que supo descubrir en ese momento, que era poner a Lobezno un parche en el ojo y disfrazarlo al estilo Terry y los Piratas, situándolo en una nación insular ficticia del sudeste asiático llamada Madripur. (Vale la pena señalar que la serie de reimpresiones "Terry & the Pirates" de NBM empezó en 1986, y el primer número de la serie en solitario de Lobezno apareció en 1988). John Buscema dibujó gran parte de los primeros números de la colección, lo que encaja muy bien con el mangoneo que hizo Claremont con la obra de Caniff, incluso aunque no se vea mucha vida en el escenario. Obviamente es una preferencia personal, pero cuando pienso en el Lobezno de Claremont, recuerdo que intenté hacer un seguimiento de todos los personajes nombrados, cada uno de los cuales con su propia historia de fondo, gran parte de la cual estaba relacionada con que Logan era un verdadero tío "cool" en algún momento indeterminado de su pasado. Ya sabes, literalmente era como cualquier otra historia de Lobezno jamás contada.

Me refiero a que... sigo dándole vueltas mientras intento encontrar una forma de describir estos cómics, uf.... Aquí estamos, casi dos mil palabras después, y ni siquiera he empezado a hablar de los propios cómics, como si uno de estos días me pusiera a contar las circunstancias de mi nacimiento pero siguiese distrayéndome y diese más vueltas que una persiana... y por cierto, ¿sabes que en Australia hay muchas chicas guapas?

(Finaliza mañana)

martes, 15 de junio de 2021

ENTREVISTA CON HARLAN ELLISON EN THE COMICS JOURNAL (3 de 6)

Entrevista realizada por Gary Groth para The Comics Journal nº 53 (1980). Esta versión es la que está recogida en la página web de The Comics Journal en 2018, año en el que falleció Harlan Ellison. Traducción: Frog2000. Parte 1, parte 2.

HARLAN ELLISON: Pero la mierda que se está arrojando contra este tío por escrito me molesta bastante, porque se asemeja y tiene ciertas resonancias de lo que me hicieron y que a menudo me hacen a mí. Soy muy serio respecto a mi trabajo. Así que no me jodas. No me tomo especialmente en serio a mí mismo, pero sí a todo lo que concierne a mi trabajo. Me ha despedido gente que son unos auténticos gilipollas. Y me duele ver que le pasa a alguien más que también ha intentado hacer bien las cosas. Uno de los mayores defectos de Byron es que siempre se pone a la defensiva. Se pone muy a la defensiva y enloquece, y entonces se intenta defender... aunque tampoco debería reprocharle nada, porque también yo lo suelo hacer mucho. Si alguien coge y me dice: “¿Por qué te molestas en responder esa estúpida carta que alguien ha publicado en un un simple fanzine? ¿A quién hostias le importa? Solo sacan 200 copias y tú estás en el Tomorrow Show. ¿Qué demonios querías demostrar? ¿De qué va todo esto?" Pues para mí es muy diferente. Necesito expulsar la bilis como sea. Necesito ese ejercicio. En la infancia mis ídolos no fueron ni Charles Lindbergh ni Babe Ruth, sino Sheridan Whiteside, "El hombre que vino a cenar". Y él a su vez se inspiró en Alexander Woolcott, una de las grandes figuras de la Mesa Redonda del Algonquín. Siempre quise ser un personaje ingenioso y mordaz, siempre quise escribir grandes artículos que por sí mismos fuesen capaces de cortar y quemar a quien fuese. Y es lo que hago. Y me divierte un montón. Me duele lo que le hacen a Byron. Y a veces, su respuesta a esos ataques le hace quedar como un auténtico tonto.

Creo que [Preiss] es alguien verdaderamente creativo. No sé si es un gran talento creativo o simplemente tiene una capacidad especial con la que se basta y se sobra para el marketing empresarial. Quizá Byron no esté muy de acuerdo con lo que voy a decir, pero no todo es tan positivo. No creo que Byron sea un gran escritor. Sus intenciones son buenas y se esfuerza muchísimo, pero escribir tanto como él, hace que parezca un auténtico idiota. Creo que debería dejar paso a los escritores, sean escritores jóvenes o más talluditos. Debería ejercitar su intelecto creativo en donde mejor se le da.

Eso sí, también fue el primero que apareció y me dijo: "Deberíamos ampliar los parámetros del negocio con toda la seriedad que nos resulte posible". Y lo hizo. Hoy en día se están haciendo muchas cosas en las que Byron fue un auténtico pionero, por lo que le doy todo el crédito que se merece. Lo que quieras. Así es Byron. Le ha dado cancha a muchos escritores jóvenes. Ha dado paso a mucha gente que venía sin credencial alguna.

Creo que gran parte de esa [reseña] era una mierda irracional, y tampoco me parece mal. Sé que está de moda poner a Byron a caer de un burro. Me parece bien que la gente diga las cosas claras. No me refiero a que Byron sea alguien que te la vaya a jugar, sino que si alguna vez edita algún proyecto dudoso, prefiero que cualquiera pueda decir: "Oye, eso ha sido un error". Pero nunca he visto que la gente elogie ninguna de sus cosas. ¡Ninguna! Y algunas son fabulosas. No todas, pero algunas me gustan muchísimo. La novela de Chandler realizada por Steranko fue un experimento muy interesante, lleno de elementos innovadores. A Jim [Steranko] le gusta mucho, se quedó muy contento. Y como he dicho antes, también tenemos The Illustrated Ellison. Que también defiendo a muerte.

GROTH: En realidad, mi intención no es llamar la atención de Preiss, ni tampoco hablo en nombre de las personas que escriben las reseñas sobre sus publicaciones. En mi caso no he escrito ninguna. Diría que todas las reseñas de sus obras se han escrito teniendo en consideración los méritos de cada una en particular.

ELLISON: Bueno, en realidad no estoy tan seguro. Pásame una copia de la reseña que hizo aquel tipo, que ahora no la tengo conmigo...

GROTH: Pues no me la he traído.

ELLISON: Ojalá la tuvieses, porque empezaría a subrayar y a repasarla frase por frase y capítulo por capítulo para señalar cuándo me parece que al crítico se le estaba yendo la olla. Muchas cosas parecían increíblemente arbitrarias. Entiendo que el crítico tiene que dar su opinión y eso es lo que lo convierte en un crítico, pero en algunos casos, particularmente en esta última reseña, (porque esa fue la que me impulsó a ponerme en contacto contigo para realizar esta [entrevista]), en algunos casos las opiniones estaban completamente injustificadas y no se podían respaldar bajo ningún estándar artístico aceptable. Eran irracionales y, en su mayor parte, bastante triviales. Y además, el crítico nunca nombraba las cosas buenas, las más positivas.

Me refiero a que Byron hizo todo lo posible para satisfacer todas mis demandas. Cuando llegó el momento de sacar la edición limitada, me preguntó qué artista sería más de mi agrado.

Le dije: "Quiero a Don Punchatz". Don Punchatz no es tan barato. Invirtió mucho dinero para conseguir que Don Punchatz participara en la obra con sus ilustraciones, que son sensacionales. Me habría gustado que la impresión fuese mejor, porque los originales, que yo tengo, son increíbles. Me refiero a que son obras de arte de mucho valor. Los tengo enmarcados en casa. En la edición en tapa dura se ven mucho mejor, aunque no tanto como debería. Pregunté si podíamos conseguir a Michael Whelan para la portada. Y Byron me consiguió al mismísimo Michael Whelan para la portada.

Lo más interesante es que cuando alguien escribe las reseñas, como ocurrió con Empire, dicen: "Chip Delany no tiene errores ni defectos y es un buen tipo, y todo el mundo conoce el gran talento que posee, así que es obvio que este pedazo de mierda no es su responsabilidad para nada. Así que no atacamos a Howie Chaykin. Howie Chaykin es maravilloso”, y claro que lo es, "así que si esto es un pedazo de mierda, ¡entonces, por fuerza, la culpa tiene que ser de Byron Preiss, que lo ha convertido en un pedazo de mierda!" ¡Muy mal! Primero, estaba la palabra. Si después de leerlo te parece una mierda, es responsabilidad de Chip. Si la obra de arte no es buena, la responsabilidad de Howie Chaykin como intelecto creativo habría sido decirle a Byron Preiss: “¡Maldita sea, Byron, este diseño no va a funcionar! Soy socio del proyecto y no quiero hacerlo de esa manera". Yo lo hice. Lo hice. Había apalabrados un par de artistas y le dije: “Mi respuesta es un absoluto no. No voy a permitir que ese dibujante haga eso". Se colaron algunas cosas que no me gustaban, pero... me refiero a que dijeron, "Ellison tiene un talento gigantesco, y es tan bueno que sabemos que este libro no es una mierda por su culpa, no puede serlo, y en la obra también hay grandes artistas, así que es obvio que la culpa es de Byron Preiss". No ha sido sino el chivo expiatorio.

GROTH: Bueno, si hablamos de Empire por un momento, la verdad es que el responsable del diseño fue Preiss, que reescribió el 39 por ciento de la obra.

ELLISON: Entonces debería haber sido responsabilidad de Chip decir que no. Mira, no voy a defender a los guionistas que siempre están hablando de que están jodidos, pero son demasiado tontos como para saber cómo firmar un contrato de la forma correcta que los proteja, o son demasiado cobardes como para enfrentarse al editor, porque se dicen [murmurando]: “Oh, si no es que no me publican...” O puede que sean demasiado vagos, o estén con otro proyecto. Son como un guionista que escribe un programa de televisión y luego salta a otro y se queja porque otros han convertido en una mierda el primero. Si te importa el trabajo, maldita sea, deberías llegar hasta la línea de meta. Eso si es que te importa. No sé si Chip tiene o no razon. Pero si alguien intenta reescribir el 35 por ciento de algo mío, le rompo los dedos.

GROTH: ¿Pero antes de que lo impriman?

ELLISON: Por supuesto. Insiste, tu contrato... Mi contrato con Byron indica que no se puede hacer nada sin que yo plasme mi firma. En su mayoría, así ha funcionado. Algunos detalles se me escaparon por culpa de los plazos, y a Byron no le ha quedado otra que aceptarlo.

GROTH: Entiendo lo que dices. No sé, sin embargo, si Preiss debería eludir totalmente la responsabilidad de coger y reescribir las cosas, de encargarse del diseño.

ELLISON: No digo que tenga que eludir aquello de lo que es responsable. Pero como bien sabes, un fabricante es un fabricante. Eso es Byron: un fabricante. Su labor es sacar el producto. El artista debe preocuparse por la calidad de su arte. Byron se equivoca. Se divide. Cree que también es artista. Y no lo es. Es un productor creativo. Su trabajo consiste en armar el paquete, venderlo, producirlo de la manera más gratificante para todos. Y para hacerlo, lo tiene que supervisar el dibujante y el guionista que colaboran con él. Y si quieren hacer algo que no resulta viable, debería decirles: "No se puede hacer. Lo siento, no puedo hacerlo. Hay que encontrar la forma de evitarlo, encontrar otra forma". Y si se preocupan de verdad por la obra, la encontrarán. No digo que deba eludir sus responsabilidades. No, probablemente Byron no debería haber reescrito esa obra. Excepto que Byron ahora cogerá y me dirá: “¡Tuve que hacerlo! No había espacio suficiente, o no era esto lo que buscaba, o no era aquello otro". Probablemente tenga lo que él cree que es una razón perfectamente válida para hacerlo. Se fijó en el producto y se dijo: "Jesús, qué diseños tan terribles". O puede que Howie Chaykin dijese: "Vaya, qué diseños tan horribles". ¡Pero fue Howie Chaykin quien los hizo! Me refiero a que esos trazos no aparecieron en el papel por arte de magia. Byron no los puso allí. Fue Howie quien lo hizo. Howie Chaykin no es un débil y sonriente... Es como si estuviésemos postulando sobre un monstruoso personaje parecido a Simon Legree, Byron Preiss, que encierra a Howie Chaykin en un armario oscuro y lo golpea con un gato de nueve colas hasta que claudica y hace esos diseños de mierda. Vamos, tíos.

GROTH: Creo que más bien, lo que ocurrió fue que Preiss le pasó a Chaykin los diseños y le dijo: "Mete tus dibujos dentro de estas viñetas. Y si no lo haces tú, ya encontraré a algún otro".

ELLISON: Bueno, entonces Howie debería haberse negado. Pero me parece que Byron nunca hizo algo así. No concibo a Byron en plan: "Si no lo haces, ya encontraré a algún otro que lo haga en tu lugar". Byron no es de esa forma. Igual es terrible llamárselo, pero con frecuencia, Byron es un verdadero pusilánime. Si te mantienes en tu sitio y le dices: "No, Byron, lo siento, eso no va a funcionar, y no quiero hacerlo de esa manera. O lo hago como yo quiero, Byron, o se cancela el proyecto”, Byron encontrará otra forma de hacerlo.

GROTH: Sé que Howard hubiese preferido tirar adelante con sus propios diseños en "Las estrellas, mi destino".

ELLISON: Entonces Howie debería haberlo hecho. Me refiero a que si Howie Chaykin es el gran artista creativo que sabemos que es, y no tengo nada más que respeto por él, al igual que por Mike Moorcock... Mike lo tiene en la más alta estima y dice que personalmente es un buen tío. No estoy seguro de conocer a Chaykin, pero he hablado con él. Howie Chaykin también debería asumir su propia responsabilidad. Porque es su nombre el que aparece en portada. Ya sabes, dentro de 10.000 años, cuando las cucarachas se apoderen de la obra y excaven en ella, ¿quién sabrá nada de Byron Preiss? ¿Qué van a saber del tipo que hizo la reseña que decía: "Esto es una mierda"? Sabrán quien es Howie Chaykin y sabrán quién es Alfred Bester. Cuando alguien adapta algo, hay que volcarse del todo, porque ya me ha pasado un par de veces que... Algunas de mis primeras cosas las adaptó alguien que no sabía hacerlo mejor... Gerry Conway adaptó "Delusion for a Dragon Slayer" y pensé que me moría. Pensé que me moría, tío. No me lo podía creer. Esa adaptación estaba más allá de cualquier cosa, más allá de la redención. Sencillamente era terrible.

Una cosa más. Supongo que con esto me refiero a que Byron Preiss casi siempre ha jugado limpio conmigo, y cuando digo “casi siempre” es porque en un par de ocasiones han sucedido cosas que me han hecho algo infeliz. Byron se encontró entre la espada y la pared y tuvo que hacer cosas con las que no estaba contento, pero puedo entenderlo. Como bien sabes, no es que yo sea una persona terriblemente indulgente, pero tampoco tengo ninguna animadversión en su contra. Me parece un buen tipo. Supongo que de lo que estoy hablando en realidad es de responsabilidad artística. Siempre vuelvo sobre ese concepto. Responsabilidad. Y coraje. Responsabilidad y coraje. Ética. No se puede separar al artista de la responsabilidad que ha de tener con su labor artística. Esas reseñas suelen elogiar a personas que en la actualidad tienen toda la fama y ridiculizan a las que no tienen prestigio. Byron Preiss nunca ha escrito los guiones de La Cosa del Pantano, y tampoco ha dibujado a los X-Men. Todo lo que hay es lo que finalmente se está editando. Y si es bueno, es bueno, si es grandioso, es grandioso gracias a Philip José Farmer o Steve Fabian, u Overton Loyd, o quien sea. Y si es malo, la culpa siempre es de Byron Preiss. Y eso es injusto. En última instancia, el artista, sea dibujante o guionista, será el responsable.

GROTH: En realidad, me parece que todas las reseñas de las obras editadas por Preiss ponen en duda a dibujantes y guionistas. Ciertamente, es lo que ocurría en la reseña de la obra de Zelazny. Gray Morrow tampoco escapaba ileso. Chaykin y Delany fueron criticados por Empire, y no Preiss.

ELLISON: Me refiero al tono general. Si quieres, puedes incidir en los detalles. Absolutamente. El tomo de Zelazny es una mierda. Lo es realmente. Por los motivos que sean. En realidad, me refiero al tono en general. Es ese tonillo de: "Ese idiota de Preiss que se ha adentrado en nuestra arboleda sagrada y santificada y se ha puesto a mear en los árboles", y no es justo. Sé que el tema te está empezando a aburrir y que quieres seguir adelante, y me parece bien.

GROTH: Bueno, no estoy de acuerdo, y tampoco tiene mucho sentido seguir con el tema.

ELLISON: Bueno, ¿qué piensas sobre Byron Preiss, tío? Sácatelo de encima.

GROTH: Para ser perfectamente honesto, estaba pensando en escribir un editorial donde elogiaba su labor, no necesariamente por lo que ha hecho, sino por lo que está intentando hacer. Creo que su sensibilidad estética se ha descarrilado por completo. El tomo de Zelazny no tenía sentido. Había pequeños dibujos y pequeños bloques de texto, y era como ver una película y leer el diálogo de la película en otra pantalla de forma simultánea. El diseño de Empire era bastante limitado. Eran páginas de cómic y las decenas de posibilidades para integrar texto e imágenes se descartaban, y su formato era demasiado estricto.

ELLISON: Tomó malas decisiones.

GROTH: Lo de Chandler fue un desastre.

ELLISON: ¿En serio?

GROTH: Estaba abominablemente escrito. Se incluyeron todos los clichés trillados del libro. Y la historia tampoco me pareció terriblemente interesante. Supongo que fue muy inteligente coordinar el texto con los pequeños dibujos, pero no me parece que le ofreciese ninguna ventaja en particular al autor.

ELLISON: Me gusta el de Chandler.

GROTH: ¿Por qué?

ELLISON: No lo sé. Simplemente me gustó. Me pareció una buena iniciativa. Nunca podría confundirlo con...

GROTH: No he leído a Raymond Chandler, pero he leído el Chandler de Steranko, y si Chandler tiene algo que ver, soy muy afortunado.

ELLISON: Era un pastiche sobre Chandler. Si te gusta Chandler, entonces te provoca mayor resonancia. Y para mí funciona. Me gusta Chandler. Y me gustó el Chandler de Steranko. Tampoco es que fuese literatura elevada. Como te estaba diciendo, nunca voy a confundirlo con "En busca del tiempo perdido". Pero me pareció un buen experimento, muy interesante. Me refiero a que no te imagino sentado, escribiendo una editorial sobre los últimos 25 números de Wonder Woman o Super Friends. No creo que te molestases ni en empezar, porque ahí nadie intenta nada. Me refiero a que aquí tienes este Chandler, donde se intenta hacer algo nuevo, y puede que para ti no sea exitoso, pero para mí funciona muy bien. Son cosas muy diferentes. Estoy seguro de que Byron podría montar un cómic para DC o Marvel, pero nunca lo ha hecho. Nunca ha querido tomar la salida más fácil. ¿Por qué estoy discutiendo esto contigo? Me estabas diciendo lo que pensabas de Chandler.

GROTH: Bueno, me interesan los cómics elevados hasta ciertos estándares, y Chandler casi no logra nada al respecto. Preiss escoge a autores de ciencia ficción muy populares como Chip, Zelazny, tú mismo, Bester, y los ilustra, pero en realidad no está...

ELLISON: ¿Innovando?

GROTH: Rompiendo el molde de la ciencia ficción / fantasía / cómic. Parece como si quisiera divorciarse del cómic. Quiere producir algo parecido a historias ilustradas, quiere algo mejor que un cómic, y está demoliendo el idioma de los cómics para hacer otra cosa, algo más "Preissesque". Pero no parece tener impacto estético alguno.

ELLISON: En este momento diría que es un poco difuso.

GROTH: Aún no he leído "Las estrellas, mi destino". Sin embargo, me he fijado que tiene cosas muy locas. Una página llena de pequeñas viñetas circulares, numeradas, tal vez de tres cuartos de pulgada de diámetro cada una, y el texto está numerado de tal forma que la obra la podría patrocinar una universidad.

ELLISON: Bueno, la posteridad se encargará de decirlo. Sin embargo, aquí estás tú, el editor de una revista que deifica las tonterías en el cómic. Me refiero a que en cada número aparece un dibujo de Hulk de una forma u otra. En cada número aparece algún lanza-redes. Ya sabes, quieres complacer a los niños. Tampoco intentas incentivarlos demasiado. ¿O si?

GROTH: Sí que lo intentamos.

ELLISON: Preiss también.

GROTH: No lo niego.

ELLISON: He visto [en la portada de The Comics Journal nº 48]: “¡Por ​​fin! ¡Un gran avance! ¡Weirdworld!" Aún no la había leído. Oye, por fin ha llegado: el gran avance en el cómic. Sabía que alguien lograría algún gran avance de algún tipo. Veamos qué es. Y miro Weirdworld, y pienso, “¿Este es el gran avance? ¿Esta basura?" ¡Pero para ti lo fue! Te lo tragaste. Le diste cancha. Hasta Caballero Luna es mucho más...

GROTH: No creo que apoyáramos Weirdworld como la gran evolución del medio o como si fuese una gran historia...

ELLISON: Lo que sé es que en tu portada se podía leer: "Lo mejor desde el pan de molde, amigos, aquí lo tenéis: Weirdworld". Un número especial dedicado a la obra. Lo hiciste. Y no es más noble que cuando Starlog alaba las peores películas un mes tras otro. Si hay elementos fantásticos, si aparecen luces intermitentes brillantes, publican un gran artículo, porque se la están vendiendo a los niños. Y los niños quieren ver ese tipo de cosas, y tú sabes bien lo que estás haciendo. Así que no me digas que no es muy noble por parte de Byron Preiss que proteja su sustento cuando tú haces lo mismo.

GROTH: Nunca he dicho algo así.

ELLISON: A menos que tengas las manos muy limpias, me parece que no deberías adoptar esa actitud arrogante. Mira, yo puedo hacerlo. Nunca me he vendido. Puede que digan [con voz de idiota]: "Bueno, escribiste algo sobre una monja voladora". Quería escribir "Flying Nun" y escribí una "Flying Nun" genial. Y cuando la cagaron, porque también yo fui el responsable, le puse mi seudónimo de "Cordwainer Bird". Ya sabes, *sprrritzzz* dale la vuelta. Soy responsable de todo aquello en lo que aparece mi nombre. Así que estoy por encima de cualquier reproche. Soy como la esposa de César, amigo mío, intocable. ¡Pero en tu caso...! ¡Ah-ja! Podemos tocarte las narices. Llegará un día en el que publicarás un titular en plan "Hulk es una mierda adolescente y lleva diez años sin ser guionizado como debe. Deberían crucificar a Gerry Conway".

GROTH: Creo que en nuestras páginas apareció algo parecido.

ELLISON: Sin embargo, seguro que eso no ha hecho que deje de escribir Hulk.

GROTH: Bueno, no.

ELLISON: Seguro que a Gerry le encantará leer esto. En realidad no le guardo ningún rencor.

GROTH: Supongo que entre una entidad en forma de revista y un hombre que actúa como crítico hay una gran diferencia.

ELLISON: ¿Por qué?

GROTH: Porque si sacase una revista que apelara exclusivamente a mis gustos, vendería quizá unas 30 copias.

ELLISON: ¿Por qué? ¿Por qué no se puede hacer?

GROTH: Porque no podría ganarme la vida con eso.

ELLISON: ¡Ah! Así que los gordos burgueses están de nuevo por encima nuestro.

GROTH: Excepto que intentamos ofrecer una crítica inteligente del medio. Creo que simplemente existe una tremenda diferencia entre expresar tu opinión y publicar una revista...

ELLISON: ¿No está Byron Preiss expresando su opinión cuando configura el diseño de sus publicaciones? Me refiero a que él es el editor. Es una intentona para decir algo nuevo y diferente, y hacerlo de forma equilibrada. Y te sientas a la mesa, lo miras y un tipo escribe la reseña de The Illustrated Ellison, y se pone a... ¿Habló alguna vez con Byron Preiss para averiguar los antecedentes de alguna de las cosas que ha editado? ¿Me llamó alguna vez para preguntarme cuál era mi opinión? No. De vez en cuando alguien me dice [con tono sensiblero]: "Todo el mundo tiene derecho a opinar". Y yo le respondo: “No. No todo el mundo tiene derecho. Todo el mundo tiene derecho a expresar una opinión ilustrada e informada". Sin información, sin razones válidas para decir las cosas, es como el balbuceo de un chimpancé, y tanto da escuchar a un niño como a alguien que cree que entiende... quiero decir, he leído cosas que... has publicado cosas... he leído reseñas en las que intuía muy bien que el crítico estaba diciendo algo totalmente ilógico respecto al negocio, que lo que aseguraba era imposible. Cosas en plan: "Caramba, ¿por qué no habrán sacado esto en color?", cuando sabía muy bien por qué se editaba en blanco y negro, pero nadie revisó la reseña. Nadie la modificó. Dejas que expresen libremente su opinión. Sabías que era una locura dejarles decir algo así. Para mi gusto es una falta de responsabilidad por parte del editor. Sé que nunca dejarías que alguien publicase nada en plan: "Harlan Ellison robó "Caves of Steel". Porque sabes muy bien que te podría demandar. Pero les dejas decir otras cosas que...

GROTH: ¿No son los críticos unos utópicos y no se les debería dar cierto margen de maniobra?

ELLISON: No hablamos de utópicos. Hablamos sobre personas que están lo suficientemente informadas como para tener una opinión válida. Alguien que se sale totalmente de lo común, que vive en Decatur, Georgia, y no sabe cuáles son las realidades de la industria, y no digo que sean excusas para hacer algo mal, solo digo que él podría decir: "Vaya, ¿por qué habrá hecho esta historia de esta manera, y por qué no de esa otra?", porque puede haber una buena razón para no hacerla de esa otra manera. El crítico simplemente se ha sentado en felizlandia y ha escrito eso. Mira la obra y dice, [con tono sensiblero]: "Vaya, esto no me gusta, así que voy a expresarlo. ¿Y qué es lo que no me gusta? Sé que... Oh, el dibujo no es nada bueno. ¿Y qué falla? Bueno, los diseños son una mierda". Coge una teoría y luego ajusta los hechos a la misma. Y lo sabes mejor que yo, Gary. Eres alguien brillante. Y también un buen editor. Y cuando la revista es buena, es realmente buena. Y cuando es desaliñada, me parece indefendible.

GROTH: Pero entonces, ¿el crítico tiene la responsabilidad de conocer cada faceta de cada libro, cada película, cada cómic?

ELLISON: Hay una gran diferencia con ser un crítico profesional que se gana la vida con las críticas y tiene que tener los hechos a mano para poder explicarlos, e incluso si solo está haciendo escorzos de su razonamiento y los expresa a base de términos sofisticados para que suenen bien. Este sigue siendo su medio de vida, y tendrá que resistir en él o tener cierta reputación. El tipo que escribió el artículo sobre The Illustrated Ellison es, ya sabes, Sidney Schiobo de Dios sabe dónde. No sé quién es. ¿Dónde están sus credenciales para decir lo que sea? ¿Ha pintado alguna vez un cuadro? ¿Ha producido alguna vez un libro? ¿Ha escrito alguna vez una historia? ¿Quién es? Si es un niño de 13 años que escribe sobre arte, me refiero a que está bien que lo publiquen y le deseo lo mejor para que tome aliento y le crezcan un poco los dientes, y cuando llegue a la pubertad...

GROTH: Pero los antecedentes de alguien no hacen que sus opiniones, aunque sean estúpidas, sean más aceptables. Me refiero a que hay que juzgar según la reseña, no fijarse en quién es o cuántos años tiene.

ELLISON: Por supuesto, pero me puedo sentir un poco más seguro si confío en las opiniones de alguien que puede asegurar, por ejemplo, que tiene cierto bagaje en asuntos artísticos. ¿Alguien se ha molestado alguna vez en señalarlo, si el registro de página es bueno o malo, algo que es capaz de arruinar una obra? Si te da algo a cambio en una reseña bien informada, entonces siento que puede confiar en él durante la reseña entera, me guste o no lo que diga. Así podré decir: "Bueno, al menos su opinión es informada". Pero en la reseña de The Illustrated Ellison no encontré nada de este tipo que me llevara a creer que el autor es cualquier cosa excepto un idiota. ¿No sería alguien que te dijo: "Déjame reseñar esa obra? ¿Déjame reseñarla a mí?"

GROTH: Eh...

ELLISON: ¿O tal vez le dijiste: "Oye, esta es una obra importante..."

GROTH: Creo que se la asignó alguien.

ELLISON: Me gustaría agradecérselo. Tal vez, la próxima vez encuentres a un enano jorobado con un agujero nasal que hable en urdu. ¿A qué se dedica ese tipo?

GROTH: Escribe para Warren. Es guionista de cómics. No sé a qué más se dedica.

ELLISON: Cualquiera que trabaje para Jim Warren está invalidado automáticamente.

GROTH: Tú has trabajado para la misma editorial.

ELLISON: En una ocasión.

GROTH: Bueno...

ELLISON: Con una vez ya aprendí la lección. ¿Quién fue el que lo dijo? ¿La Rochefoucauld? Una vez dijo algo sobre la homosexualidad: la primera es curiosidad, si lo intentas dos veces, eres un pervertido. Cualquiera que trabaje para Jim Warren más de una vez, suficiente para que Jim Warren lo joda vivo, es un maldito imbécil. Pero es mejor no decir nada sobre Warren. El riesgo que corres con él consiste en que si hablas con franqueza sobre lo que hace, hará cualquier cosa que te cause problemas. Aunque tampoco creo que lo logre, nunca podrá, porque siempre se le puede detener a base de abogados o algo así. Es el tipo de persona de la que simplemente tienes que mantenerte alejado, alguien con el que no quieres tener nada que ver porque siempre ha significado problemas. Con él siempre te vas a llevar las migajas. Si, tuvo la oportunidad de jugármela una vez, y eso me convierte en un maldito idiota, pero fue al principio de conocerlo, y él me presentó a mi segunda esposa, nunca había trabajado para él. No esperaba ese tipo de trato. Pensaba que estaba por encima de eso. Bueno, nadie está por encima. Jim Warren le puede joder a cualquiera.

La industria del cómic y la gente de la industria del cómic me divierten muchísimo. ¿Sabes por qué? Hablan de la industria como si fuese un juego muy grande y muy duro. [Con voz de idiota crédulo:] "Este es un mierda y aquel un ladrón del arte de los demás". Y a los idiotas todavía les siguen robando lo suyo, aún siguen trabajando para editores de mala reputación que les roban su trabajo y lo reimprimen en el extranjero sin pagarles nada, y simplemente los usan y los vuelven a usar. Y siguen en la misma rutina que en 1940. ¡Ni siquiera han podido montar un maldito sindicato! Neal [Adams] y el resto de personas se arriesgaron e intentaron iniciarlo, porque se dijeron: "Oye, maldita sea, juntémonos de una vez", y ya sabes que todos los viejos cabrones contestaron, [con voz senil]: “Nah, es que tengo que ganarme la vida y mantener a mis 13 hijos” o lo que sea, “he de mantener mi maldito hábito con la coca”, o lo que sea. Y muchos jóvenes hicieron lo mismo. Fue una cuestión de "yoprimeroísmo". Son Números Uno. Escribe un artículo sobre el tema y verás. Pregúntale a todos en la industria: “Oye, ¿por qué tal y tal era tan cobardes? Cuéntamelo." Y todos se delatarán unos a otros porque no tienen ningún jodido sentido de la ética, ninguno de esos imbéciles. Son unos cobardes. Son cobardes y pequeños cabrones macartistas amarillistas, todos. No todos, pero casi todos. Incluso los tipos que se arriesgan en algún momento u otro, al final se terminan por acobardar. Nunca ha surgido un agitador que haya llegado hasta el final... Neal [Adams] es lo más cercano en el que puedo pensar... Tiene una terrible reputación de ser un alborotador. De hecho, Neal consiguió dinero para Siegel y Shuster. Es más, les consiguió el reconocimiento. Fue una fuerza del bien. Lo que hizo es importante. De vez en cuando, es bueno tener a un El Zorro entre la multitud.

GROTH: Hay un punto en el que me gustaría detenerme, porque de alguna manera insinúas que como no estoy publicando la revista que quiero, me estoy vendiendo o algo así...

ELLISON: No...

GROTH: Lo único que quiero apuntar es que pienso que el editor de una revista debe tener gustos más ecuménicos que la visión personalizada de un crítico, y eso se debe a que la revista actúa como un foro de ideas, y esas ideas se presentan inteligentemente, y pueden ser diferentes a las mías.

ELLISON: Absolutamente, no tengo ninguna duda al respecto. En "The Last Dangerous Visions" publicaré una historia con un punto de vista fascista que ha escrito un tipo que realmente cree de esa forma, y también una historia escrita por alguien sexista, y esos son conceptos filosóficos que encuentro extremadamente abominables, pero son buenas historias y expresan sus respectivos puntos de vista de una manera inteligente. No. Lo que estaba intentando decir es...

GROTH: Decías que estoy intentando complacer a los demás, y eso te lo puedo discutir. Si el punto de vista se presenta de manera inteligente, no me parece complaciente en absoluto.

ELLISON: No, no hablaba de complacer en ese sentido. Me refería a complacer en términos de tener que poner obligatoriamente la imagen de Wonder Woman con la vista en la entrepierna, la obligatoria foto de los pezones endurecidos de Spider-Woman.

(Continuará)

NUEVA YORK EN EL DAREDEVIL DE FRANK MILLER

"Investigué mucho para hacer un buen trabajo. Si me pedían que dibujara una cascada, iba hasta una y la dibujaba. Esto es algo que a...