jueves, 3 de junio de 2021

ENTREVISTA CON HARLAN ELLISON EN THE COMICS JOURNAL (2 de 6)

Entrevista realizada por Gary Groth para The Comics Journal nº 53 (1980). Esta versión es la que está recogida en la página web de The Comics Journal en 2018, año en el que falleció Harlan Ellison. Traducción: Frog2000. Parte 1.

GROTH: Bueno, lo que más nos impresionó fueron sus aspectos técnicos. Pero teniendo en cuenta de qué va... me refiero a que solo es un pequeño relato protagonizado por elfos que...

ELLISON: ¡Pero si es banal! ¡Una imitación! ¡Es una imitación mala, barata y tonta de Tolkien! Para empezar, Tolkien era un imbécil y un estúpido. Dios sabe cuántas cartas vas a recibir por esto [gemido agudo]: "¿Cómo te atreves a decir eso de... ña, ña, ña...?"

Fui a la Segunda Convención Mundial de Fantasía, y Michael Moorcock, que es un buen amigo mío, asistió también como invitado de honor, así que esperaban que Michael dijera todas las cosas que querían que dijera. Se levantó, y luego se sentó y procedió a decirles lo mierda que era Tolkien, que odiaba las cosas de Tolkien, que pensaba que eran pura basura y una escoria, y que si querían leer buena fantasía, deberían buscar algo mejor. Como Gormenghast, la trilogía de Mervyn Peake, que me parece brillante. Eso sí que es arte. Y justo a mi lado había una mujer que de repente se levantó de un salto y dijo [voz de mujer indignada]: "Eres un hombre terrible", y ni siquiera era una viejecita con varices y medias compresivas, era una mujer de 20 o 30 años que debería haber conocido mejor a Moorcock: “Eres un hombre terrible y nunca deberían haberte dejado acudir como invitado de honor. Deberías estar avergonzado, ni siquiera eres digno de utilizar la máquina de escribir de Tolkien, su almohadón para las hernias o lo que sea...", así que luego la mujer se marchó corriendo del auditorio y la gente empezó a aplaudir y a abuchear a Michael, un hombre al que todos consideran un tesoro nacional. Ese tío ha ganado el Premio Guardián de Ficción, por el amor de Dios, que aquí es el equivalente al Pulitzer. Aparece mencionado junto a Graham Greene y C.P. Snow, y además entiende de literatura, así que les dijo a todos esos fans babeantes, pastorales, con visión uniceja y acné terminal: “¡Estáis deificando la mierda! ¡Adoráis la basura!" Como dijo John Gardner en su libro "El Arte de la Ficción", hay espacio en el mundo para el arte trivial, pero solo porque existe el arte de más altas miras, y como es reconocido, adorado y honrado, el mundo también está preparado para la trivialidad. Pero en un mundo donde no existiese nada más que lo trivial, no habría nada a lo que anclarse, ningún lugar donde buscar una base sólida y, como consecuencia, las cosas empeorarían y el gusto se iría corrompiendo cada vez más. Y nadie querría arriesgarse.

Déjame decirte algo: Jenette Kahn es una mujer muy agradable. He estado varias veces en su presencia y me parece una buena mujer. Un día, hojeando un cómic de DC, (nunca me había dado cuenta hasta entonces, y eso que llevaba leyendo cómics desde muy pequeño, me refiero a que yo era un tragaldabas, tenía todos los cómics, tío) y de repente vi un anuncio de rifles Crossman y me dije: "Dios mío, llevo mirando estas cosas durante toda mi vida". Era el dibujo de una manzana explotando, y cuando me fijé, no vi la manzana, sino la cabeza de un niño. Y pensé: “¡Mierda! Cualquier niño podría disparar contra una manzana con una pistola de aire comprimido y hacerla explotar, y si alguna vez se lee un libro de William Tell, pondrá la manzana sobre la cabeza de otro niño". Y me dije: espera un momento, el lavado de cerebro de locura machista de este país, donde todo el mundo termina adorando a un imbécil como John Wayne, un chupa-huevos fascista de ese calibre, viene dado por culpa de toda esta tradición y querencia por las armas. ¿Y de dónde sacan los niños sus armas? Se han criado con ellas a base de anuncios en los cómics. "Puede que mi papá me compre una Daisy". Recuerdo que yo quería una, y al final me la regalaron, una Ryder, una pistola de aire comprimido Daisy Red Ryder, y fue entonces cuando me di cuenta: “Esto es terrible. Terrible…"

Así que le escribí a Jenette Kahn: “Soy miembro de la Coalición Para El Control De Armas y acabo de darme cuenta de que..., no sé si te habías fijado, pero para mí es infinitamente doloroso ver cómo un medio que llevo adorando desde pequeño utiliza este tipo de cosas negativas". Así que le dije: “¿De verdad que necesitáis tanto esos anuncios? ¿No se podría, movidos por un espíritu de responsabilidad social, llegar a la siguiente conclusión: "No volveremos a poner más anuncios bélicos, ni tampoco de juguetes de guerra", y buscar otro tipo de anunciantes?" Dios sabe que hoy en día hay un montón que buscan publicidad, desde las cadenas de televisión hasta las compañías de dulces, y también Grit, las semillas de Burpee y toda esa buena mierda. Me envió una nota: "Me pongo a investigar de inmediato, no te preocupes", y en los siguientes dos meses no volvieron a salir anuncios de armas en sus cómics, así que pensé: "Dios mío, he hecho una buena acción". Pero por supuesto, los anuncios empezaron a aparecer de nuevo y me di cuenta de que solo llevábamos dos meses sin anuncios armamentísticos. Sencillamente no les importaba una mierda. A su cultura empresarial, la responsabilidad social se la trae floja. Y no estoy muy seguro de si alguien habrá mencionado todo esto en un medio impreso, pero espero que quien lea la entrevista, la coja y se la ponga ante las narices a Jenette Kahn, y le diga que soy consciente de que ella no hizo nada al respecto. Probablemente se enfrentó a los tipos de la pasta, que [con voz codiciosa] se dirían: "Bueno, ya sabéis cuántos cientos de miles de dólares en anuncios hemos amasado a lo largo de los años con estos cómics, y blablablablah". Siempre ocurre lo mismo: son esos gordos burgueses los que ganan dinero, y no les importa una mierda lo que aparece en los cómics. Se lo toman por el pito del sereno.

GROTH: Supongo que solo defiendes ese tipo de moralidad cuando atañe a los niños. ¿Piensas lo mismo respecto a los anuncios pornográficos o, supongo, los de armas que aparecen en revistas como Esquire…?

ELLISON: Como he sufrido una vida muy violenta… tengo armas en mi casa. Están todas bajo llave. Por el amor de Dios, llevo años sin usarlas. Solía ​​salir y cazar depredadores, y disparé contra ratas en el patio trasero. Le envié una al interventor de la New American Library. Había bloqueado uno de mis contratos, así que le envié una rata muerta por correo barato.

GROTH: Seguro que tardó como tres semanas.

ELLISON: Oh, llegaría podrida y todo. En muy mal estado. En el paquete también metí una receta para hacer rata cocida, una receta de Ted Cogswell que aparecía en ese libro de Anne McCaffrey, "Cooking Out of This World". Si consigues una rata muerta que huela mal cubierta de gusanos, tienes que hacer lo que sea con ella, mejor no desperdiciarla, así que...

Nunca he visto anuncios de pornografía en los cómics, pero estoy en contra de las armas. Te lo aseguro.

GROTH: ¿No crees que las personas deberían poder tomar sus propias decisiones sobre lo que ven y se compran?

ELLISON: Sí...

GROTH: Sea una estupidez o no...

ELLISON: Supongo que tienes razón...

GROTH: En otras palabras, prohibir podría ser un problema.

ELLISON: Sí, es un dilema que atañe a la Primera Enmienda, y si hay que elegir entre censurar o dejar que se publiquen anuncios de armas, yo diría que lo mejor es dejar que se publiquen. Que se permita lo que sea. Mejor no empezar a pensar por los demás. No se puede legislar la moralidad. Sencillamente no se puede. Por lo general, cuando escucho a la gente hablar en plan [voz quejumbrosa]: "Bueno, no se puede dejar que la pornografía llegue a manos de los niños" ...no sé de qué niños estarán hablando. Pasas por el instituto, miras a las chicas de 13 años, ¡y parece un casting de "Irma, La Dulce"! Conozco a una mujer joven que acaba de cumplir 17 años, que lleva meses acosándome para meterse en mi cama. No soy capaz de deshacerme de ella, y yo sigo diciendo: ¡no! Porque no soy uno de esos tipos que se ha convertido en un viejo verde al que le gustan las chicas jóvenes. No tengo nada que hablar con ellas...

GROTH: Dale el contacto de Roman Polanski.

ELLISON: Lo que sea, sí... Ese es un canalla. Pero estábamos hablando sobre la protección a la infancia. La mayoría de las personas que hablan de proteger a los niños son solo un puñado de malditos mojigatos con retención anal a los que les aterroriza el sexo y que los demás pasen un buen rato. No tengo nada que decir sobre la pornografía, porque tampoco estoy muy seguro de qué es pornografía y qué no. Nunca pondría una copia de Hustler en manos de un niño de 10 años, pero por otro lado, ¿qué le podría pasar? Me refiero a que aparte de la brutalidad inherente a Hustler, los pezones mordidos, los penes guillotinados y la sangre y la mierda, y la degradación de las mujeres y también la de los hombres, el humor escatológico... en realidad es de un mal gusto terrible, muy hortera, pero tampoco va a fastidiar la mente de un niño más de lo que ver los seriales de Dick Tracy a su misma edad hizo a la mía. Me refiero a que... mierda, me criaron con esas cosas y resulta que soy una persona muy moral y ética que está "en contra de ese tipo de cosas".

Pero tampoco está de más tener varias opciones, si puedes escoger en su lugar un anuncio de dulces o un anuncio de cometas, o un anuncio de cualquier otra maldita cosa, ropa, cualquier cosa, puedes coger anuncios de... porque Dios sabe que tanto Marvel como DC tienen departamentos de publicidad muy inteligentes. Quiero decir, DC es Warner, y tienen mucha influencia, tienen mucha potencia gracias a sus ventas, así que pueden coger y decir: "Bueno, barajemos otras cosas". Pero siguen en la misma tónica y eso demuestra una falta de responsabilidad social. Ciertos elementos de nuestra cultura son básicamente destructivos y están teñidos de tonalidades muy negativas, y una de ellas es toda esta mierda de: "Deberíamos poder llevar armas", que es tan enfermiza y retorcida para mí como los tabúes contra la homosexualidad. Según el libro de Tripp, "The Male Mystique" o "The Human Matrix", o algo así, acaban de descubrir que...

GROTH: "The Homosexual Matrix".

ELLISON: "The Homosexual Matrix", que hay más homosexualidad en las sociedades donde existe un tabú en su contra que en sociedades donde no hay tabúes. En las sociedades a las que les importa una mierda lo que hagan los demás, la gente busca la igualdad y hace lo que le gusta. Pero siempre aparecen las Anita Bryants de turno que quieren gobernarnos y decidir por nosotros. Y si sueno de alguna forma concreta al comentar que estoy cabreado por los anuncios de armas, tampoco es mi intención.

GROTH: Te lo he preguntado porque el New York Times demostró una gran responsabilidad moral al negarse a aceptar anuncios pornográficos.

ELLISON: Sí, y publican anuncios de Nestlé, que están envenenando a bebés en tres continentes diferentes, y anuncios, sin verificar, de vendedores de coches que son unos estafadores y unos artistas del timo. Todo esa moralidad de pegolete que tanto afecta a la gente me produce un enorme dolor en las bolas. Es un vestigio de la ética puritana, que de todos modos no era más que una herencia de Torquemada.

GROTH: ¿Cómo describirías tu propia moralidad?

ELLISON: No tengo. Poseo una ética increíblemente elevada, pero ninguna moralidad en absoluto. Si me apeteciera, me follaría pollos en el escaparate de Bloomingdale's.

GROTH: ¿Cómo diferenciarías la ética de la moral?

ELLISON: Bueno, cada vez que he intentado hacerlo, alguien me dice: "Bien, es una definición muy confusa", y seguro que lo es. Para mí la ética es... intento explicar lo que quiero decir con ejemplos, y ni siquiera soy capaz. Por moral me refiero a joder con pollos en el escaparate de Bloomingdale's, pero en el caso de la ética, supongo que me refiero a...

GROTH: ¿Dirías que la ética es más un estándar universal y que la moral la forman las convenciones sociales?

ELLISON: Sí. Eso está muy bien. Eres un hombre más sabio que yo, porque yo no habría sido lo suficientemente inteligente como para pensar algo así, pero a eso me refería. Sé que es éticamente correcto ponerme en contra de la guerra de Vietnam, e incluso entrar en la cárcel por hacerlo. Ahora la gente dice: "Bueno, eso es por tu conciencia moral". Tal vez lo sea, pero lo considero más bien una cuestión ética. Baso mi ética en coger las vastas sumas de regalías que he recibido por los libros de "Visiones Peligrosas" durante estos últimos 12 años y asegurarme de que cada centavo se destina a los escritores que han participado en ellas. Para mí es ético luchar contra la ABC y la Paramount, y no solo por mí, y tampoco lo hago para ganar dinero. Si mañana me dicen: "Lo reconoceremos públicamente para que otros escritores puedan ver lo que hemos hecho, y pagaremos los honorarios de tu abogado, aunque tú no vas a ganar ni un centavo", me tiraría de cabeza. Aceptaría al momento. Pero no va a ocurrir. Nunca lo harán, aunque sería un acto muy ético. Todo lo que hice con ERA en Arizona, eso es ética. Tuve la sensación de pertenecer a una comunidad, a la humanidad, me di cuenta de que tenemos una responsabilidad, y no solo con uno mismo, de hacernos sentir bien y conseguir lo mejor para ti. Si tienes algún tipo de poder y cualquier tipo de influencia y cualquier tipo de valentía para luchar por otras personas, hazlo, maldita sea.

Voy a hablar de la forma más estricta, mortal, sincera y grave:

La gente me pregunta: "¿Cómo crees que eres?" Pues finalmente he descubierto cómo me veo a mí mismo. Me veo como un cruce entre Pepito Grillo y el Zorro. Ese soy yo, tío. En mis sueños más locos, me veo precisamente de esa manera. Puedo luchar todo lo que pueda por muchos porque principalmente se me conoce por ser todo un dolor en el culo...

Por ejemplo, la asociación Mystery Writers of America lleva años editando sus antologías MWA, en las que se supone que los escritores que forman parte contribuyen con sus historias. El dinero se destina al completo a la MWA, generalmente para organizar un banquete y pagar al personal de la oficina de Nueva York. Eso me cabreó un montón. Me dije: “¡Espera un momento! ¡¿Cómo se atreve una organización que se supone que está al servicio de los escritores a tangar a los escritores el dinero de sus obras?!" "Bueno, es que la tradición..." "No me hables de tradición. No quiero ni conocerla, tío, porque la tradición nos está jodiendo a los escritores. No quiero ni escucharte". Así que monté un pollo. Finalmente, las cosas llegaron a oídos de la junta directiva de MWA, que empezaron a decir: "Oh, Ellison está otra vez montándola, vociferando por todos lados", y un tipo de la junta, un tío que se llama Otto Penzler, el editor de Misterio de Gregg Press. y de The Armchair Detective, y que regenta aquí en Nueva York Mysterious Bookshop -una buena persona, somos amigos-, les dijo: “Maldita sea, Ellison está en lo cierto. Tiene razón. Cada año, la Science Fiction Writers of America les paga a los escritores que aportan las historias que se incluyen en el libro de los premios Nebula de cada año. ¿Por qué no hacemos nosotros lo mismo con nuestra gente? ¿Incluso aunque solo sea de forma honorífica?" Así que han empezado a pagar unos estipendios ridículos, entre 15 y 25 dólares, pero ya es un gran avance. Por supuesto, la Junta Directiva se ha atribuido todo el mérito: "Hemos decidido que no estaba bien que..." ¿En serio? Nadie recuerda y nadie reconocerá que fue ese tarado de Los Ángeles el que les chilló en su propia jeta y les dijo: "Maldita sea, hacedlo". Y me parece bien. Cuando se escriba la gran biografía, alguno indicará: "Ese pequeño hijo de puta hizo mucho bien". Y me parece bien, porque sé lo que me hago. Me parece bien.

Tengo la reputación de ser un hombre terrible y un ser humano brutal, despiadado y podrido. Una chica que conozco me dijo: “Tenía miedo de conocerte. Escuché que te metías con las mujeres". Y le contesté: "Sí que lo hago, si... ya sabes, suelo golpearlas con palos enormes, las arranco los globos oculares, las empotro contra las paredes, soy un ser humano muy jodido. Un ser humano podrido". Las historias que cuentan sobre mí finalmente sirven para algo bueno y valioso. Me encantan, tío. Me encanta escuchar cuando me cuentan toda esa mitología enloquecida. Me encanta cuando me dicen que tiré a alguien por el hueco de un ascensor, ¡y se lo creen! ¡Es que se lo creen!

ELLIOT BROWN: ¿Es cierto que golpeaste la cara de Irwin Allen contra la parte superior de una mesa?

ELLISON: ¡No! ¡No llegué ni a tocarlo! Al que pegué fue al jefe de ABC Network Continuity. Irwin Allen estaba sentado justo a su derecha. Sí, bueno, eso es absolutamente cierto. De hecho, si pudiera le habría dado una patada en toda la cara. Mira, no quería darle un puñetazo en la cara, quise darle una patada, así que empecé a atravesar la mesa corriendo, y como era una mesa de 10 metros y estaba muy pulida, resbalé y me caí. Resbalé sobre mi estómago y cuando me acerqué a ese tío le pegué y le di en la boca, y él giró hacia atrás y se cayó de la silla, y la maqueta de un Seaview se cayó de la pared y le rompió la pelvis. Eso fue lo que pasó de verdad.

GROTH: Ya que lo mencionas, ¿puedes contar por qué le diste un puñetazo a ese tipo?

ELLISON: Sí. Hace años editaron un artículo al respecto en la TV Guide. Trataba sobre Adrian Samish, que en ese momento era el jefe de ABC Network Continuity, unos auténticos censores. Es una gárgola farfullante que venía de ser un publicista fracasado, un universitario fracasado y un homosexual fracasado, ni siquiera pudo subir ese escalón, así que lo pusieron de jefe de los censores y participó en una conferencia para revisar mi guión de "Voyage to the Bottom of the Sea" [Viaje al fondo del mar] e insistió en que me currara muchos cambios estúpidos. Así que le dije: “¡Todo eso me parece una estupidez! Y tú eres más estúpido al pedirme que lo haga. No sé quién serás tú, pero yo soy el escritor. ¡No tengo idea de a qué te dedicas!" Yo nunca haré esos cambios, y él contestó: "Harás que funcionen". Y le dije: "No, no lo entiendes, no los voy a hacer". Y me dijo: “Los escritores son unos lame-botas, así que vas a hacer lo que te digan". Y me volví loco.

Estábamos sentados alrededor de una larga mesa en la sala de conferencias de Irwin Allen. Irwin estaba a mi derecha y había 26 hombres más, todos alrededor. Salté sobre mi silla porque era la forma más rápida de llegar hasta donde estaba él. Era una habitación estrecha y todos tenían sus sillas un poco más hacia atrás o hacia adelante, así que habría tenido que rodearlas y estaba tan cabreadísimo que quería llegar hasta ese tío en ese mismo momento. No quería tener que dar toda la vuelta, así que escogí la ruta más recta, que era justo por mitad de la puta mesa. Había papeles y todo, y me resbalé con ellos y caí directamente sobre mi estómago, así que simplemente me deslicé a lo largo de la mesa y cuando me quise dar cuenta estaba acercándome a él como en uno de esos planos móviles de Alfred Hitchcock y ¡PUUUMMM! Le di una buena justo en el canal por donde se mete los batidos y ¡zap, pow! se cayó con el culo en pompa, virando hacia atrás, y se golpeó contra la pared, y como Irwin tenía colgada una maqueta enorme de seis metros de largo del Seaview, que supongo que habían usado para rodar la serie, se desprendió de los soportes y le cayó encima, y le rompió la pelvis a ese tío.

GROTH: Suena como un episodio del Correcaminos.

ELLISON: Sí, fue exactamente. Un episodio del Correcaminos. Así que fui a por él. Seguí avanzando mientras la mitad de mi cuerpo estaba sobre la mesa, mi culo seguía aposentado en la mesa. Me balanceé un poco y no pude alcanzarlo, y tres tipos me agarraron y me arrastraron hasta otra habitación, y yo seguí con mi adagio. Ya sabes, ¡dejadme a solas con él! ¡Me comeré los ojos de ese cabrón! ¡Le arrancaré el corazón! ¡Vomitaré sobre su madre! ¡Me mearé sobre él y haré que se escabulla como pueda! Me había vuelto loco. Me sentaron en una silla: "cálmate, cálmate de una vez". Oh, ese tipo quería demandar a Irwin, y él quería demandarlo a su vez. Ese tío quería también demandar a la 20th Century Fox. Irwin llegó a un acuerdo extrajudicial. No sé cuánto le soltaron, pero todo se resolvió fuera de los juzgados.

De todos modos, sí, suelen suceder ese tipo de cosas, pero la verdad es que nunca he tirado a nadie por el hueco de un ascensor. Y nadie se para a pensar: “Bueno, espera un minuto. ¿No seguirá el cuerpo ahí abajo? ¿Quién era ese chico? ¿No se preocuparía su familia por lo que le ha sucedido? Y si es cierto que Ellison ha tirado a alguien por el hueco de un ascensor, ¿no sería un asesinato? ¿No estaría la policía investigando los hechos? Nunca se paran a pensar esas cosas. Una vez me senté en una habitación donde nadie sabía que estaba allí y alguien pidió que contaran historias de Ellison, y escuché a esos tíos mentir y decir cosas en plan: "Bueno, lo que voy a contar es absolutamente cierto, porque yo estuve allí y lo he visto. En una ocasión en la Convención de Chicago, Ellison dejó caer un candelabro sobre 200 personas". ¿Sabes qué pasa si dejas caer un candelabro sobre alguien? Que se muere. Se muere. Mucha gente habría ido al hospital. Jesús. Pero mira, está bien que...

GROTH: Pero de alguna forma esas historias ayudan a promocionarte, ¿verdad?

ELLISON: No, no es promoción. Tampoco me preocupa la promoción. Y no es tan sencillo. Esas anécdotas no ayudan a mejorar mis historias. En el análisis final de mi obra, ese tipo de promoción solo es buena si quieres hacer programas de entrevistas para la televisión.

GROTH: Pero no es la obra en sí la que vende las cosas. Me refiero a que lo que vende la obra es la promoción que se hace de ella, ¿no?

ELLISON: Bueno, no. Verás, todos los meses se publican 200 libros de bolsillo. Tienes exactamente 14 días: esa es la vida útil de un libro de bolsillo en el quiosco (a menos que seas Harold Robbins o "Tiburón", y yo no lo soy.) Lo que significa que mi público es de los que me buscan a mí y a mi trabajo porque les gusta. Nunca se han promocionado mis libros. ¿Alguna vez has visto un anuncio de uno de mis libros en algún lugar? ¿Excepto quizá en revistas especializadas en ciencia ficción?

GROTH: No.

ELLISON: No. Ni siquiera de "Strange Wine" en su edición de bolsillo. Lo editó Warner Brothers y no lo pusieron ni un solo anuncio. Sin embargo, el libro se vende muy bien. ¿A quién se está vendiendo? A personas que conocen mi nombre y leen mi trabajo. Eso sí, aunque fuese el jodido personaje más colorido del mundo, no querrían volver a leer un mal libro de un mal escritor. No suele pasar. Sencillamente no repites. Así que me parece que lo que vende es la calidad de la obra. Porque soy un escritor underground que se me conoce por el boca a boca. Dentro de dos años igual no es así, te lo prometo. Tengo algo entre manos. Dentro de dos años entraré en el "top" de la lista de los más vendidos, y todos se aprenderán mi nombre y comprarán mi libro. Cualquier imbécil que suela leer sentado debajo de un secador de pelo o con una lata de cerveza en la mano va a comprar y leer el libro que estoy escribiendo, la novela que estoy escribiendo ahora y que entrará en el "top" de best-sellers. Te lo prometo. Número uno en toda la nación. Dios sabe cuánto tiempo estará allí, pero será el best-seller de ficción número uno nacional. Veo que frunces el ceño y que te estás diciendo: "A este tío la egomanía le está volviendo loco".

GROTH: ¿Todo eso está planeado?

ELLISON: Está planeado que sea... quiero decir, no voy a elaborarlo menos de lo que elaboro cualquier otra cosa que escribo. Escribo de una manera concreta: escribo para mí. Pero el libro que estoy escribiendo ahora mismo se parece al típico éxito de ventas. Será arrollador. Quiero decir, es una idea tan simple y maravillosa que te puedes decir: "Oh, Dios, ¿por qué no se me habrá ocurrido antes? ¿Por qué nadie había pensado esto?" A mí se me ocurrió. Y lo voy a escribir.

GROTH: ¿Es posible reconciliar a los best-sellers con el arte?

ELLISON: Eso creo. Lolita fue un éxito de ventas. El mundo según Garp tiene sus defectos, pero es un buen libro. Ragtime fue un éxito de ventas y una obra brillante. A veces ocurre. A veces las cosas escapan al entendimiento. No quiero escribir un libro tipo Peter Benchley, no voy a escribir como Jacqueline Susann o Erich Segal o Sidney Sheldon. Prefiero cortarme las manos que hacer algo así. Pero será una novela contemporánea.

GROTH: ¿Podrías verbalizar la diferencia de valores entre Ragtime y Harold Robbins o lo que hace Jacqueline Susann? Sé que suena como una pregunta de segundo curso, pero podría ser importante...

ELLISON: No, no es una pregunta de segundo curso. Solo es una pregunta muy difícil de responder en cualquier tipo de términos codificables.

GROTH: Lo sé. Por eso la hago.

ELLISON: Me parece que... Verás, todo el mundo dice: "Bueeeno, ya sabes, Harold Robbins, Jacqueline Susann, Erich Segal, solo son puro entretenimiento". Bueno, eso es lo que decían sobre Star Wars. Así es como catalogaban Star Wars, o Moonraker, así es como catalogan Los Ángeles de Charlie: solo es entretenimiento, como si la inteligencia y el entretenimiento pudieran ir por separado. Y como consecuencia, la palabra "entretenimiento" se ha convertido en una categoría bastarda, el denominador común más barato y más bajo posible de entretenimiento. Encuentro a Kafka muy entretenido. Shakespeare me entretiene mucho. No es altivo ni edificante, es entretenido. Puedo leer a Shakespeare y reír o llorar, o sentirme malhumorado o que me invada una gran angustia, su obra me conmueve. Porque el arte elevado hace eso: te toca y te alcanza a un nivel absolutamente humano. Y la diferencia entre un libro como Ragtime o Un día en la vida de Ivan Denisovitch, o cualquier otra cosa que haya sido un éxito de ventas y que se pueda decir que lleva el pálpito de ser arte, es que, además de ser noble, en contraposición al entretenimiento barato, para intentar apelar al mínimo común denominador del entretenimiento tiene una sensibilidad artística que habla sobre la condición humana y que de alguna manera te eleva y enriquece. Deberíamos salir de esa obra mejor que cuando entramos. Mientras que los libros de Harold Robbins e Irving Wallace y gente parecida son anti-humanos. Niegan la humanidad. Postulan plantillas, clichés, respuestas baratas y emociones humanas listas para usar. Son como un western de antaño: de alguna manera son en blanco y negro. Y por eso, son negativos. Son anti-humanos. ¿Responde eso a tu pregunta?

GROTH: Sí. Me parece una buena respuesta.

ELLISON: No estoy seguro de haber dicho algo así antes, porque tampoco estoy seguro de haberlo pensado en esos términos, así que probablemente tenga algún...

GROTH: Es difícil de concretar.

ELLISON: Y también suena muy pomposo y, sin embargo, Ragtime es un libro muy brillante, divertido, ligero, y sin embargo...

GROTH: Sin embargo, no fue uno de sus mejores libros, ¿verdad?

ELLISON: Ragtime me dejó asombrado.

GROTH: ¿En serio?

ELLISON: Sí. Ragtime me parece uno de los libros más importantes del último cuarto de siglo. Ese libro es una increíble caminata por la cuerda floja. Está delineado de una forma estricta y severa y tiene muchos puntos a su favor. Es un trabajo decisivo, porque utiliza historias reales y personas reales y los entreteje perfectamente. Es fantasía. Muy pocas personas se dan cuenta de que es pura fantasía. Ese libro me ha dejado sin aliento. Me gusta Welcome to Hard Times y... eh...

GROTH: El libro de Daniel.

ELLISON: El libro de Daniel, pero Ragtime me dejó alucinado. Creo que lo leí como seis o siete veces.

GROTH: Déjame seguir con algunas de las cosas de las que has hablado antes. Una de ellas trata sobre esta miserable condición en la que vivimos, donde se glorifica la basura más trivial e insípida como entretenimiento. ¿Cómo crees que hemos llegado hasta el estado actual de las cosas?

ELLISON: Siempre ha sido así. Siempre. En la cúspide más alta de la Civilización Romana, el pan y circo eran el entretenimiento principal. El entretenimiento popular era arrojar cristianos a los protestantes, o lo que sea a lo que los arrojaran, y legalizaron la prostitución, los burdeles públicos y la lucha contra osos.

Lo que voy a decir no le va a parecer bien a mucha gente. En este país en particular, nosotros siempre hemos totemizado al Hombre Común, del que he hablado sin cesar en mis ensayos. Este nebuloso concepto de noble salvaje que siempre se apresurará en el último momento a decir: “¡No linchéis a ese hombre! ¡Ese no es el estilo ameerricano!" y se opondrá a la injusticia, cuando en realidad el Hombre Común siempre ha sido el yeti baboso, sin nariz, con mandíbula con prognatismo y ceja inclinada que formaba parte de las turbas de linchamiento. Y los Adlai Stevensons del mundo y los Isaac Asimov del mundo, y los Jonas Salks y los Ralph Naders y las Florence Nightingales del mundo siempre han sido una minoría. Como he dicho, esto no se va a tomar a la ligera o lo va a escuchar la gente con una sonrisa de felicidad en la cara. Niego la nobleza y el honor del hombre común. Creo que ser alguien común es como ser muy básico. Creo que está más cerca del estado animal que de alguien elevado y noble. Claramente, soy un elitista y eso siempre ha sido lo peor que se le puede llamar a alguien. Llamar a alguien violador incestuoso de niños es menos ofensivo para la masa de monos que el hecho de llamarlo elitista, porque lo que está diciendo es: "Soy mejor que tú". Hay personas claramente mejores que el resto.

Nadie podrá convencerme de que Albert Einstein no era mejor que todos los que lo rodeaban mientras estaba vivo. Claramente, Galileo, ¡era mejor! Claramente, Jesús, ¡era mejor! Mejor porque era más brillante, más rápido, más ágil, más fuerte, capaz de pensar lo correcto, más inventivo. Louis Pasteur dijo una vez: "La oportunidad favorece a la mente preparada". Esas son las personas que mueven el mundo. Esas son las personas que lo arriesgan todo y a las que suelen condenar y enloquecer por ello, y suelen ser asesinados por ello, crucificados de una forma u otra. Son encerrados en los manicomios, como dijo Dylan Thomas. Y son ellos los que nos empujan, micromilímetro a micromilímetro, fuera de ese punto muerto, los que nos empujan hacia el futuro, hacia, esperamos, un mundo mejor. Si se la deja a su suerte, ya sea por motivos genéticos o por su situación, la masa siempre buscará la facilidad y la comodidad, y la no participación y la ausencia de responsabilidad.

¿Por qué, por ejemplo, hoy en día hay tantas mujeres en las zonas urbanas que claramente se están volviendo locas? Tal y como lo percibo actualmente, las mujeres parecen más irracionales que nunca. ¿Y sabes por qué? Porque por primera vez en la historia de este planeta, están exigiendo una especie de igualdad que no es solo su derecho, es que se lo debemos, hace tiempo que se lo debemos, aunque vaya acompañada de una responsabilidad concomitante en sus vidas. Y como durante miles de años no han tenido esa responsabilidad en sus vidas de la forma en que se lo están pidiendo a sí mismas y a sus hermanas, se están volviendo locas. ¿Por qué hay un aumento en el consumo de cigarrillos entre las mujeres? El aumento del cáncer entre las mujeres es de alrededor del 200 por cien durante los últimos cinco años. Es porque están más nerviosas, más susceptibles. Todos los antiguos esquemas se han roto. Ese tipo de responsabilidad que le pedimos a la gente para vivir en un mundo mejor, para hacer de este un mundo mejor, para ser más responsables, para dejar de conducir coches, para dejar de pavimentar el mundo, para dejar de talar árboles para no proveer de más papel a los abogados para que puedan poner más y más demandas. Eso es lo que me vuelve loco de todas esas demandas. Veo la cantidad de papel que usan y me vuelvo loco. Son unos cuántos malditos acres de bosques. Lo fotocopian todo cinco o seis veces. Si se equivocan, tiran el informe a la papelera: ni siquiera le dan la vuelta a la hoja y la usan como borrador. Me cabrea mucho. ¿Sabes que cada año se utilizan cien acres de bosques para hacer los envoltorios de McDonald's? Cien acres. Me parece aterrador.

De todos modos, por fijar esta idea, la de la masa de monos, el montón, el gran montón dormido que todo lo que quiere es estar cómodo y gordo. Todo lo que quiere es su televisor y su coche y no quiere que lo molesten. Les molesta la crisis del petróleo solo porque no pueden coger sus todoterrenos para destrozar la tierra y salir al bosque y prenderlo fuego con sus jodidas fogatas y ser tan gordos y felices como siempre han querido ser. La búsqueda del intelecto, la búsqueda del estado divino, están por encima suyo, y todo tiende hacia ellos. No solo en literatura, sino en televisión, en cine, en cadenas de comida rápida que han arrojado el acto de comer bien por la ventana. Los niños ahora se crían para creer que comer bien es ir a McDonald's. Y presionan y vuelven a presionar a su madre y a su padre, y papá y mamá se justifican diciendo [con voz de quejumbrosa ama de casa]: "Bueno, ya sabes, parecen comidas muy nutritivas. En casa tampoco podría darles comida tan nutritiva". ¿Qué quieres decir con que no puedes darles comida tan nutritiva en tu casa? ¿Qué diablos estáis haciendo todo el santo día que no podéis darles una comida nutritiva, mami y papi?

GROTH: Déjame preguntarte algo: ¿Qué hacemos con la gente estúpida, la gente que es demasiado obtusa como para aprender nada?

ELLISON: ¿Qué hay que hacer con la gente estúpida?

GROTH: Sí.

ELLISON: Son mayoría. No se puede hacer nada. Simplemente habrá que esconderse entre la hierba alta y rogar que no nos vean y nos maten. Es el síndrome del mono verde. Coges a un mono que lleva años viviendo en una jaula con otro montón de monos, lo sacas y lo rocías de un color verduzco, lo rocías de verde, y cuando lo vuelves a meter en la jaula, el resto no tardará ni un minuto en despedazarlo. Nos odian. Alguna vez he dicho esto mismo en televisión y la cadena llegó a recibir miles de telegramas y cartas donde indicaban: "¿Quién diablos se cree que es?" Bueno, te diré quién creo que soy, imbécil: soy el tipo que echó a Anita Bryant de la ciudad, ese es quien demonios soy. Nunca impediría que trabajase, pero estoy seguro de que tampoco permitiría que una loca enloquecida como esa se afianzara en su puesto e infringiese los derechos de otras personas. No se puede hacer nada contra la gente estúpida. Lo único que haces es rezar para que no te maten antes de haber superado los doscientos siete, o los ciento cuarenta y siete, o lo que sea. Ciento ochenta y cuatro. [Risas.]

GROTH: ¿Crees que el motivo del miserable estado de nuestra cultura es que hay demasiadas personas estúpidas que se niegan a aprender y se niegan a mejorar sus vidas? Son dos hechos que parecen ir entretejidos.

ELLISON: Bueno, claro que lo están, están inextricablemente vinculados. Pero verás, es casi imposible intentar culpar a nadie por su estupidez, porque ha sido programado de esa manera. Me refiero a que nos enseñan a ser cobardes de por vida. Empiezan a enseñarlo desde párvulos: "No levantes la cabeza por encima de la multitud, porque entonces nadie será tu amigo, los otros niños no querrán jugar contigo". Te enseñan a intentar agradar. Ser querido y vivir seguro son las dos cosas que te enseñan y que son las metas más altas posibles a las que se puede aspirar. Formar parte del equipo de fútbol, ​​entrar en una fraternidad, conseguir ese pedazo de papel que te dará un trabajo, entrar en una organización, ascender en ella, conseguir tener dos coches en el garaje y 2.6 niños y una casa en el Valle, y esas son las cosas que te enseñan y que te inculcan de todas las formas posibles, consciente e inconscientemente, a base de litografías a todo color y televisión con puntitos fosforescentes, y sutiles presiones impuestas por la iglesia, la escuela y la familia. Tus padres, Dios los tenga en su gloria, te transmiten esas ideas porque son los valores que les han inculcado a ellos. Dios no permita que te dejes barba y digas: "Quiero publicar un fanzine sobre cómics". Porque te dirán: "Ahh, este es un vagabundo, un vagabundo. ¿Por qué no se consigue un buen trabajo como embolsador en el Safeway?" Son las mismas personas que yendo por la autopista nunca se detendrían a ayudar a alguien que yaciese allí ensangrentado. Son las mismas personas que... cómo era aquello, a ver, 10 chavales se subieron a un autobús aquí en Nueva York y les robaron a 65 personas que viajaban en él. Cuando llegó la policía, solo quedaban cuatro personas dentro y nadie quiso informar sobre el tema. ¡Te inclinas frente a ese tipo de cosas, tío, te están esclavizando! Porque siempre habrá villanos y no les importas una mierda.

GROTH: “El lloriqueo de los perros apaleados”. [Se refiere a "The Whimper of Whipped Dogs", un relato de Ellison.]

ELLISON: Sí, exacto. O te conviertes en un creyente arrodillado ante el altar de la violencia callejera, la brutalidad y la deshumanización, o te comen vivo. ¡No hay otra opción! Eso es lo que elijo yo, luchar, pero nadie te va a aplaudir por ello. Porque pone muy nervioso. Siempre que ellos no tengan, (y cuando digo "ellos" me refiero a la masa de monos, al grupo, ya sabes, al vulgo), siempre que no tengan ante sí un ejemplo vivo de valor con el que ya no puedan engañarse más y seguir creyendo que la cobardía es discreción, comportamiento juicioso, la mejor parte del valor.

GROTH: Como crítico, crítico de televisión, ¿sientes la responsabilidad de enseñar, o en realidad escribes para personas que ya han sido iluminadas?

ELLISON: No sé cuál es la respuesta a tu pregunta, pero he reflexionado algo sobre el tema. En televisión he trabajado todo lo que te puedas imaginar. Ya no escribo para el medio, ni lo voy a volver a hacer. No se me puede comprar, no hay dinero suficiente, ni incentivos. Ya no pueden decir: "Sí, pero caramba, al menos puedes decir algo bueno por medio de tus guiones", porque ya no me importa. Ese medio te deja loco. Mientras esté encendida la TV y la estés viendo, eres un clon pasivo sentado ahí mismo que deja que esa mierda se filtre en tu cerebro. Cuanto mejor es el material que programan, más intrigante parece y más gente se sienta a mirarlo, y más se convierten en Jukes y Kallikaks y en analfabetos balbuceantes. Así que ya no voy a formar parte. En cuanto a mis escritos críticos sobre el medio, los he recopilado en un par de libros. Son de una columna [“The Glass Teat”] que estuve escribiendo cerca de dos años y medio. Es un compendio masivo de todo lo que soy capaz de decir sobre la televisión. Si no puedes decir todo lo que tienes que decir sobre la televisión en dos años y medio, en primer lugar no deberías ni haber empezado. Siempre están reimprimiendo mis libros: "The Glass Teat" y "The Other Glass Teat", se leen en todas las universidades de este país, en las clases sobre medios de comunicación: "medios de comunicación", lo que sea que eso signifique. "Medios", más de esa palabrería...

GROTH: Suena espantoso. También fui a esas clases en la universidad, espantosas.

ELLISON: Son como psico-balbuceos. Dicen: "Sí, la televisión es de los mejores medios". [Risas.] Y yo les contesto: "No, en realidad es un 'medio'. 'Medio' en singular".

GROTH: En esa frase hay que corregir dos cosas. Eso de "Mejores medios..."

ELLISON: [Risas.] Sí, bueno, es bastante contradictorio. En cualquier caso, finalmente reimprimieron la introducción de mi libro, "Strange Wine", mi ensayo más reciente sobre televisión, donde hablaba sobre muchas de las cosas que he dicho aquí. Empieza con algo en plan: "¡Desvelado! ¡Por fin! ¡Quién mató a los dinosaurios, y tú no estabas lo suficientemente guapo!" Trata sobre cómo la televisión nos está convirtiendo en una nación de analfabetos, y enseño las estadísticas que lo demuestran. Me refiero a que ya no es un juego; ni siquiera es discutible. La televisión lleva funcionando 40 años. Sabemos lo que le hace a la gente. Sabemos lo que les hace a los niños. Sabemos lo que le hace al orden social. Por primera vez en la historia del planeta, contamos con un plan de estudios universal. El chiquillo de Beirut y el chiquillo de Bayou, Nueva Jersey, tienen la misma imagen en el cerebro sobre cómo son los jóvenes, los viejos, los ricos, los pobres, los hombres y las mujeres. En cuanto empiezas a trabajar mediante una plantilla y clichés, todo se vuelve anodino y ya no hay espacio para el individuo. Cuando no hay espacio para el individuo, no aparecen más Jonas Salks, ni Ralph Naders, ni tampoco Wilbur y Orville Wrights, ni Mary Wollstonecraft Shelleys. Ya no. O si ocurre, mueren jóvenes.

Así que reimprimieron esa parte en el boletín de la Asociación de Críticos de Televisión. Bueno, pues me cayó una lluvia de mierda, amigos. Porque esos idiotas se ganan la vida con eso. Me refiero a que les gusta chupar el cuello de ese espantoso duendecillo, la televisión, ese gigante que ha dominado la tierra. Y tampoco pueden afrontar que en realidad son proxenetas y prostitutas de una fuerza básicamente destructiva. No pueden afrontarlo. Así que ofrecen todo tipo de razones extravagantes y absolutamente irrelevantes para asegurar que la televisión es buena, o te empiezan a explicar por qué merece la pena, o la peor ilusión de todas [con voz pomposa]: "Bueno, ayudo a cambiarla escribiendo estas críticas tan relevantes", que es un argumento tan válido como el del idiota que trabaja en la sala de correo de la NBC y dice:" Voy a cambiarlo todo desde dentro". Durante años me estuve mintiendo porque estaba ganando dinero, y luego, llegó un día en el que ya no pude volver a hacerlo. Me dije: "¡Esto es jodidamente malvado!" ¡No quiero formar parte!" Si, me pongo realmente mesiánico al respecto. Es lo más cercano a la religión de lo que voy a estar alguna vez. Así que en realidad no es culpa de las personas, porque ser estúpido es lo más cómodo. Ser un cobarde es muy cómodo...

GROTH: La gente estúpida es feliz.

ELLISON: No estoy tan seguro. Tengo otra teoría. Durante toda mi vida he escuchado cosas en plan: "La ignorancia es una bendición". Pero yo tengo otra teoría. Aquí va la nueva teoría: creo que los seres humanos somos básicamente iguales, los inteligentes, los tontos, yo, tú. Soy igual que el pobre diablo que vive en una choza de madera en las montañas de Virginia. Soy igual que él. Pero yo sé por qué soy infeliz. Ellos sufren la misma angustia: el mundo también los está aplastando. Tienen que pagar impuestos de mierda, les duele el estómago por la mala comida, sus hijos están jodidos y no saben cómo enriquecer su vida, sus matrimonios van muy mal, anhelan y tienen hambre de mejores cosas, no conocen cuál será la naturaleza de esas cosas, no saben quiénes quieren ser. Han intentando vivir como vivían sus padres, sus abuelos y antepasados ​​y ya no funciona, porque viven en un mundo diferente. Ahí fuera hay un tipo con un botón. Y puede presionarlo en cualquier momento. No entienden por qué se están muriendo con los pulmones negruzcos, no entienden por qué sus hijos nacen con dos cabezas, no entienden que alguien ha esparcido contaminantes en el aire en el Tíbet, que ahora han llegado flotando hasta donde demonios estén viviendo, Decatur, Georgia. Pero saben bien que no son felices. Hay una tremenda infelicidad subliminal, subcutánea. La diferencia es que no saben quién se la está provocando. No saben que están siendo manipulados por la televisión y por las grandes corporaciones que quieren que compren cereales con azúcar y otro coche nuevo que vale quizá mil dólares fabricarlo y se lo están vendiendo por diez mil dólares. No comprenden cómo es la naturaleza de lo deshonesto. Se quedan mirando a idiotas como Ronald Reagan, que asegura que no deberían estar contentos. Dicen: "Sí, soy infeliz", y él les dice: "Bueno, espera un momento, ¿sabes quién te hace infeliz?" Son los judíos o los comunistas, o las grandes corporaciones, o los demócratas, o Jimmy Carter." "¡Si! ¡Si! ¡Es justo eso lo que me hace infeliz!" Y se llevarán a cualquiera por delante y les importará una mierda.

Pero no son más felices que nosotros. No son más felices porque sencillamente son idiotas. Por el amor de Dios, también sufren, ¡son seres humanos! Arden, les duele, sangran, lloran, pero simplemente no saben por qué. No saben qué hacer para aliviarse. Así que lo que hacen es emborracharse, acuden a partidos de fútbol, ​​se follan a sus esposas y esposos, conducen rápido por las carreteras. Puedes verlo en Nueva York: la gente que va al maldito New York Experience y Studio 54 es tan estúpida como los campesinos del sur. La única diferencia entre la droga que se consume en Paswell, Virginia y la droga que se consume en Nueva York es que en Paswell, Virginia sale de la boca de Ernest Angley y el PTL Club, y el 700 Club y Billy Graham y Oral Roberts, ya sabes: "¡Dame esa serpiente!" y toma tu refresco. Bailan hasta que se caen de culo, y follan hasta que se quedan ciegos, si es que luego pueden levantarse, y para ellos es una vida maravillosa. Una noche mágica es estar en la misma habitación con Truman Capote, que está "intoxicado"...

GROTH: ¿Leíste el ensayo sobre la televisión de John Simon?

ELLISON: No, ¿dónde se publicó?

GROTH: En la TV Guide. Después de comprar su primer aparato de televisión aseguró que tampoco le supuso una completa pérdida de tiempo porque podía poner plantas y cosas encima y no tenía que agacharse para recogerlas de la mesita.

ELLISON: Tiene razón, seguro que le llegaron un montón de cartas remitidas por unos cuántos idiotas de Pittsburgh. ¿Te has fijado en que los idiotas siempre escriben desde allí? (Voz nasal quejumbrosa:) "¿Quién diablos te crees que eres?, ña, ña, ña, solo porque uses palabras complejas no significa que seas más inteligente que..." Sí que lo es, señora, significa que discierne el idioma inglés. Es una herramienta y la utiliza correctamente. Admiro enormemente a John Simon. Una de las pocas personas en este mundo con miras elevadas. De vez en cuando se equivoca y a veces se pone en ridículo, pero qué demonios, es capaz de correr riesgos, de subirse encima de la cuerda floja.

GROTH: Tiene el coraje suficiente.

Si. Y me encanta cuando usa palabras de las que nunca había oído hablar. Corro al diccionario para encontrarlas. Está bien. John Simon es uno de nuestros recursos naturales. Es una persona muy agradable. Hemos celebrado un par de charlas por teléfono. Reseñó una película con la que yo había tenido algo que ver, que se basaba en una de mis historias, y la criticó y dijo: "Si no hubiese sabido lo buen escritor que era Harlan Ellison, hubiese pensado que era el responsable de esta abominación, pero está claro que no es culpa de su trabajo". Muy agradable, y le dije: "Muchas gracias". Es muy ecuánime y equitativo. Y la gente lo ataca por meterse con Liza Minnelli por su apariencia, pero cuando eso es lo que vendes... En primer lugar, esa mujer es un demonio y una ladrona de tumbas. Lleva viviendo del cadáver de su madre desde hace Dios sabe cuántos años. También es una joven virtualmente sin talento. Me refiero a que parece un pajarito que se ha caído del nido y los buitres la han arrancado todas las plumas. Y en lo que respecta a su forma de cantar, me gusta más escuchar cómo el líquido Drano baja por las cañerías.

GROTH: Fui a una conferencia que dio Simon en la New School y fue bastante buena. Apareció la típica loca que le chilló y fue muy divertido.

ELLISON: Me pongo en su lugar, por las conferencias que he dado yo mismo.

GROTH: Tú también te vuelves loco...

ELLISON: ¡Oh! Fue en Billings, Montana, y dispararon contra mí en el escenario. En Ohio, en el Wittenberg College, me pusieron a hablar sobre la religión, cuando solo un maldito imbécil habría dejado que pasara algo así. Aparentemente, la audiencia estaba llena de locos como los de Jews for Jesus y otros freaks del estilo, los Hijos de Dios y todos esos tarados, así que parafraseando a Mark Twain les dije: "Si realmente creéis que hay una entidad divina que lo supervisa todo, y os fijáis en cómo está el mundo, os veréis forzado a llegar a la ineludible conclusión de que Dios es un maligno matón". Y una joven se subió a un balcón y empezó a gritarme: "¡Tú eres el Anticristo!" "¡Estás haciendo el trabajo del diablo! " Y volteó su Bic -literalmente, un encendedor Bic- y se prendió fuego al pelo, intentó inmolarse, y todos sus amigos se levantaron y empezaron a gritar y a golpearla en la cabeza, y ella se echó a correr por el pasillo y salió al exterior con todos sus amigos, que corrían detrás. Fue un momento al estilo "The Producers" [Los productores, 1967], el resto del público se quedó sentado boquiabierto, y luego se volvieron hacia mí y les dije bien alto: “Ha sido fantástico. Sensacional. ¡Mi mejor noche! Me refiero a que, ¿cómo podría continuar este show tan bueno?" Aquí tienes un leproso. ¡Rrrripp! Extiende el brazo hacia el público. Es fantástico. Algunas noches fueron mágicas. Y me encanta. Me encanta. La gente me dice: "Bueno, lo que intentas es dejar pasmada a la audiencia". Y les digo: “Absolutamente. Absoluta y jodidamente si. ¿Qué pasa, que he venido a echarme una siesta? Mi intención es correr alrededor del círculo como si fuese un perro pastor, tan duramente como sea capaz, hacer el mayor ruido posible y evitar que los lobos se coman las ovejas, si es que eso es posible. Puede que por mi parte sea un intento ególatra de racionalizar y ennoblecer mi propio caos, pero es que soy así. Ni siquiera soy un tocapelotas. Solo un alborotador.

GROTH: Una de las cosas sobre las que quería hablar era acerca de The Illustrated Harlan Ellison, que es lo que nos llevó a esta entrevista...

ELLISON: Si, como que la activó.

GROTH: Tuviste tus reticencias sobre esa reseña.

ELLISON: Bueno, hay críticas que no me gustan nada. Dan Steffan hizo una reseña de The Illustrated Ellison en Thrust donde decía cosas parecidas a las que tú publicaste en The Comics Journal, no sé quien escribió la reseña.

GROTH: Pierce Askegren.

ELLISON: Cierto. Y no entendí ni papa de las objeciones que le ponía a la obra. Os aseguro que que estoy muy satisfecho con The Illustrated Ellison. Eso sí, hay muchos tíos que... sé que Chip Delany se ha retractado de algunas de las cosas que dijo en su artículo sobre Empire. O eso me parece, no lo sé con certeza.

GROTH: Nos envió una carta.

ELLISON: Mi objeción es que... verás, me pasó a mí y también a otros. Sufres algunos períodos en los que, de repente, le caes gordo a todo el mundo. Sin ninguna razón en particular, sencillamente te consideran una mierda. Es como... mira Don Heck por ejemplo, existe un motivo por el que todo el mundo piensa que es una mierda, y es porque realmente es una mierda. Pero…

GROTH: Te refieres a que se pone de moda sentir que cierta gente...

ELLISON: ...no está haciéndolo bien. Pero mejor hablemos de Byron Preiss. Yo también he tenido varios problemas con Byron Preiss, y Byron me ha enviado largas cartas para justificarse, aunque me encantaría que no lo hiciera. No tiene que hacer eso porque, por resumirlo, en algún momento podría incluso decir que Byron Preiss es ético de una forma obsesiva. Es un verdadero niño, yo lo describo como un niño, aunque no debería. Es un hombre, pero supongo que pienso en él de esa forma por todo el entusiasmo que arrastra consigo. Byron Preiss hace todo lo posible por ser concienzudo. Independientemente de lo que quiera expresar, ha logrado tener una remarcada influencia en lo que se está haciendo en los medios visuales.

GROTH: Sin embargo, se necesita mucho más que ser concienzudo.

ELLISON: Bueno, sí, pero me parece un comienzo. En las críticas que he leído contra Byron, he detectado cierta tendencia, particularmente en tu revista, y no una, sino muchas veces, (muchas son críticas sutiles, y puede que algunas sean válidas, no lo niego, pero muchas me parecen locuras). Muchas están escritas por personas que aparentemente no comprenden la sencilla mecánica de cómo se monta algo. Como coordinador, hacer The Illustrated Ellison le llevó un par de años en los que tuvo que colaborar con 10 artistas enloquecidos. Por ejemplo, Neal [Adams]. Amo a Neal, pero Neal nos dejó colgados un tiempo. Se suponía que iba a hacer "Riding the Dark Train Out". Nunca llegó a hacerlo. Bernie [Wrightson] iba a hacer algo para nosotros. Por el motivo que sea tampoco lo hizo. No es que los esté menospreciando, no digo que fuesen malos. Bernie se involucró en su proyecto sobre Frankenstein y sencillamente no tenía tiempo, eso es todo. Neal tiene nueve millones de proyectos en marcha. Entiendo que... Jesús, yo mismo los tengo. Y no se puede decir que sean malas personas. Sus energías circulan por otro lado. No obstante, Byron montó algo que a mí, como persona que da nombre al tomo, me parece una obra increíblemente buena.

Hay cosas que no me gustan tanto. Tampoco voy a decir cuáles, porque no tengo motivos para hacerlo. Creo que algunas historias se podrían haber hecho de forma diferente, un par de las cosas que quería hacer Byron me parecen muy extrañas. Pero de hecho, él era el editor de la obra. Nuestro acuerdo pasaba porque yo podía supervisarlo todo. Los guiones, los bocetos, los dibujos acabados. Se esforzó mucho. Muchas veces no pudo por culpa de los plazos, los dibujantes entregaban tarde, estaban locos, lo que fuese. Algunas cosas de la obra, por ejemplo, lo que consiguió Overton Loyd con "I’m Looking for Kadak", me parecen geniales, ¡es un absoluto genio! Nunca podría haber visualizado a los extraterrestres judíos de la historia mejor que Overton Loyd. Ni siquiera lo conocía. Se parece a Robert Grossman, pero es mejor, ¡mucho mejor! que Grossman. Me pidieron que escribiera uno de los relatos de la película Heavy Metal y me dijeron: "¿Con qué dibujante te gustaría colaborar?", y nombraron a un montón de artistas, y yo les dije sin dudarlo: “Quiero a Overton Loyd. Solo a ese".

El experimento 3-D de Steranko con "Repent, Harlequin, Said the Ticktockman", independientemente de lo que pienses... te juro que conozco a gente con un sentido artístico muy, muy desarrollado, es decir, personas que en su casa tienen colgados Mark Rothkos, Picassos, me refiero a que saben de arte, no son unos diletantes, y vieron las cosas de Steranko y me dijeron: "Está muy bien". Otros dijeron [con voz de comadreja]: “¿Qué diablos es esto? No lo entiendo". Si quieres me podría quejar de lo que hicieron en la edición limitada [de "Repent, Harlequin, Said the Ticktockman"]: quitaron la cita de Thoreau. Vale, elimina mis palabras de esa maldita edición, pero por el amor de Dios, no quites a Thoreau. No quites a Thoreau porque pienses que sus frases no encajan. En realidad no sé si fue culpa de Steranko porque no le gustaba el diseño artístico o si fue cosa de Byron... no importa. Eso es lo que pasó. Así que sigo teniendo mis pequeñas reservas, me da que pensar.

Pero me gusta mucho la obra. Estoy contento y orgulloso de ella. Y la editó Byron Preis. Lo hizo él, maldita sea. Embutió a los autores, la montó, cuidó de los malditos dibujantes enloquecidos, se sentó conmigo y soportó las locuras en las que insistí que había que hacer. Es una obra que me complace agregar a mi bibliografía. Y luego te lees esos análisis a machamartillo increíblemente pomposos, sentenciosos, realizados por idiotas de los que nunca había oído hablar. Dios sabe qué narices harán para ganarse la vida. Vender helados en Baskin-Robbins o algo así, y en su tiempo libre escriben una reseña. Y se sientan allí y juzgan a los que son mejores que ellos. Porque Byron Preiss es uno de los mejores, tío. ¿Sabes por qué? Porque se arriesga. Byron sacó la serie Weird Heroes, Byron sacó Empire, Byron editó Las Estrellas, Mi Destino, Byron hizo The Illustrated Ellison. Byron logró todas esas cosas. Puede que alguna fuese un fracaso, pero maldita sea, ¡las hizo! No se limitó a sentarse y hacer pequeñas criaturas de patas peludas para "Weirdworld". Así que es alguien digno de respeto y merece una atención respetuosa por sus intenciones y la ejecución de las obras. Puede que tenga fallos, pero siempre podrás decir: "Ha sido un intento, un buen intento, pero también ha sido un fallo. Aunque tenga una excusa detrás". Lo cuál esta bien.

(Continuará)

No hay comentarios:

NUEVA YORK EN EL DAREDEVIL DE FRANK MILLER

"Investigué mucho para hacer un buen trabajo. Si me pedían que dibujara una cascada, iba hasta una y la dibujaba. Esto es algo que a...