(De la columna “Come In Alone” número 2, escrita por Warren
Ellis. Aparecida el 10 de Diciembre de 1999 en Comic Book Resources. Traducida
por Frog2000. Nota: el título es una invención, la columna original no tenía
ningún encabezado.)
Todos hemos descubierto los cómics por nosotros mismos.
Entrar en el mundo ficticio de la novela gráfica no es una actividad grupal. Es
el acto de un solo lector que coge la copia de un cómic. Todos venimos en son
de paz.
Los cómics son un medio de masas en el que nos hemos metido
nosotros mismos. No lo experimentamos en compañía de nadie, como sí hacemos con
las películas, la TV y algunas veces la música. Porque no os reunís con doce de
vuestros amigos alrededor de un cómic, y vuestros familiares tampoco se apiñan
juntos a su alrededor todas las tardes. Y normalmente no bailáis con uno en la
mano, ni intentáis hacer el acto sexual en los labavos mientras sostenéis uno.
Bueno, en realidad esto último no es verdad. Pero puedes ver cuál es mi idea.
Los cómics no son una experiencia grupal.
Y tampoco los puedes experimentar en el entorno de la
cultura “mainstream”. Cuando te pillas un libro sabes que mucha otra gente lo
ha hecho también, o que lo va a hacer. Puedes ver las reseñas en los periódicos
y en las revistas culturales. Puedes experimentarlo en un contexto cultural simultáneo,
y es capaz de conjurar conversaciones a su alrededor. Por supuesto, también
tienes la opción de ignorar dichas conversaciones y entrar “virgen” en la obra.
Pero demonios, esa es una opción propia de los cómics. No hay intercambios
públicos de ideas sobre un título, ni comentarios que se puedan encontrar
acerca del dibujo… o por lo menos, que podamos encontrar en Inglaterra. Tal y
como yo lo entiendo, en norteamérica, el intercambio de ideas sobre los dibujos
empieza y acaba siempre con una demanda durante estos días. Nadie quiere hablar
sobre la obra, y muy pocas personas quieren hablarlo con nosotros, los
creadores, (si nos vamos a algún otro país que ante todo no sea anglosajón,
entonces, por supuesto, las cosas cambiarán). Pero eso sería motivo de otra
columna entera que podría escribir el próximo año, si finalmente viajo a
Escandinavia de nuevo... la parte del mundo donde Bud Grace, autor de cómics y
antiguo físico núclear, me describió una vez como “El Cielo de los Cómics”.
Como medio para marginados, ahora tenemos condiciones muy diferentes: creamos
para ti un mundo en el que puedes entrar como lector solitario y aislado de las
conversaciones culturales. Y además vienes solo.
Ahora mismo no puedo coger un periódico y leer la reseña
sobre alguna nueva novela gráfica o sobre una nueva colección mensual. Eso me
fastidia mucho. Tampoco puedo ver nada en TV sobre el medio. Creo que una vez
hubo un programa de televisión sobre cómics que emitía el canal americano
Sci-Fi Channel. El presentador me lo puntualizó en la San Diego Con de 1997. Se
parecía a un feto. No tengo ni idea si todavía se está transmitiendo, ya que en
Europa el Sci-Fi Channel no parece estar atado por ninguna obligación de
transmitir contenidos en pantalla aprobados por los padres. O cualquier otra
cosa que no sea maratones jodidamente interminables de EL HOMBRE DE LOS SEIS
MILLONES. Lo que sí hemos conseguimos son algunos programas que son la
intentona británica de hacer lo mismo, y se llaman COMICANA. Eran tan
excesivamente pésimos que se evaporaron tal y como llegaron, sin entristecer a
ningún ser humano. Pero ya sabes, fue suficiente. También es difícil encontrar
un programa de televisión decente sobre libros.
De acuerdo, sí, aquí en Inglaterra The Guardian normalmente
reseña la nueva colección de PREDICADOR o lo último de Gaiman, pero eso es todo
por ahora, la suma completa. Y eso no está nada bien. Si tengo que someterme a
las críticas de libros poéticos de menor tiradas como, por Dios, no sé, el
semi-autobiográfico LA SOLITARIA MUERTE DEL NIÑO QUE NO TENIA PIERNAS,
publicado por la Editorial Defecto En El Habla y La Obscena Aberración De Piel,
de Nebraska... entonces, qué demonios, ¿por qué no dedicar un espacio a una
forma artística que en fríos términos comerciales llena las Salas de las
Convenciones?
Y no, no me malinterpretéis. MAUS se convirtió en una obra
importante para los medios de comunicación debido a que, no nos engañemos,
vendió muchísimo. Quiero decir, no quiero minimizar la importancia de la obra,
pero ninguna novela gráfica conseguirá ríos de tinta como los consiguió MAUS
tan sólo porque sea buena. Lo que ocurrió aquí fue que era la primera novela de
un nuevo atuor, y que a todas luces vendió muy bien. Uno de los principales
creadores de novelas gráficas de Inglaterra es un hombre que casi está inédito
en Estados Unidos, alguien llamado Raymond Briggs. Como se suele decir, mueve
muchas unidades. Como era de esperar, el nuevo Raymond Briggs recibe una seria
cobertura en las páginas de literatura, televisión, radio y en cualquier otro
maldito medio. Lo que me parece genial. Pero tened en cuenta algo: o bien
produce obras específicamente para niños, o bien específicamente para adultos.
Trabaja fuera de cualquier género, en lo que en el mundo de la literatura llaman
“maintream”. Y ha sido publicado por respetados editores de libros.
También es muy interesante una autora de cómics muy popular
que trabajaba en los periódicos ingleses en los Ochenta: es Posy Simmonds, que
reapareció en 1999 con una nueva novela gráfica, GEMMA BOVERY. Fue serializada
a razón de una página diaria por The Guardian. Tenía un tamaño de página
inusual y fusionaba el cómic con amplias secciones de prosa escrita a máquina,
pero no os equivoquéis, era una novela gráfica. Fue recopilada en forma de
libro semanas después de que concluyera su serialización. Es una obra muy
buena, aunque no estoy seguro de que se pueda exportar... porque trata sobre un
trágico romance y un idilio satírico, y puede que los jugueteos con Madame
Bovary sean transparentes para todos aquellos que se hayan leído la novela,
pero su forma de ensartar una determinada pieza de clase media inglesa irreal y
sus poco artísticas tendencias coloniales en la Provenza podría parecerle algo
un poco más opaco para el lector que vive fuera del Reino Unido. Si estás
interesado en los cómics échale un vistazo de todos modos, y así podrás
comprobar por ti mismo el perfecto ritmo que le imprime Simmonds a la historia
y la fusión que es capaz de crear entre prosa y narrativa secuencial con dibujos.
GEMMA BOVERY realmente ha logrado ser parte de las conversaciones culturales de
su época, y tengo la sensación de que las pocas personas de los periódicos que
han defendido vocalmente el arte de los cómics la recibieron con alivio. Por
fin tenían algo que poder recomendar.
Porque verás, cuando MAUS fue recibido de forma
inequívocamente gloriosa por la crítica, la gente se apresuró a buscar algo más
que enseñar a los nuevos lectores de cómics que acababan de descubrir la
narrativa secuencial y que estaban favorablemente dispuestos a intentarlo con
alguna obra más. Eso fue, ¿cuando? ¿en 1987? ¿Qué podíamos ofrecerle al lector
“mainstream” ese año, aparte de MAUS? ¿“EL REGRESO DEL SEÑOR DE LA NOCHE,
quizás? Un trabajo de género... ¿WATCHMEN, en 1987? Trascendía su género, pero
aún así seguía siendo una obra de género. ¿Qué más se podía ofrecer? Había
algunos SOPA DE GRAN PENA y un montón de desagradables EL INCREIBLE HULK VS EL
ZURULLO VIVIENTE DE ZOGG --- UNA NOVELA GRAFICA DE MARVEL, que era todo lo que pasaba
en sus cuarenta y ocho páginas. Es por ese motivo que hacíamos el ridículo
mientras la gente seguía diciendo "No me gustan los cómics", que es
lo mismo que decir que no te gusta la música, el cine o los libros. Cuando la
gente da un paso y se adentra en el medio, demasiado a menudo no hay nada que
valga la pena enseñarles.
Estamos solos porque, por lo general, nadie le da una
sacudida a esto.
(Puede que sea porque tenga la gripe, pero progresivamente
LA SOLITARIA MUERTE DEL NIÑO QUE NO TENIA PIERNAS me está pareciendo un título
con muchas posibilidades.)
INSTRUCCIONES: Lee “Children Of Chaos”, de Douglas Rushkoff
(1997), escucha “The Contino Sessions”,
de Death In Vegas (1999), y echa un vistazo al movimiento Dogma. La novela
gráfica recomendada de hoy es GRENDEL: DEVIL TALES, de Matt Wagner (Dark Horse,
1999).
Ahora márchate.
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