Entrevista de septiembre de 2013 realizada por Jeff Jetton para Brightest Young Things. Traducida por
Frog2000.
JJ: Pero al mismo tiempo esas conexiones no habrían sido posibles si en primer lugar no hubieses tenido la posibilidad de viajar.
IM: También fue corresponsal de la Casa Blanca entre 1963 y 1966. Más tarde fue el editor de la sección religiosa del Washington Post desde aproximadamente 1966 hasta 1975 o quizá fuese 1974. Luego se convirtió en el editor asociado del Washington Post Magazine hasta 1986. Pero continuó corrigiendo los crucigramas durante todo ese tiempo. También fundó una revista titulada "En Confianza" que estaba dirigida a los seminarios.
JJ: ¿Cómo es que terminó en el lado religioso de las cosas?
IM: Estuvo en un seminario hasta los años cincuenta. Y luego lo dejó para casarse con mi madre y tuvo a mi hermana mayor. Todavía sigue involucrado con la iglesia de St. Stephens, ya sabes, donde todavía se pueden ver algunos conciertos.
JJ: ¿Eres religioso?
IM: No soy practicante. Dejé de ir a la iglesia alrededor de 1974.
Tampoco es que se haya derramado escasa tinta periodística para hablar sobre Ian MacKaye. Aunque sea a regañadientes, se suele nombrar al líder de Fugazi como la voz de una
generación, pero en realidad tan sólo es un tipo incomprendido con
una casa repleta de cosas increíbles. No estamos sugiriendo
que debería aparecer en uno de esos episodios televisivos donde las personas acaparan cosas ni nada
parecido. En realidad tan sólo es una manía bastante chula.
Hace poco nos sentamos con el padre fundador del punk para hablar
sobre todo tipo de cosas, desde las pequeñas Ligas hasta los Grateful
Dead. Y no, por si acaso teníais curiosidad, no se parece a un oso de
peluche. Ni tampoco se considera un bibliotecario.
Ian MacKaye: Luego va a venir un tío a
recoger algunas cintas de una vieja banda llamada Trench Mouth,
quería que lo supieras, porque pronto se presentará. Los Trench Mouth
de DC.
Jeff Jetton: ¿La banda de Fred
Armisen?
IM: No, son los Trenchmouth originales.
¿Has visto ya el libro titulado "Hard Art"? Los Trenchmouth... fueron una banda
magnífica. Mira... en esta foto tengo diecisiete años.
Aquí tienes una foto de ellos en 1979 tocando en los Proyectos de
Green Valley. Los Teen Idles tocaron con Bad Brains en 1980 en el mismo sitio. Supuso una experiencia increíble e inusual. Tiramos un cable
por la ventana y lo conectamos a la mesa y los amplificadores y tocamos en
el mismo patio. Fue una experiencia increíble. Sólo nos vieron los
niños que estaban pasando el rato por la calle.
JJ: ¿Crees que les expuso a esa nueva música?
IM: Básicamente así fue, de una forma literal. Ese era el concepto de HR [El cantante de Bad Brains] en la
época. En Inglaterra habían organizado unos conciertos que se llamaron “Rock
Contra el Racismo”, pero HR se dio cuenta de que eran bandas blancas
tocando para un público blanco, lo que no le parecía bien, porque
su idea era inspirarse en el evento “Rock Contra el Racismo”, coger a una
banda de una punta de la ciudad y que tocase en la otra. Así que en
este caso, la idea era que una de esas bandas tocase en el patio de un proyecto de
viviendas de Anacostia. En esa época antes del metro todavía no existía la línea
verde. Había como una falta de conectividad entre los barrios. Anacostia fue siempre una
parte segregada de la ciudad. Uno de los chicos que estaba viendo el concierto con su madre tocó a Henry (Rollins) con la mano, porque era la
primera persona de raza blanca que había visto en su vida. Pero los
Proyectos de Green Valley se terminaron, terminaron por ser
derribados. Así que de todos modos, he estado digitalizando esas cintas de
Trenchmouth, he reconstruido esas viejas cintas. Porque se caían a pedazos.
Para hacerlo he cogido una caja que estuviese bien, he destapado la que estaba vieja
y he puesto el contenido en la nueva. Como puedes ver el interior de las
viejas casetes, te puedes dar cuenta de que esa pequeña pieza de fieltro siempre
se seca. Y muchas veces la propia cinta se ha quedado doblada, algunas de
ellas las he tenido que calentar...
JJ: ¿En el horno?
IM: Bueno, para hacerlo las pongo en una cajita con una bombilla durante un tiempo. La
cinta está hecha de plástico con partículas magnéticas adheridas. Las partículas magnéticas llevan la información que hace
que suene la cinta. El pegamento hace que las partículas se
peguen a la cinta magnética, pero puede que se haya secado o que alguna otra cosa haya ido mal. Lo que hace que resuene el sonido en el reproductor es
el cabezal magnético. Así que si esas partículas no están pegadas bien, la cinta no suena correctamente. Si la metes un poco de
calor, el adhesivo se activa de nuevo. Así que últimamente he estado digitalizando todas esas
cintas de Trenchmouth y algunas otras.
JJ: ¿Te habías imaginado alguna vez
que acabarías como una especie de bibliotecario del rock and roll?
IM: Nunca me he imaginado como nada.
Nunca he tenido una meta o una visión de futuro. Sólo miro lo
que está enfrente de mí. Como esta entrevista.
JJ: Antes has comentado lo que te parece la percepción
que tiene la gente sobre tu persona y cómo la haces frente. ¿Te resulta dificultoso?
IM: Dificultoso no es la palabra que usaría.
JJ: ¿Molesto?
IM: Molesto encaja mejor. Hasta cierto punto, lo que la gente piense de mí no me importa una mierda. Lo que me molesta es tener que gastar tiempo y energía para
solventar las consecuencias de lo que la gente suele creer. Por ejemplo, digamos que la gente afirma: "es un tipo totalitario, estricto, alguien con el que resulta difícil trabajar", o
lo que sea. Creo que no es cierto, pero la percepción de la gente les lleva a pensarlo,
como si yo fuese una persona fundamentalista. Así que termino pasando demasiado tiempo diciendo: "No soy fundamentalista." Tengo otras
cosas que hacer. Otro ejemplo: soy vegetariano desde hace 26 años, no es un gran secreto que tenga que ocultar, sino una decisión que he tomado. Si voy a la casa de
alguien a cenar, la gente se extraña mucho, pero es una información que no me gusta compartir alegremente porque sí.
JJ: ¿Por qué crees que la gente se
preocupa sobre tu persona en particular? Parece que eres de ese tipo
de gente sobre el que las personas se preocupan más que sobre
cualquier otra persona que sea una celebridad o una anti-celebridad,
o lo que sea... parece que lo que tú dices impacta más en un
determinado grupo de gente...
IM: No tengo ni idea. No sé si es
cierto.
JJ: Casi parece una maldición. A la gente le importa la hostia lo que dices.
IM: Las personas benevolentes me caen bien, no me importa. Supongo que hay personas que tienen
sus propios problemas y deciden solventarlos a través mío, por lo que es algo con lo que tengo que lidiar. Como cuando alguien
escribe un texto desagradable sobre mí. Por lo general dicen cosas falsas, porque yo me tengo por buena
persona. Pero dicen: "¡Es un gilipollas, arruinó la música,
no es divertido!"
JJ: ¡Ian MacKaye odia la diversión!
IM: La gente se me acerca y me
pregunta qué pienso sobre todos esos artículos, cuando nunca doy qué pensar a nadie.
JJ: ¿Pero te duelen al final?
IM: A nivel personal no, pero
me hacen daño a otro nivel más extenso, porque me digo: ¿por qué es
tan estúpida la gente? ¿Por qué tenemos que pasar por todos esos tragos innecesarios? Combate el crimen, pero no luches conmigo. Si quieres marcar una diferencia, no pelees
conmigo o con Fugazi. Hay punks que literalmente
protestan por la existencia de Fugazi. Yo respeto los boicots. Respeto un boicot
consecuente, ¿pero boicotear a todas las bandas? Lucha contra el
crimen. Si de verdad quieres hacer algo, sal fuera y combate la
delincuencia. ¿Por qué nosotros? Me entristece la forma en que
los humanos gastan el tiempo en chorradas. Por ese motivo no me gusta
la ironía. La gente está demasiado ansiosa de hincarle el
diente a lo que sea. En el pasado, las revistas han dicho cosas muy desagradables sobre
mí o sobre nosotros, y luego termino teniendo que consolar a otras
personas al respecto, y no necesariamente a mí mismo. Pienso en
Dischord. Hay un pensamiento demasiado persistente acerca de que Dischord ha sido algo así como los “señores” de la escena.
Algunas personas sienten como que eran demasiado molones para
nosotros, o que no encajarían en el sello, etc. Todo lo que hacemos es nuestra
propia labor, nuestro rollo. Eso es todo lo que solemos hacer. Nuestro trabajo.
JJ: ¿Y por qué crees que ocurre algo así? ¿Tal vez la
gente no se da cuenta de tu sentido del humor?
IM: Probablemente no lo hace, porque mi
humor es muy seco. La verdad es que su actitud no tiene mucho sentido. Tú me conoces desde
hace tiempo, ¿cuántas veces me has oído decir algo desagradable acerca de alguien?
JJ: Entonces, ¿quizá es que eres un osito de
peluche incomprendido?
IM: Esa podría ser tu interpretación,
pero tampoco me considero un oso de peluche. Para que quede claro, no
pido perdón por ser quien soy. Lo siento, eso deja bien expuesta la
debilidad de la interacción humana. De todos los caminos que la
gente decide seguir, ¿por qué son estos los caminos que terminan eligiendo?
Pero bueno, tampoco significa mucho. Que el Gobierno de EE.UU. se
gaste millones de dólares para enviar aviones robots asesinos a la tierra de otras personas para asesinarlas, a otros países, eso sí que me parece un problema de verdad. Eso es de lo que la gente debería estar preocupada. Que otras personas no me entiendan no es un problema. Mantengo las cosas en perspectiva.
JJ: ¿Cómo te sientes sobre la
nostalgia por la DC de los ochenta que actualmente está tan en boga? Por ejemplo, mira la retrospectiva en el Corcoran.
IM: Yo no lo describiría como una cosa
nostálgica sobre los ochenta. Por lo menos no lo es en mi caso. El show en
el Corcoran fue casi como un reportaje. En
muchos sentidos, la exposición fue bastante única. Fue una de las primeras obras
sobre la cultura de DC que no incluía un edificio de mármol o el
Centro Kennedy. Estoy seguro de que a algunos les asaltaron sentimientos en plan "en
su día…" durante la inauguración, pero no fue mi caso.
JJ: ¿Crees que estás tan inmerso en aquella “memorabilia” que has terminado por crearte un recuerdo del que casi te habías olvidado?
IM: Yo no usaría el término “memorabilia”. Para mí no es un recordatorio. Yo trabajo en
un sello discográfico donde existen unos archivos. Estas cosas
ocurrieron en su momento y son importantes para alguien, y también lo son para mí. Creo que en gran medida la industria
discográfica es repelente. Esta música, los Teen Idles, todas estas
cosas son importantes para mí. No tengo abogado, agente o gerente.
Sin embargo, creo que la industria de la música es en gran medida
repelente. Termino haciendo mis discos porque eso es lo que me gusta
hacer. Así que eso, esos pedazos de comunicación, son cosas que sigo coleccionando. Tengo cosas de 1979, 1980, en mi
colección. Pero también tengo cosas de 2012. Así que no sé si se
tratarán de objetos de interés tanto como que quizá me estoy aferrando a objetos que
me parecen relevantes y que a la mayoría de la gente no se lo
parecen. No sé cuál es la idea de que esos archivos...
JJ: Cuando piensas en las generaciones futuras, es decir, después de tu muerte y la muerte de tu familia y etcétera, ¿te gustaría tener planes a largo plazo
para los archivos?
IM: No. Sin embargo, creo que lo
primero que hay que hacer es organizarlos bien para que tengan sentido.
Tengo un montón de material. Estoy intentando que todo este material se quede organizado. Tengo más proyectos en mente. Trato de no dejar
que la documentación interfiera con mi presente. Después de completar
esta entrevista, probablemente iré a trabajar
en la digitalización de algunos otros conciertos. Sencillamente hay
un montón de cosas que tengo que hacer. Voy saltando de una cosa a la
siguiente, pero intento encontrar un equilibrio. Pero no es un rollo nostálgico en el sentido de que "esos fueron los buenos tiempos y
ahora ya no son lo mismo". Nunca he pensado de esa forma. No es lo mío.
JJ: : Pero supongo que al pensar en el pasado, te asaltará la sensación de que se produjeron "ciertos grandes momentos" y "oh,
eso sí que apestaba”.
IM: Por supuesto, pero eso es sólo porque soy humano. Obviamente, en el archivo de Dischord
están Fugazi y Minor Threat y todas esas cosas. Pero también hay un
montón de cosas sobre skate, porque yo era un skater. En algún lugar,
por aquí, están mis tablas originales.
JJ: ¿Te has encontrado con cosas que te
sorprende redescubrirlas?
IM: De vez en cuando aparecen materiales en
el archivo de los que me había olvidado por completo. Archivar las
cosas es extremadamente caro y consume mucho tiempo. Estoy seguro de
que cualquier archivista me diría que lo estoy haciendo mal. La suya es una
industria que se basa en las ideas más esenciales, y algunas de sus
prácticas son abusivas. La industria del archivismo, al igual que la
industria funeraria y la industria de las bodas, son industrias que
pueden ser muy explotadoras. La cantidad de dinero que la gente se
gasta en el ahorro de material... que trata de alimentar la idea de que elegir bien es lo más importante. Quieren correos o imágenes digitalizadas. No creo que sea tan importante. Mientras más
te estás gastando en esos materiales, más intensa será la sensación de que
las cosas son más importantes por la cantidad total que te has
gastado. Probablemente sería mejor darle ese dinero a un
comedor de la beneficencia.
JJ: Al final todo terminará en una
casa de subastas, ¿verdad?
IM: Sin embargo, la escena del punk underground
americano es una historia digna de recordar. Y no estoy
hablando de lo que vino después, de la música “indie” o como
quieras llamarla, sino de la música que estaba antes, es una etapa que me parece importante. Hay tantas entrevistas con músicos realizadas en el momento o bajo el contexto equivocado... Ahí tienes a esas viejas bandas,
generalmente compuestas por hombres, que cuentan historias en plan: "oh,
nos metimos en una gran pelea, ese tío golpeó a aquel otro". Creo que es el tipo de mensaje equivocado sobre la historia. Supongo que mi punto de vista sobre el tiempo es verdaderamente pionero. El paisaje
del momento estaba bastante saturado por la industria de la música.
Si, había bandas como DOA o Black Flag, y a partir de ellas surgió en el movimiento contracultural toda una nueva red pionera. Estoy más
interesado en eso que en las historias sensacionalistas.
JJ: ¿Hacia dónde crees que se está dirigendo la industria musical en la actualidad?
IM: Oh, no lo sé. Las discográficas
han disfrutado de un monopolio de 100 años de la venta de plástico
y ahora están afrontando un formato diferente. Yo tengo un sello
discográfico, así que puedo permitirme hablar sobre el tema. Ahora están
erigiendo puestos de peaje en cada esquina para tratar de luchar
contra el nuevo formato. Las discográficas han disfrutado de un
monopolio de 100 años de la venta de plástico y ahora están en
contra de los formatos diferentes. Probablemente, hasta cierto punto tendrán éxito, pero vivimos en una
época donde también esas estrategias se pueden eludir fácilmente.
No puedo predecir las cosas, porque aunque es casi imposible, tampoco
me importa demasiado hacerlo. En realidad no me importa una mierda lo que le ocurra.
JJ: ¿Alguna vez has considerado que no decir palabras malsonantes es uno de los principios del straight edge?
IM: “Straight Edge” era una canción sobre mi vida. No había ninguna estructura, ninguna premisa en ella, no es que estuviese intentando formar un club. No había principios. Quiero decir, yo escribí una canción llamada "Straight Edge", me quedo con eso, pero la canción trataba sobre mi vida y sobre cómo quería vivirla. En cuanto a la mayoría de personas que tienen una vida parecida o que se identifican con el straight edge, también yo he pagado mis cuotas, al igual que ellos, y creo que están intentando hacer lo correcto. Las estructuras también pueden ser manipuladas con mala intención, sobre todo cuando las personas están haciendo frente a temas de poder o de control, o de violencia. Así que algunos están buscando formas de conseguir sacar adelante todas esas cosas, por lo que creo que hay ciertos lubricantes o desencadenantes, como el alcohol, el deporte o el nacionalismo. Quiero decir, ¿por qué las personas se pelean por los deportes? Por culpa de esa estructura, de ese esquema detrás de los deportes, hay personas en particular que aprovechan la oportunidad para ponerse violentos. Y de la misma forma, creo que el problema número uno de todos es la religión. Creo que la gente utiliza el straight edge para navegar por un momento difícil de su vida. Prefiero hablar con alguien de treinta años que sobrevivió a momentos difíciles en su vida [practicando el straight edge] en lugar de hablar con alguien que está dañado por la cultura de la violencia.
JJ: ¿Te ves abandonando DC en algún momento?
IM: No lo sé. Mi mamá me dijo que en este sitio se podían experimentar perfectamente las cuatro estaciones, así que ¿por qué irme a otro? Quiero decir, mi familia está aquí. No tengo ninguna tía, tíos o primos en otro lugar. Mi hermana y su pareja viven fuera de la ciudad. Pero por otra parte, en el fondo todos están cerca. Soy la quinta generación nacida en Washington y nací y he crecido en la zona. Mi hijo es la sexta generación. Sinceramente, me gustaría que la gente no se mudase, porque me encantan los habitantes de la ciudad. Esta es la maldición de la era del jet. Ahora cualquier persona es capaz de desplazarse a cualquier lugar. Tengo profundas conexiones por todas partes con gente de todo el mundo desde que empecé a girar con bandas, pero puede que no los vuelva a ver nunca.
JJ: Pero al mismo tiempo esas conexiones no habrían sido posibles si en primer lugar no hubieses tenido la posibilidad de viajar.
IM: Claro, es cierto. Pero por responder a tu pregunta, ¿podría vivir en algún otro sitio? Seguro que sí, pero no sé si lo haré alguna vez.
JJ: ¿Tu padre era editor de crucigramas?
IM: También fue corresponsal de la Casa Blanca entre 1963 y 1966. Más tarde fue el editor de la sección religiosa del Washington Post desde aproximadamente 1966 hasta 1975 o quizá fuese 1974. Luego se convirtió en el editor asociado del Washington Post Magazine hasta 1986. Pero continuó corrigiendo los crucigramas durante todo ese tiempo. También fundó una revista titulada "En Confianza" que estaba dirigida a los seminarios.
JJ: ¿Cómo es que terminó en el lado religioso de las cosas?
IM: Estuvo en un seminario hasta los años cincuenta. Y luego lo dejó para casarse con mi madre y tuvo a mi hermana mayor. Todavía sigue involucrado con la iglesia de St. Stephens, ya sabes, donde todavía se pueden ver algunos conciertos.
JJ: ¿Eres religioso?
IM: No soy practicante. Dejé de ir a la iglesia alrededor de 1974.
JJ: ¿Y eso no le cabreó a tu padre?
IM: No. En primer lugar [St. Stephen] es una iglesia radical. Fue una de las primeras iglesias de DC donde se celebraron bodas entre homosexuales. Una mujer dio misa una vez, casi consiguieron que un sacerdote saliese excomulgado del sitio. Los Panteras Negras solían dar conferencias, era un santuario para los manifestantes por los Derechos Civiles y para los manifestantes contra la guerra. En ese momento, el barrio, Columbia Heights, era una zona pobre, estaba en bastante mal estado y la iglesia estaba justo en medio. Lo que ocurría en el interior era un reflejo de la comunidad. De hecho, el primer concierto de rock que vi en mi vida lo ofrecieron en el altar de la iglesia.
JJ: ¿Qué banda tocaba?
IM: No lo recuerdo, pero me acuerdo de haber visto allí Godspell o Jesucristo Superstar, una de las dos. Era un lugar donde se practicaba la teología de la liberación. Cualquier cosa radical parecía ser aceptada. Sin duda, de allí tomé la idea de que hay que cuestionar la autoridad. Me di cuenta de que cuando asesinaron a Martin Luther King los disturbios partieron la ciudad en dos. Entonces celebramos el Domingo de Ramos en la calle 14. Tengo el recuerdo de estar caminando por la calle a través de los edificios humeantes, los soldados y la policía estaban por todas partes. De todas formas, era una iglesia que me enseñó las cosas que tenía que aprender para no tener que ir a la iglesia. Pero creo que es una iglesia que hace un gran trabajo, hace tres días fui a una boda que celebraron allí. Estuve dando una vuelta por el sitio momentos antes de que en una de las secciones de la iglesia se celebrase una batalla entre b-boys, y en otra habitación estaba sonando un grupo de tambores nativos americanos, tocados por un grupo de nativos americanos que acababa de llegar al país, y justo al lado, en otra sala había un taller de costura [risas].
JJ: Parece más un centro comunitario que una iglesia.
IM: Lo es.
[Cambiamos de tercio para hablar sobre la entrevista que Jeff le está haciendo a Noam Chomsky]
IM: Lo que me gusta de Chomsky es que no le importa una mierda lo nuestro.
IM: Lo que me gusta de Chomsky es que no le importa una mierda lo nuestro.
JJ: Es cierto, la cultura pop no le interesa.
IM: Bueno, porque en su mayor parte es irrelevante. Volver a lo de hace veinte años y trazar la línea hasta la actualidad para nosotros es algo así como: "Lo que sea, ¿a quién le importa?" Todo se ha enfriado. Parte de la cultura sigue siendo interesante, pero la mayoría no me importa una mierda. Nunca veo la televisión, pero de vez en cuando me leo el Washington Post. Me gustaría decir que el deporte es la única "cosa cierta" de la televisión. Todo lo demás tiene cierto sesgo, o está siendo manipulado. Y resulta difícil intentar inventarse historias en el deporte. Una vez que el balón está en el aire no hay absolutamente nada que podamos hacer al respecto, es muy real.
JJ: ¿Como las Olimpiadas?
IM: Bueno, nosotros sólo vemos al americano, al inglés, al ruso o al chino. La forma en que se presentan en la actualidad me parece conservadora y patriotera, y eso me pone enfermo. Pero si te da por encender la televisión, o incluso si estás conduciendo por la calle para ver un partido de segunda, la realidad está a pleno rendimiento, no tiene sesgo. De vez en cuando me gusta verlo. Me siento y veo los partidos de las ligas de segunda.
JJ: ¿Eres seguidor de los equipos de la ciudad?
IM: En realidad no, porque no soy un tío al que le guste mucho el deporte. Sin embargo, me parece interesante estar en un lugar donde la gente tiene esa especie de fiebre deportiva. Una vez estuve en Italia durante una de las Copas de Fútbol de Europa, y fue muy interesante porque es electrizante. O de nuevo, cuando los Redskins ganaron la Superbowl, todo el mundo estaba entusiasmado, fue similar a cuando eligieron a Obama. Cuando los Redskins ganaron ese partido tuvo un efecto vinculante común para toda la ciudad, al igual que todo el mundo parecía estar conectado en ese momento. Así que no, no soy un tío del deporte, pero me interesan las implicaciones sociológicas que tiene.
JJ: ¿Estás interesado en el factor social o en el mediático?
IM: No. Quiero decir, resulta interesante pensarlo, pero no necesito más vías de comunicación, y francamente, creo que la gente debería seguir intentando darse cuenta de que el deporte sólo es una herramienta en lugar de algo que tiene que hacer o algo en lo que tiene que participar.
JJ: ¿Eres amante de la tecnología?
IM: [Risas.] ¿Qué significa esa pregunta? Por supuesto que lo soy. Obviamente utilizo ordenadores. Mi coche es maravilloso. Mi teléfono es increíble. Ya he hablado antes sobre la música que estoy digitalizando. Por supuesto que la tecnología es fantástica. La web de Fugazi Live Series... cuando nos dimos cuenta de lo que era internet, la forma en que funciona, la velocidad y su evolución hecha a medida, donde es posible tener una fuente de infinitas copias, nos pareció increíble. Usar cintas o CDs para hacer copias habría sido más difícil de manejar. Tenemos programas que tienen cero descargas, lo cuál me entristece, pero todo está disponible de forma gratuita y en cualquier momento. El programa más descargado es el que tiene la mejor calidad de audio, pero tampoco creo que sea el show más interesante.
JJ: Hace poco he leído un denso artículo en The New Yorker sobre los Grateful Dead y sus grabaciones.
IM : Yo también lo he leído. Y me parece interesante que llegasen a tocar entre 2.300 y 2.600 shows, me sorprendió un montón. Creía que habrían tocado cerca de 5.000 conciertos, o incluso una cifra mayor de los que realmente llegaron a tocar.
JJ: ¿Solías escucharlos?
JJ: Hace poco he leído un denso artículo en The New Yorker sobre los Grateful Dead y sus grabaciones.
IM : Yo también lo he leído. Y me parece interesante que llegasen a tocar entre 2.300 y 2.600 shows, me sorprendió un montón. Creía que habrían tocado cerca de 5.000 conciertos, o incluso una cifra mayor de los que realmente llegaron a tocar.
JJ: ¿Solías escucharlos?
IM: No. Pero creo que estructuralmente, cuando me vuelvo a fijar en ellos, resultan interesantes. Por ejemplo, me gusta cómo habían montado su negocio y la forma en que flexionaban los músculos creativos. A finales de los ochenta y principios de los noventa, antes de que falleciese Jerry, daban conciertos en estadios y tenían su propio sistema de entradas. Las vendían directamente, y en algún momento durante ese tour por los estadios, Ticketmaster se puso en su contra para que no siguieran con el mismo sistema. Les dijeron a los Dead que no querían que siguiesen adelante, y la banda les contestó: "De acuerdo, estáis despedidos." Y entonces, Ticketmaster intentó echar marcha atrás. Por lo menos eso es lo que he escuchado, no estoy seguro de que sea necesariamente verdad. Pero de todas formas la anécdota funciona muy bien, la máquina no consiguió intimidarlos. Tenían la actitud suficiente como para decir: “no.”
JJ: Eres vegano. ¿También eres un gourmet?
IM: No. No estoy interesado. Si lo piensas bien, eso es otro pan y circo de la leche. Es un concepto romano donde el gobierno puede hacer cualquier cosa, siempre y cuando le ofrezcas al pueblo "pan y circo". Diría que me parece una cultura similar a la romana, siempre y cuando la gente tenga dinero, se divierta y haya comida. Nuestro gobierno es capaz de hacer cosas atroces, cosas abyectas. Incluso contra su propio pueblo. Para mí lo de la comida se ha convertido en una completa locura. En esta ciudad todo el asunto de la cerveza también se ha convertido en una locura. Francamente incluso entre la gente de Brightest Young Things [la cerveza y la comida] es como una celebración, todo ese rollo. No creo que sea malo o que estén equivocados, pero parece como si algo estuviese llegando a algún límite. Es en plan: "¡Otro bar abierto!" ¿A quién le importa? Piénsalo. Los bares son lugares de reunión y para relajarse. Pero en algún momento nos hemos quedado sólo con una cultura de la relajación, ¿y por qué no va a poder reunirse la gente en otro sitio? ¿Por qué celebramos tanto la apertura de otro bar? Me he dado cuenta de que ahora los periódicos escriben mucho sobre estos bares, se ha convertido en una de sus secciones características. Me he dado cuenta de que en las revistas las bandas locales consiguen un único párrafo, pero una micro-cervecería consigue un artículo de dos páginas de extensión. ¿Sobre qué estamos escribiendo? ¿Qué es lo que está pasando? Es en plan: "si te gastas mucho dinero, sentirás como si hubieses hecho algo con tu vida". En una ocasión, un camarero que era amigo mío me contó que un chupito de de vodka costaba 14 dólares, fue hace unos años, por lo que probablemente ahora cueste más. Pensé que estaba loco. Por lo que sé, el vodka no sabe a nada. Creo que lo que le gusta a la gente es el sabor de su dinero. No creo que sea una cuestión ética o moral, o incluso que la gente sea estúpida, pero es como si la cultura se hubiese desequilibrado, pervertido, como si la hubiesen invertido. Las cosas ridículas son las más adoradas, y las importantes son ridiculizadas. Creo que merece la pena reflexionar sobre el tema.
2 comentarios:
hacían tiempo que no leía una entrevista tan buena con este tio. desde el año 2002 o así en un fanzine de La Felguera. gracias!
Verdad. Entrevista interesante.A mí Fugazi ni fú ni fá,me gustan sin más,pero este hombre tiene la cabeza bien amueblada.Pienso, luego existo.
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