Entrevista realizada por J.C. Vaughn para Comic Book Marketplace en 1999. Traducida por Frog2000 para su casilla de facebook.
Ahora que mi fiebre por la Marvel setentera ya no tiene cura, seguiré traduciendo entrevistas que se centren en dicha época, en este caso una con Doug Moench, guionista de un buen ramillete de historias para los magazines en blanco y negro de la Marvel, entre ellos "El Planeta de los Simios", que aquí editó Vértice como El Planeta de los Monos y que nunca ha sido reeditado, aunque Aleta acaba de anunciar su futura publicación.
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Si fuese una cuestión de interpretar al Coronel Taylor, su parecido con Charlton Heston podría no ser demasiado útil. El autor que guionizó las adaptaciones de los Simios ni siquiera ha visto la cuarta y quinta parte de la saga cinematográfica. En las últimas adaptaciones el dibujante cambiaba de un capítulo a otro, y las secuelas de la película se terminaron incluso antes de que se empezara a editar la colección.
Y entonces, ¿por qué la serie del Planeta de los Simios es tan ávidamente coleccionada y recordada con tal pasión por sus fans? Probablemente la respuesta no se encuentre descansando el sueño de los justos, como le ocurre al propio título.
La reciente reedición por el 30º Aniversario del Planeta de los Simios y sus cuatro secuelas: (Regreso al planeta de los simios -1970-, Huida del planeta de los simios -1971-, La rebelión de los simios -1972- y Batalla por el planeta de los simios -1973-) agita buenos recuerdos en sus seguidores más antiguos. La reedición y el alboroto provocado en consecuencia ha conseguido atraer a nuevos fans al redil.
Las películas aclaradas, mejoradas y restauradas, y el nuevo documental sobre la marca, parece que hará que los fans de los simios tengan todo lo que desean excepto algo que quieren desde que acabó La Batalla por el Planeta de los Simios en 1973: más.
La malograda serie de TV, la serie de dibujos animados, los juguetes, las novelizaciones, nada ha demostrado ser suficiente.
Como una versión menos cerebral y habitualmente más quejica de los fans de Star Trek, los fans de los Monos llevan charlando y buscando las películas y los objetos coleccionables durante años. En aquellos tiempos el brazo comercial de la 20th Century Fox no era tan comprensivo como sería más tarde con las sagas de Aliens y Depredador, así que claro que existen un montón de magníficos artículos de los simios, pero no hay tantos objetos coleccionables como les gustaría a los fans. Por eso se puede ver la diferencia entre las respectivas marcas, porque nunca ha existido una narración ficticia de cómo era la vida en el resto del planeta de los simios, o de cómo empezó la saga, etcétera. Excepto por los cómics.
El Planeta de los Simios de Marvel formaba parte de su línea de antiguas revistas en blanco y negro que incluía títulos como Deadly Hands of Kung-Fu, Dracula Lives, Savage Sword of Conan y otros. En esta encarnación los seguidores pudieron leer no sólo las adaptaciones de las cinco películas, sino “exploits” ambientados en una gran variedad de regiones, Eras y estados de ánimo diferentes. Finalmente, la versión en cómic incluso se las arregló para rellenar los años perdidos entre la cuarta y la quinta película.
Generalmente (aunque no siempre) las historias iban emparejadas. Un capítulo era para las adaptaciones y otro para una historia nueva original. En el Planeta de los Simios de Marvel aparecían diferentes ambientaciones, dibujantes y relaciones entre hombres y simios, pero sólo había un guionista.
El veterano escriba Doug Moench es conocido por los coleccionistas de la Edad de Bronce de Marvel por su larga etapa en Maestro de Kung-Fu, donde su colaboración con los dibujantes Paul Gulacy, Mike Zeck y Gene Day convirtieron la serie en una favorita de culto. También creó y guionizó una extensa etapa en el Caballero Luna. Además lleva mucho tiempo asociado con Batman, escribiendo muchos de los títulos batmaníacos de la DC, incluyendo Batman y Detective Comics, así como varias novelas gráficas e historias de “Otros Mundos”. A lo largo de su etapa de los setenta ha guionizado a casi todos los personajes principales de la Marvel y desarrollado la serie de la que es propietario para Epic, Six From Sirius, junto con su colega y antiguo colaborador en “Maestro del Kung Fu”, Paul Gulacy.
Mientras escribe gran cantidad de historias de Batman, Moench ha empezado a desarrollar un programa sobre teorías de la conspiración para la televisión con Richard Belzer, la estrella de "Homicide: Life on the Streets". CBM le preguntó si podía atrasar un poco el reloj y echar un vistazo al trabajo que desarrolló hace un cuarto de siglo en el Planeta de los Simios.
CBM: Estás acreditado como la fuerza conductora detrás de Shang-Chi, Maestro de Kung Fu y Caballero Luna. Maestro de Kung Fu empezó al mismo tiempo que los Simios, mientras que la llegada del Caballero Luna fue algo más tarde. ¿Qué estabas haciendo antes de la serie de los Simios?
Moench: Todo empezó en Warren, que, por supuesto, era la editorial de Creepy, Eerie y Vampirella. Después hice Nightmare, Psycho y algunos otros títulos para Skywald. Antes trabajaba como escritor para el Chicago Sun Times, [Moench vivía en Chicago en aquella época.] Un día le envié algunos guiones a Archie Goodwin, que estaba editando cómics bélicos en DC, y a Joe Orlando, que estaba editando títulos de terror como “House of Mistery”.
En realidad, Archie todavía era editor en Warren cuando compraron mi primera historia, así que fue él quien compró mi primera historia de todas. A continuación le vendí algunos guiones a DC, y estuve a punto de escribir algo de material para ellos. Viajé hasta Nueva York y Julie Schwratz me hizo pasar a su oficina, deslizó su mano sobre algún dibujo y dijo: “¿Qué quieres hacer? ¿Qué es lo que te gusta? ¿Flash? ¿Qué es lo que quieres?” Volví a Chicago y pensé que debería enviarle algunas historias a Julie, y además acababa de redactar una propuesta para un gran libro en tapa dura “de los de mesita de café” titulado La Enciclopedia del Terror. El día que A. S. Barnes (que ahora se llama Barnes & Noble) aceptó el libro y me envió el contrato, también me llamó Roy Thomas de parte de Marvel y me dijo: “¿Por qué no te vienes a Nueva York y trabajas para Marvel?” Fue en 1972.
Le dije a Roy que podría quedarme un par de semanas. Estábamos en Manhattan en mitad del verano y el calor era absolutamente detestable, pero acabé completamente excitado con toda la situación. Volví a Chicago, lo empaqueté todo y me mudé a Nueva York.
CBM: ¿Cuál fue tu primer cometido?
Moench: Me contrataron como editor asistente, pero en realidad era un trabajo glorificado como corrector de pruebas. Es probable que fuese el cargo que menos me duró, algo así como unos dos meses. Me dieron un montón de encargos para guionizar. [Esos relatos] eran parecidos al material de la Warren. Eran historias de terror de 7, 8 o 10 páginas para “Dracula Lives”, “Tales of the Zombie” y algunos otros títulos. De esa forma conseguí el dinero suficiente como para poder mudarme. Me dijeron que podía pasarles todos los cheques por guiones que quisiera. Así que sencillamente empecé a planear más títulos, historias de relleno de 8 y 9 páginas, y luego firmaba los recibos para que me pagaran. Después tuve que escribir todas esas historias.
"Ghost Rider" fue el primer título a color que me ofrecieron. Sólo escribí un número y luego me pasaron "Manwolf". Si te acuerdas, era el que estaba protagonizado por el hijo de J. Jonah Jameson. Luego, rápidamente, casi parecía que me encargasen un título diario: me hice cargo de Frankenstein, Werewolf by Night y “Maestro del Kung Fu”. Tenía que hacerlo todo de forma prioritaria, además de mis tareas en la editorial.
Así que siete u ocho semanas después Roy me llamó a la oficina y me dijo: “Necesitamos más guiones”. Le contesté: “Roy, estoy trabajando aquí ocho horas al día, y además estoy escribiendo mucho más que el resto de guionistas. Si quieres darme más material para guionizar, entonces tendré que llevármelo a casa.” Y me contestó: “Bueno, sabía que me dirías algo parecido… entonces esperaremos hasta que puedas preparar a alguien que sea capaz de reemplazarte.” Y eso fue lo que ocurrió. Después llegarían “El Planeta de los Simios” y “Deadly Hand of Kung-Fu”.
CBM: Don McGregor (guionista de Sabre, Nathaniel Dusk y uno de los editores asistentes en el Planeta de los Simios) te ha descrito como un guionista exasperantemente rápido. Comentó que si te ofrecían algo el viernes, se lo entregarías escrito al lunes siguiente.
Moench: ¡Incluso puede que se lo entregase ese mismo sábado! Yo no sabía lo rápido que era hasta que llegué a Nueva York. No tenía ni idea. Cuando escribes en un vacío, completamente en solitario, no sabes si lo estás haciendo de forma rápida o lenta. Entonces me fui a Nueva York y empecé a escuchar comentarios como el de Len Wein, que decía: “Hoy ha sido un buen día. He guionizado seis páginas de diálogos.” Y yo le contestaba: “¿Qué quieres decir con “un buen día”? ¿Has hecho unas páginas especialmente buenas? Y me decía: “Me refiero a que he acabado las seis páginas completas. Si tengo suerte, por lo general sólo suelo hacer dos o tres.” Yo había hecho 28 páginas de argumento y guión en un día sin ningún problema. Fue entonces cuando me di cuenta de lo rápido que era.
CBM: Antes de que te asignaran los guiones de la adaptación de “Planet of the Apes”, ¿eras fan de las películas?
MOENCH: Disfruté mucho con la primera película. No diría que fuese seguidor de la franquicia. Me gustó bastante la segunda, pero no tanto como la primera. Esa fue la mejor de las secuelas. No estoy seguro de si llegué a ver la tercera. Ni siquiera me molesté con las dos últimas.
CBM: ¿De verdad que escribiste la adaptación de las dos últimas sin haberlas visto?
MOENCH: Las escribí a partir de los guiones de dirección. Por eso no son calcadas a las películas finalizadas. Muchos fans me han preguntado: “¿por qué hiciste eso?” en referencia a varias escenas. Trabajé a partir de los guiones de dirección, así que la historia general encaja, pero no todas las escenas de las películas terminadas.
CBM: Existen dos ediciones diferenciadas de la película “Battle for the Planet of the Apes”, una tiene gran cantidad de referencias a la bomba Alpha-Omega que aparece en “Beneath the Planet of the Apes”. También aparecen en tu adaptación, y siempre he creído que es algo que cierra mucho mejor el círculo.
MOENCH: Me acusaron de haberme tomado demasiadas libertades, pero al mismo tiempo me decían que esas escenas estaban realmente bien.
CBM: Cuando al principio te hiciste cargo de la serie, ¿creías que tendría continuidad?
MOENCH: La verdad es que pensaba que no. Fue una buena época, odio en lo que se ha convertido el negocio hoy en día. Conseguir sacar algo adelante supone todo un calvario. Tienes que escribir una propuesta, y luego tienes que escribir otra más pequeña porque no tienen tiempo para leer algo de esa longitud… luego tienes que esperar a los contratos, los abogados se hacen los tontos… luego tienes que firmar cosas, el editor tiene que tener vía libre con el presupuesto, y así todo.
(Continuará)
Ahora que mi fiebre por la Marvel setentera ya no tiene cura, seguiré traduciendo entrevistas que se centren en dicha época, en este caso una con Doug Moench, guionista de un buen ramillete de historias para los magazines en blanco y negro de la Marvel, entre ellos "El Planeta de los Simios", que aquí editó Vértice como El Planeta de los Monos y que nunca ha sido reeditado, aunque Aleta acaba de anunciar su futura publicación.
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Si fuese una cuestión de interpretar al Coronel Taylor, su parecido con Charlton Heston podría no ser demasiado útil. El autor que guionizó las adaptaciones de los Simios ni siquiera ha visto la cuarta y quinta parte de la saga cinematográfica. En las últimas adaptaciones el dibujante cambiaba de un capítulo a otro, y las secuelas de la película se terminaron incluso antes de que se empezara a editar la colección.
Y entonces, ¿por qué la serie del Planeta de los Simios es tan ávidamente coleccionada y recordada con tal pasión por sus fans? Probablemente la respuesta no se encuentre descansando el sueño de los justos, como le ocurre al propio título.
La reciente reedición por el 30º Aniversario del Planeta de los Simios y sus cuatro secuelas: (Regreso al planeta de los simios -1970-, Huida del planeta de los simios -1971-, La rebelión de los simios -1972- y Batalla por el planeta de los simios -1973-) agita buenos recuerdos en sus seguidores más antiguos. La reedición y el alboroto provocado en consecuencia ha conseguido atraer a nuevos fans al redil.
Las películas aclaradas, mejoradas y restauradas, y el nuevo documental sobre la marca, parece que hará que los fans de los simios tengan todo lo que desean excepto algo que quieren desde que acabó La Batalla por el Planeta de los Simios en 1973: más.
La malograda serie de TV, la serie de dibujos animados, los juguetes, las novelizaciones, nada ha demostrado ser suficiente.
Como una versión menos cerebral y habitualmente más quejica de los fans de Star Trek, los fans de los Monos llevan charlando y buscando las películas y los objetos coleccionables durante años. En aquellos tiempos el brazo comercial de la 20th Century Fox no era tan comprensivo como sería más tarde con las sagas de Aliens y Depredador, así que claro que existen un montón de magníficos artículos de los simios, pero no hay tantos objetos coleccionables como les gustaría a los fans. Por eso se puede ver la diferencia entre las respectivas marcas, porque nunca ha existido una narración ficticia de cómo era la vida en el resto del planeta de los simios, o de cómo empezó la saga, etcétera. Excepto por los cómics.
El Planeta de los Simios de Marvel formaba parte de su línea de antiguas revistas en blanco y negro que incluía títulos como Deadly Hands of Kung-Fu, Dracula Lives, Savage Sword of Conan y otros. En esta encarnación los seguidores pudieron leer no sólo las adaptaciones de las cinco películas, sino “exploits” ambientados en una gran variedad de regiones, Eras y estados de ánimo diferentes. Finalmente, la versión en cómic incluso se las arregló para rellenar los años perdidos entre la cuarta y la quinta película.
Generalmente (aunque no siempre) las historias iban emparejadas. Un capítulo era para las adaptaciones y otro para una historia nueva original. En el Planeta de los Simios de Marvel aparecían diferentes ambientaciones, dibujantes y relaciones entre hombres y simios, pero sólo había un guionista.
El veterano escriba Doug Moench es conocido por los coleccionistas de la Edad de Bronce de Marvel por su larga etapa en Maestro de Kung-Fu, donde su colaboración con los dibujantes Paul Gulacy, Mike Zeck y Gene Day convirtieron la serie en una favorita de culto. También creó y guionizó una extensa etapa en el Caballero Luna. Además lleva mucho tiempo asociado con Batman, escribiendo muchos de los títulos batmaníacos de la DC, incluyendo Batman y Detective Comics, así como varias novelas gráficas e historias de “Otros Mundos”. A lo largo de su etapa de los setenta ha guionizado a casi todos los personajes principales de la Marvel y desarrollado la serie de la que es propietario para Epic, Six From Sirius, junto con su colega y antiguo colaborador en “Maestro del Kung Fu”, Paul Gulacy.
Mientras escribe gran cantidad de historias de Batman, Moench ha empezado a desarrollar un programa sobre teorías de la conspiración para la televisión con Richard Belzer, la estrella de "Homicide: Life on the Streets". CBM le preguntó si podía atrasar un poco el reloj y echar un vistazo al trabajo que desarrolló hace un cuarto de siglo en el Planeta de los Simios.
CBM: Estás acreditado como la fuerza conductora detrás de Shang-Chi, Maestro de Kung Fu y Caballero Luna. Maestro de Kung Fu empezó al mismo tiempo que los Simios, mientras que la llegada del Caballero Luna fue algo más tarde. ¿Qué estabas haciendo antes de la serie de los Simios?
Moench: Todo empezó en Warren, que, por supuesto, era la editorial de Creepy, Eerie y Vampirella. Después hice Nightmare, Psycho y algunos otros títulos para Skywald. Antes trabajaba como escritor para el Chicago Sun Times, [Moench vivía en Chicago en aquella época.] Un día le envié algunos guiones a Archie Goodwin, que estaba editando cómics bélicos en DC, y a Joe Orlando, que estaba editando títulos de terror como “House of Mistery”.
En realidad, Archie todavía era editor en Warren cuando compraron mi primera historia, así que fue él quien compró mi primera historia de todas. A continuación le vendí algunos guiones a DC, y estuve a punto de escribir algo de material para ellos. Viajé hasta Nueva York y Julie Schwratz me hizo pasar a su oficina, deslizó su mano sobre algún dibujo y dijo: “¿Qué quieres hacer? ¿Qué es lo que te gusta? ¿Flash? ¿Qué es lo que quieres?” Volví a Chicago y pensé que debería enviarle algunas historias a Julie, y además acababa de redactar una propuesta para un gran libro en tapa dura “de los de mesita de café” titulado La Enciclopedia del Terror. El día que A. S. Barnes (que ahora se llama Barnes & Noble) aceptó el libro y me envió el contrato, también me llamó Roy Thomas de parte de Marvel y me dijo: “¿Por qué no te vienes a Nueva York y trabajas para Marvel?” Fue en 1972.
Le dije a Roy que podría quedarme un par de semanas. Estábamos en Manhattan en mitad del verano y el calor era absolutamente detestable, pero acabé completamente excitado con toda la situación. Volví a Chicago, lo empaqueté todo y me mudé a Nueva York.
CBM: ¿Cuál fue tu primer cometido?
Moench: Me contrataron como editor asistente, pero en realidad era un trabajo glorificado como corrector de pruebas. Es probable que fuese el cargo que menos me duró, algo así como unos dos meses. Me dieron un montón de encargos para guionizar. [Esos relatos] eran parecidos al material de la Warren. Eran historias de terror de 7, 8 o 10 páginas para “Dracula Lives”, “Tales of the Zombie” y algunos otros títulos. De esa forma conseguí el dinero suficiente como para poder mudarme. Me dijeron que podía pasarles todos los cheques por guiones que quisiera. Así que sencillamente empecé a planear más títulos, historias de relleno de 8 y 9 páginas, y luego firmaba los recibos para que me pagaran. Después tuve que escribir todas esas historias.
"Ghost Rider" fue el primer título a color que me ofrecieron. Sólo escribí un número y luego me pasaron "Manwolf". Si te acuerdas, era el que estaba protagonizado por el hijo de J. Jonah Jameson. Luego, rápidamente, casi parecía que me encargasen un título diario: me hice cargo de Frankenstein, Werewolf by Night y “Maestro del Kung Fu”. Tenía que hacerlo todo de forma prioritaria, además de mis tareas en la editorial.
Así que siete u ocho semanas después Roy me llamó a la oficina y me dijo: “Necesitamos más guiones”. Le contesté: “Roy, estoy trabajando aquí ocho horas al día, y además estoy escribiendo mucho más que el resto de guionistas. Si quieres darme más material para guionizar, entonces tendré que llevármelo a casa.” Y me contestó: “Bueno, sabía que me dirías algo parecido… entonces esperaremos hasta que puedas preparar a alguien que sea capaz de reemplazarte.” Y eso fue lo que ocurrió. Después llegarían “El Planeta de los Simios” y “Deadly Hand of Kung-Fu”.
CBM: Don McGregor (guionista de Sabre, Nathaniel Dusk y uno de los editores asistentes en el Planeta de los Simios) te ha descrito como un guionista exasperantemente rápido. Comentó que si te ofrecían algo el viernes, se lo entregarías escrito al lunes siguiente.
Moench: ¡Incluso puede que se lo entregase ese mismo sábado! Yo no sabía lo rápido que era hasta que llegué a Nueva York. No tenía ni idea. Cuando escribes en un vacío, completamente en solitario, no sabes si lo estás haciendo de forma rápida o lenta. Entonces me fui a Nueva York y empecé a escuchar comentarios como el de Len Wein, que decía: “Hoy ha sido un buen día. He guionizado seis páginas de diálogos.” Y yo le contestaba: “¿Qué quieres decir con “un buen día”? ¿Has hecho unas páginas especialmente buenas? Y me decía: “Me refiero a que he acabado las seis páginas completas. Si tengo suerte, por lo general sólo suelo hacer dos o tres.” Yo había hecho 28 páginas de argumento y guión en un día sin ningún problema. Fue entonces cuando me di cuenta de lo rápido que era.
CBM: Antes de que te asignaran los guiones de la adaptación de “Planet of the Apes”, ¿eras fan de las películas?
MOENCH: Disfruté mucho con la primera película. No diría que fuese seguidor de la franquicia. Me gustó bastante la segunda, pero no tanto como la primera. Esa fue la mejor de las secuelas. No estoy seguro de si llegué a ver la tercera. Ni siquiera me molesté con las dos últimas.
CBM: ¿De verdad que escribiste la adaptación de las dos últimas sin haberlas visto?
MOENCH: Las escribí a partir de los guiones de dirección. Por eso no son calcadas a las películas finalizadas. Muchos fans me han preguntado: “¿por qué hiciste eso?” en referencia a varias escenas. Trabajé a partir de los guiones de dirección, así que la historia general encaja, pero no todas las escenas de las películas terminadas.
CBM: Existen dos ediciones diferenciadas de la película “Battle for the Planet of the Apes”, una tiene gran cantidad de referencias a la bomba Alpha-Omega que aparece en “Beneath the Planet of the Apes”. También aparecen en tu adaptación, y siempre he creído que es algo que cierra mucho mejor el círculo.
MOENCH: Me acusaron de haberme tomado demasiadas libertades, pero al mismo tiempo me decían que esas escenas estaban realmente bien.
CBM: Cuando al principio te hiciste cargo de la serie, ¿creías que tendría continuidad?
MOENCH: La verdad es que pensaba que no. Fue una buena época, odio en lo que se ha convertido el negocio hoy en día. Conseguir sacar algo adelante supone todo un calvario. Tienes que escribir una propuesta, y luego tienes que escribir otra más pequeña porque no tienen tiempo para leer algo de esa longitud… luego tienes que esperar a los contratos, los abogados se hacen los tontos… luego tienes que firmar cosas, el editor tiene que tener vía libre con el presupuesto, y así todo.
(Continuará)
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