ENTREVISTA CON KEIJI NAKAZAWA EN THE COMICS JOURNAL Nº 256, OCTUBRE DE 2003. Parte 4 de 5. Traducida por Frog2000. Parte 1, parte 2, parte 3.
NAKAZAWA: Seguramente el Gobierno no quiera arriesgarse a alentar ningún sentimiento anti-norteamericano. Pero los hechos son los hechos. La gente debería saber lo que ocurrió.
GLEASON: Además, por lo general los americanos saben que se arrojaron dos bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki, pero difícilmente habrá alguno que sepa algo sobre el alcance de los anteriores ataques aéreos de los B-29 que destruyeron la mayoría de las ciudades japonesas. Solamente en Tokio, 100.000 personas fueron asesinadas en una única noche de bombardeos, y esa cifra se acerca al número de personas que murieron en Hiroshima. Y aunque la mayoría de los americanos conocen las bombas atómicas, una respuesta instintiva muy habitual en cualquier discusión sobre sus efectos es un: “¿y qué hay de Pearl Harbor?” o algo por el estilo. Incluso los americanos que se consideran progresistas tienden a experimentar emociones encontradas sobre las bombas atómicas y le dan vueltas a si fueron o no necesarias para terminar con la Guerra. Sin embargo, los que han leído Gen suelen ser más ecuánimes a la hora de culpar a los diferentes participantes de la guerra. Tú no culpas sólo a los Estados Unidos por lanzar la bomba, culpas a los militaristas japoneses al inicio de la guerra, y al sistema imperial que permitió que los militaristas detentaran ese poder en primer lugar. Definitivamente no da la impresión de que seas anti-estadounidense. ¿Es así como siempre visualizaste la guerra, incluso cuando eras joven?
NAKAZAWA: Bueno, me pasé mucho tiempo reflexionando sobre lo que había ocurrido. Y cuando lo haces, la respuesta más clara acerca de la culpa recae sobre los militaristas y el sistema imperial. Por supuesto, cuando era niño también escuchaba cómo los criticaba mi padre.
GLEASON: Mientras estabas creciendo en el Hiroshima de posguerra, ¿solías hablar sobre este tipo de cosas con tus amigos?
NAKAZAWA: ¡Nunca! Todos estábamos ocupados intentando sobrevivir. Yo me guardaba lo que pensaba para mí. Cuando intentaba compartirlo nadie quería escucharme.
GLEASON: ¿Cuándo empezaste a hablar sobre el tema?
NAKAZAWA: Creo que ha sido algo bastante reciente. Solo últimamente he empezado a hablar sobre lo negativo que me parece el sistema imperial. Durante mucho tiempo, solo me atrevía a expresarme mediante mis guiones, a través del manga que empecé a crear en los sesenta.
GLEASON: Pero tengo entendido que incluso cuando no hablabas directamente con tus colegas acerca de tus experiencias, se podría decir que gente como Nagano, tu editor, compartía tus mismos puntos de vista.
NAKAZAWA: La verdad es que tuve mucha suerte de tener un editor como él. Sin Nagano nunca podría haber dibujado la serie sobre “la Paz”. En su momento me dijo: “aquí en Jump hay cuarenta editores ¡y soy el único que entiende lo que estás haciendo!”
GLEASON: ¿Hablaste con Nagano sobre lo que pensabas del Emperador?
NAKAZAWA: En realidad no, pero sabía bien lo que pensaba porque había leído mi manga. Y nunca me censuró ni una sola palabra de las que escribí.
GLEASON: ¿Hubo alguna vez alguna presión por parte de los altos mandos de la editorial?
NAKAZAWA: Oh, claro. Una de las series que hice, Okinawa, iba a ser publicada en tomo por Shueisha. Pero los altos mandos presionaron para que se cancelase la edición.
GLEASON: ¿Fue antes de que los Estados Unidos devolvieran Okinawa a Japón [en 1972]?
NAKAZAWA: Fue antes.
GLEASON: ¿Crees que esa cancelación pudo ser por el mismo motivo que has comentado acerca de por qué los libros de texto japoneses no hablaban sobre las bombas atómicas, quizá para evitar provocar un sentimiento anti-americano?
NAKAZAWA: Indudablemente. Pero no era lo que pretendía cuando lo escribí, aunque pensaron que estaba criticando la ocupación norteamericana de Okinawa. El editor jefe de Shueisha se ponía muy nervioso con todo este tema.
GLEASON: ¿No te parecía extraño que te permitieran escribir sobre la bomba atómica, pero no sobre Okinawa?
NAKAZAWA: Supongo que creían que el tema de Okinawa era mucho más controvertido, porque la situación seguía siendo “delicada”. En ese momento todavía no se había resuelto.
GLEASON: ¿Tuviste roces de algún otro tipo?
NAKAZAWA: Eso fue todo lo que ocurrió. El problema es que me etiquetaron como un dibujante de izquierdas. En los medios de comunicación me siguen viendo de esa forma.
GLEASON: ¿Cuando empezaron a etiquetarte?
NAKAZAWA: Supongo que desde que hice Gen. Sencillamente no hay muchos dibujantes más que utilicen temas tan polémicos como la guerra y el sistema político.
GLEASON: ¿Hay algunos otros dibujantes que escriban sobre estos temas cuyo trabajo admires?
NAKAZAWA: Hmmm… Sanpei Shirato ha escrito algo al respecto. Es el autor de Kamui Den [La Leyenda de Kamui].
GLEASON: Recientemente hemos podido ver algunos ejemplos de manga de derechas, como “El Humanista” [Filosofía de la arrogancia], la serie de Yoshinori Kobayashi. Kobayashi fue noticia recientemente cuando defendió la colonización de Taiwán por parte de Japón, ¿no?
NAKAZAWA: Es cierto. ¿Qué puedo decir? Todo lo que sé es que si pasas por algo como la bomba atómica, entonces sabes que la guerra es un acto demasiado terrible que hay que evitar a toda costa, independientemente de las justificaciones que me puedas ofrecer.
GLEASON: En estos momentos el Gobierno de los Estados Unidos está presionando para ir a la guerra contra Irak. Las encuestas sugieren que muchos estadounidenses apoyan una guerra, porque piensan que se puede llevar a cabo desde la distancia, a base de bombas y misiles, por lo que los soldados estadounidenses no morirán en ella. Lo que más me llama la atención del debate sobre la guerra, sobre todo entre los políticos estadounidenses, es que pocos de ellos expresan su preocupación por el hecho de que, aunque casi no mueran estadounidenses, probablemente lo hagan miles de iraquíes.
NAKAZAWA: Creo que sencillamente los estadounidenses todavía no han experimentado bombardeos masivos de primera mano. Todas sus guerras del Siglo pasado han tenido lugar en el extranjero. Vietnam es un buen ejemplo.
GLEASON: Los ataques terroristas del 11 de Septiembre son descritos a menudo como un punto de inflexión, porque han sido los primeros ataques en suelo estadounidense que han causado miles de muertes de civiles desde la Guerra Civil. Ahora el Gobierno parece estar pensando que puede hacer lo que quiera en Irak mientras no mueran demasiados estadounidenses.
NAKAZAWA: Japón es igual de malo. Es un país que ha experimentado la devastación más completa durante la última guerra, y sin embargo los ultra-nacionalistas están saliendo otra vez de la nada, glorificando la guerra y tratando de reescribir los libros de historia. Y como siempre, también se está hablando de restaurar al Emperador a su legítima posición de autoridad absoluta.
GLEASON: ¿Crees que hay verdaderas posibilidades de que ocurra?
NAKAZAWA: Absolutamente. Ese es el motivo por el que afirmo que se debería desmantelar todo el sistema imperial.
GLEASON: Déjame hacerte algunas preguntas más acerca de tus experiencias mientras crecías en el Japón de posguerra, las cuáles proporcionaron el trasfondo de Pies Descalzos: has comentado que “Gen” es en gran parte autobiográfico, y el personaje principal, Gen Nakaoka, está claramente inspirado en tu persona. ¿Cómo llevaste el proceso de combinar la autobiografía con la ficción durante el desarrollo de tu historia?
NAKAZAWA: Definitivamente me basé en mis experiencias mientras estaba creciendo. Estaba escribiendo Gen a finales de los sesenta, así que revisé lo que había estado haciendo cada año entre los cincuenta y los sesenta. También tuve que recordar cómo era la Sociedad japonesa en cada uno de esos momentos.
GLEASON: Algunas secuencias tienen el aspecto de que son directamente autobiográficas, como cuando la familia de Gen se va a vivir con sus antipáticos parientes en Eba justo después de los bombardeos. Antes has mencionado que esas escenas están recogidas directamente de tu propia experiencia. Pero por ejemplo, en el segundo volumen hay un argumento secundario que trata sobre cómo Gen y Ryuta consiguen el trabajo de cuidar a Seiji, un joven artista que ha perdido la capacidad de usar sus manos durante el bombardeo, y cómo le inspiran para que comience a pintar de nuevo, sosteniéndole el pincel entre los dientes. Al igual que ocurre con esa, algunas de las aventuras de Gen son tan dramáticas que me veo obligado a preguntarte: ¿ocurrieron realmente? Y si no es así, ¿de dónde sacaste la idea?
NAKAZAWA: No me ocurrió a mí, pero esa escena es una combinación de historias reales que ocurrieron en mi vecindario. Por ejemplo, sí que existió una joven víctima de la bomba atómica que aprendió solo a pintar con los dientes. Y la casa de Seiji, al que sus propios vecinos tratan como un paria, está basada en una casa que los niños llamaban "la casa encantada", porque allí vivía una de las víctimas moribundas. Quería contar la historia de ese artista para mostrar cómo la gente puede terminar superando la mayor de las adversidades. Si no puedes usar tus manos, utiliza tus dientes. Como escribía en las primeras páginas de Gen, el verdadero corazón de la historia está simbolizado por el trigo, que vuelve a erguirse sin importar cuántas veces se le pisotee.
GLEASON: Uno de los personajes más importantes de los primeros cuatro volúmenes de Gen es la hermana de Gen, el bebé. Gran parte de la historia gira en torno a su nacimiento, su enfermedad y su muerte prematura. Por lo que has dicho antes, sé que esos hechos se basan en lo que le ocurrió a tu propia hermana pequeña.
NAKAZAWA: Sí, murió después de sólo unos meses, probablemente por culpa de la desnutrición. Nosotros la incineramos en el Océano, al igual que le ocurría a Tomoko, la hermana de Gen en la historia.
GLEASON: La madre de Gen fallece al final del décimo volumen. ¿Tenías la intención desde el principio de llevar la historia hasta ese punto y terminarla entonces?
NAKAZAWA: Sí. Aunque creo que la serie de Gen todavía no está finalizada, sí que quería contar su historia hasta llegar por lo menos a ese punto. Hasta ese momento, que es donde la he dejado por ahora.
GLEASON: ¿Tienes la intención de reanudarla en algún momento?
NAKAZAWA: No, en realidad no.
GLEASON: Así que la historia está sin terminar, pero aún así no planeas agregar nada más.
NAKAZAWA: Es cierto. Hay mucho más ques e podría contar de la historia de Gen, pero me parece que puede seguir viviendo mucho mejor en la imaginación del lector.
GLEASON: En los volúmenes posteriores de Gen describes la vida de los niños de Hiroshima que intentan sobrevivir en una economía subterránea, el mercado negro, y sobre lo que parece ser su dominio por parte de las cuadrillas de Yakuza en la Sociedad de posguerra. Supongo que también estará basado en lo que tú mismo experimentaste cuando crecías. ¿Cómo te sentías viviendo en ese entorno mientras estabas creciendo en él?
(Continuará)
NAKAZAWA: Seguramente el Gobierno no quiera arriesgarse a alentar ningún sentimiento anti-norteamericano. Pero los hechos son los hechos. La gente debería saber lo que ocurrió.
GLEASON: Además, por lo general los americanos saben que se arrojaron dos bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki, pero difícilmente habrá alguno que sepa algo sobre el alcance de los anteriores ataques aéreos de los B-29 que destruyeron la mayoría de las ciudades japonesas. Solamente en Tokio, 100.000 personas fueron asesinadas en una única noche de bombardeos, y esa cifra se acerca al número de personas que murieron en Hiroshima. Y aunque la mayoría de los americanos conocen las bombas atómicas, una respuesta instintiva muy habitual en cualquier discusión sobre sus efectos es un: “¿y qué hay de Pearl Harbor?” o algo por el estilo. Incluso los americanos que se consideran progresistas tienden a experimentar emociones encontradas sobre las bombas atómicas y le dan vueltas a si fueron o no necesarias para terminar con la Guerra. Sin embargo, los que han leído Gen suelen ser más ecuánimes a la hora de culpar a los diferentes participantes de la guerra. Tú no culpas sólo a los Estados Unidos por lanzar la bomba, culpas a los militaristas japoneses al inicio de la guerra, y al sistema imperial que permitió que los militaristas detentaran ese poder en primer lugar. Definitivamente no da la impresión de que seas anti-estadounidense. ¿Es así como siempre visualizaste la guerra, incluso cuando eras joven?
NAKAZAWA: Bueno, me pasé mucho tiempo reflexionando sobre lo que había ocurrido. Y cuando lo haces, la respuesta más clara acerca de la culpa recae sobre los militaristas y el sistema imperial. Por supuesto, cuando era niño también escuchaba cómo los criticaba mi padre.
GLEASON: Mientras estabas creciendo en el Hiroshima de posguerra, ¿solías hablar sobre este tipo de cosas con tus amigos?
NAKAZAWA: ¡Nunca! Todos estábamos ocupados intentando sobrevivir. Yo me guardaba lo que pensaba para mí. Cuando intentaba compartirlo nadie quería escucharme.
GLEASON: ¿Cuándo empezaste a hablar sobre el tema?
NAKAZAWA: Creo que ha sido algo bastante reciente. Solo últimamente he empezado a hablar sobre lo negativo que me parece el sistema imperial. Durante mucho tiempo, solo me atrevía a expresarme mediante mis guiones, a través del manga que empecé a crear en los sesenta.
GLEASON: Pero tengo entendido que incluso cuando no hablabas directamente con tus colegas acerca de tus experiencias, se podría decir que gente como Nagano, tu editor, compartía tus mismos puntos de vista.
NAKAZAWA: La verdad es que tuve mucha suerte de tener un editor como él. Sin Nagano nunca podría haber dibujado la serie sobre “la Paz”. En su momento me dijo: “aquí en Jump hay cuarenta editores ¡y soy el único que entiende lo que estás haciendo!”
GLEASON: ¿Hablaste con Nagano sobre lo que pensabas del Emperador?
NAKAZAWA: En realidad no, pero sabía bien lo que pensaba porque había leído mi manga. Y nunca me censuró ni una sola palabra de las que escribí.
GLEASON: ¿Hubo alguna vez alguna presión por parte de los altos mandos de la editorial?
NAKAZAWA: Oh, claro. Una de las series que hice, Okinawa, iba a ser publicada en tomo por Shueisha. Pero los altos mandos presionaron para que se cancelase la edición.
GLEASON: ¿Fue antes de que los Estados Unidos devolvieran Okinawa a Japón [en 1972]?
NAKAZAWA: Fue antes.
GLEASON: ¿Crees que esa cancelación pudo ser por el mismo motivo que has comentado acerca de por qué los libros de texto japoneses no hablaban sobre las bombas atómicas, quizá para evitar provocar un sentimiento anti-americano?
NAKAZAWA: Indudablemente. Pero no era lo que pretendía cuando lo escribí, aunque pensaron que estaba criticando la ocupación norteamericana de Okinawa. El editor jefe de Shueisha se ponía muy nervioso con todo este tema.
GLEASON: ¿No te parecía extraño que te permitieran escribir sobre la bomba atómica, pero no sobre Okinawa?
NAKAZAWA: Supongo que creían que el tema de Okinawa era mucho más controvertido, porque la situación seguía siendo “delicada”. En ese momento todavía no se había resuelto.
GLEASON: ¿Tuviste roces de algún otro tipo?
NAKAZAWA: Eso fue todo lo que ocurrió. El problema es que me etiquetaron como un dibujante de izquierdas. En los medios de comunicación me siguen viendo de esa forma.
GLEASON: ¿Cuando empezaron a etiquetarte?
NAKAZAWA: Supongo que desde que hice Gen. Sencillamente no hay muchos dibujantes más que utilicen temas tan polémicos como la guerra y el sistema político.
GLEASON: ¿Hay algunos otros dibujantes que escriban sobre estos temas cuyo trabajo admires?
NAKAZAWA: Hmmm… Sanpei Shirato ha escrito algo al respecto. Es el autor de Kamui Den [La Leyenda de Kamui].
GLEASON: Recientemente hemos podido ver algunos ejemplos de manga de derechas, como “El Humanista” [Filosofía de la arrogancia], la serie de Yoshinori Kobayashi. Kobayashi fue noticia recientemente cuando defendió la colonización de Taiwán por parte de Japón, ¿no?
NAKAZAWA: Es cierto. ¿Qué puedo decir? Todo lo que sé es que si pasas por algo como la bomba atómica, entonces sabes que la guerra es un acto demasiado terrible que hay que evitar a toda costa, independientemente de las justificaciones que me puedas ofrecer.
GLEASON: En estos momentos el Gobierno de los Estados Unidos está presionando para ir a la guerra contra Irak. Las encuestas sugieren que muchos estadounidenses apoyan una guerra, porque piensan que se puede llevar a cabo desde la distancia, a base de bombas y misiles, por lo que los soldados estadounidenses no morirán en ella. Lo que más me llama la atención del debate sobre la guerra, sobre todo entre los políticos estadounidenses, es que pocos de ellos expresan su preocupación por el hecho de que, aunque casi no mueran estadounidenses, probablemente lo hagan miles de iraquíes.
NAKAZAWA: Creo que sencillamente los estadounidenses todavía no han experimentado bombardeos masivos de primera mano. Todas sus guerras del Siglo pasado han tenido lugar en el extranjero. Vietnam es un buen ejemplo.
GLEASON: Los ataques terroristas del 11 de Septiembre son descritos a menudo como un punto de inflexión, porque han sido los primeros ataques en suelo estadounidense que han causado miles de muertes de civiles desde la Guerra Civil. Ahora el Gobierno parece estar pensando que puede hacer lo que quiera en Irak mientras no mueran demasiados estadounidenses.
NAKAZAWA: Japón es igual de malo. Es un país que ha experimentado la devastación más completa durante la última guerra, y sin embargo los ultra-nacionalistas están saliendo otra vez de la nada, glorificando la guerra y tratando de reescribir los libros de historia. Y como siempre, también se está hablando de restaurar al Emperador a su legítima posición de autoridad absoluta.
GLEASON: ¿Crees que hay verdaderas posibilidades de que ocurra?
NAKAZAWA: Absolutamente. Ese es el motivo por el que afirmo que se debería desmantelar todo el sistema imperial.
GLEASON: Déjame hacerte algunas preguntas más acerca de tus experiencias mientras crecías en el Japón de posguerra, las cuáles proporcionaron el trasfondo de Pies Descalzos: has comentado que “Gen” es en gran parte autobiográfico, y el personaje principal, Gen Nakaoka, está claramente inspirado en tu persona. ¿Cómo llevaste el proceso de combinar la autobiografía con la ficción durante el desarrollo de tu historia?
NAKAZAWA: Definitivamente me basé en mis experiencias mientras estaba creciendo. Estaba escribiendo Gen a finales de los sesenta, así que revisé lo que había estado haciendo cada año entre los cincuenta y los sesenta. También tuve que recordar cómo era la Sociedad japonesa en cada uno de esos momentos.
GLEASON: Algunas secuencias tienen el aspecto de que son directamente autobiográficas, como cuando la familia de Gen se va a vivir con sus antipáticos parientes en Eba justo después de los bombardeos. Antes has mencionado que esas escenas están recogidas directamente de tu propia experiencia. Pero por ejemplo, en el segundo volumen hay un argumento secundario que trata sobre cómo Gen y Ryuta consiguen el trabajo de cuidar a Seiji, un joven artista que ha perdido la capacidad de usar sus manos durante el bombardeo, y cómo le inspiran para que comience a pintar de nuevo, sosteniéndole el pincel entre los dientes. Al igual que ocurre con esa, algunas de las aventuras de Gen son tan dramáticas que me veo obligado a preguntarte: ¿ocurrieron realmente? Y si no es así, ¿de dónde sacaste la idea?
NAKAZAWA: No me ocurrió a mí, pero esa escena es una combinación de historias reales que ocurrieron en mi vecindario. Por ejemplo, sí que existió una joven víctima de la bomba atómica que aprendió solo a pintar con los dientes. Y la casa de Seiji, al que sus propios vecinos tratan como un paria, está basada en una casa que los niños llamaban "la casa encantada", porque allí vivía una de las víctimas moribundas. Quería contar la historia de ese artista para mostrar cómo la gente puede terminar superando la mayor de las adversidades. Si no puedes usar tus manos, utiliza tus dientes. Como escribía en las primeras páginas de Gen, el verdadero corazón de la historia está simbolizado por el trigo, que vuelve a erguirse sin importar cuántas veces se le pisotee.
GLEASON: Uno de los personajes más importantes de los primeros cuatro volúmenes de Gen es la hermana de Gen, el bebé. Gran parte de la historia gira en torno a su nacimiento, su enfermedad y su muerte prematura. Por lo que has dicho antes, sé que esos hechos se basan en lo que le ocurrió a tu propia hermana pequeña.
NAKAZAWA: Sí, murió después de sólo unos meses, probablemente por culpa de la desnutrición. Nosotros la incineramos en el Océano, al igual que le ocurría a Tomoko, la hermana de Gen en la historia.
GLEASON: La madre de Gen fallece al final del décimo volumen. ¿Tenías la intención desde el principio de llevar la historia hasta ese punto y terminarla entonces?
NAKAZAWA: Sí. Aunque creo que la serie de Gen todavía no está finalizada, sí que quería contar su historia hasta llegar por lo menos a ese punto. Hasta ese momento, que es donde la he dejado por ahora.
GLEASON: ¿Tienes la intención de reanudarla en algún momento?
NAKAZAWA: No, en realidad no.
GLEASON: Así que la historia está sin terminar, pero aún así no planeas agregar nada más.
NAKAZAWA: Es cierto. Hay mucho más ques e podría contar de la historia de Gen, pero me parece que puede seguir viviendo mucho mejor en la imaginación del lector.
GLEASON: En los volúmenes posteriores de Gen describes la vida de los niños de Hiroshima que intentan sobrevivir en una economía subterránea, el mercado negro, y sobre lo que parece ser su dominio por parte de las cuadrillas de Yakuza en la Sociedad de posguerra. Supongo que también estará basado en lo que tú mismo experimentaste cuando crecías. ¿Cómo te sentías viviendo en ese entorno mientras estabas creciendo en él?
(Continuará)
No hay comentarios:
Publicar un comentario