Entrevista para Trouble With Comics, 2004. Traducida por Frog2000. Parte 1, parte 2.
Alan David Donahue: Te has pasado una importante parte de tu carrera como guionista escribiendo cómics y novelas gráficas, incluyendo "From Hell", sobre la que acabamos de hablar, y Watchmen y La Liga de los Hombres Extraordinarios. Como figura clave de la historia del cómic has visto muchas cosas, y me pregunto si podrías hablarnos un poco acerca de cómo la industria del cómic ha interaccionado con tu carrera, y cómo en la época en la que estuviste trabajando en ella, tus obras la acabaron afectando.
Alan Moore: Bueno, mi intención original era simplemente intentar escapar lejos de una vida muy modesta como una especie de dibujante underground. Gasté un par de años hasta que me di cuenta de que nunca iba a ser capaz de dibujar lo suficientemente bien, ni para quedarme a gusto conmigo mismo, ni para ser lo suficientemente rápido y poder sacar adelante una carrera como dibujante. En ese punto decidí intentarlo con la escritura, porque me dije que tal vez me fuese mejor con la palabra que dibujando las imágenes que la acompañan. Así que empecé a construirme una carrera como guionista, y para hacerlo, desde el principio enarbolé un par de sencillos preceptos, si es que se les puede llamar de esa forma... decidí que nunca escribiría una historia en la que personalmente no estuviese interesado. Me imaginé que esa sería una línea divisoria útil para impedirme tropezar con trabajos formuláicos, lo que siempre supone un peligro en una industria donde los plazos de entrega son tan rápidos y furiosos. Así que de alguna forma desarrollé un método mediante el que podía llevar a cabo... incluso el material menos prometedor, y luego convertirlo en algo que me resultara divertido, o intelectualmente estimulante, ya sabes, que mi uso del lenguaje o de la narrativa o algo así fuese... que hubiese elementos de la historia que me proporcionasen la suficiente motivación como para hacer un buen trabajo.
Y al seguir esa especie de agenda empezaron a demandar mi trabajo con bastante rapidez, por lo que a partir de ese momento, también con bastante rapidez, los de DC Comics me preguntaron si podía escribir La Cosa del Pantano, y simplemente seguí haciendo lo mismo que había estado haciendo hasta ese punto, seguí llevando a cabo todo lo que hacía antes de una forma que bajo mi punto de vista resultaba interesante, porque tenía la sensación de que si yo no estaba interesado, entonces tampoco podía esperar que lo estuviese el lector. Me parece demasiado obvio, porque el guionista debería poder comunicar al lector parte de su entusiasmo. Creo que los lectores saben bien cuándo el guión de una determinada obra es un alegre camino sudoroso para el escritor, porque resulta muy obvio.
De esa forma, buscando que estas cosas me resultaran interesantes, me di cuenta de que tenía que empezar a radicalizarlas. Probablemente al principio esperaba más problemas de los que terminaron apareciendo, pero los lectores respondieron bastante bien a mi trabajo, lo que me pareció alentador. Así que seguí utilizando mi método de forma cada vez más arriesgada, mientras Karen Berger y el resto de personas que trabajaban en DC en ese momento me daban su apoyo, porque parecía que les gustaba el hecho de que la serie fuese aumentando sus cifras de venta cada mes, lo que parecía indicar que algo estábamos haciendo bien. Por lo tanto, me animaron a seguir haciendo lo que quería hacer y por suerte, ese ha sido el tipo de situación que llevo disfrutando en el medio desde entonces. Creo que la gente confía en mí lo suficiente como para saber que es probable que me dirija hacia alguna parte que por lo menos resulte interesante, ya sabes, algo que podría ser algo enloquecido o molesto o algo por el estilo, pero que seguro que termina siendo un lugar interesante. Parecen saber que si me dejan utilizar mis recursos, probablemente no asustaré demasiado a nadie y conseguiré un buen resultado final.
En cuanto a la forma en que todo esto ha afectado a los cómics, en realidad no lo sé. A veces, en mis días más pesimistas, tiendo a pensar que la mayor parte de mi influencia sobre los cómics ha resultado ser muy negativa, que tal vez la gente que se leyese los primeros números de la Cosa del Pantano o Watchmen, o de gran parte del trabajo que estuve haciendo en los ochenta, no se sintieron impulsados a experimentar o a intentar estirar los límites de la forma y del medio, sino que parece que tal vez lo que han hecho muchos de ellos es fijarse en la violencia agregando cierto tipo de postura intelectual... y también han aprovechado algunos elementos que parecen haber condenado a los cómics y empujado a que se editen un puñado de comic books post-Watchmen muy deprimentes y lúgubres. Tal vez haya días que me parezca bastante triste, pero como he dicho, todo depende del día y del estado de ánimo que tenga en ese momento, y si me ha pillado en un día más cansado como puede ser el de hoy, así que tal vez esté siendo un poco más pesimista de lo habitual.
Me refiero a que me gustaría pensar que si he demostrado algo, es que los cómics son un medio con posibilidades casi inagotables, que ha habido... hay grandes cómics que todavía no se han guionizado. Hay cosas que hay que hacer en este medio que todavía no las ha hecho nadie, que la gente tal vez ni siquiera ha soñado con intentar hacerlas. Y si en realidad he tenido algún tipo de influencia benigna sobre los cómics, espero que sea en ese sentido. Que todo es posible si enfocas el medio de la forma adecuada. Mezclando palabras e imágenes se pueden hacer algunas cosas extraordinarias. Es sólo una cuestión de ser lo suficientemente diligente y perspicaz, y de trabajar lo suficientemente duro, perfeccionando continuamente tu talento hasta que seas lo suficientemente hábil como para hacer el trabajo que requiere este medio. Espero que si he tenido algún tipo de legado benigno sobre los cómics, que eso sea todo, pero no sé, como decía, algunos días creo que mi legado es... creo que es probable que mi legado sea una gran cantidad de gruñidos sin sentido del humor pronunciados por psicópatas sarcásticos, pero es algo que solo me asalta en mis peores días, así que no me hagas ni caso.
Alan David Donahue: Esa época que has mencionado empezó a mediados de los ochenta después de Watchmen y del "Dark Knight" de Frank Miller, pero por mi parte me parece que su verdadero inicio podría estar en esa escena de tu serie de La Cosa del Pantano en la que aparecía La Liga de la Justicia, Superman, Batman y algunos otros personajes como dioses virtuales que vigilaban a la Humanidad desde su estación espacial. A menudo he pensado en esa escena concreta que tan sólo duraba un par de páginas, porque me parece que fue cuando realmente empezó toda esta re-definición de los personajes.
Alan Moore: Seguro que tienes razón. Quiero decir, esa fue la primera vez que puse mis manos sobre cualquier superhéroe del tipo americano, porque La Cosa del Pantano estaba, bueno, supongo que en un lugar estanco... sorprendentemente oculta del mainstream del Universo DC. Así que en realidad, ese número de "Swamp Thing"... supuso una oportunidad de poder jugar con algunos de los juguetes que me habían cautivado en mi infancia. Pude utilizar a Flash y Superman y a todos estos personajes diferentes que siempre están sentados vigilantes en su sede del satélite, así que decidí hacer las cosas de esa forma para poder devolver a esos personajes parte del carisma y el misterio que tenían anteriormente, y de repente, intentar hacerlos un poco más extraños. Y lo hice utilizando una serie de trucos muy sencillos: nunca me refería a ninguno de ellos por su nombre de superhéroe, la mayoría aparecía entre las sombras, así que sólo podías ver furtivamente un emblema en el pecho por aquí o una silueta por allá. Y utilicé una serie de pequeñas frases poéticas bastante concisas para poder describir a estos superhéroes tan familiares con nuevos términos.
Hablé de Superman como alguien capaz de observar todo el planeta y sacar diamantes de la antracita, que es una pequeña pero agradable frase resonante, y dije que Flash era capaz de moverse tan rápido que su vida es una galería interminable de estatuas. De todos modos, no es que sean observaciones profundamente poéticas, pero tal vez ofrezcan una nueva y refrescante forma de ver a unos personajes que en ese entonces resultaban demasiado familiares, que se habían vuelto demasiado familiares, y la familiaridad genera cierto desprecio. Si te has acostumbrado a estos chicos maravillosos, a estos personajes maravillosos, entonces hasta cierto punto la maravilla se queda silenciada o empañada, por lo que fue un intento de devolver de alguna forma un poco de la chispa con la que esos personajes me cautivaron la primera vez. Pero, sí ... sí, es posible que tengas razón, que fuese entonces cuando comenzó todo, o no sé, es probable que... ¿no había hecho ya Frank Miller algunas cosas en Daredevil y otros personajes de la Marvel...?
Alan David Donahue: Sí, [pero] diría... que estaba trabajando en base a una tradición establecida, aunque sin embargo tratase a ese personaje de una forma como no lo había hecho nadie hasta entonces. Como has dicho antes, si los creadores que os siguieron a ambos en esa época hubiesen intentado emular la experimentación y se hubiesen fijado en las cosas desde un ángulo diferente en lugar de utilizar únicamente las sombras y la oscuridad, es probable que en los años siguientes todo hubiese sido un poco diferente.
Alan Moore: Sin duda lo habría sido. Creo... me refiero a que, ya sabes, siempre se ha comentado todo lo que me gusta la obra de Frank... no por la severidad u oscuridad, sino por su dominio de la narrativa y la constante innovación que mantuvo a lo largo de todas esas historias de Daredevil y del "Dark Knight" y de todo lo demás. Y sí... estoy de acuerdo, me hubiese gustado que la gente se centrase en eso, en lugar de en las cosas que eran relativamente superficiales: el sexo, la violencia, esa especie de... posicionamiento intelectual. Era... no quiero decir que todos lo que prosiguieron tras Watchmen y Dark Knight entrasen en esa categoría en particular, me refiero a que se crearon algunas grandes obras que nada le deben a estas historias, pero creo que nuestro legado para el mainstream ha sido... sí, que podría haber sido mejor. Es probable que no todo sea culpa mía o de Frank, pero hay que lamentar la oportunidad que tuvimos y que se ha perdido...
Alan David Donahue: Hablando de legados, tu colega guionista Neil Gaiman acaba de anunciar lo que él llama, y aquí lo estoy citando: "el final, o algo bastante cercano, de un largo capítulo de tratos con un editor muy falso y deshonesto", en referencia a la aparente conclusión de su juicio contra Todd McFarlane en cuanto al asunto de Miracleman, un personaje que te inventaste y que volviste famoso en los ochenta. Me preguntaba qué es lo que piensas sobre la conclusión del juicio y sobre el personaje, y lo que te gustaría que se hiciese con las historias que existen, incluidas las que tú escribiste.
Alan Moore: Bueno, me alegro mucho por Neil, me gusta que esta situación se haya acabado de una vez, debe haber sido muy desagradable tener que lidiar con ese tipo de cosas durante este último par de años. Siempre me ha parecido un poco ridículo que alguien reclamase la propiedad de esa cosa, excepto en el caso de la gente que la guionizó y dibujó. No estoy muy seguro de la ética que reside en todo esto, bueno, sí que estoy bastante seguro, pero seguro que describir lo que pienso en un programa de radio sería muy poco adecuado... es una situación muy, muy desagradable, no refleja bien la actitud de nadie, no parece nada positivo para la industria del cómic saber que todavía hay espacios en los que ese tipo de prácticas son una especie de lugar común. Es bastante vergonzoso. Pero, con suerte, si Neil ha luchado heroicamente y conseguido pasar a través de toda esa espesura y ha podido ver la luz del día al otro lado, entonces... sí, me gustaría ver de nuevo impreso ese trabajo.
Me gustaría que estuviese de nuevo a disposición de la gente, que no les arrancasen la piel a tiras cuando se compren una rara y cara edición antigua de Miracleman publicada en los ochenta. Creo que algunos de sus elementos son realmente buenos, quiero decir, creo que las cosas de Neil eran maravillosas, me gustaría mucho que Neil acabase lo que había planeado hacer con Miracleman. Neil ha sugerido que hagamos una especie de pacto con Miracleman y que si, por ejemplo, se reimprimiese, entonces los royalties de mi material se nos destinasen tanto a mí como a los dibujantes. Lo mismo si reimprimen alguna vez el Miracleman de Neil y Mark Buckingham. Según el pacto que hemos propuesto para Miracleman, cualquier dinero que produzca en general, tanto de merchandising como de cualquier cosa por el estilo, no será específicamente el dinero de nadie, sino que podría ir a parar a la Comic Book Legal Defense Fund, y si hiciesen películas, quiero decir, por mi parte... me he quedado muy, muy desencantado con las películas, así que no me gustaría que se hiciesen más películas de mis cosas, pero si se hiciese una película de Miracleman o de Marvelman, entonces no quiero que mi nombre aparezca en ella y me gustaría que todo el dinero fuese a parar a los dibujantes involucrados o al Comic Book Legal Defense Fund. Estaría bien que un editor legítimo que llevase a cabo prácticas legítimas y con un trato legítimo hacia los creadores lograse que ese trabajo estuviese otra vez disponible. No es que espere lucrarme ni nada así, pero estaría bien tenerlo disponible y me gustaría enterarme de que Neil no tiene que seguir sudando tinta para atravesar ese verdadero campo minado tan exigente y que tan doloroso se ha hecho a lo largo de todo este tiempo. Por lo tanto, me descubro ante él. Sin duda ha hecho mucho más de lo que yo podría haberme molestado en hacer.
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Gracias especiales a Alan Moore por haber donado su tiempo para hablar conmigo hace una década, y también a Chris Staros de Top Shelf Productions, quien me facilitó poder realizar la entrevista original. Top Shelf es el editor de muchas grandes obras de Moore, incluyendo su trascendental novela en prosa La Voz del Fuego y la próxima "Jerusalem", así como de "La Liga de los Hombres Extraordinarios: Century", From Hell, Lost Girls, Unearthing y muchas más. Gracias también a Roger Green y Christopher Allen por los consejos y el apoyo a la hora de agregar online esta entrevista.
Alan David Donahue: Te has pasado una importante parte de tu carrera como guionista escribiendo cómics y novelas gráficas, incluyendo "From Hell", sobre la que acabamos de hablar, y Watchmen y La Liga de los Hombres Extraordinarios. Como figura clave de la historia del cómic has visto muchas cosas, y me pregunto si podrías hablarnos un poco acerca de cómo la industria del cómic ha interaccionado con tu carrera, y cómo en la época en la que estuviste trabajando en ella, tus obras la acabaron afectando.
Alan Moore: Bueno, mi intención original era simplemente intentar escapar lejos de una vida muy modesta como una especie de dibujante underground. Gasté un par de años hasta que me di cuenta de que nunca iba a ser capaz de dibujar lo suficientemente bien, ni para quedarme a gusto conmigo mismo, ni para ser lo suficientemente rápido y poder sacar adelante una carrera como dibujante. En ese punto decidí intentarlo con la escritura, porque me dije que tal vez me fuese mejor con la palabra que dibujando las imágenes que la acompañan. Así que empecé a construirme una carrera como guionista, y para hacerlo, desde el principio enarbolé un par de sencillos preceptos, si es que se les puede llamar de esa forma... decidí que nunca escribiría una historia en la que personalmente no estuviese interesado. Me imaginé que esa sería una línea divisoria útil para impedirme tropezar con trabajos formuláicos, lo que siempre supone un peligro en una industria donde los plazos de entrega son tan rápidos y furiosos. Así que de alguna forma desarrollé un método mediante el que podía llevar a cabo... incluso el material menos prometedor, y luego convertirlo en algo que me resultara divertido, o intelectualmente estimulante, ya sabes, que mi uso del lenguaje o de la narrativa o algo así fuese... que hubiese elementos de la historia que me proporcionasen la suficiente motivación como para hacer un buen trabajo.
Y al seguir esa especie de agenda empezaron a demandar mi trabajo con bastante rapidez, por lo que a partir de ese momento, también con bastante rapidez, los de DC Comics me preguntaron si podía escribir La Cosa del Pantano, y simplemente seguí haciendo lo mismo que había estado haciendo hasta ese punto, seguí llevando a cabo todo lo que hacía antes de una forma que bajo mi punto de vista resultaba interesante, porque tenía la sensación de que si yo no estaba interesado, entonces tampoco podía esperar que lo estuviese el lector. Me parece demasiado obvio, porque el guionista debería poder comunicar al lector parte de su entusiasmo. Creo que los lectores saben bien cuándo el guión de una determinada obra es un alegre camino sudoroso para el escritor, porque resulta muy obvio.
De esa forma, buscando que estas cosas me resultaran interesantes, me di cuenta de que tenía que empezar a radicalizarlas. Probablemente al principio esperaba más problemas de los que terminaron apareciendo, pero los lectores respondieron bastante bien a mi trabajo, lo que me pareció alentador. Así que seguí utilizando mi método de forma cada vez más arriesgada, mientras Karen Berger y el resto de personas que trabajaban en DC en ese momento me daban su apoyo, porque parecía que les gustaba el hecho de que la serie fuese aumentando sus cifras de venta cada mes, lo que parecía indicar que algo estábamos haciendo bien. Por lo tanto, me animaron a seguir haciendo lo que quería hacer y por suerte, ese ha sido el tipo de situación que llevo disfrutando en el medio desde entonces. Creo que la gente confía en mí lo suficiente como para saber que es probable que me dirija hacia alguna parte que por lo menos resulte interesante, ya sabes, algo que podría ser algo enloquecido o molesto o algo por el estilo, pero que seguro que termina siendo un lugar interesante. Parecen saber que si me dejan utilizar mis recursos, probablemente no asustaré demasiado a nadie y conseguiré un buen resultado final.
En cuanto a la forma en que todo esto ha afectado a los cómics, en realidad no lo sé. A veces, en mis días más pesimistas, tiendo a pensar que la mayor parte de mi influencia sobre los cómics ha resultado ser muy negativa, que tal vez la gente que se leyese los primeros números de la Cosa del Pantano o Watchmen, o de gran parte del trabajo que estuve haciendo en los ochenta, no se sintieron impulsados a experimentar o a intentar estirar los límites de la forma y del medio, sino que parece que tal vez lo que han hecho muchos de ellos es fijarse en la violencia agregando cierto tipo de postura intelectual... y también han aprovechado algunos elementos que parecen haber condenado a los cómics y empujado a que se editen un puñado de comic books post-Watchmen muy deprimentes y lúgubres. Tal vez haya días que me parezca bastante triste, pero como he dicho, todo depende del día y del estado de ánimo que tenga en ese momento, y si me ha pillado en un día más cansado como puede ser el de hoy, así que tal vez esté siendo un poco más pesimista de lo habitual.
Me refiero a que me gustaría pensar que si he demostrado algo, es que los cómics son un medio con posibilidades casi inagotables, que ha habido... hay grandes cómics que todavía no se han guionizado. Hay cosas que hay que hacer en este medio que todavía no las ha hecho nadie, que la gente tal vez ni siquiera ha soñado con intentar hacerlas. Y si en realidad he tenido algún tipo de influencia benigna sobre los cómics, espero que sea en ese sentido. Que todo es posible si enfocas el medio de la forma adecuada. Mezclando palabras e imágenes se pueden hacer algunas cosas extraordinarias. Es sólo una cuestión de ser lo suficientemente diligente y perspicaz, y de trabajar lo suficientemente duro, perfeccionando continuamente tu talento hasta que seas lo suficientemente hábil como para hacer el trabajo que requiere este medio. Espero que si he tenido algún tipo de legado benigno sobre los cómics, que eso sea todo, pero no sé, como decía, algunos días creo que mi legado es... creo que es probable que mi legado sea una gran cantidad de gruñidos sin sentido del humor pronunciados por psicópatas sarcásticos, pero es algo que solo me asalta en mis peores días, así que no me hagas ni caso.
Alan David Donahue: Esa época que has mencionado empezó a mediados de los ochenta después de Watchmen y del "Dark Knight" de Frank Miller, pero por mi parte me parece que su verdadero inicio podría estar en esa escena de tu serie de La Cosa del Pantano en la que aparecía La Liga de la Justicia, Superman, Batman y algunos otros personajes como dioses virtuales que vigilaban a la Humanidad desde su estación espacial. A menudo he pensado en esa escena concreta que tan sólo duraba un par de páginas, porque me parece que fue cuando realmente empezó toda esta re-definición de los personajes.
Alan Moore: Seguro que tienes razón. Quiero decir, esa fue la primera vez que puse mis manos sobre cualquier superhéroe del tipo americano, porque La Cosa del Pantano estaba, bueno, supongo que en un lugar estanco... sorprendentemente oculta del mainstream del Universo DC. Así que en realidad, ese número de "Swamp Thing"... supuso una oportunidad de poder jugar con algunos de los juguetes que me habían cautivado en mi infancia. Pude utilizar a Flash y Superman y a todos estos personajes diferentes que siempre están sentados vigilantes en su sede del satélite, así que decidí hacer las cosas de esa forma para poder devolver a esos personajes parte del carisma y el misterio que tenían anteriormente, y de repente, intentar hacerlos un poco más extraños. Y lo hice utilizando una serie de trucos muy sencillos: nunca me refería a ninguno de ellos por su nombre de superhéroe, la mayoría aparecía entre las sombras, así que sólo podías ver furtivamente un emblema en el pecho por aquí o una silueta por allá. Y utilicé una serie de pequeñas frases poéticas bastante concisas para poder describir a estos superhéroes tan familiares con nuevos términos.
Hablé de Superman como alguien capaz de observar todo el planeta y sacar diamantes de la antracita, que es una pequeña pero agradable frase resonante, y dije que Flash era capaz de moverse tan rápido que su vida es una galería interminable de estatuas. De todos modos, no es que sean observaciones profundamente poéticas, pero tal vez ofrezcan una nueva y refrescante forma de ver a unos personajes que en ese entonces resultaban demasiado familiares, que se habían vuelto demasiado familiares, y la familiaridad genera cierto desprecio. Si te has acostumbrado a estos chicos maravillosos, a estos personajes maravillosos, entonces hasta cierto punto la maravilla se queda silenciada o empañada, por lo que fue un intento de devolver de alguna forma un poco de la chispa con la que esos personajes me cautivaron la primera vez. Pero, sí ... sí, es posible que tengas razón, que fuese entonces cuando comenzó todo, o no sé, es probable que... ¿no había hecho ya Frank Miller algunas cosas en Daredevil y otros personajes de la Marvel...?
Alan David Donahue: Sí, [pero] diría... que estaba trabajando en base a una tradición establecida, aunque sin embargo tratase a ese personaje de una forma como no lo había hecho nadie hasta entonces. Como has dicho antes, si los creadores que os siguieron a ambos en esa época hubiesen intentado emular la experimentación y se hubiesen fijado en las cosas desde un ángulo diferente en lugar de utilizar únicamente las sombras y la oscuridad, es probable que en los años siguientes todo hubiese sido un poco diferente.
Alan Moore: Sin duda lo habría sido. Creo... me refiero a que, ya sabes, siempre se ha comentado todo lo que me gusta la obra de Frank... no por la severidad u oscuridad, sino por su dominio de la narrativa y la constante innovación que mantuvo a lo largo de todas esas historias de Daredevil y del "Dark Knight" y de todo lo demás. Y sí... estoy de acuerdo, me hubiese gustado que la gente se centrase en eso, en lugar de en las cosas que eran relativamente superficiales: el sexo, la violencia, esa especie de... posicionamiento intelectual. Era... no quiero decir que todos lo que prosiguieron tras Watchmen y Dark Knight entrasen en esa categoría en particular, me refiero a que se crearon algunas grandes obras que nada le deben a estas historias, pero creo que nuestro legado para el mainstream ha sido... sí, que podría haber sido mejor. Es probable que no todo sea culpa mía o de Frank, pero hay que lamentar la oportunidad que tuvimos y que se ha perdido...
Alan David Donahue: Hablando de legados, tu colega guionista Neil Gaiman acaba de anunciar lo que él llama, y aquí lo estoy citando: "el final, o algo bastante cercano, de un largo capítulo de tratos con un editor muy falso y deshonesto", en referencia a la aparente conclusión de su juicio contra Todd McFarlane en cuanto al asunto de Miracleman, un personaje que te inventaste y que volviste famoso en los ochenta. Me preguntaba qué es lo que piensas sobre la conclusión del juicio y sobre el personaje, y lo que te gustaría que se hiciese con las historias que existen, incluidas las que tú escribiste.
Alan Moore: Bueno, me alegro mucho por Neil, me gusta que esta situación se haya acabado de una vez, debe haber sido muy desagradable tener que lidiar con ese tipo de cosas durante este último par de años. Siempre me ha parecido un poco ridículo que alguien reclamase la propiedad de esa cosa, excepto en el caso de la gente que la guionizó y dibujó. No estoy muy seguro de la ética que reside en todo esto, bueno, sí que estoy bastante seguro, pero seguro que describir lo que pienso en un programa de radio sería muy poco adecuado... es una situación muy, muy desagradable, no refleja bien la actitud de nadie, no parece nada positivo para la industria del cómic saber que todavía hay espacios en los que ese tipo de prácticas son una especie de lugar común. Es bastante vergonzoso. Pero, con suerte, si Neil ha luchado heroicamente y conseguido pasar a través de toda esa espesura y ha podido ver la luz del día al otro lado, entonces... sí, me gustaría ver de nuevo impreso ese trabajo.
Me gustaría que estuviese de nuevo a disposición de la gente, que no les arrancasen la piel a tiras cuando se compren una rara y cara edición antigua de Miracleman publicada en los ochenta. Creo que algunos de sus elementos son realmente buenos, quiero decir, creo que las cosas de Neil eran maravillosas, me gustaría mucho que Neil acabase lo que había planeado hacer con Miracleman. Neil ha sugerido que hagamos una especie de pacto con Miracleman y que si, por ejemplo, se reimprimiese, entonces los royalties de mi material se nos destinasen tanto a mí como a los dibujantes. Lo mismo si reimprimen alguna vez el Miracleman de Neil y Mark Buckingham. Según el pacto que hemos propuesto para Miracleman, cualquier dinero que produzca en general, tanto de merchandising como de cualquier cosa por el estilo, no será específicamente el dinero de nadie, sino que podría ir a parar a la Comic Book Legal Defense Fund, y si hiciesen películas, quiero decir, por mi parte... me he quedado muy, muy desencantado con las películas, así que no me gustaría que se hiciesen más películas de mis cosas, pero si se hiciese una película de Miracleman o de Marvelman, entonces no quiero que mi nombre aparezca en ella y me gustaría que todo el dinero fuese a parar a los dibujantes involucrados o al Comic Book Legal Defense Fund. Estaría bien que un editor legítimo que llevase a cabo prácticas legítimas y con un trato legítimo hacia los creadores lograse que ese trabajo estuviese otra vez disponible. No es que espere lucrarme ni nada así, pero estaría bien tenerlo disponible y me gustaría enterarme de que Neil no tiene que seguir sudando tinta para atravesar ese verdadero campo minado tan exigente y que tan doloroso se ha hecho a lo largo de todo este tiempo. Por lo tanto, me descubro ante él. Sin duda ha hecho mucho más de lo que yo podría haberme molestado en hacer.
—-
Gracias especiales a Alan Moore por haber donado su tiempo para hablar conmigo hace una década, y también a Chris Staros de Top Shelf Productions, quien me facilitó poder realizar la entrevista original. Top Shelf es el editor de muchas grandes obras de Moore, incluyendo su trascendental novela en prosa La Voz del Fuego y la próxima "Jerusalem", así como de "La Liga de los Hombres Extraordinarios: Century", From Hell, Lost Girls, Unearthing y muchas más. Gracias también a Roger Green y Christopher Allen por los consejos y el apoyo a la hora de agregar online esta entrevista.
2 comentarios:
Una pena que lo de arrancar la piel a tiras no se haya cumplido. Las ediciones de Marvel y Panini han ido a por la piel del fandom. Ha sido algo muy sucio explotar las ganas de la gente, pero los ansiosos también merecen castigo. En fin, como siempre la gente digna e íntegra como Moore, es decir, que es fiel a sí misma, es atropellada por la especulación.
Tienes toda la razón, pero ni siquiera yo he podido resistirme a pillarme la cara edición de Panini. Y eso que lo intenté con todas mis fuerzas, pero era superior a mí...
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