El Regreso de los Gories de Detroit. Entrevista en PrefixMag por Matthew Kantor (13 de Agosto de 2010). Traducida por Frog 2000.
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Danny Kroha, de los Gories, todavía se encuentra emocionado. Al hablar con el guitarrista y vocalista del recientemente reunido grupo de garage-blues de Detroit, deja claro que su música y su vida son una y la misma, y él lo siente más que nunca. Kroha formó The Gories en 1986 con Mick Collins y Peggy O'Neill. Eran un grupo de proto-punk, garage y blues que no imitaban a nadie, sino que lo que hacían era celebrar su música favorita, utilizando su inexperiencia como una baza más. Así hicieron gala de una magia que producía canciones que parecían un himno tras otro. Con el áspero y saturado estruendo producido por una batería que se encontraba en un punto intermedio entre Moe Tucker y Bo Diddley, la banda abogaba por los restaurantes de pollo frito, el vino barato y ellos mismos, entre otras pasiones.
Evidentemente, el grupo no era ningún vacile, porque ahora se han vuelto a reunir para ofrecer unos conciertos que han agotado las entradas. En ellos han tocado para sus admiradores con una fuerza más visceral que nunca. Arraigados en el linaje del rock de la Ciudad del Motor, han demostrado la capacidad de resistencia de unas canciones de primera categoría, engañosamente simples y rítmicamente necesarias. Collins pasó a formar parte de los aclamados Dirtbombs, O'Neill tocó con los '68 Comeback y Darkest Hours, y Kroha estuvo durante 13 años en los Demolition Doll Rods, que hacían áspero y atascado rock 'n' roll al estilo de las “girl-groups” de los sesenta.
Pero si reduces todo a lo más básico, The Gories son para Kroha como el hogar, y es cierto que describir su mezcla de géneros no tiene ningún sentido cuando se trata de esta música. Guitarras fuertes y batería, tres acordes y pasión son el resultado, y The Gories siguen teniendo el instinto más agudo a este lado de la calle. Kroha también está dispuesto a escuchar y a ser sorprendido por la música de otros, así como también se encuentra listo para aturdir a algunos más con su estrépito amplificado.
En la víspera del regreso de The Gories al Maxwell, el garito de Hoboken (New Jersey), estuvo charlando con nosotros sobre la historia de la banda y la reunión que había tenido lugar en Detroit.
Matthew Kantor: ¿Cuál era el telón de fondo musical en el Detroit de 1986, cuando empezaron los Gories?
Dan Kroha: Había algunas grandes bandas en activo como Hysteric Narcotics, que hacían una especie de garage de los sesenta realmente bueno: armonías vocales a tres voces, un chico que tocaba la guitarra y el órgano y otro que era un gran guitarrista, músicos muy buenos, tenían muy buenas canciones. Solíamos ir a verlos casi siempre. Otro grupo se llamaba 3-D Invisibles. Hacían todo tipo de temas sobre monstruos y ciencia ficción. Sus canciones también eran muy buenas. Tenían otra banda con los mismos componentes, un grupo de surf que se apodaba Zombie Surfers. Estuvieron funcionando alrededor de 1985 o 1986, por lo que supongo que nadie más estaba haciendo música surf en ese momento, y nos parecían jodidamente increíbles. Hacían ese estilo de música mucho mejor que cualquier otra banda que yo haya escuchado desde entonces. Había otra banda que se llamaba The Vertical Pillows. En esa estaba María de los [Detroit] Cobras, fue su primera banda, y Paula, una cantante muy buena, y también contaban con un batería genial. Esas eran nuestras tres bandas favoritas de la ciudad, solíamos ir a verlas siempre.
MK: Así que había como una especie de escena con la que The Gories podía conectar.
DK: Oh, ¡joder! ¡por supuesto que sí! En Detroit siempre estaban pasando cosas, había todo tipo de bandas. En los ochenta también había una gran escena de metal y algunas cosas de hardcore punk, grandes bandas de rockabilly, magníficos grupos de blues, había de todo. En los ochenta teníamos todo tipo de cosas de primera.
MK: Algunas de esas bandas se han perdido en el tiempo, pero The Gories son ahora más conocidos que nunca. ¿Te sorprende que 25 años después estés haciendo entrevistas y además hayáis agotado las entradas de vuestros próximos shows?
DK: No sé cómo sonará lo que voy a decir, pero siempre he sabido que The Gories eran algo especial, no puedo hablar por otras bandas, pero siempre he tenido fe de que nosotros terminaríamos funcionando. Velvet Underground y su actitud nos inspiraron muchísimo: no nos importaba a quién le gustaba lo que hacíamos, lo hacíamos para complacernos a nosotros mismos, y tocábamos el tipo de música que nos gustaría escuchar, eso es todo. Hicimos lo mismo que hicieron los Velvet. Nos inspiraron mucho, y aunque The Gories terminasen como lo hicieron, finalmente la gente se dio cuenta de que éramos geniales, y como esa es la percepción que se tenía ya entonces, estoy muy contento de que al fin el tiempo me haya dado la razón.
MK: La banda fue aclamada por la crítica como “algo importante”. ¿Te agradaban todos esos elogios sobre vuestra importancia en la historia de la música o no significaban nada para ti?
DK: Significaban un montón, tío. Soy muy consciente de ello. Es curioso, porque cuando he vuelto a pensar en los años ochenta, me he dado cuenta de que había muchas bandas de garage revival en la época, y me alegro de que esperásemos hasta finales de la década para hacer lo que hicimos. Vimos a un montón de bandas que hacían cosas al estilo de los sesenta, y el revival de garage fue una cosa bastante grande durante los ochenta. Nos dimos cuenta de lo que estaba haciendo todo el mundo y nos dijimos: "bien, en realidad ese no es nuestro rollo.” Había un montón de bandas en la Costa Oeste, grupos como The Gravedigger Five, que aunque sus componentes eran muy majos, sentíamos que a la música le faltaba algo. Queríamos hacer algo realmente crudo, cosas muy crudas, algo como las bandas que tocaban el doble tiempo al final de una canción y lo llamaban R&B. Solíamos decirnos: “mierda, tenemos que volver a traernos el verdadero blues a la actualidad.” Queríamos ser capaces de tocar una especie de R&B completamente crudo. Creo que las bandas de principios de los ochenta estaban más influenciadas por ese tipo de recopilatorios en plan Pebbles. Cuando se editó “Back from the Grave” nos aferramos a esa música, eso era lo nuestro. Todo el rollo estético de Tim Warren en plan super-crudo y primario, la ineptitud y todo lo demás, [pensábamos]: "sí, esta es la mierda que más nos gusta, se trata de esto, es una materia prima estupenda."
MK: En medio de todo ese enfoque primario y crudo, las canciones de los Gories se sostienen perfectamente. Son grandes canciones. ¿Cómo saber cuándo es bueno un tema? Vosotros tres debíais saber cuándo, porque teníais que sentir lo que estábais haciendo.
DK: Claro, por supuesto que sí. No te puedo asegurar que fuesemos verdaderamente conscientes de ello, pero... creo que todos teníamos una especie de sensación que nunca nos dio por analizar. Pero sí que te puedo decir que cuando miro las fotografías de los Gories y escucho los discos, me siento muy orgulloso, orgulloso de que no sonemos como una banda determinada de una época concreta. Eso es lo que me me ocurre cuando reviso algunas fotos de grupos de los ochenta y cuando escucho sus discos, porque realmente parecen de los ochenta y suenan a música de los ochenta. Definitivamente éramos conscientes, y creo que no queríamos parecernos a un grupo de los ochenta. Quiero decir, estábamos totalmente obsesionados con los sesenta y queríamos parecernos a un grupo de los años sesenta, pero en ese momento existía como una especie de cliché garagero y sabíamos que no lo queríamos para nosotros, por lo que tuvimos que encontrar alguna otra cosa que realmente no pareciese un cliché, sino algo recogido de los sesenta, pero que no existiese en la época en la que empezamos con el grupo. No sé. De alguna forma terminamos encontrando una forma de hacer las cosas que acabó siendo bastante clásica, algo que me llena de orgullo.
MK: El lugar del que veníais era crudo y primario, pero vuestras canciones son divertidas y un poco afiladas y peligrosas al mismo tiempo. ¿Seguís teniendo las mismas vibraciones? ¿Cómo describirías la sensación que tenías en ese entonces y la que tienes ahora cuando las tocas?
DK: Por una parte, claro que teníamos sentido del humor y nos gustaba componer canciones divertidas. De todas formas la banda casi empezó como una broma. Fue en plan: “Oh, vamos a ser la peor banda del mundo y vamos a conducirnos por todo los clubs chillando y gritando, espera a escucharnos, ya verás.” Eramos crudos y desafinados de una forma intencionada. ¿Y ahora? Realmente hacer ese material me parece muy extraño. Estoy muy contento de la forma en que suena. Cuando decidimos que íbamos a reunirnos de nuevo, lo discutimos entre todos y coincidimos en que queríamos que sonara lo más cercano posible a lo que solía ser en aquel entonces. No queríamos añadir nada nuevo, no queríamos que sonara más novedoso, no queríamos ponerlo al día. Todos habíamos visto reuniones de grupos y no siempre nos parecían buenas, somos conscientes de por qué a la gente le encantaban los Gories, qué es lo que hacía sonar a los Gories como lo hacían, y queríamos mantenernos fieles. Creo que lo conseguimos y me siento muy feliz por ello.
MK: ¿Y por qué hacer una reunión?
DK: Tim Warren [el fundador de Crypt Records] iba a celebrar la fiesta del 25º aniversario de Crypt y nos preguntó si queríamos tocar en ella. Peggy es una buena amiga de Eric, de los Oblivians, y ambos estuvieron hablando y Eric dijo: vale, si vosotros lo hacéis nosotros también, y Mick y yo estuvimos de acuerdo. Bueno, si ellos lo hacen, nosotros también, y además hay que tener en cuenta que “Back from the Grave” nos había inspirado bastante, así que... adelante. La fiesta del 25 aniversario terminó por no celebrarse, pero ya habíamos comenzado a hablar de la reunión, y Eric y Peggy dijeron que deberíamos hacerla de todos modos, que deberíamos hacer una gira conjunta, y Peggy se emocionó mucho y a mí también me pareció bien. Así que detuve la actividad de los Doll Rods, y además en ese momento Mick se encontraba sin hacer nada, entre la grabación de dos álbumes de los Dirtbombs, y Peggy había perdido su trabajo, así que era la ocasión perfecta.
MK: Has tocado durante mucho tiempo. En general, y hablando como músico, ¿crees que hay algún punto al que te hayas esforzado por llegar, o por lo menos has llegado a uno en el que estés a gusto, o en el que estás intentando perfeccionarte?
DK: Me he sentido a la deriva desde que dejé a los [Demolition] Doll Rods. Doll Rods se acabaron. He estado en esa banda durante 13 años, así que cuando todo acabó me sentía bastante desorientado... la mejor forma de describirlo es a la deriva, necesitaba encontrar mi identidad fuera del grupo. Me ha costado unos cuantos años, me he sentido como que no tenía una base desde la que partir, que marchaba sin rumbo sin saber qué hacer. Durante un tiempo tuve una banda llamada The Readies, hacíamos algo parecido al hard rock inglés de principios de los setenta, cosas en plan pub-rock, música mod y también estábamos influidos por el freak-out de los setenta. Sacamos un single en Cass Records del que estoy bastante orgulloso, pero luego, de alguna forma terminé perdiendo el interés. Así que volví a tocar de nuevo música de estilo garagero y pensé: “wow, este es mi hogar, de aquí es de donde yo vengo y donde me siento perfectamente.” Me gusta mucho poder tocar esas canciones de nuevo, siguen siendo sólidas y es bonito tocar con el resto del grupo.
También estuve aprendiendo a tocar blues con la afinación abierta, al estilo del Doctor Ross, y además no sabía que John Lee Hooker también tocaba con afinación abierta, por lo que me pasé cinco o seis años ensayando, automatizando el aprendizaje para aprender a hacer finger-picking acústico. Así que claro, me resulta mucho más fácil tocar este tipo de material.
MK: Me doy cuenta de que no tienes problemas en usar el término “garage.” ¿Cómo le explicarías ese término a alguien que no lo conozca?
DK: Proviene de las bandas de los años sesenta que literalmente ensayaban en garajes. En la primera banda que estuve con 18 años ensayábamos en un garaje, pero la policía nos llamó la atención y tuvimos que mudarnos al sótano, ese puede ser un buen ejemplo como otro cualquiera. Para mí es música popular. El garage es un grupo de chicos jóvenes que se reúnen para tocar rock 'n 'roll de tres acordes, que para mí es música popular. Garage es una forma de folk y rock 'n' roll, es simple y cualquiera puede hacerlo. Pero dentro de ese marco, la magia puede aparecer en cualquier momento. No todo el mundo puede hacer que surja, pero cuando aparece es muy hermoso. Durante un buen montón de tiempo y a falta de poner una fecha concreta, era un garage muy extraño de los sesenta hecho con tres acordes. Lo más raro es lo que más suele gustar a la gente.
MK: ¿Sigue teniendo el blues el mismo impacto visceral?
DK: Claro. A mí me sigue impactando de la misma forma. Todo ese material… el primer Muddly Waters, Howlin Wolf, Bo Diddley… todos influyeron mucho a The Gories. “She Moves Me” de Muddy Waters, Leonard Chess golpeando el bombo, un pesado golpe de bombo, nos enseñó que no necesitábamos una batería completa para hacer un disco. Un montón de los discos de Bo Didley no tenían ni bajo; sólo percusión y guitarra. En “She’ s Fine She’s Mine” no hay bajo, sólo guitarra y batería. Eso nos abrió los ojos: no necesitas bajo ni timbales, sólo necesitas un buen ritmo que funcione. Sigo teniendo esa sensación. Me siguen gustando los discos de blues crudo. Todavía me encienden.
MK: ¿Y qué hay de Detroit y de su conexión con el blues?
DK: Lo que ocurría en Detroit es que mucha gente del Sur se había trasladado hasta aquí para trabajar en las fábricas de coches, por lo que, literalmente, había un montón de gente de Mississippi, Alabama, Georgia, Carolina del Sur, Kentucky, Tennessee. Detroit es como una gran fusión de los Estados del Sur, que es de donde procede nuestro rico y fértil panorama musical, y no sólo lo introdujo la gente afro-americana que venía a trabajar, sino también la gente blanca que llegó desde los Apalaches y se trajo el estilo hillbilly. Hay un rico tejido sureño de todo tipo de música en Detroit, y nos lo trajeron ellos.
MK: Detroit tiene la reputación de saber sacar las cosas al escenario, como que no importa la música que se toque, sino que tiene que ser algo real. Si finges, tendrás un disgusto. ¿De dónde crees que proviene esa idea?
DK: Supongo que tiene mucho que ver con la gente que trabaja en las fábricas. Había un montón de gente trabajando en las fábricas. La gente trabajaba duro, y cuando salían también querían que los músicos tocasen duramente, por lo que demandaban músicos que se lo currasen tanto como lo hacían ellos.
MK: ¿Eso es lo que representa el rock 'n' roll?
DK: Su belleza radica en que no tiene ninguna idea en segundo término. Es como una sensación. Puedes levantarte y hacer un montón de ruido y tal vez acabes haciendo algo grande. Creo que esto va sobre sensaciones y magia. Si el rock tiene alguna idea en segundo plano, esa es, por supuesto, hacer que la gente sienta algo, hacerlos bailar, hacer que las cosas se pongan en marcha. Pero a veces el mejor material no tiene una segunda intención, sino que tan sólo consiste en aullar todo lo que se pueda.
MK: ¿Estáis planeando nuevas grabaciones de los Gories?
DK: En realidad no. Tenemos algunas fechas más, pero todos tenemos nuestras propias vidas y cosas que hacer. Esto es como volver a examinarnos. De alguna forma sientes como si estuviéramos haciendo un acto a la “antigua”, que es algo que nunca había sentido antes. En muchos sentidos, creo que no me gustaría vivir así para siempre, pero ten por seguro que me ha gustado mucho volver a revisitar todas estas sensaciones.
BONUS:
*** CLIP
*** SINGLES
*** HOUSEPARTY!
*** DOLL RODS - GET IT ON CLIP
*** DEMOLITION DOLL RODS SITE
*** DOLL RODS FIRST SINGLE EN DETAILED TWANG
*** PEG O´NEILL INTERVIEW
*** DAN KROHA AND THE DARLEANS LIVE REVIEW
*** BIOGRAFIA DE MICK COLLINS EN LIBRO DE NOTAS
*** GORIES HISTORY (SAVAGE MAGAZINE) - PARTE 1 Y PARTE 2
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Danny Kroha, de los Gories, todavía se encuentra emocionado. Al hablar con el guitarrista y vocalista del recientemente reunido grupo de garage-blues de Detroit, deja claro que su música y su vida son una y la misma, y él lo siente más que nunca. Kroha formó The Gories en 1986 con Mick Collins y Peggy O'Neill. Eran un grupo de proto-punk, garage y blues que no imitaban a nadie, sino que lo que hacían era celebrar su música favorita, utilizando su inexperiencia como una baza más. Así hicieron gala de una magia que producía canciones que parecían un himno tras otro. Con el áspero y saturado estruendo producido por una batería que se encontraba en un punto intermedio entre Moe Tucker y Bo Diddley, la banda abogaba por los restaurantes de pollo frito, el vino barato y ellos mismos, entre otras pasiones.
Evidentemente, el grupo no era ningún vacile, porque ahora se han vuelto a reunir para ofrecer unos conciertos que han agotado las entradas. En ellos han tocado para sus admiradores con una fuerza más visceral que nunca. Arraigados en el linaje del rock de la Ciudad del Motor, han demostrado la capacidad de resistencia de unas canciones de primera categoría, engañosamente simples y rítmicamente necesarias. Collins pasó a formar parte de los aclamados Dirtbombs, O'Neill tocó con los '68 Comeback y Darkest Hours, y Kroha estuvo durante 13 años en los Demolition Doll Rods, que hacían áspero y atascado rock 'n' roll al estilo de las “girl-groups” de los sesenta.
Pero si reduces todo a lo más básico, The Gories son para Kroha como el hogar, y es cierto que describir su mezcla de géneros no tiene ningún sentido cuando se trata de esta música. Guitarras fuertes y batería, tres acordes y pasión son el resultado, y The Gories siguen teniendo el instinto más agudo a este lado de la calle. Kroha también está dispuesto a escuchar y a ser sorprendido por la música de otros, así como también se encuentra listo para aturdir a algunos más con su estrépito amplificado.
En la víspera del regreso de The Gories al Maxwell, el garito de Hoboken (New Jersey), estuvo charlando con nosotros sobre la historia de la banda y la reunión que había tenido lugar en Detroit.
Matthew Kantor: ¿Cuál era el telón de fondo musical en el Detroit de 1986, cuando empezaron los Gories?
Dan Kroha: Había algunas grandes bandas en activo como Hysteric Narcotics, que hacían una especie de garage de los sesenta realmente bueno: armonías vocales a tres voces, un chico que tocaba la guitarra y el órgano y otro que era un gran guitarrista, músicos muy buenos, tenían muy buenas canciones. Solíamos ir a verlos casi siempre. Otro grupo se llamaba 3-D Invisibles. Hacían todo tipo de temas sobre monstruos y ciencia ficción. Sus canciones también eran muy buenas. Tenían otra banda con los mismos componentes, un grupo de surf que se apodaba Zombie Surfers. Estuvieron funcionando alrededor de 1985 o 1986, por lo que supongo que nadie más estaba haciendo música surf en ese momento, y nos parecían jodidamente increíbles. Hacían ese estilo de música mucho mejor que cualquier otra banda que yo haya escuchado desde entonces. Había otra banda que se llamaba The Vertical Pillows. En esa estaba María de los [Detroit] Cobras, fue su primera banda, y Paula, una cantante muy buena, y también contaban con un batería genial. Esas eran nuestras tres bandas favoritas de la ciudad, solíamos ir a verlas siempre.
MK: Así que había como una especie de escena con la que The Gories podía conectar.
DK: Oh, ¡joder! ¡por supuesto que sí! En Detroit siempre estaban pasando cosas, había todo tipo de bandas. En los ochenta también había una gran escena de metal y algunas cosas de hardcore punk, grandes bandas de rockabilly, magníficos grupos de blues, había de todo. En los ochenta teníamos todo tipo de cosas de primera.
MK: Algunas de esas bandas se han perdido en el tiempo, pero The Gories son ahora más conocidos que nunca. ¿Te sorprende que 25 años después estés haciendo entrevistas y además hayáis agotado las entradas de vuestros próximos shows?
DK: No sé cómo sonará lo que voy a decir, pero siempre he sabido que The Gories eran algo especial, no puedo hablar por otras bandas, pero siempre he tenido fe de que nosotros terminaríamos funcionando. Velvet Underground y su actitud nos inspiraron muchísimo: no nos importaba a quién le gustaba lo que hacíamos, lo hacíamos para complacernos a nosotros mismos, y tocábamos el tipo de música que nos gustaría escuchar, eso es todo. Hicimos lo mismo que hicieron los Velvet. Nos inspiraron mucho, y aunque The Gories terminasen como lo hicieron, finalmente la gente se dio cuenta de que éramos geniales, y como esa es la percepción que se tenía ya entonces, estoy muy contento de que al fin el tiempo me haya dado la razón.
MK: La banda fue aclamada por la crítica como “algo importante”. ¿Te agradaban todos esos elogios sobre vuestra importancia en la historia de la música o no significaban nada para ti?
DK: Significaban un montón, tío. Soy muy consciente de ello. Es curioso, porque cuando he vuelto a pensar en los años ochenta, me he dado cuenta de que había muchas bandas de garage revival en la época, y me alegro de que esperásemos hasta finales de la década para hacer lo que hicimos. Vimos a un montón de bandas que hacían cosas al estilo de los sesenta, y el revival de garage fue una cosa bastante grande durante los ochenta. Nos dimos cuenta de lo que estaba haciendo todo el mundo y nos dijimos: "bien, en realidad ese no es nuestro rollo.” Había un montón de bandas en la Costa Oeste, grupos como The Gravedigger Five, que aunque sus componentes eran muy majos, sentíamos que a la música le faltaba algo. Queríamos hacer algo realmente crudo, cosas muy crudas, algo como las bandas que tocaban el doble tiempo al final de una canción y lo llamaban R&B. Solíamos decirnos: “mierda, tenemos que volver a traernos el verdadero blues a la actualidad.” Queríamos ser capaces de tocar una especie de R&B completamente crudo. Creo que las bandas de principios de los ochenta estaban más influenciadas por ese tipo de recopilatorios en plan Pebbles. Cuando se editó “Back from the Grave” nos aferramos a esa música, eso era lo nuestro. Todo el rollo estético de Tim Warren en plan super-crudo y primario, la ineptitud y todo lo demás, [pensábamos]: "sí, esta es la mierda que más nos gusta, se trata de esto, es una materia prima estupenda."
MK: En medio de todo ese enfoque primario y crudo, las canciones de los Gories se sostienen perfectamente. Son grandes canciones. ¿Cómo saber cuándo es bueno un tema? Vosotros tres debíais saber cuándo, porque teníais que sentir lo que estábais haciendo.
DK: Claro, por supuesto que sí. No te puedo asegurar que fuesemos verdaderamente conscientes de ello, pero... creo que todos teníamos una especie de sensación que nunca nos dio por analizar. Pero sí que te puedo decir que cuando miro las fotografías de los Gories y escucho los discos, me siento muy orgulloso, orgulloso de que no sonemos como una banda determinada de una época concreta. Eso es lo que me me ocurre cuando reviso algunas fotos de grupos de los ochenta y cuando escucho sus discos, porque realmente parecen de los ochenta y suenan a música de los ochenta. Definitivamente éramos conscientes, y creo que no queríamos parecernos a un grupo de los ochenta. Quiero decir, estábamos totalmente obsesionados con los sesenta y queríamos parecernos a un grupo de los años sesenta, pero en ese momento existía como una especie de cliché garagero y sabíamos que no lo queríamos para nosotros, por lo que tuvimos que encontrar alguna otra cosa que realmente no pareciese un cliché, sino algo recogido de los sesenta, pero que no existiese en la época en la que empezamos con el grupo. No sé. De alguna forma terminamos encontrando una forma de hacer las cosas que acabó siendo bastante clásica, algo que me llena de orgullo.
MK: El lugar del que veníais era crudo y primario, pero vuestras canciones son divertidas y un poco afiladas y peligrosas al mismo tiempo. ¿Seguís teniendo las mismas vibraciones? ¿Cómo describirías la sensación que tenías en ese entonces y la que tienes ahora cuando las tocas?
DK: Por una parte, claro que teníamos sentido del humor y nos gustaba componer canciones divertidas. De todas formas la banda casi empezó como una broma. Fue en plan: “Oh, vamos a ser la peor banda del mundo y vamos a conducirnos por todo los clubs chillando y gritando, espera a escucharnos, ya verás.” Eramos crudos y desafinados de una forma intencionada. ¿Y ahora? Realmente hacer ese material me parece muy extraño. Estoy muy contento de la forma en que suena. Cuando decidimos que íbamos a reunirnos de nuevo, lo discutimos entre todos y coincidimos en que queríamos que sonara lo más cercano posible a lo que solía ser en aquel entonces. No queríamos añadir nada nuevo, no queríamos que sonara más novedoso, no queríamos ponerlo al día. Todos habíamos visto reuniones de grupos y no siempre nos parecían buenas, somos conscientes de por qué a la gente le encantaban los Gories, qué es lo que hacía sonar a los Gories como lo hacían, y queríamos mantenernos fieles. Creo que lo conseguimos y me siento muy feliz por ello.
MK: ¿Y por qué hacer una reunión?
DK: Tim Warren [el fundador de Crypt Records] iba a celebrar la fiesta del 25º aniversario de Crypt y nos preguntó si queríamos tocar en ella. Peggy es una buena amiga de Eric, de los Oblivians, y ambos estuvieron hablando y Eric dijo: vale, si vosotros lo hacéis nosotros también, y Mick y yo estuvimos de acuerdo. Bueno, si ellos lo hacen, nosotros también, y además hay que tener en cuenta que “Back from the Grave” nos había inspirado bastante, así que... adelante. La fiesta del 25 aniversario terminó por no celebrarse, pero ya habíamos comenzado a hablar de la reunión, y Eric y Peggy dijeron que deberíamos hacerla de todos modos, que deberíamos hacer una gira conjunta, y Peggy se emocionó mucho y a mí también me pareció bien. Así que detuve la actividad de los Doll Rods, y además en ese momento Mick se encontraba sin hacer nada, entre la grabación de dos álbumes de los Dirtbombs, y Peggy había perdido su trabajo, así que era la ocasión perfecta.
MK: Has tocado durante mucho tiempo. En general, y hablando como músico, ¿crees que hay algún punto al que te hayas esforzado por llegar, o por lo menos has llegado a uno en el que estés a gusto, o en el que estás intentando perfeccionarte?
DK: Me he sentido a la deriva desde que dejé a los [Demolition] Doll Rods. Doll Rods se acabaron. He estado en esa banda durante 13 años, así que cuando todo acabó me sentía bastante desorientado... la mejor forma de describirlo es a la deriva, necesitaba encontrar mi identidad fuera del grupo. Me ha costado unos cuantos años, me he sentido como que no tenía una base desde la que partir, que marchaba sin rumbo sin saber qué hacer. Durante un tiempo tuve una banda llamada The Readies, hacíamos algo parecido al hard rock inglés de principios de los setenta, cosas en plan pub-rock, música mod y también estábamos influidos por el freak-out de los setenta. Sacamos un single en Cass Records del que estoy bastante orgulloso, pero luego, de alguna forma terminé perdiendo el interés. Así que volví a tocar de nuevo música de estilo garagero y pensé: “wow, este es mi hogar, de aquí es de donde yo vengo y donde me siento perfectamente.” Me gusta mucho poder tocar esas canciones de nuevo, siguen siendo sólidas y es bonito tocar con el resto del grupo.
También estuve aprendiendo a tocar blues con la afinación abierta, al estilo del Doctor Ross, y además no sabía que John Lee Hooker también tocaba con afinación abierta, por lo que me pasé cinco o seis años ensayando, automatizando el aprendizaje para aprender a hacer finger-picking acústico. Así que claro, me resulta mucho más fácil tocar este tipo de material.
MK: Me doy cuenta de que no tienes problemas en usar el término “garage.” ¿Cómo le explicarías ese término a alguien que no lo conozca?
DK: Proviene de las bandas de los años sesenta que literalmente ensayaban en garajes. En la primera banda que estuve con 18 años ensayábamos en un garaje, pero la policía nos llamó la atención y tuvimos que mudarnos al sótano, ese puede ser un buen ejemplo como otro cualquiera. Para mí es música popular. El garage es un grupo de chicos jóvenes que se reúnen para tocar rock 'n 'roll de tres acordes, que para mí es música popular. Garage es una forma de folk y rock 'n' roll, es simple y cualquiera puede hacerlo. Pero dentro de ese marco, la magia puede aparecer en cualquier momento. No todo el mundo puede hacer que surja, pero cuando aparece es muy hermoso. Durante un buen montón de tiempo y a falta de poner una fecha concreta, era un garage muy extraño de los sesenta hecho con tres acordes. Lo más raro es lo que más suele gustar a la gente.
MK: ¿Sigue teniendo el blues el mismo impacto visceral?
DK: Claro. A mí me sigue impactando de la misma forma. Todo ese material… el primer Muddly Waters, Howlin Wolf, Bo Diddley… todos influyeron mucho a The Gories. “She Moves Me” de Muddy Waters, Leonard Chess golpeando el bombo, un pesado golpe de bombo, nos enseñó que no necesitábamos una batería completa para hacer un disco. Un montón de los discos de Bo Didley no tenían ni bajo; sólo percusión y guitarra. En “She’ s Fine She’s Mine” no hay bajo, sólo guitarra y batería. Eso nos abrió los ojos: no necesitas bajo ni timbales, sólo necesitas un buen ritmo que funcione. Sigo teniendo esa sensación. Me siguen gustando los discos de blues crudo. Todavía me encienden.
MK: ¿Y qué hay de Detroit y de su conexión con el blues?
DK: Lo que ocurría en Detroit es que mucha gente del Sur se había trasladado hasta aquí para trabajar en las fábricas de coches, por lo que, literalmente, había un montón de gente de Mississippi, Alabama, Georgia, Carolina del Sur, Kentucky, Tennessee. Detroit es como una gran fusión de los Estados del Sur, que es de donde procede nuestro rico y fértil panorama musical, y no sólo lo introdujo la gente afro-americana que venía a trabajar, sino también la gente blanca que llegó desde los Apalaches y se trajo el estilo hillbilly. Hay un rico tejido sureño de todo tipo de música en Detroit, y nos lo trajeron ellos.
MK: Detroit tiene la reputación de saber sacar las cosas al escenario, como que no importa la música que se toque, sino que tiene que ser algo real. Si finges, tendrás un disgusto. ¿De dónde crees que proviene esa idea?
DK: Supongo que tiene mucho que ver con la gente que trabaja en las fábricas. Había un montón de gente trabajando en las fábricas. La gente trabajaba duro, y cuando salían también querían que los músicos tocasen duramente, por lo que demandaban músicos que se lo currasen tanto como lo hacían ellos.
MK: ¿Eso es lo que representa el rock 'n' roll?
DK: Su belleza radica en que no tiene ninguna idea en segundo término. Es como una sensación. Puedes levantarte y hacer un montón de ruido y tal vez acabes haciendo algo grande. Creo que esto va sobre sensaciones y magia. Si el rock tiene alguna idea en segundo plano, esa es, por supuesto, hacer que la gente sienta algo, hacerlos bailar, hacer que las cosas se pongan en marcha. Pero a veces el mejor material no tiene una segunda intención, sino que tan sólo consiste en aullar todo lo que se pueda.
MK: ¿Estáis planeando nuevas grabaciones de los Gories?
DK: En realidad no. Tenemos algunas fechas más, pero todos tenemos nuestras propias vidas y cosas que hacer. Esto es como volver a examinarnos. De alguna forma sientes como si estuviéramos haciendo un acto a la “antigua”, que es algo que nunca había sentido antes. En muchos sentidos, creo que no me gustaría vivir así para siempre, pero ten por seguro que me ha gustado mucho volver a revisitar todas estas sensaciones.
BONUS:
*** CLIP
*** SINGLES
*** HOUSEPARTY!
*** DOLL RODS - GET IT ON CLIP
*** DEMOLITION DOLL RODS SITE
*** DOLL RODS FIRST SINGLE EN DETAILED TWANG
*** PEG O´NEILL INTERVIEW
*** DAN KROHA AND THE DARLEANS LIVE REVIEW
*** BIOGRAFIA DE MICK COLLINS EN LIBRO DE NOTAS
*** GORIES HISTORY (SAVAGE MAGAZINE) - PARTE 1 Y PARTE 2
2 comentarios:
Gracias por esto, está cojonuda la entrevista
Gracias!
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