lunes, 12 de diciembre de 2011

ENTREVISTA A STEVE GERBER EN THE COMICS JOURNAL, 3 (de 3)

Por Gary Groth, 22 de Diciembre de 1978. Traducida por Frog2000. Otra entrevista con Steve Gerber (2000) traducida en Entrecomics. Acerca de Steve Gerber en Zona NegativaParte 1. Parte 2.

------------------------------------------------------------------------------

Groth: Si una editorial sacase una línea de revistas, ¿qué tipo de material te gustaría ver publicado en ellas?

Gerber: De todo. Absolutamente de todo. Mi plan para la propuesta de revista de Howard era presentar una amplia variedad de personajes, no sólo a Howard. Más o menos, cada número iba a estar compuesto de 35 páginas de Howard con complementos de diversos personajes, aunque no serían de otras series existentes. Había terminado de escribir una cosa enloquecida 
bastante humorística de tres págnas que se me acababa de ocurrir. Alenté a otros guionistas que trabajaban para Marvel para que me presentaran ideas de lo que les gustaría hacer. No quería que la revista estuviese centrada en un personaje regular. Creo que habría supuesto su muerte. Marvel estaba presionando para que hiciese un complemento regular del Hombre-Cosa. De nuevo, formaba parte de ese impulso instantáneo de apostar por lo que resula lo más fácil posible de hacer. Así que inmediatamente habríamos conseguido cinco o seis fósiles más en las estanterías, todos con su personaje principal y habitual y otros muchos que funcionarían de complemento, diseñados y planificados mucho antes de que los magazines hubiesen salido a la venta. Creo que habría sido un error tremendo.
Groth: Obviamente, Marvel no opinaba igual.

Gerber: No, porque creo que tienen un equipo editorial propio que no sabe qué más hacer, y que posiblemente, aunque
 se le presentara la ocasión, sería incapaz de producir cualquier otro tipo de revista. Hay muy pocas personase que sean capaces de pensar de forma independiente, y mucho menos de tener un pensamiento creativo e innovador. Rick Marschall acaba de unirse a la empresa. Sin duda, Ralph Macchio aprecia bastante algunos de los materiales más inusuales. Aún está por ver si será capaz de tener la suficiente habilidad editorial como para que su gusto cale en la nueva línea de revistas. David Kraft, que se encarga de los títulos de rock 'n' roll, tiene bastante imaginación. Si le dejasen, sería capaz de aportar una gran cantidad de talento a esos títulos. Y hay otro puñado de personas que son completamente capaces de hacer bien las cosas, pero me parece que en la actualidad la tendencia general, el principal objetivo de la política editorial de Marvel, es homogeneizarlo todo, todo lo que puedan, para hacer que todo le guste a todo el mundo.

Groth: Supongo que pensarán que si ha funcionado una vez, puede volver a hacerlo.

Gerber: Suena bastante razonable. Me refiero a que nada ha cambiado mucho desde los cincuenta, ¿no es así? ¿Por qué deberían haber cambiado los comic books? Si nos ponemos a hablar de películas de nuevo
, me parece que ahora estamos sufriendo eso que llaman el síndrome Peter Bogdanovich, que va de...

Groth: Suena horrible.

Gerber: Sí. Equivale a un intento vano y fútil de recuperar las glorias pasadas. Nova es un buen ejemplo. Se supone que Nova está forjado en el viejo molde de la primera década de los Cómics Marvel de los sesenta, pero no se parece en absoluto a esas series. Básicamente se trata de la interpretación de un fan de lo que eran esas series. Comparar a Nova con el Spiderman de Ditko o Romita es fatuo. Todos los elementos evocadores se han perdido por completo. De nuevo, es una intentona de volver a utilizar la fórmula de lo que hizo que funcionase en los sesenta. Cada intento parecido que hacen es un poco más patético. ¿Qué puedo decir? Nova es un ejemplo, pero hay muchas más series. Es curioso, cuando Nova hizo aparición, tenía su propio encanto particular. Me gustaron mucho los dos primeros números. Y luego empezó a degenerar de forma atroz y aparentemente irreversible. Ya no engaña a nadie.
Groth: Te confesaré algo. He leído tan poco de lo que ha estado editando Marvel durante el último par de años que no sabría decir de qué van sus series. No sé. No las he vuelto a leer. Son aburridas. Me cansan mucho.

Gerber: El otro día se me ocurrió pillar un título que me pareció bastante interesante, "Seeker 3000" de Doug Moench y Tom Sutton. Al menos intentaban hacer algo bueno. De nuevo, una de las cosas más divertidas de los cómics es la interpretación literal que hacen de todo. Ahí tienes esa serie que se llama Marvel Premiere, en la que tienen que presentar un nuevo concepto en cada número. No puedes hacer dos números con los mismos personajes, porque entonces no sería algo novedoso. Por lo tanto, editaron “Seeker 3.000”, que era uno de los esfuerzos más interesantes del último par de años por crear ciencia ficción a través del lenguaje del cómic, y sólo Dios sabe si lo volveremos a ver alguna vez, porque no van a dejar que los autores hagan un segundo número en una serie titulada Premiere. Me parece ridículo.

Ese tema de la literalidad no sólo dice mucho sobre la naturaleza del medio, sino también sobre muchas de las personas que trabajan en él, sobre cómo piensan muchas de esas personas. En los cómics no te dejan que un personaje diga una cosa y haga otra a menos que se haga como una especie de Archie o un Jughead con cara de disimulo sonriente que indique que él o ella están mintiendo. En este medio no se pueden aportar sutilezas ni matices.

Groth: Esa falta de sutileza o matices, ¿no será consecuencia del público que lee los cómics... de los chavales jóvenes?

Gerber: No, creo que tiene mucho más que ver con la naturaleza del medio, y con el asqueroso proceso de reproducción. Aunque el dibujante se intentase detener el tiempo suficiente para captar algún matiz en la expresión facial, es probable que esos rasgos se perdiesen en cuanto se imprimiese el ejemplar.
Groth: ¿No crees que la pésima calidad de los medios de producción responde a que el público objetivo (niños de corta edad) solo tienen para gastar entre 35 y 50 centavos?

Gerber: Si, pero también a que los guionistas y dibujantes sólo tienen cerca de 35 centavos de imaginación y no te van a dar más que esa cantidad. El sistema recompensa según la cantidad de producción que seas capaz de hacer y nada más. El guionista o dibujante más rápidos son los mejores, los más valiosos.

De todos modos, aunque hay algunos artistas muy buenos que han intentado hacer cosas de una forma más sutil, casi siempre han palmado. En mi caso puedo aportar el concepto y asumir la culpa del fracaso de Omega. Esa serie fue un intento de describir 
con cierta ambigüedad a muchos de los personajes (y un montón de situaciones), pero la serie se cayó con todo el equipo. Todo el mundo, bueno, la mayoría, interpretó de forma literal todo lo que hicimos.

Groth: Los lectores de cómics han sido programados para pensar de esa forma, ¿no crees?

Gerber: ¡Por supuesto! Uno de los ejemplos más asombrosos que me ocurrieron fue con el personaje de Howard. En el primer número del Hombre Cosa agarraba un arma y empezaba a disparar contra algunos demonios mientras graznaba algo parecido a “¡Mejor que vigiléis, chicos! ¡Resulta que soy un gran tirador! (Ja, ja).” Más tarde, mucho más tarde, volvimos a entregar una pistola al personaje, y pudimos ver cómo empezaba a dispararla sin ningún control, ¡y varios lectores nos escribieron preguntando acerca de por qué Howard tenía tantos problemas para manejar el arma cuando sabían por el primer número del Hombre Cosa que era un buen tirador!

Como no se podía mostrar el cinismo del pato en esa frase de ese número del Hombre Cosa, porque no había forma de dibujar una expresión en su cara que indicase cuál era su entonación vocal, la declaración fue interpretada literalmente por un vergonzoso número de lectores. En los cómics no te puedes reír de nada sin que sea tomado de forma literal.

Omega fue un gran fracaso artístico y se vendió muy poco. En realidad el título se vendía bastante, pero creyeron que con otra serie ganarían más dinero, y si esto lo combinas además con que la serie no le gustaba a nadie de la redacción o con que nadie entendió la serie como debía, fueron todo factores que contribuyeron a su desaparición.
Groth: ¿Qué podemos esperar de Steve Gerber en el futuro?

Gerber: No esperes nada y así no te quedarás decepcionado.


Nah, en realidad las cosas parecen estar ocurriendo demasiado rápido como para realizar un seguimiento de todas ellas. Hace poco me llamó una editorial independiente para trabajar en una edición limitada de cómics en forma de tomo. También estoy trabajando en un libro sobre los cómics de no ficción. Mark Evanier y yo hemos estado charlando sobre un par de proyectos de magazine que nos gustaría hacer en algún momento. Estoy guionizando algunos cómics de “funny-animals” para cierto editor y me lo estoy pasando bomba. He recibido el visto bueno de DC para un serial en tres partes del Dr. Fate que va a aparecer en Adventure Comics. Y todavía le debo a Marvel 20 páginas más o menos, que probablemente aparecerán bajo la forma de la historia de "Lilith". También está el material que he escrito para Marvel que todavía no se ha publicado, entre todo ello, cuatro números a color de Shanna la Diablesa y una última historia de Howard que dialogué a partir de un argumento para un “fill-in” de Mark Evanier.

Groth: ¿Qué te ves haciendo dentro de diez años?

Gerber: No sabría responderte. Preveo que no me voy a quedar mucho más tiempo en este medio.

Groth: ¿Por qué no?

Gerber: En realidad hay muchas razones. Como ya hemos hablado, las limitaciones inherentes al medio sería una de ellas. Creo que mi trabajo (y esto no tiene nada que ver con la calidad del mismo, sino con la naturaleza de lo que estoy intentando hacer, porque no quiero ser autocomplaciente) ya está a punto de… si hablamos sobre hasta dónde se podría estirar, me parece que el globo está a punto de explotar. Si alguna vez hubiese querido hacer las historias que aparecieron en Howard, pero sin un pato, no podría haberlas hecho en forma de cómic.

Groth: Es muy desalentador.

Gerber: Lo es. A menos que estuviese dispuesto a utilizar a un personaje vestido con ropa interior larga. Esa sería la única otra forma de hacer esas historias. No quiero sonar de forma pretenciosa, tíos. Mi expansión artística no va a poder ser contenida en este medio durante mucho más tiempo.

Groth: ¡Qué pretencioso!

Gerber: Si, estoy de acuerdo. Ya sabes, sólo es una cuestión de ampliar el alcance de la materia a tratar, independientemente de lo bueno o malo que sea el material. Los cómics no pueden contener lo que quiero hacer. Otro factor añadido (y en este punto estoy dispuesto a ser absolutamente franco) es que no me gusta la forma de hacer negocios de esta industria.
Groth: ¿A qué te refieres? ¿Me lo puedes aclarar?

Gerber: Sí. Se ha escrito muy poco sobre ello. Muy pocas personas están dispuestas a cumplir sus promesas, incluso cuando están hechas por escrito. Por culpa de los editores (en plural), por culpa de la falta de coraje de la que Paul Levitz hablaba en su entrevista y a la falta de voluntad para afrontar nuevos formatos que en última instancia podrían ser mucho más beneficiosos económicamente para ellos, la escala salarial sigue permaneciendo al mismo nivel que la de un peón. Ahora mismo cualquiera podría trabajar haciendo prácticamente el mismo tipo de material que está guionizando en un cómic para la televisión de la mañana de los sábados y, literalmente, ganar tres veces más dinero. Y aunque puede que suene muy burdo, es algo que deberías considerar. La naturaleza del negocio es absolutamente estúpida. No me gusta cómo son tratados los profesionales de esta industria, no me gusta lo que he visto en estos últimos cinco o seis años.

Groth: ¿Cómo han tratado a los profesionales?

Gerber: Bueno, Paul Levitz también intentó hablar sobre el tema en su charla en la GACBAE (Gran Exposición Americana del Cómic) pero terminó sin decir nada. Existe una especie de paternalismo empalagoso entrelazado con una mentalidad esencial de plantación de algodón, pero es algo tan agobiante hablar sobre el tema...

Groth: ¡Guau! ¿Paternalismo empalagoso entrelazado con una mentalidad esencial de plantación de algodón?

Gerber: Claro. Lo que quiero decir es que no necesito ningún padre sustituto. No quiero que se me cuelgue por las muñecas y se me azote hasta que confiese que no soy Steve Gerber, sino que mi nombre real es Toby. No lo necesito. Pero en esencia, esa es la forma de funcionar del negocio. Te dicen que trabajes por el bien de la empresa, y luego, cuando la empresa te devuelve los favores de una forma menos que honorable, espera que sonrías y te lo tomes como si fueses un buen esclavo, porque en esencia ellos sienten que son tus dueños, que no hay otro lugar a donde puedas marcharte.

Sin embargo, lo que aún me repugna más es que creo que los guionistas y los dibujantes han sido los que han facilitado esta situación. No quieren saber nada sobre el negocio de los cómics. Prefieren permanecer en la ignorancia. Han permitido que los editores les convenzan de que sólo son un montón de vagos sin talento que sobreviven gracias a la buena voluntad de la empresa. Muy pocas personas de la industria piensan que su trabajo tenga algún mérito artístico, o que su talento se pueda vender en otras partes. O que se merezcan más de lo que están recibiendo. Puedes escucharles defendiendo que los editores sean los propietarios de sus creaciones, defendiendo las bajas tasas por página, defendiendo la cobardía de las empresas a la hora de explorar nuevos mercados. Esa es la razón de que me resulte sorprendente cuando alguien como Gil Kane o Neal Adams o Barry Smith o McGregor -o Steve Gerber- hablan sobre ello. La gente de la industria encuentra preocupante que uno de ellos se lo tome en serio, que estén orgullosos no sólo de ser rápidos y fiables, sino de su trabajo como tal. ¡No les han conseguido lavar completamente el cerebro para que piensen que están creando una cultura de usar y tirar...!
Groth: ¿Crees que es diferente en otros medios?

Gerber: Lo es. Ciertas cosas lo son, ciertas cosas son muy, muy diferentes en otros medios. No estoy diciendo que no haya un trato mucho más sucio en el cine o en la televisión, o en las editoriales de libros o revistas, porque no es así. Pero existen más reservas en cuanto a actuar de la misma forma. Existe un Sindicato de Escritores. Hay agentes. Hay abogados. Ahí tienes la clásica historia sobre una editorial que se negó a negociar un contrato con un guionista, porque él se atrevió a llevar a su abogado a la oficina de la editorial.

Groth: ¿Fue en el campo del cómic?

Gerber: Fue en el campo del cómic, pero no te puedo decir el nombre del editor. Tampoco cuando ha ocurrido. Pero es una historia cierta. El editor se quedó tan indignado de que el guionista no aceptase la palabra de la empresa, de que sintiese que tenía que ir con su abogado, que el contrato no pudo ni ser discutido. Es cierto, te lo digo en serio. En el medio televisivo o cinematográfico sería algo tan escandaloso que no te lo podrías ni creer. Va más allá de la imaginación de las personas que trabajan en otros campos del entretenimiento.

Groth: ¿Crees que alguna vez cambiarán las cosas en la industria del cómic?

Gerber: No lo sé. Creo que no cambiará nada hasta que no cambie la mentalidad “de dólar” de los editores.

Groth: ¿Y qué opinas de los editores independientes? ¿No crees que ahí reside parte de la esperanza?

Gerber: Creo que puede ser la única esperanza que nos queda. Pero como dijo Gil Kane (con toda la razón), la distribución de una revista es tan difícil, y hay tantos factores desagradables operando en ese campo, que a menos que la empresa se encuentre respaldada por una buena suma de dinero y un nombre ya establecido, las posibilidades de conseguir mantenerte son muy, muy pequeñas. No es que no haya esperanza, sino que es muy pequeña.
Groth: Jesús, todo esto suena tan miserable…

Gerber: ¡Lo es! Y sin embargo, al mismo tiempo hay formas de evitar todas esas cosas. Hay personas con grandes cantidades de dinero que podrían estar dispuestas a invertir en una revista de ese tipo. Y que podrían estar dispuestos a hacerlo gracias al éxito que ha obtenido “Heavy Metal”.
Groth: ¿Dónde están?

Gerber: Te lo podría decir. Pero hay gente que no tiene ningún interés en lidiar con los problemas que acarrea ser editor, que simplemente quieren entrar en el medio como inversores. Esa gente existe. ¿Podrían competir con Marvel o DC? Puedes estar seguro de que sí. Podrían hacerlo a gran escala. Todo lo que se necesita ahora mismo es una banca. Marvel está perdiendo un montón de talentos porque se marchan a otras publicaciones mucho peores tan sólo porque les están ofreciendo más dinero.

Groth: ¿Qué publicaciones mucho peores son esas?

Gerber: Oh, no quiero decir nombres. Son “spin-offs” de revistas sobre chicas. Ese tipo de cosas. Pero cuando de repente ofrecen a un dibujante 600 dólares por página, algo comparable a lo que podría estar ganando en publicidad...

Groth: No seguirá dibujando “Marvel Two-in-One” durante mucho más tiempo.

Gerber: Realmente no. No creo que le detenga el hecho de que había querido dibujar “Marvel Two-in-One” desde su infancia, si es que esa era la ambición de su vida. Simplemente no le pagan lo suficiente como para que se quede ahí plantado. Pero eso es lo que las empresas han alimentado desde los años sesenta, la mentalidad de fan. Estoy tentado en llamarlo “psicosis". Muchos de ellos, guionistas y dibujantes, únicamente siguen en el medio porque siempre han tenido la ambición de guionizar o dibujar a cualquiera de esos personajes, a Spider-Man o al Dr. Extraño, o el que sea.
Groth: ¿Qué quieres decir con lo de mentalidad de fan? No estoy seguro de entender la diferencia.

Gerber: Cuando juzgas un comic book, la "calidad" es una forma objetiva de describir las cosas. "Méritorio" sería un juicio subjetivo. Podemos discutir la calidad de la impresión y la del papel, sin que nos importe demasiado la historia.

Groth: ¿No es el mérito artístico o literario difícil de definir?

Gerber: Claro, absolutamente cierto. Pero lo único más cierto es que, dado el montón de trucos que existen en la oficina [de Marvel], las cosas marcharían en la siguiente dirección: cualquier mérito literario o artístico de cualquiera de las series sería puramente accidental. El personal dedicado es el rasgo positivo de la mentalidad de fan.

Sin embargo, la dedicación plena en el mundo del cómic (la inmersión total en él), puede producir algunos efectos secundarios muy raros. No puedes leer esas cosas, extensa y exclusivamente durante años, sin terminar absorbiendo algunas de sus supuestas ideas, tanto explícitas como implícitas, sobre la forma en como funciona el mundo. Y eso también se va a reflejar en tus historias. Los guionistas escriben sobre lo que conocen, y lo que muchas de esas personas conocen únicamente, son los cómics. Es un cul-de-sac artístico.

La mentalidad de fan también genera una extrema resistencia al cambio. Son resistentes a cualquier tipo de expansión del medio. Durante mucho tiempo, el proyecto Kiss fue recibido con horror desde la oficina. Se consideraba como una contaminación de la mitología Marvel. Al igual que el especial de
Superman y Spider-Man, que fue una de las ideas más ingeniosas que yo haya visto (independientemente de lo bien que se hiciese), y que creo que podría haber sido muchísimo mejor. Pero fue un golpe de ingenio, tanto a nivel de marketing como de producto. La gente se rasgaba las vestiduras. En su mayor parte, esa actitud estaba producida por los celos.
Groth: ¿Te refieres a que no querían utilizar un personaje de DC?

Gerber: Claro, eso es. Porque el personaje de DC aparecía en el Universo Marvel o viceversa. Esa fue la mayor objeción que se escuchó contra el proyecto. Otra razón no especificada fue que no estaba guionizado (o co-guionizado) por un escritor de Marvel. En DC no se escucharon objeciones parecidas. La tercera razón era que no iban a guionizarlo ellos en persona. Al mismo tiempo que se lamentaban sobre la idiotez del proyecto, se originó una enloquecida carrera para que sus nombres apareciesen en el especial de alguna forma, como consultores de publicidad, lo que fuese. Fue patético. Divertido, pero patético. Como decía, hay muchos celos mezquinos en este negocio, muchos más de lo que se pueden ver a simple vista.

Termina convirtiéndose en una competición un poco triste. ¿Quién es el más popular, quién está recibiendo el mejor correo de parte de los fans, quién consigue la entrevista importante en el The Comics Journal de este mes, a quién se ha nombrado en el New York Times? Cierto tipo de tareas adquieren un prestigio que otras supuestamente no lo tienen. Es una especie de honor escribir Spider-Man o Hulk, o los Cuatro Fantásticos. Así son las cosas. No pagan más por escribir esas series, pero así son las cosas.

Sin embargo, raramente se disputan las series que más venden, las series importantes. Nunca hay muchas discusiones para ver quién va a escribir el número de los Cuatro Fantásticos de un mes determinado. Lo escribirá el que hayan decidido Stan o Jim. Por otro lado hay cuatro o cinco series importantes, además de Conan, que nadie más va a poder escribir y que está fuera de toda discusión hasta que su guionista las deje vacantes, así que el resto de series se convierten en blancos. Es increíble. Se sabe que hay varios guionistas de Marvel que a base de maniobras políticas, han saltado sobre una serie que estaba vendiendo bien o que era favorita de los fans, y luego han abandonado el barco a la primera señal de recaída. Por lo que nunca se encontrarán cerca para tomar el timón cuando la serie empiece a hundirse. Es algo que ocurre de una forma constante.

Les oyes decir: voy a encargarme de este personaje porque nadie quiere asumir este caso tan especial. "Me merezco escribir el Doctor Extraño" o "me merezco guionizar Los Defensores", y otras cosas del estilo. Llegué a un punto en el que siempre estaba listo para contestar: "Bueno, escucha, si piensas de esa forma sobre esa serie, quizá no deberías encargarte de ella."

Es increíble lo que está ocurriendo. Cada vez que una serie tiene un éxito inexplicable (y todos sabemos de qué serie estamos hablando ahora [Howard el Pato]) se produce un gran alboroto sobre quién sería capaz de hacerla mejor. No sobre quién podría hacerla correctamente. Ha habido gente que estuvo intentando hacerse cargo de Howard el Pato durante un montón de tiempo. Puede que la gente se tome estos comentarios como que soy un paranoico. Pero no lo soy.

Francamente… no, no, será mejor no mencionar a nadie. Cuando perdí todos esos otros títulos de Marvel (Los Defensores, Los Guardianes de la Galaxia), todo lo que estaba haciendo además de Howard (fue cuando Howard acababa de empezar), si hubiesen tenido alguna forma de quitarme también de esta serie, lo habrían hecho. Pero habrían tenido un serio problema de imagen. Te aseguro que podríamos haber ido a juicio.
Groth: ¿En serio?

Gerber: En serio. ¿Puedo repasar esta entrevista antes de que se edite?

Groth: Claro, te enviaré una copia.

Gerber: No, no, ¡espera un minuto! Oh, de acuerdo, qué más da, imprímelo. ¿A quién hostias le importa? Siempre se puede revisar el trabajo de los demás, al igual que el mío. Debería estar abierto a la crítica de cualquier interesado. Sin embargo, lanzar ataques personales ya es otra cuestión. No creo que lo haya hecho todavía.

Groth: La gente es poco receptiva a las críticas.

Gerber: Oh, sí. Es cierto, excepto cuando no me siento muy seguro sobre ellas, no suelo ser tan delicado como la mayoría de la gente. Me parece que las críticas son muy útiles. Y por eso siempre he respondido a los correos de mis propias series. Me gusta leer todo el correo que me llega, sobre todo en una serie como Howard, donde me encontraba profundamente preocupado por el tema propuesto en cada número. La única clase de crítica de la que no puedo ni escuchar hablar es aquella que dice que lo que estás haciendo debería ser más parecido a cualquier otra cosa. Prácticamente acepto el resto de tipos de crítica, sea por parte de fans o por gente del negocio.

Groth: Creo que es imposible mantener un nivel consistente mes a mes.

Gerber: Es imposible. Somos seres humanos.

Groth: Una vez Denny O'Neil me dijo que estaba orgulloso del veinte por ciento de sus guiones, que un cincuenta por ciento rozaban el nivel de lo mediocre, y no quería ni pensar en el veinte por ciento restante. No estoy seguro de citar correctamente los porcentajes, pero me pareció una visión realista del trabajo que realiza un profesional.

Gerber: Es posible que también valga en mi caso. Me considero inusualmente afortunado por el hecho de haber realizado la serie de Howard el Pato, creo que hay más de un 20 por ciento de sus guiones de los que estoy orgulloso. Pero es cierto, también he escrito un montón de relleno. Todo el mundo lo hace. No voy a excusarme. De nuevo, si tienes en cuenta la cantidad de material que un guionista de cómic tiene que hacer para ganarse la vida, es sorprendente que su mayor parte no sea una mierda. ¿O es posible que sí que lo sea?
Posdata: Después de su despido de Marvel, Gerber escribió varios títulos de DC Comics y también empezó a ramificar su carrera realizando creaciones de las que poseía los derechos, publicando algunas bajo el paraguas de Eclipse Comics, entre ellas Stewart The Rat (serie dibujada por Gene Colan y Tom Palmer) y Destroyer Duck (elaborada junto a Jack Kirby). Este último título fue creado expresamente para financiar las respectivas batallas legales contra Marvel que disputaban Gerber y Kirby. Incluso de vez en cuando volvió a trabajar para Marvel, creando en 1983 la famosa y breve serie Void Indigo con el artista Val Mayerik, que provocó protestas por parte de vendedores y distribuidoras debido a su violento contenido. Sin embargo, Gerber pasó gran parte de las siguientes dos décadas escribiendo para la televisión, y en 1998 ganó un Emmy por su trabajo en The New Batman / Superman Adventures.
Finalmente Gerber escribió una última mini-serie de Howard el Pato en el año 2002, dibujada por Phil Winslade, pero incluso después de varias décadas, fue incapaz de tolerar las acciones de Marvel. El año pasado, cuando la compañía lanzó una nueva versión de Omega el Desconocido sin su consentimiento o el de Mary Skrenes, Gerber arremetió de nuevo contra la editorial. Su último trabajo en el mundo del cómic fue en la serie “Hard Times”, editada por el sello Focus de DC Comics. Cuando falleció el 10 de febrero de 2008 a consecuencia de una neumonía, se encontraba trabajando en una serie del Doctor Fate. Tenía 60 años. Gerber había pasado una temporada en un hospital de Las Vegas, donde estaba siendo tratado por una fibrosis pulmonar idiopática, y se encontraba en lista de espera para un trasplante de pulmón en la UCLA.

No hay comentarios:

NUEVA YORK EN EL DAREDEVIL DE FRANK MILLER

"Investigué mucho para hacer un buen trabajo. Si me pedían que dibujara una cascada, iba hasta una y la dibujaba. Esto es algo que a...