Varios autores ofrecen sus impresiones sobre Robert Crumb y su trabajo. Artículo aparecido en Blab nº3 (1988). Traducido por Frog2000.
1. JAXON
2. KIM DEITCH
3. JOHN THOMPSON
5. JOEL BECK
6. TRINA ROBBINS
7. HARVEY PEKAR
8. ACE BACKWORDS
9. SAVAGE PENCIL
10. TOM VEITCH
11. SPAIN RODRIGUEZ
12. JOSH ALAN FRIEDMAN
[Músico, periodista y escritor americano, su trabajo para el medio del cómic se puede ver en recopilatorios como "Warts and All", realizado junto con su hermano Drew Friedman. Su obra también comprende ensayos para libros como "It's a Man's World: Men's Adventure Magazines, The Postwar Pulps" o biografías del estilo de "I, Goldstein: My Screwed Life", en colaboración con Al Goldstein.]
Conocí el trabajo de Crumb en el East Village, después de los conciertos del Fillmore. Allí, mientras esperaba para volver a Long Island, descubrí en los pequeños quioscos de las "head shops" de la época los periódicos militantes, el Screw y los comix underground. También se encontraba el equivalente a un antiguo edificio con aspecto de mercado árabe con delicias ilícitas y subversivas más allá del alcance suburbano.
Mis copias de Zap, Bijou Funnies y Yellow Dog tenían el mismo tamaño que mis programas del Fillmore y las pipas de hachís. S. Clay Wilson y R. Crumb se convirtieron en mis dos artistas favoritos. En el viejo Bookmasters hippie de la Calle 59 había toda una balda con comix, por lo que se convirtió en mi proveedor habitual en mis viajes a la ciudad.
Como la vida en el colegio era horrible, recuerdo el mágico nuevo mundo de las drogas, el comix underground, la música "underground" y la sensación fantasmal de que se podía practicar sexo en cualquier momento. El arte de Crumb estaba listo para dejarme impresionado (¡vaya experiencia más elegante para un adolescente!) Sus imágenes permanecen como estatuas en mi memoria: el padre colocando a su única hija, "Sis", frente a él, centrando su cabeza para que le haga una mamada, el dulce Snoid, un pequeño cuasi hombre que habita en los ojetes de las mujeres, abrumado por su propia erección; Angelfood McSpade, que parecía la idea que tenía Crumb de pasar un buen rato, y aquellas portadas describiendo los paisajes de las calles de la ciudad. Sus personajes se convirtieron en folklore popular. Ilustraban temas de los que yo previamente sólo había bromeado con ciertos individuos perturbados.
Incluso mucho después de guardar para siempre mi comix número 50, seguí releyendo el que incluía "Whiteman Meets Bigfoot". Puede que fuese porque me parece la más grandiosa historia de amor que he leído nunca. Durante toda una década seguí leyéndola todos los años, atragantándome con las mismas emociones en los mismos pasajes. Recuerdo que hace quince años la madre de un conocido me dijo que no tenía "valor literario alguno". Pero me parece que sigue siendo una gran novela en forma de cómic.
A menudo he fantaseado con una película protagonizada por los personajes de S. Clay Wilson. Pero "Whiteman Meets Bigfoot" de Crumb podría convertirse en una película extraordinaria, especialmente con la tecnología de la que se dispone ahora para diseñar a la Abominable Mujer de las Nieves. El personaje debería ser el mismo que aparecía en la tira. Pero claro, sería imposible hacerla en un sistema hollywoodienese dominado por la enfermedad mental y la cobardía.
Las nuevas tiras de Crumb me parecen magníficas, porque ha rehusado volverse más comercial. Por otra parte, puede que alguien me asegure que su trabajo ha "madurado", pero siempre le puedo señalar "If I Were a King", donde el autor sigue inmerso en las mismas viejas obsesiones sexuales de su infancia. Dios lo bendiga.
1. JAXON
2. KIM DEITCH
3. JOHN THOMPSON
5. JOEL BECK
6. TRINA ROBBINS
7. HARVEY PEKAR
8. ACE BACKWORDS
9. SAVAGE PENCIL
10. TOM VEITCH
11. SPAIN RODRIGUEZ
12. JOSH ALAN FRIEDMAN
[Músico, periodista y escritor americano, su trabajo para el medio del cómic se puede ver en recopilatorios como "Warts and All", realizado junto con su hermano Drew Friedman. Su obra también comprende ensayos para libros como "It's a Man's World: Men's Adventure Magazines, The Postwar Pulps" o biografías del estilo de "I, Goldstein: My Screwed Life", en colaboración con Al Goldstein.]
Conocí el trabajo de Crumb en el East Village, después de los conciertos del Fillmore. Allí, mientras esperaba para volver a Long Island, descubrí en los pequeños quioscos de las "head shops" de la época los periódicos militantes, el Screw y los comix underground. También se encontraba el equivalente a un antiguo edificio con aspecto de mercado árabe con delicias ilícitas y subversivas más allá del alcance suburbano.
Mis copias de Zap, Bijou Funnies y Yellow Dog tenían el mismo tamaño que mis programas del Fillmore y las pipas de hachís. S. Clay Wilson y R. Crumb se convirtieron en mis dos artistas favoritos. En el viejo Bookmasters hippie de la Calle 59 había toda una balda con comix, por lo que se convirtió en mi proveedor habitual en mis viajes a la ciudad.
Como la vida en el colegio era horrible, recuerdo el mágico nuevo mundo de las drogas, el comix underground, la música "underground" y la sensación fantasmal de que se podía practicar sexo en cualquier momento. El arte de Crumb estaba listo para dejarme impresionado (¡vaya experiencia más elegante para un adolescente!) Sus imágenes permanecen como estatuas en mi memoria: el padre colocando a su única hija, "Sis", frente a él, centrando su cabeza para que le haga una mamada, el dulce Snoid, un pequeño cuasi hombre que habita en los ojetes de las mujeres, abrumado por su propia erección; Angelfood McSpade, que parecía la idea que tenía Crumb de pasar un buen rato, y aquellas portadas describiendo los paisajes de las calles de la ciudad. Sus personajes se convirtieron en folklore popular. Ilustraban temas de los que yo previamente sólo había bromeado con ciertos individuos perturbados.
Incluso mucho después de guardar para siempre mi comix número 50, seguí releyendo el que incluía "Whiteman Meets Bigfoot". Puede que fuese porque me parece la más grandiosa historia de amor que he leído nunca. Durante toda una década seguí leyéndola todos los años, atragantándome con las mismas emociones en los mismos pasajes. Recuerdo que hace quince años la madre de un conocido me dijo que no tenía "valor literario alguno". Pero me parece que sigue siendo una gran novela en forma de cómic.
A menudo he fantaseado con una película protagonizada por los personajes de S. Clay Wilson. Pero "Whiteman Meets Bigfoot" de Crumb podría convertirse en una película extraordinaria, especialmente con la tecnología de la que se dispone ahora para diseñar a la Abominable Mujer de las Nieves. El personaje debería ser el mismo que aparecía en la tira. Pero claro, sería imposible hacerla en un sistema hollywoodienese dominado por la enfermedad mental y la cobardía.
Las nuevas tiras de Crumb me parecen magníficas, porque ha rehusado volverse más comercial. Por otra parte, puede que alguien me asegure que su trabajo ha "madurado", pero siempre le puedo señalar "If I Were a King", donde el autor sigue inmerso en las mismas viejas obsesiones sexuales de su infancia. Dios lo bendiga.
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