Artículo escrito por Gary Groth para The Comics Journal nº 171 (1994). Traducido por Frog2000.
Érase una vez en el negocio de los cómics que transcurrió una época en la que cualquier profesional respondía a la pregunta de: "¿Quién es tu villano favorito?" con un predecible "Jim Shooter." Ah, así era esa época. Las buenas noticias son que los viejos tiempos podrían estar volviendo. Las malas, por supuesto, es que Jim Shooter también estaría volviendo con ellos.
Jim Shooter era el villano favorito de cualquiera. Si lo recuerdas, el editor en jefe de Marvel Comics entre 1978 y 1987 fue la cara pública de una corporación matona e intratable. Cuando le echaron sin más ceremonias de Marvel, toda la industria, todos juntos a una, se unieron a la celebración. Su reputación era tal que los profesionales se alegraron de su despedida en público. En cuanto escuchó que habían despedido a Shooter, Mark Evanier vertió el mensaje: "Ding Dong, la bruja ha muerto" en la red de ordenadores CompuServe, seguido por la pregunta de Chris Claremont: "¿Qué bruja?", a lo que Walt Simonson respondió: "la bruja malvada". Simonson también dijo que: inmediatamente después del despido de Shooter, "se tenía la sensación de que el ambiente había cambiado" en la oficina de Marvel, como si la editorial fuese a editar buenos cómics después de su marcha: "Había como una sensación de que se iba a poder experimentar más, o que por lo menos sería posible... Creo que algunos creadores y editores volvieron a tener esa sensación de poder jugar que hacía tiempo que había desaparecido, lo que pienso que tiene gran valor, porque ayuda a que todo el mundo se divierta con lo que hace. Y creo que esa es la clave para hacer buenos cómics. Creo que la sensación de juego se había renovado." John Byrne dijo: "Parece que todo el mundo que trabaja para Marvel con el que he estado hablando últimamente, está muy excitado por el futuro. No he tenido esa sensación de condena y pesimismo de anteriores ocasiones."
La villanía de Shooter fue tan legendaria que el propio editor solía contar chistes al respecto. Cuando The New York Times publicó un artículo crítico sobre las labores editoriales de Shooter en Marvel ("Se dice que el editor en jefe está sediento de poder...") el 13 de octubre de 1979, Shooter contestó sarcásticamente: "tampoco me considero un villano a escala internacional."
Pero más que nada, se ha terminado pareciendo a uno de nuestros villanos internacionales más famoso, nuestro querido y cartoonesco ex presidente, Richard Milhaus Nixon. Como Nixon, Shooter ha sido capaz de rehabilitar de forma exitosa una carrera que parecía que había acabado desacreditada públicamente por completo. Como Nixon, también ha jugado con los medios de comunicación como los incautos amnésicos que parecen ser, y se ha convertido en un estadista de la profesión de los cómics, profesando valores que nunca había abrazado antes y principios que nunca había demostrado anteriormente. Como con Nixon, transcurrió un período de tiempo en el que aprendimos que ya no teníamos por qué volver a maltratarlo. Nixon odiaba a los judíos y a los negros y a las organizaciones liberales de la Costa Este, y alentaba el desprecio del público americano hacia ellas. Shooter odiaba The Comics Journal y alentaba el desprecio hacia sus seguidores, a los que se refería como "los pequeños jodidos" en un infame memorandum interno de Marvel. Hubo una época en la que los observadores de Nixon vigilábamos excitados la última revelación diaria de vileza que emanaba desde la oficina oval, al igual que los observadores de Shooter siempre podíamos contar con que habría despedido, dado la patada, jodido o insultado de alguna forma a otro creador. No teníamos que esperar demasiado tiempo, y nunca nos decepcionaba.
A lo largo de los ochenta, Shooter fue adquiriendo una reputación de enemigo de los creadores y de la libertad creativa gracias al tratamiento que le daba a los autores, notoriamente abusivo, mezquino y tiránico. Y aunque entonces decía de boquilla que le estaba haciendo un servicio al arte de contar historias, fue a él a quien se le ocurrió la serie crossover de las Secret Wars (y su secuela) para Marvel, una descerebrada pelea a puñetazos de doce números entre los héroes y villanos más populares de Marvel, y el más estúpido y exitoso marketing de venta directa que se recuerda en años, que es como decir que era la mejor explotación de los pequeños jodidos de la época. Fue la precursora de la nueva época de marketing en el negocio de los cómics que relegaba la creatividad y la habilidad para el dibujo a una posición relativa más esclavizada incluso por el mercado de lo que había estado nunca, con lo que los sueños de la empresa se hicieron realidad.
En el clima actual, más consciente de su imagen que nunca (sin dobles sentidos), claramente Shooter ha tenido que reinventarse. La campaña para conseguirlo empezó hace un par de años, bombardeando los medios con artículos de prensa auto-promocionales, entrevistas en primera persona y autobiografías en tercera, incluyendo una que incluso casi estaba ilustrada en forma de cómic, todas ellas revisando vergonzosamente su historia y atestiguando el innovador e imaginativo genio de Shooter así como su lucha incesante durante toda su carrera por los derechos y la dignidad de los creadores. Y toda esta letanía de distorsiones, tergiversaciones, medias verdades y mentiras al estilo Nixon han ido apareciendo de forma continua en la prensa de los cómics desde 1986 hasta el presente.
Aunque se han hecho algunos esfuerzos antes, podríamos trazar el rastro de sus intentos de alterar la percepción histórica de su persona como la pesadilla de los creadores hasta la publicación de su mensaje de prensa en el Comic Buyer´s Guide nº 1012 (9 de Abril de 1993). No sólo dicho mensaje sobre la nueva compañía de Shooter, Defiant, fue escandaloso, sino que su publicación sin editar también supuso todo un escándalo, aunque sea uno de los rutinarios rasgos del CBG.
"Jim Shooter, la historia del soñador de Defiant" propone ser la historia de la vida de Jim Shooter, un soñador desafiante. Todo empezó, de acuerdo con Shooter, cuando el pequeño Jimmy Shooter dejó perplejo a todo el mundo en cuarto curso cuando deletreó la palabra "bouillabaisse". "Se ganó la estrella dorada", escribía nuestro héroe o su negro, "y de ese modo estableció un firme patrón por el que la verdad y la justicia debían prevalecer, a pesar de las dudas y del cinismo, bajo la forma quintaesencial del arte americano, el comic book". Verás, el pequeño granujiento aprendió esa palabra sentado en las rodillas de su madre, mientras le estaba leyendo cómics del Pato Donald, lo que hizo que empezase su historia de amor por los cómics y sus delirios de superioridad.
Crecer en la familia Shooter fue muy parecido a crecer en la familia Joad. "Parecía como si durante toda mi vida, la ausencia de dinero hubiese estado oprimiendo a mi familia. Siempre parecía estar al borde del olvido financiero." Y continúa de la misma forma. Sólo había una cosa que podía hacer un hijo amoroso: aprender a escribir cómics para ganar montones de dinero, como Peter (Spider-Man) Parker, que también "usaba sus poderes tan honorablemente como le era posible para, por supuesto, ganar algo de dinero". Con ese objetivo en mente, vendió su primer guión para la Legión de Super-Héroes de DC Comics en 1966.
Durante su siguiente estancia como editor en jefe de Marvel, "reestructuró Marvel y gracias a ello, la industria entera, básicamente a base de un rediseño radical de las hostiles relaciones entre creadores y compañía. Primero mediante un plan de incentivos para dibujantes y guionistas basado en las cifras de ventas de los cómics, junto con un plan de incentivos por beneficios compartidos para animar a que crearan nuevos personajes."
Mientras tanto trabajaba diligentemente en nombre de los creadores. "Shooter ofreció de forma habitual seguros de vida y una gran cobertura médica para todos los trabajadores externos que trabajaban para Marvel." "Quería revolucionar el negocio", así que inició Epic Illustrated, "la primera serie propiedad de los creadores". E incluso inventó la novela gráfica con "La muerte del Capitán Marvel" [de Jim Starlin].
Pero en 1987, la buena, decente y pequeña Marvel Comics con Jim Shooter al cargo fue adquirida por una gran, ruin, malvada corporación propiedad de New World Pictures, y Shooter tomó rápidamente medidas ante la noticia, "amenazando con una demanda si sus preciados beneficios para los creadores eran mermados de alguna forma."
En las misivas a la sección de correo del CBG que aparecieron a continuación, Frank Miller se refirió al recuento autobiográfico de Shooter como "vergonzoso" y "escandaloso", porque la afirmación por parte de Shooter de que "se había pasado su carrera luchando por los derechos de los creadores le parecía todo un escándalo". John Byrne escribió que Shooter "me dijo más de una vez que si por él fuese los creadores no aparecerían los créditos de los cómics. Bajo el mandato de Shooter, la libertad creativa en Marvel constantemente se estuvo reescribiendo y redibujando hasta que las cosas prosiguieron su camino con su marcha." Steven Grant escribió que Shooter "no creía que hubiese que pagar royalties hasta que algunos autores importantes de Marvel, como Frank Miller, se marcharon a DC, y ese fue el motivo de que iniciase su sistema de royalties." Steve Gerber comparaba la propaganda de Shooter con la de Josef Goebbels. Cat Yronwode apuntó que la novela gráfica de Eclipse, Sabre, se publicó en 1978 (pero se le olvidó señalar que "Contrato con Dios", de Eisner, también se publicó en el mismo 1978), y que la primera serie propiedad de sus creadores no fue por parte de Epic, sino el Zap de Crumb.
Steve Englehart, que también se marchó durante el régimen de Shooter en Marvel, contó la siguiente anécdota en The Comics Journal 63: Englehart había dejado los cómics y estuvo viviendo en el extranjero durante una temporada para luego volver a los Estados Unidos. Continuaba: "La noche que llegué a la ciudad, [Chris Claremont] quedó conmigo y pude escuchar la primeras cien historias de "Cómo me jodió Jim Shooter". "Jim Shooter me ha jodido de esta forma, Jim Shooter me ha jodido de esta otra, luego se hizo cargo de mi serie, pero bueno, tampoco quiero pelearme con él, porque entonces conseguiré esto otro, pero entonces me volvió a joder otra vez..." Y yo le decía: "Bueno, Chris, creo que será mejor que dejes los cómics." Y él contestaba: "Bueno, claro, pero es que me gustan muchísimo."
(Y cuando Yronwode quiso saber por qué los editores del CBG habían dado paso a esta letanía de falsedades, replicaron: "En un mundo ideal podríamos tomarnos el tiempo de comprobar cada información que nos hacen llegar. Sin embargo tenemos dos editores, y nos enviaron el artículo en cuestión justo cuando la fecha de entrega estaba a punto de finalizar y no hubo tiempo de revisarlo." Son los mismos editores que se enorgullecen de su dominio de inútiles y triviales datos sobre los cómics y que habitualmente se burlan de sus estúpidos lectores ignorantes por el delito de deletrear mal el nombre del iluminador de la segunda unidad de un episodio de 1958 de "The Outer Limits" ["Más allá del límite", 1963].)
Desde entonces Shooter ha sostenido que "los chicos malos" le despidieron de Marvel por no ceder un ápice en cuanto a los derechos de los creadores, "que en esa época Marvel violaba de forma rutinaria." (Esta última frase se recoge de su autobiografía ilustrada). Una reclamación que extrañamente no hizo en la época en la que le despidieron. "Me despidieron de Marvel porque estaba luchando por los derechos de los creadores", declaró en la carta al CBG nº 1021 (junio de 1993).
Pero los registros históricos sugieren otra cosa: puede que Marvel violase de forma rutinaria los derechos de los creadores, pero tal y como indican los datos registrados, Shooter violó de forma rutinaria la dignidad profesional de los creadores que ahora reclama haber apoyado, alienándolos de forma imprudente tantas veces que se convirtió en una persona peligrosa para la empresa. Bajo el mandato de Shooter, Marvel perdió a John Byrne, Marv Wolfman, Steve Gerber, Doug Moench, Gerry Conway, George Pérez, Gene Colan, Don McGregor, Mike Ploog, Gil Kane, Denny O´Neil, Roy Thomas y Rick Marschall, a menudo por disputas irresolubles entre Shooter y el creador, y ocasionalmente bajo circunstancias en las que el creador manifestó en sus declaraciones un inequívoco desdén hacia la ética o la profesionalidad de Shooter. Sin embargo, ninguna de esas disputas entre Shooter y varios miembros de la comunidad creativa se le puede atribuir a la reluctante política de la compañía: es del dominio público que en una fecha tan tardía como abril de 1986, Shooter dijo: "...creo que Marvel ha hecho más por la gente creativa durante estos últimos ocho años que cualquier otra compañía. Hemos demostrado una y otra vez que somos justos y que... pero ciertamente no vamos a representar nada que sea diabólico o inmoral." Con eso en mente, leamos algunas declaraciones sobre cómo la justa Marvel actuó en el caso de algunos de los creadores en cuyo nombre Shooter afirma que estaba luchando:
Marv Wolfman dejó su larga etapa en Drácula "para protestar por lo que sentía que eran interferencias injustificadas por parte de la editorial." "Los seres humanos no se hacen eso unos a otros", dijo Wolfman en referencia a la contratación de alguien por parte de Shooter a sus espaldas para suplantarlo como editor de una serie que llevaba editando con éxito desde hacía ocho años.
Cuando Shooter despidió a Rick Marschall telefoneando a su casa, Marschall dijo que le parecía una técnica "sin tacto alguno, insultante, una forma bastante cobarde de hacerlo", y añadió: "los nazis llamaban a tu puerta, Shooter te llama por teléfono."
Roy Thomas dejó Marvel después de trabajar durante 15 años sin interrupción para la empresa por disputas irresolubles con Shooter. "Nunca he tenido la misma sensación de odiar a nadie en Marvel que la que tuve con Shooter" y "...no tengo ningún respeto por Jim Shooter como profesional, y no me queda mucho por el resto de la empresa". Eran los inequívocos sentimientos de uno de esos creadores por cuyos derechos Shooter reclamaba haber estado peleando desde el principio. Otro creador por cuyos derechos Shooter ha estado presumiblemente peleando fue Chic Stone, mejor conocido por ser el entintador de Kirby en los Cuatro Fantásticos a mediados de los sesenta. El artista contó una anécdota en Comics Interview nº 21 que expresa adecuadamente la dedicación a los derechos de los creadores por parte de Shooter:
"Acababa de volver a Alabama y me estaba recuperando de un ataque al corazón cuando recibí una carta de Jim Shooter. La carta consistía básicamente en dos largas frases y decía algo tan efectista como lo siguiente: "Querido Chic, Marvel Comics ya no requiere tus servicios. Si surge algo en el futuro, te lo haremos saber."
Estos ejemplos específicos podrían descartarse como agrias declaraciones realizadas por despecho por parte de los creadores, pero tanto la actitud de Shooter como la de Marvel hacia los creadores y sus derechos como individuos creativos autónomos ha quedado registrada en un foro que no está orientado específicamente hacia los oídos de sus compañeros de profesión, y que por lo tanto tampoco está diseñado para contentar los oídos de los que están dispuestos a escuchar estas declaraciones.
(Continuará)
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*** ´Los Universos de Shooter´ en La Era de Electrum.
*** Entrevista con Jim Shooter en The Comics Journal nº 60 (1980): 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8
*** Entrevista con Sean Howe
*** Mi brillante carrera en Marvel, por Jan Strnd
*** Entrevista con Fred Hembeck
Érase una vez en el negocio de los cómics que transcurrió una época en la que cualquier profesional respondía a la pregunta de: "¿Quién es tu villano favorito?" con un predecible "Jim Shooter." Ah, así era esa época. Las buenas noticias son que los viejos tiempos podrían estar volviendo. Las malas, por supuesto, es que Jim Shooter también estaría volviendo con ellos.
Jim Shooter era el villano favorito de cualquiera. Si lo recuerdas, el editor en jefe de Marvel Comics entre 1978 y 1987 fue la cara pública de una corporación matona e intratable. Cuando le echaron sin más ceremonias de Marvel, toda la industria, todos juntos a una, se unieron a la celebración. Su reputación era tal que los profesionales se alegraron de su despedida en público. En cuanto escuchó que habían despedido a Shooter, Mark Evanier vertió el mensaje: "Ding Dong, la bruja ha muerto" en la red de ordenadores CompuServe, seguido por la pregunta de Chris Claremont: "¿Qué bruja?", a lo que Walt Simonson respondió: "la bruja malvada". Simonson también dijo que: inmediatamente después del despido de Shooter, "se tenía la sensación de que el ambiente había cambiado" en la oficina de Marvel, como si la editorial fuese a editar buenos cómics después de su marcha: "Había como una sensación de que se iba a poder experimentar más, o que por lo menos sería posible... Creo que algunos creadores y editores volvieron a tener esa sensación de poder jugar que hacía tiempo que había desaparecido, lo que pienso que tiene gran valor, porque ayuda a que todo el mundo se divierta con lo que hace. Y creo que esa es la clave para hacer buenos cómics. Creo que la sensación de juego se había renovado." John Byrne dijo: "Parece que todo el mundo que trabaja para Marvel con el que he estado hablando últimamente, está muy excitado por el futuro. No he tenido esa sensación de condena y pesimismo de anteriores ocasiones."
La villanía de Shooter fue tan legendaria que el propio editor solía contar chistes al respecto. Cuando The New York Times publicó un artículo crítico sobre las labores editoriales de Shooter en Marvel ("Se dice que el editor en jefe está sediento de poder...") el 13 de octubre de 1979, Shooter contestó sarcásticamente: "tampoco me considero un villano a escala internacional."
Pero más que nada, se ha terminado pareciendo a uno de nuestros villanos internacionales más famoso, nuestro querido y cartoonesco ex presidente, Richard Milhaus Nixon. Como Nixon, Shooter ha sido capaz de rehabilitar de forma exitosa una carrera que parecía que había acabado desacreditada públicamente por completo. Como Nixon, también ha jugado con los medios de comunicación como los incautos amnésicos que parecen ser, y se ha convertido en un estadista de la profesión de los cómics, profesando valores que nunca había abrazado antes y principios que nunca había demostrado anteriormente. Como con Nixon, transcurrió un período de tiempo en el que aprendimos que ya no teníamos por qué volver a maltratarlo. Nixon odiaba a los judíos y a los negros y a las organizaciones liberales de la Costa Este, y alentaba el desprecio del público americano hacia ellas. Shooter odiaba The Comics Journal y alentaba el desprecio hacia sus seguidores, a los que se refería como "los pequeños jodidos" en un infame memorandum interno de Marvel. Hubo una época en la que los observadores de Nixon vigilábamos excitados la última revelación diaria de vileza que emanaba desde la oficina oval, al igual que los observadores de Shooter siempre podíamos contar con que habría despedido, dado la patada, jodido o insultado de alguna forma a otro creador. No teníamos que esperar demasiado tiempo, y nunca nos decepcionaba.
A lo largo de los ochenta, Shooter fue adquiriendo una reputación de enemigo de los creadores y de la libertad creativa gracias al tratamiento que le daba a los autores, notoriamente abusivo, mezquino y tiránico. Y aunque entonces decía de boquilla que le estaba haciendo un servicio al arte de contar historias, fue a él a quien se le ocurrió la serie crossover de las Secret Wars (y su secuela) para Marvel, una descerebrada pelea a puñetazos de doce números entre los héroes y villanos más populares de Marvel, y el más estúpido y exitoso marketing de venta directa que se recuerda en años, que es como decir que era la mejor explotación de los pequeños jodidos de la época. Fue la precursora de la nueva época de marketing en el negocio de los cómics que relegaba la creatividad y la habilidad para el dibujo a una posición relativa más esclavizada incluso por el mercado de lo que había estado nunca, con lo que los sueños de la empresa se hicieron realidad.
En el clima actual, más consciente de su imagen que nunca (sin dobles sentidos), claramente Shooter ha tenido que reinventarse. La campaña para conseguirlo empezó hace un par de años, bombardeando los medios con artículos de prensa auto-promocionales, entrevistas en primera persona y autobiografías en tercera, incluyendo una que incluso casi estaba ilustrada en forma de cómic, todas ellas revisando vergonzosamente su historia y atestiguando el innovador e imaginativo genio de Shooter así como su lucha incesante durante toda su carrera por los derechos y la dignidad de los creadores. Y toda esta letanía de distorsiones, tergiversaciones, medias verdades y mentiras al estilo Nixon han ido apareciendo de forma continua en la prensa de los cómics desde 1986 hasta el presente.
Aunque se han hecho algunos esfuerzos antes, podríamos trazar el rastro de sus intentos de alterar la percepción histórica de su persona como la pesadilla de los creadores hasta la publicación de su mensaje de prensa en el Comic Buyer´s Guide nº 1012 (9 de Abril de 1993). No sólo dicho mensaje sobre la nueva compañía de Shooter, Defiant, fue escandaloso, sino que su publicación sin editar también supuso todo un escándalo, aunque sea uno de los rutinarios rasgos del CBG.
"Jim Shooter, la historia del soñador de Defiant" propone ser la historia de la vida de Jim Shooter, un soñador desafiante. Todo empezó, de acuerdo con Shooter, cuando el pequeño Jimmy Shooter dejó perplejo a todo el mundo en cuarto curso cuando deletreó la palabra "bouillabaisse". "Se ganó la estrella dorada", escribía nuestro héroe o su negro, "y de ese modo estableció un firme patrón por el que la verdad y la justicia debían prevalecer, a pesar de las dudas y del cinismo, bajo la forma quintaesencial del arte americano, el comic book". Verás, el pequeño granujiento aprendió esa palabra sentado en las rodillas de su madre, mientras le estaba leyendo cómics del Pato Donald, lo que hizo que empezase su historia de amor por los cómics y sus delirios de superioridad.
Crecer en la familia Shooter fue muy parecido a crecer en la familia Joad. "Parecía como si durante toda mi vida, la ausencia de dinero hubiese estado oprimiendo a mi familia. Siempre parecía estar al borde del olvido financiero." Y continúa de la misma forma. Sólo había una cosa que podía hacer un hijo amoroso: aprender a escribir cómics para ganar montones de dinero, como Peter (Spider-Man) Parker, que también "usaba sus poderes tan honorablemente como le era posible para, por supuesto, ganar algo de dinero". Con ese objetivo en mente, vendió su primer guión para la Legión de Super-Héroes de DC Comics en 1966.
Durante su siguiente estancia como editor en jefe de Marvel, "reestructuró Marvel y gracias a ello, la industria entera, básicamente a base de un rediseño radical de las hostiles relaciones entre creadores y compañía. Primero mediante un plan de incentivos para dibujantes y guionistas basado en las cifras de ventas de los cómics, junto con un plan de incentivos por beneficios compartidos para animar a que crearan nuevos personajes."
Mientras tanto trabajaba diligentemente en nombre de los creadores. "Shooter ofreció de forma habitual seguros de vida y una gran cobertura médica para todos los trabajadores externos que trabajaban para Marvel." "Quería revolucionar el negocio", así que inició Epic Illustrated, "la primera serie propiedad de los creadores". E incluso inventó la novela gráfica con "La muerte del Capitán Marvel" [de Jim Starlin].
Pero en 1987, la buena, decente y pequeña Marvel Comics con Jim Shooter al cargo fue adquirida por una gran, ruin, malvada corporación propiedad de New World Pictures, y Shooter tomó rápidamente medidas ante la noticia, "amenazando con una demanda si sus preciados beneficios para los creadores eran mermados de alguna forma."
En las misivas a la sección de correo del CBG que aparecieron a continuación, Frank Miller se refirió al recuento autobiográfico de Shooter como "vergonzoso" y "escandaloso", porque la afirmación por parte de Shooter de que "se había pasado su carrera luchando por los derechos de los creadores le parecía todo un escándalo". John Byrne escribió que Shooter "me dijo más de una vez que si por él fuese los creadores no aparecerían los créditos de los cómics. Bajo el mandato de Shooter, la libertad creativa en Marvel constantemente se estuvo reescribiendo y redibujando hasta que las cosas prosiguieron su camino con su marcha." Steven Grant escribió que Shooter "no creía que hubiese que pagar royalties hasta que algunos autores importantes de Marvel, como Frank Miller, se marcharon a DC, y ese fue el motivo de que iniciase su sistema de royalties." Steve Gerber comparaba la propaganda de Shooter con la de Josef Goebbels. Cat Yronwode apuntó que la novela gráfica de Eclipse, Sabre, se publicó en 1978 (pero se le olvidó señalar que "Contrato con Dios", de Eisner, también se publicó en el mismo 1978), y que la primera serie propiedad de sus creadores no fue por parte de Epic, sino el Zap de Crumb.
Steve Englehart, que también se marchó durante el régimen de Shooter en Marvel, contó la siguiente anécdota en The Comics Journal 63: Englehart había dejado los cómics y estuvo viviendo en el extranjero durante una temporada para luego volver a los Estados Unidos. Continuaba: "La noche que llegué a la ciudad, [Chris Claremont] quedó conmigo y pude escuchar la primeras cien historias de "Cómo me jodió Jim Shooter". "Jim Shooter me ha jodido de esta forma, Jim Shooter me ha jodido de esta otra, luego se hizo cargo de mi serie, pero bueno, tampoco quiero pelearme con él, porque entonces conseguiré esto otro, pero entonces me volvió a joder otra vez..." Y yo le decía: "Bueno, Chris, creo que será mejor que dejes los cómics." Y él contestaba: "Bueno, claro, pero es que me gustan muchísimo."
(Y cuando Yronwode quiso saber por qué los editores del CBG habían dado paso a esta letanía de falsedades, replicaron: "En un mundo ideal podríamos tomarnos el tiempo de comprobar cada información que nos hacen llegar. Sin embargo tenemos dos editores, y nos enviaron el artículo en cuestión justo cuando la fecha de entrega estaba a punto de finalizar y no hubo tiempo de revisarlo." Son los mismos editores que se enorgullecen de su dominio de inútiles y triviales datos sobre los cómics y que habitualmente se burlan de sus estúpidos lectores ignorantes por el delito de deletrear mal el nombre del iluminador de la segunda unidad de un episodio de 1958 de "The Outer Limits" ["Más allá del límite", 1963].)
Desde entonces Shooter ha sostenido que "los chicos malos" le despidieron de Marvel por no ceder un ápice en cuanto a los derechos de los creadores, "que en esa época Marvel violaba de forma rutinaria." (Esta última frase se recoge de su autobiografía ilustrada). Una reclamación que extrañamente no hizo en la época en la que le despidieron. "Me despidieron de Marvel porque estaba luchando por los derechos de los creadores", declaró en la carta al CBG nº 1021 (junio de 1993).
Pero los registros históricos sugieren otra cosa: puede que Marvel violase de forma rutinaria los derechos de los creadores, pero tal y como indican los datos registrados, Shooter violó de forma rutinaria la dignidad profesional de los creadores que ahora reclama haber apoyado, alienándolos de forma imprudente tantas veces que se convirtió en una persona peligrosa para la empresa. Bajo el mandato de Shooter, Marvel perdió a John Byrne, Marv Wolfman, Steve Gerber, Doug Moench, Gerry Conway, George Pérez, Gene Colan, Don McGregor, Mike Ploog, Gil Kane, Denny O´Neil, Roy Thomas y Rick Marschall, a menudo por disputas irresolubles entre Shooter y el creador, y ocasionalmente bajo circunstancias en las que el creador manifestó en sus declaraciones un inequívoco desdén hacia la ética o la profesionalidad de Shooter. Sin embargo, ninguna de esas disputas entre Shooter y varios miembros de la comunidad creativa se le puede atribuir a la reluctante política de la compañía: es del dominio público que en una fecha tan tardía como abril de 1986, Shooter dijo: "...creo que Marvel ha hecho más por la gente creativa durante estos últimos ocho años que cualquier otra compañía. Hemos demostrado una y otra vez que somos justos y que... pero ciertamente no vamos a representar nada que sea diabólico o inmoral." Con eso en mente, leamos algunas declaraciones sobre cómo la justa Marvel actuó en el caso de algunos de los creadores en cuyo nombre Shooter afirma que estaba luchando:
Marv Wolfman dejó su larga etapa en Drácula "para protestar por lo que sentía que eran interferencias injustificadas por parte de la editorial." "Los seres humanos no se hacen eso unos a otros", dijo Wolfman en referencia a la contratación de alguien por parte de Shooter a sus espaldas para suplantarlo como editor de una serie que llevaba editando con éxito desde hacía ocho años.
Cuando Shooter despidió a Rick Marschall telefoneando a su casa, Marschall dijo que le parecía una técnica "sin tacto alguno, insultante, una forma bastante cobarde de hacerlo", y añadió: "los nazis llamaban a tu puerta, Shooter te llama por teléfono."
Roy Thomas dejó Marvel después de trabajar durante 15 años sin interrupción para la empresa por disputas irresolubles con Shooter. "Nunca he tenido la misma sensación de odiar a nadie en Marvel que la que tuve con Shooter" y "...no tengo ningún respeto por Jim Shooter como profesional, y no me queda mucho por el resto de la empresa". Eran los inequívocos sentimientos de uno de esos creadores por cuyos derechos Shooter reclamaba haber estado peleando desde el principio. Otro creador por cuyos derechos Shooter ha estado presumiblemente peleando fue Chic Stone, mejor conocido por ser el entintador de Kirby en los Cuatro Fantásticos a mediados de los sesenta. El artista contó una anécdota en Comics Interview nº 21 que expresa adecuadamente la dedicación a los derechos de los creadores por parte de Shooter:
"Acababa de volver a Alabama y me estaba recuperando de un ataque al corazón cuando recibí una carta de Jim Shooter. La carta consistía básicamente en dos largas frases y decía algo tan efectista como lo siguiente: "Querido Chic, Marvel Comics ya no requiere tus servicios. Si surge algo en el futuro, te lo haremos saber."
Estos ejemplos específicos podrían descartarse como agrias declaraciones realizadas por despecho por parte de los creadores, pero tanto la actitud de Shooter como la de Marvel hacia los creadores y sus derechos como individuos creativos autónomos ha quedado registrada en un foro que no está orientado específicamente hacia los oídos de sus compañeros de profesión, y que por lo tanto tampoco está diseñado para contentar los oídos de los que están dispuestos a escuchar estas declaraciones.
(Continuará)
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*** ´Los Universos de Shooter´ en La Era de Electrum.
*** Entrevista con Jim Shooter en The Comics Journal nº 60 (1980): 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8
*** Entrevista con Sean Howe
*** Mi brillante carrera en Marvel, por Jan Strnd
*** Entrevista con Fred Hembeck
2 comentarios:
Bueno... después de leer tu entrada me he encontrado con estas (que no he leído, pero igual te interesaban):
http://www.hoodedutilitarian.com/2013/01/jim-shooter-a-second-opinion-part-one-the-best-job-he-can/
y
http://www.hoodedutilitarian.com/2013/10/jim-shooter-a-second-opinion-part-two-romper-room-on-crystal-meth-installment-1/
Un saludo.
Gracias!! es una información buenísima. Jim Shooter es así, o lo odias ¡o lo defiendes a muerte! En mi caso aprecio mucho su labor como guionista, pero sigo pensando que como editor el tío era un dictador. ¡Aunque sus gestiones mantuvieran a Marvel a flote durante los ochenta!!
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