lunes, 26 de mayo de 2014

CHAIN REACTION: STEWART LEE ENTREVISTA A ALAN MOORE Y ALAN MOORE ENTREVISTA A BRIAN ENO (4 DE 4)

Chain Reaction: Stewart Lee entrevista a Alan Moore y Alan Moore entrevista a Brian Eno (4 de 4, traducido por Frog2000.)

AM: Hace un momento has estado hablando sobre cuánto te obsesionaba saber cuál es el propósito del arte. La música ambient... era música con una función social... ¿Fue gracias a esa especie de ruptura personal que sufriste con la que en realidad encontraste una forma diferente de componer música?

BE: Sí, bueno, creo que me di cuenta de que una de las cosas que caracteriza a todas las nuevas formas musicales es intentar acompañar la escucha de nuevos elementos. Toda nueva propuesta musical también es una nueva propuesta sobre lo que haces como oyente. Así que, ya sabes, cuando Elvis apareció de repente, eras consciente de que había un músico que en realidad también estaba vivo de cuello para abajo... sugería que la música puede tener una función física, un trabajo físico que hace que te sacudas y retuerzas. Así que creo que por eso la música siempre sugiere nuevos roles sociales. En los setenta noté que no estaba escuchando discos de la forma en la que se supone que debes hacerlo. Odiaba la forma en la que se secuenciaban las canciones, ya sabes... una rápida, una lenta, una rápida, una lenta... como si cada tres minutos y medio necesitases despertar de nuevo por culpa de tu corta capacidad de atención. Yo quería una música que me viniese bien para las habitaciones iluminadas de mi casa. No quería que las luces parpadeasen, cambiasen de color y fuesen estroboscópicas. Quería luminosidad... quería sonar de esa forma.

AM: Dada la tremenda influencia que han tenido esos primeros discos de ambient, ¿te desagrada la evolución y mutación que han ido sufriendo hasta ahora, de lo más evidente en las recopilaciones de chill-out?
BE: No, me gusta la idea del chill-out. Creo que es una contribución bastante buena capaz de sugerir a la gente que...

AM: Hizo que apareciesen verdaderas ambientaciones diferentes en las raves... lo que solíamos llamar la carpa de la ambulancia del St. John... [risas generales]. Más tarde, en 1975 lanzaste “Another Green World”. Para hacerlo entraste en el estudio sin material preparado... en un principio supongo que tuvo que ser muy estresante... Puedo recordar alguna anécdota de la época en la que te encontrabas perdido por alguna alta colina escocesa durante el crepúsculo, y entonces tropezaste contra un parterre de flores que casi parecían fluorescentes bajo la luz mortecina. Fue una situación bastante preocupante, perderse en una colina remota escocesa mientras sobreviene el crepúsculo... pero así se te ocurrió la idea de que el riesgo puede jugar algún papel vital en nuestra apreciación de lo bello. ¿Tiene esto algo que ver con los riesgos que tomaste en el estudio al grabar “Another Green World”?

BE: Si... bueno, creo que si eres consciente de que has asumido un riesgo, puede ocurrir lo que acabo de decir, que te puedes quedar fuera de onda. En esa época solía alquilar un instrumento diferente cada día. Un día era el chelo, al siguiente una marimba, el trombón... de todo. No podía tocarlos todos, pero... eran como parte de mi equipo. Se me ocurrian pequeñas ideas que me apuntaba para llevarlas a cabo después... “Quita el micrófono del techo” y “Contrata a un trombonista”. Así que tenía dos reglas que usar ese día en el estudio... e intentaba hacer una canción con ellas. Ahora bien, en realidad no eran ideas demasiado prometedoras, pero el efecto que pueden conseguir es que tan pronto como algo, incluso algo remoto, empieza a ser prometedor en un uno por ciento, entonces  te volcarás sobre ello con mucho entusiasmo y empezarás a hacer las cosas de forma más rápida....

AM: Me parece que en el programa Desert Island Discs comentaste que las drogas interesantes podrían ser una buena fuente vital... pero luego dijiste que probablemente eran bastante aburridas y que, de hecho, hubieses preferido ver a un gigante comiéndose a una araña... [Eno se ríe]... ¿Recuerdas cuando lo dijiste?

BE: No, no... no creo que estuviese en lo cierto.
AM: Bueno, me da vergüenza, porque tu respuesta dinamita por completo mi siguiente pregunta. Pretendamos que... [risas generales]... si te perdieses en una isla desierta, entonces supongo que elegirías una gigantesca araña come hombres para mantenerte despierto [Eno sigue riéndose]... para mantener en vilo tu creatividad y que te forzase a pensar en nuevas soluciones, en lugar de un hombre gigante que se comiese una araña.

BE: [Aún riéndose]... desearía haber pensado algo parecido alguna vez, pero no creo que haya dicho nunca algo semejante. Ojalá hubiera pensado en algo parecido, pero creo que no lo he hecho. En realidad he dejado las drogas alucinógenas como fuente de vida útil.

AM: Debería dejar el tema... pero si lo hubieses dicho... imagínate... dada la actual situación de saturado terror mundial, supongo que podríamos permitirnos el lujo de que nos diesen nuestra propia araña gigante come-hombres.

BE: Si, es una buena idea, si..

AM: ...¿no crees que cuando la presión es demasiado grande, obliga a la gente a encontrar soluciones novedosas y creativas a los problemas?

BE: He visto que la gente ha empezado a idear algunas soluciones novedosas y creativas. Como han perdido la fe en la política... Sobre todo pienso en lo que ha ocurrido en este país durante los últimos años... la gente está empezando a darse cuenta de que si quiere hacer algunas cosas, es mejor hacerlas juntos y por sí mismos. Una de las más... de hecho, para mí lo más emocionante de internet es el nacimiento de una nueva cultura democrática en la que creo que cientos de miles de personas han empezado a participar... experimentando con nuevas innovaciones sociales... gobiernos... creo que todo esto es mucho más emocionante que cualquier cosa que esté pasando en el mundo de la política en estos momentos. Hay alguien que acaba de escribir un interesante ensayo que se llama “The Second Superpower”, y que está basado en algo que dijo Noam Chomsky... Chomsky dijo que ahora existen dos superpotencias. Por un lado Estados Unidos y luego tenemos la Opinión Mundial... y es la segunda la que realmente me interesa.

AM: Recuerdo haber escuchado un discurso de un profesor de la Escuela de Economía de Londres donde hablaba sobre el hecho de que internet hace que sea mucho más difícil regular la moneda. Decía que puede que en un futuro lleguemos a un período en el que no habrá ni moneda, y por lo tanto, tampoco gobierno.

BE: Bueno, creo que en realidad lo que podemos esperar es algo un poco más complicado que eso... que es la ciudadanía electiva, donde podrás optar por educar a tus hijos en Suecia, pagar tus impuestos en Dinamarca para poder subvencionar un equipo de fútbol inglés... que es lo único que se me ocurre cuando pienso en Inglaterra... [risas generales] y así sucesivamente, y creo que la idea de que todos somos nacionalistas y de que este accidente histórico es una nación que nos define desaparecerá finalmente.

AM: Recuerdo que en esa carta que me ha seguido atormentando por la culpa durante los últimos treinta años también decías algo que me pareció que era una maravillosa manera de utilizar una biblioteca. Te llevabas contigo aquellos números...
BE: Si, bueno, solía utilizar las matrículas de los coches... Escogía un coche... el último coche que hubiese visto antes de llegar a la biblioteca, y utilizaba su matrícula como número de registro para sacar el libro correspondiente de la biblioteca.

AM: Por lo que sacabas un libro con una temática completamente al azar, y así te introducía en un área de conocimiento que es posible que antes hubieses descartado.

BE: Como la lactancia materna, por ejemplo, que es uno de los que recuerdo... [risas generales] Siempre me había escondido de esa realidad... Nunca me había enfrentado antes con mi madre interior. [Risas generales.]

AM: Pues me alegro de que fueses capaz de negarte a seguir escapando, ya sabes... En ese mismo año, 1975, te asociaste con Peter Schmidt para publicar “Oblique Strategies”, que eran unas crípticas instrucciones diseñadas para sacudir aquella mente creativa que se había quedado estancada en la rutina.

BE: Empezó cuando estábamos trabajando en el segundo álbum de Roxy Music y me di cuenta de que cada noche me marchaba a casa pensando en cosas de las que me había olvidado y que debería haber recordado en el estudio. Y no se trataba de cosas como “Ponte con el solo de guitarra de una vez”... [Risas generales]... eran más bien cosas en plan “Si escuchas desde fuera de las puertas, oirás cosas que no se oyen en el estudio.” O “si escuchas todos los detalles más suaves y sencillos de algo, a veces es una buena manera de escuchar las cosas”. Así que empecé a hacer una lista simple con todo eso. Y resultó que Peter Schmidt, que era pintor, había estado haciendo algo similar, y confrontamos nuestras ideas y lo más interesante es que se podían cruzar. Así que empezamos a pensar que tal vez podríamos llegar a hacer una especie de conjunto universal de tarjetas que nos ofrecieran algunas estrategias que pudiésemos utilizar en las situaciones de trabajo que te suelen fastidiar y hacen que pierdas la concentración, y que suelen pasar inadvertidas. Algunas tarjetas... las ideas que había en ellas han penetrado tanto en la cultura que ya no es necesario volver a decir nada sobre ellas. Otras todavía se mantienen tan frescas como el primer día.

AM: Así que era algo en plan “Honra los accidentes que sufras como si hubiese detrás de ellos una intención oculta”...

BE: Esa es mi primera máxima...

AM: Probablemente sea la que ha impregnado la cultura con más fuerza. Ciertamente yo mismo la he utilizado para escribir cómics o narrativa. ¿Sigues utilizando las tarjetas o...?

BE: Sí.

AM: ¿Sí?

BE: Sip.

AM: Así que tus métodos no han cambiado demasiado...

BE: De hecho esta mañana saqué una. Decía: “no cambies nada y continúa adelante con impecable coherencia”. Y eso es lo que estoy tratando de hacer.

AM: Bueno, ciertamente lo haces. Me parece fantástico.

BE: ¡Ni siquiera me he cambiado de ropa!

AM: En 1976 iniciaste una serie de notables colaboraciones con David Bowie, empezando por “Low”. ¿Cómo fue trabajar en esos discos? ¿Tuviste la sensación de que eran bastante trascendentales?
BE: Tocamos juntos en lo que tuvo que ser un gran concierto, creo que en el Rainbow. Él era cabeza de cartel. Roxy Music éramos sus teloneros y se celebró como una especie de verdadera batalla de bandas y toda la prensa musical no supo decidir quién había estado mejor. Pero aún así fue un buen concierto. Aunque yo no lo conocía demasiado. Creo que había pasado por un período muy malo a mediados de los años setenta por culpa de la cocaína, y al parecer, tiempo después me dijo que había estado utilizando “Discrete Music” como banda sonora durante su recuperación. Sencillamente había estado escuchando ese disco una y otra vez, hasta que se convirtió en una especie de base sobre la que empezamos a trabajar juntos. Lo que hicimos también se hizo rápidamente. Es muy difícil recordar cada detalle de nuestra colaboración. Hay un proverbio indio que dice: “El fruto madura lentamente, pero cae de repente,” y creo que hubo un poco de eso... un montón de ideas que él había tenido y que yo había tenido y que habían estado madurando durante mucho, mucho tiempo, y de repente cuando nos reunimos en el estudio ... ¡bum!... todo empezó a tener sentido, en realidad, ni siquiera recuerdo que tuviésemos algún tipo de discusión o argumentación.

AM: Entre 1978 y 1983 estuviste viviendo en Nueva York, y creo que también estuviste creando video-paintings, ¿Se llamaban “[Mistaken] Memories Of Mediaeval Manhattan”? Era como una respuesta a lo que habías detectado como una especie de espiral de histeria en los vídeos musicales, porque cada nuevo vídeo que aparecía incluía más monjas y nazis y explosiones grabadas...

BE: En realidad mis cosas no eran tanto una reacción a los vídeos pop sino contra algo que se llamó Video Arte, que me pareció totalmente esclavizado por Hollywood, fuese porque trataban de ser como lo que producía Hollywood o porque se resistían desesperadamente a ser como lo que producía Hollywood. Así que empezaron a surgir todos esos terribles espectáculos de Video Arte, y en ellos aparecían algunos artistas con aspecto poco atractivo, fofos y desnudos, mirando a la cámara durante cuarenta y cinco minutos... por supuesto, en blanco y negro, porque el color era ser como Hollywood, ya sabes... por lo que parecía como que estaban reduciendo todas las cosas sensuales y hermosas al mínimo... Pensé que podía hacer algo en vídeo que todavía no hubiese hecho nadie, pinturas que iban cambiando, etc, y de ahí es de donde provenían todas mis grabaciones sobre el cielo. Estaba rodado a velocidad normal. Sin acelerar o retardar las imágenes. Eran lo que se podía ver por la ventana. Y fue muy interesante, solía hacer esas cosas con gente que a veces venía a mi casa, y puede que se sentaran y mirasen por la ventana, si es que querían hacerlo, aunque siempre se sentaban mirando al vídeo que estaba enfocando hacia la ventana... [risas generales].

AM: Y en cuanto a tu aparición en “Father Ted”...

BE: Fue un poco como un momento culminante.
AM: ...en alguno de los comentarios de tu diario [A Year With Swollen Appendices], que mantuviste en red durante un año, y también en muchas de tus propias letras, he comprobado que posees un increíble sentido del humor y que obviamente también tienes cierto interés por la comedia británica, ¿qué es lo que te gusta del género?

BE: En realidad creo que el mejor producto que exportamos es la comedia. Creo que la comedia británica es realmente muy buena. Mucho mejor que el fútbol inglés, en realidad. Lo que me gusta es muy experimental. Realmente recoge ideas de todos lados. Si te fijas en “The Goon Show”, verás que era como dadaísmo en la radio. Puedo recordar a mi papá, cartero, quedándose completamente atrapado por el programa, y era casi tan experimental como todo lo que estaba ocurriendo en la cultura de aquella época... y entonces, Peter Cook y Dudley Moore, que son los dos personajes que Bowie y yo siempre deslizamos en nuestra conversación cuando nos vemos... [risas generales]

AM: Eso me evoca ciertas imágenes.

BE [Con la voz de Pete y Dud]: Solemos hablarnos el uno al otro así.... “bueno... ¿has compuesto algo últimamente?”... [risas generales]. Es cierto. De hecho, casi nunca conversamos con otra voz... [Más risas.] Así que la próxima vez que escuche “Heroes”... [Más risas] ... “Podríamos ser héroes, Dud... aunque fuese durante un sólo día.”

AM [También con la voz de Pete y Dud]: “Es curioso cómo el “ambiente” parece seguirte por toda la habitación...” [Más risas.]

BE: [risas]... ¡Ese es un buen final!

AM: Por favor, ¿podríamos conseguir otra ronda de aplausos para el notable... Brian Eno?

[Una ronda de aplausos]

Alan Moore entrevistó a Brian Eno.


El productor de la serie fue Jane Berthoud.


El productor fue Tilusha Ghelani.

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