Hijo de Stan: Los Años Terroríficos de Roy. "Son of Stan". El Editor Principal de Marvel charla sobre los títulos macabros de los Setenta. Entrevista realizada por Jon B. Cooke y trancrita por Brian K. Morris para Comic Book Artist nº 13. Traducida por Frog2000. Parte 1.
CBA: ¿Podría ser la única ocasión en la que Gene entintó sus propios dibujos en Marvel?
Roy: ¡No, hubo muchas más! Creo que posterioramente entintó parte de lo que se publicaba en blanco y negro. Por supuesto, en su primera etapa en la editorial también estuvo entintando sus propios lápices, pero no en la época de la que estamos hablando. Tampoco sé nada sobre el rumor de que en un principio era Bill Everett el que iba a ser el dibujante de Drácula. Pero si Gene lo afirma, seguramente sea cierto, porque tiene más motivos para acordarse que yo. De todas formas, Gene era mucho más fiable, porque aunque Bill había sido un gran dibujante de terror en los cincuenta, creo que a principios de los setenta sus lápices no tenían el mismo atractivo. Era un mercado diferente, y los lápices de Bill llamaban menos la atención.
CBA: ¿Fue idea tuya hacer La Tumba de Drácula?
Roy: No, fue de Stan. Nos animó para empezar la colección. Por supuesto, al principio Gil y yo queríamos presentar a Drácula en el Spider-man nº 101, pero Stan dijo que no quería un super-villano vampiro, así que nos inventamos a Morbius, que en realidad no era un vampiro.
CBA: ¿Tenía Stan otro plan para Drácula, quizá ofrecerle su propio título al personaje?
Roy: Es posible, pero era más una cuestión de que estaba buscando un nuevo personaje, y en ese momento no quería usar a Drácula. Pero aún así, lo de Drácula se nos ocurrió de forma natural. Y entonces se convirtió en todo un éxito y Stan quiso que empezáramos a hacer más cosas parecidas.
CBA: ¿Sabes por qué se terminó titulando La Tumba de Drácula, en lugar de simplemente "Drácula"?
Roy: Sospecho que tiene mucho que ver con "Crypt of Terror" y "Vault of Horror" de la EC. Además, es probable que Stan sospechase ligeramente que no podía apropiarse de los derechos de "Drácula" tan fácilmente. Porque es un personaje de dominio público. Pero de "La Tumba de Drácula" o "Dracula Lives!" sí que puedes detentar los derechos.
CBA: ¿Fue idea tuya el concepto que finalmente terminaría convirtiéndose en la serie "Werewolf by Night"?
CBA: ¿Fue idea tuya el concepto que finalmente terminaría convirtiéndose en la serie "Werewolf by Night"?
Roy: Tenía pensado hacer una serie titulada "I, Werewolf." Quería que estuviese narrada en primera persona, y además a Stan le encantaba la idea. Era una especie de combinación de Spider-Man con "I Was a Teenage Werewolf" [Yo fui un hombre lobo adolescente, 1957]. Mi esposa Jeanie y yo escribimos el argumento para el primer número un día que nos estábamos aburriendo en una exhibición de coches en el Columbus Center de Nueva York, aunque yo no quería seguir guionizando el material, así que se lo asigné a Gerry mientras yo me quedaba con La Tumba de Drácula y la primera historia del Hombre-Cosa, de la cuál hice el argumento a partir de unas cuántas sugerencias que me ofreció Stan. A Stan le gustó todo excepto el título: "I, Werewolf." Quería llamarlo "Werewolf by Night", y como a mí lo único que me preocupaba era la idea en sí pero no el título, me pareció bien. Estaba narrado en primera persona. Le dije a Gerry que lo hiciera como me habían dicho y terminó funcionando muy bien. Me parece que casi todo lo demás después de la aparición del primer número, la trama con el Darkhold y el resto, es de Gerry.
Roy: Se supone que esa serie iba a llamarse "Mark of Satan." Si La Tumba de Drácula había sido un gran éxito, ¡Satán lo sería mucho más! [Risas.] Un día Stan me dijo que fuese a verlo a su oficina, y me contó que quería hacer un título titulado "Mark of Satan", pero esta vez el héroe o el villano iba a ser el mismísimo Satán. Yo había asistido a una escuela parroquial luterana, y aunque no era religioso sabía que nos podía meter en problemas, ¿y quién los necesita? No me gustó demasiado la idea. Así que me fui a mi mesa y me lo pensé un poco, luego volví a entrar y le dije: "creo que si titulamos la serie como "Mark of Satan" nos meteremos en problemas, ¿por qué no la titulamos "Son of Satan"? Satán seguiría siendo el personaje, pero no el héroe protagonista." Es un concepto un poco diferente al de Drácula, porque allí los héroes son los humanos que luchan contra el vampiro. A Stan le encantó la idea, y poco más tarde me dí cuenta de que el nombre y el concepto básico se parecía al del fanzine de cómics de un amigo mío, Biljo White, ¡de principios de los sesenta! Por pura coincidencia, nuestra serie se terminó pareciendo un poco al personaje de Biljo, porque no creo que Herb Trimpe y Gary Friedrich, que eran los autores de la historia, lo hubiesen leído nunca, y tampoco creo que se lo hubiese descrito. La marca del pecho, el tridente y todo lo demás... creo que hacía que los dos fuesen bastante idénticos. Le expliqué a Biljo lo que había ocurrido y lo entendió perfectamente, pero fue muy extraño, porque si miras ese viejo fanzine, ¡casi parece el mismo personaje!
CBA: ¿Cómo pasó la serie de Ghost Rider [El Motorista Fantasma] de ser un western a un titulo de un personaje de terror?
Roy: Había ideado cierto personaje (bastante mediocre) que se llamaba "Stunt-Master" como villano de Daredevil. Tomé el nombre del Stuntman de Simon y Kirby, pero lo convertí en motorista. De todas formas, cuando Gary Friedrich empezó a guionizar Daredevil dijo: "en lugar de utilizar a "Stunt-Master" me gustaría que el villano fuese un extraño motorista llamado Ghost Rider." No me ofreció ninguna descripción, así que le dije: "Claro, Gary, pero me parece que hay algo que no funciona", y él me miro de forma rara, porque éramos viejos amigos desde que nos conocimos en Missouri por primera vez, y le dije: "creo que es una idea demasiado buena como para que sólo sea un villano de Daredevil. Deberíamos empezar de inmediato con su propia serie." El día que empezamos a diseñar el título, Gary no estaba, así que Mike Ploog (que iba a ser el dibujante) y yo lo hicimos. Se me ocurrió esa idea de la cabeza como un cráneo y que vistiese con algo así como un mono especial al estilo del que llevaba Elvis en 1968, y así sucesivamente, y Ploog le dibujó el fuego en la cabeza, simplemente porque pensaba que tenía buena pinta. A Gary le gustó, así que cogieron y empezaron con el título, y por supuesto, tuvimos que cambiar el Ghost Rider de la serie del Oeste y convertirlo en Night Rider, y luego en Phantom Rider, [risas], aunque Bill Black también tenía por ahí a su Haunted Horseman... ¡Ghost Rider ha tenido más nombres que esposos Elizabeth Taylor!
Roy: Estábamos intentando expandirnos, así que, ¿por qué no hacerlo? No creo que lo pensáramos demasiado, sólo creíamos que era un buen personaje y que debería aparecer en su propio cómic a color, así como también en blanco y negro. Después de todo era un personaje que provenía de Amazing Spider-Man.
CBA: ¿Qué otros personajes me he pasado por alto?
Roy: ¡The Living Mummy! Stan quería que la momia se convirtiese en un personaje de la editorial, pero no podíamos titularla con un sencillo "The Mummy," así que dimos con eso de "The Living Mummy." De todas formas hicimos que fuese un protagonista negro, muy inusual. No sé si fue idea de Steve Gerber o mía, o de quien fuese. Pero en esa etapa hacíamos tantas cosas que no prestábamos demasiada atención, lo único que queríamos era sacar más títulos. Cuando se hundían las ventas se cancelaba el título, y si salían a flote, la serie continuaba. También recuerdo al Golem, que estaba guionizado por Len Wein, y lo único que lo distinguía del resto era... (estaba bastante bien, pero no se vendía demasiado)... de acuerdo con Gerry Conway, y al revisar los datos de las ventas de 1976, en realidad vendió más que los primeros números de Strange Tales donde aparecía el Warlock de Jim Starlin, que salió a continuación de la serie de Golem, aunque por supuesto, Warlock ha batido más de un récord en los últimos años. Estábamos intentando hacer un poco de todo. Así que como ya teníamos a un hombre lobo, pensamos en "Man-Wolf". Sencillamente, Stan quería un personaje que se llamase "Man-Wolf". ¡Era como si Marvel estuviese intentando inundar todo el mercado! Si te pillas Drácula, también puedes pillarte Morbius. Si compras Werewolf, también te puedes hacer con Man-Wolf. Todavía no teníamos nada para Man-Wolf, y Gerry y John Romita intentaron dar con algo. Mi única contribución fue decirles: "Hey, ¡haced la serie con el hijo de J. Jonah Jameson! Es un astronauta que ha viajado al espacio y que se ha encontrado una piedra lunar, ¡y eso lo ha transformado en lobo!" Al igual que Morbius era un vampiro de ciencia ficción, también podíamos hacer que el Hombre Lobo fuese un concepto de ciencia ficción.
Roy: Una vieja compañía, Superior, había estado editando series con grandes títulos que ocupaban tres partes y media de la portada. Uno de ellos era Voodoo, y años atrás yo me inventé a un personaje más de tipo fantasmagórico que se llamaba Dr. Voodoo, también había diseñado ese gran logo donde se podía leer "Voodoo", y el "Dr." en la esquina (como el logo del Dr. Extraño que ayudé a diseñar posterioremente), un poco más pequeño. Le dije a Stan: "vamos a hacer un personaje relacionado con el Vudú que de alguna forma tenga lazos con Jamaica." Creo que al principio el protagonista no era negro (aunque casi que tenía que serlo) pero recuerdo que no pensé mucho en las características del personaje, excepto el nombre de Dr. Voodoo. A Stan no le gustaba, pero me dijo: "¡Es mejor Hermano Vudú!" Le contesté: "Está bien, será Hermano Vudú." [Risas.] Len hizo un buen trabajo con lo del acento jamaicano. Siempre me estaba tomando el pelo por ello, porque después, cuando se me ocurrió aquella vaga idea de la que surgió Lobezno, ¡le dije que quería ver cómo se iba a manejar con el acento canadiense! [Risas.] Se suponía que todo el mundo solía decir: "Eh" al final de cada frase, y también "¿qué hay...?" [Risas.]
CBA: Pero, ¿creías que en realidad Marvel estaba intentando inundar el mercado de títulos, o tenías constancia de que verdaderamente todas esas series se estaban vendiendo?
Roy: Bueno, ¡muchas lo hacían! Obviamente, las que no vendían no duraban demasiado. Si, saturamos el mercado, pero también hay que recordar que estábamos en una época determinada de la que también ha hablado Carmine alguna vez, y en su editorial, él estaba haciendo gestiones a un nivel superior al nuestro, así que de repente Marvel decidió editar un montón de series, y DC tuvo que ponerse a la par. Luego sufrimos una escasez de papel en el ´73, por lo que todo el mundo empezó a sacar menos títulos... Constantemente estábamos probando nuevas cosas, intentando conseguir una mayor cuota de mercado... era como la supervivencia de los más aptos. Ahí tenías dos empresas haciendo ese tipo de cómics en ese momento y compitiendo entre ellas. En realidad, Archie y Harvey no competían con nadie, y nadie más competía con Marvel, excepto Warren con sus revistas en blanco y negro. Creo que Marvel y DC eran un poco como dos luchadores atontados, sonados, [risas] que llevan en esto demasiado tiempo y que sólo están tirando puñetazos al aire, por lo que la pelea ya no tiene significado alguno. El público se ha marchado a casa. En realidad había poca audiencia. Muchas de las cosas que salieron en los setenta lo hicieron por el posicionamiento. Pero fuese porque el concepto que se le ocurría a alguien era bueno, o porque los creadores eran buenos ¡un montón de esas series estaban realmente bien! Muchos de los superhéroes originales que Stan había creado una década antes estaban recibiendo un nuevo e ingenioso tratamiento, y mientras tanto también tenías disponible cosas como "Maestro del Kung Fu", Conan, el Killraven de McGregor y Russell (que nunca se vendió demasiado bien, pero era un título interesante que llegaba hasta un público determinado), y La Tumba de Drácula de Marv, y varios títulos más que tenían su propio sabor y que creo que pueden aguantar perfectamente la comparación con las mejores series anteriores y posteriores. No sé si la ley de Sturgeon de que el 90% de todo es basura es cierta, pero en general, yo lo tengo claro, la mayoría de las cosas no eran demasiado buenas, pero si que había toda una maraña de títulos y un puñado de ellos eran bastante buenos. Por otro lado, creo que no tenían nada de malo. Muchos se vendieron razonablemente bien, aunque algunos se lanzaban al mercado y cuando no se vendían, simplemente dejábamos que se desplomasen y lo intentábamos con otra cosa.
CBA: Recuerdo que al menos te centraste personalmente en un título de terror. Escribiste una fiel adaptación de la novela de Bram Stoker en "Drácula Lives!"
Roy: Sí, quería hacerlo desde hacía tiempo, y a Dick Giordano le encantó la idea, así que continuamos durante un puñado de números. Finalmente la dejamos porque se canceló el título. Tenemos completadas cerca de cien páginas, en su mayoría distribuidas a lo largo de los números de "Dracula Lives!", supongo que el final aparecerá en algún otro sitio en algún momento. Llegamos a mitad de camino de la novela de Stoker. Dick y yo intentamos durante años reimprimir la primera parte y terminar nuestra adaptación, e incluso hace un par de años estuvimos hablando con Marvel y mostraron cierto interés, pero a partir de ese punto las cosas no se han movido mucho más. Es probable que la obra se hubiese convertido en la más fiel adaptación en cómic de Drácula. No sé si alguien querrá leer algo parecido. Me encantó trabajar en el Drácula de Bram Stoker (la adaptación al cine) que hice en la década de los noventa para Topps, pero en realidad no era el Drácula de Bram Stoker. Creo que la adaptación de Dick y mía es mucho más fiel y bonita y estoy muy orgulloso de haber trabajado en ella.
CBA: ¿Te lo pasaste bien trabajando con Dick?
Roy: Oh, sí. Para los parámetros de Marvel, Dick es un artista relativamente tranquilo, dibuja de forma más realista: en realidad no es un dibujante de acción, pero es un buen artista que hace que todo parezca real, y si el tema es el adecuado (y sin duda Drácula lo era) definitivamente su trabajo es brillante. Algunos de los títulos que encajan bien con su estilo, como Drácula o Jonni Thunder, también conocido como Thunderbolt, que Dann y yo hicimos con él, también me encantaron. A veces termina por surgir algo de su tablero de dibujo que muy pocas personas son capaces de conseguir.
CBA: ¿Hubo algún libro que te hubiese gustado convertir en material de terror? Alguna vez has comentado que nunca te ha interesado demasiado el terror, ¿no?
Roy: En cierta forma, ahora me gusta un poco más de lo que solía gustarme, como cuando hice la adaptación de Carmilla, aquella historia pre-Drácula de hace un año o algo así para el mercado español, me gustaría hacer más cosas parecidas. Pero a principios de los cincuenta, cuando tenía 10 o 12 años, tenía la sensación de que los cómics de terror me iban a producir pesadillas. Recuerdo haber visto lo que terminó siendo el primer número de Eerie (en el que la historia principal trataba sobre un tigre devorador de hombres, dibujada por Bob Fujitake) y también recuerdo una escena en particular de otro cómic de terror que trataba sobre un chaval a lo Huckleberry Finn que estaba caminando por la carretera en mitad de la noche y se encontraba con un vampiro, entonces éste empezaba a alimentarse con él y luego encontraban muerto al chico... no he vuelto a ver ese cómic en cincuenta años, ¡pero todavía me acuerdo! También recuerdo aquellas historias de la EC que me leía en las mismas estanterías durante unos segundos. Años más tarde, cuando conocí a Len Brown, que tenía una colección completa de la EC, le pregunté: "¿Qué pasaba en esa historia en la que ocurría esto, o ¿qué pasaba con esto otro?" y él me decía: "¿Te compraste ese número?" Y yo le contestaba: "No, los cogía de la estantería, los miraba, ¡y luego he recordado la historia para siempre!" [Risas.] ¡Me impresionaron un montón! Tengo un tío que tenía algunos de los títulos de ciencia ficción de la EC, pero incluso esos eran un poco demasiado terroríficos, hasta que sacaron Incredible Science Fiction. Pero en cuanto a las historias de terror que me hubiese gustado escribir, tampoco había demasiadas. Me encantó hacer la adaptación de Drácula, fue muy divertido, pero no tenía deseo alguno de hacer más historias de terror originales. No me hubiese importado hacer la adaptación de Frankenstein o de uno de los grandes cuentos clásicos, pero luego pensaba: "Eh, ya tienes suficiente con todo lo demás, no necesitas añadir más leña al fuego."
(Continuará)
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