lunes, 7 de septiembre de 2015

FU MANCHÚ E HIJO, INC. (PARTE 1 de 4)

Fu Manchú e Hijo, Inc. Artículo de Lou Mougin para Amazing Heroes nº 12 (1982). Traducido por Frog2000.

Sax Rohmer surgió de la oscuridad de repente. Su esposa y su mejor amigo lo habían estado buscando por todos los recovecos de Limehouse Street, donde chinos honestos y otros que no lo eran tanto se tropezaban unos con otros y se daban codazos mientras bebían sus copas. Ignoraban lo que le había ocurrido. Rohmer se sentó en el sofá y masculló, "he visto... ¡al Doctor Fu Manchú!"

Había seguido el consejo de un amigo que conocía bien el bajo mundo de la ciudad. Se había marchado para posar sus ojos sobre el señor King, el jefazo del crimen de Chinatown de la época, y lo que había visto se terminó convirtiendo en la siguiente clásica descripción:

"Imagínate a una persona alta, algo escorada hacia un lado y con porte felino, de anchas espaldas, con unas cejas como las de Shakespeare y una cara como la de Satanás, un cráneo afeitado casi por completo, y unos amplios y magnéticos ojos verdes que parecen verdaderamente gatunos. Revístelo con toda la cruel astucia de la raza oriental e increméntalo con un gigantesco intelecto y con la sabiduría de todas las disciplinas de la ciencia del pasado y del presente, con todos los recursos, si quieres, de un Gobierno adinerado del que, sin embargo, se desconoce por completo su existencia. Imagina a este ser terrible y tendrás una imagen mental del Doctor Fu Manchú, el peligro amarillo encarnado en un solo hombre."

Dieciséis años más tarde, el narrador, Denis Nayland Smith, revelaría la verdadera naturaleza de Fu Manchú a su desprevenido hijo al enrollar la pernera de su pantalón. De rodilla para abajo la pierna era una masa de huesos rotos y recompuestos y de carne distorsionada, y un pie de madera que se había añadido al muñón que terminaba justo en el tobillo. La cara de Shang-Chi se retorció en una mueca de horrible sorpresa. "¿Mi padre hizo esto? ¿Mi propio padre!?"

Esta es una de las escenas por antonomasia de la historia de Fu Manchú, el villano arquetípico y extraordinario, y de su hijo, Shang-Chi, el Maestro del Kung Fu. Juntos engendraron una saga aventurera que ha durado cerca de setenta años y que comenzó en las páginas de Colliers en 1911, y que aún continúa en los cómics de la Marvel. Por supuesto, Fu se encuentra en el mismo Valhalla de popularidad que Sherlock Holmes, Tarzán o Conan, pero a algunos personajes les va mucho mejor en las adaptaciones para otros medios y sirven como un barómetro preciso de cómo era la cultura popular en un momento determinado, tal y como ocurre con las muchas encarnaciones del Diabólico Doctor.
LOS ORÍGENES DE FU MANCHÚ

Para empezar, Sax Rohmer se llamaba realmente Arthur Sarsfield Ward, y su apellido variaba entre Warde o Wade. Nacido en 1883 y de linaje irlandés, Ward es un fascinante personaje por derecho propio. Fue estudiante de egiptología, ocultismo e hipnotismo. Una vez llevó al guardián de una sucursal bancaria hasta la histeria después de hipnotizarlo y hacer que aferrase un bolígrafo tan fuertemente que no fue capaz de abrir la mano, y aunque Ward rompió el trance cuando el hombre se calmó, el pobre guardia fue despedido de su trabajo de forma inmediata.

Sus ocupaciones incluían su trabajo como periodista para el Fleet Journal y como escritor de gags para el comediante Little Tich hasta que sus encuentros con el secreto populacho criminal oriental de Londres le hicieron entrar en contacto con el "King", escribiendo a continuación la historia "The Zayat Kiss", más tarde retitulada como "The Insidious Dr. Fu Manchu". A la mayor parte de la población anglosajona le resultaba desconocida la cantidad de chinos con escasos recursos que vivían en Europa y Estados Unidos, y las sociedades Tong tampoco es que informasen mucho del asunto. La historia de un hombre inescrutable y misterioso que gobernaba un ejército de despiadados agentes criminales, mujeres seductoras y funcionarios corruptos, y que estaba armado con plantas venenosas y nuevas razas de mortales insectos, golpeó al público lector de pulp como una bomba. El desafortunado terror ante el “peligro amarillo” se extendió de la noche a la mañana y no se acalló hasta mucho después de la Segunda Guerra Mundial, aunque resurgiera y se reforzase por el moderno temor al comunismo chino. Las imitaciones proliferaron por todas partes: Doctor Yen Sin, el Misterioso Wu Fang, los Garra Amarilla y el Mandarín de la propia Marvel. Incluso hasta cierto punto, el Dr. No de Ian Fleming se podría haber inspirado en Fu Manchú, cuyas últimas aventuras coincidieron con las primeras hazañas de James Bond durante cerca de seis años. Gracias a la consciencia racial, Fu Manchú es prácticamente el único superviviente del género del “peligro amarillo” en la actualidad, aunque Marvel siempre se esfuerza en mostrar orientales "bondadosos" y occidentales "malvados" en las páginas de la serie de Shang-Chi.
El trasfondo de Fu Manchú nunca se ha explicado por completo. Su propio nombre es una composición de dos apellidos chinos. Sabemos que tiene cerca de cien años y que se mantiene con vida gracias a que toma repetidamente su “elixir de la vida”, el cuál le restaura su juventud. Sin el mismo se marchitaría y moriría en cuestión de días. Sabemos que estudió en la Sorbona y en varias Universidades europeas más, alcanzando los más altos honores en Medicina. Sabemos que es el maestro de “todas las ciencias, tanto las conocidas como las desconocidas”, un hombre que casi es un genio en el campo de la biología y de la física, y que aprendió virtualmente cada lenguaje existente y muchos de los desaparecidos. Los Si-Fan, el ejército secreto de Agentes Orientales dedicados a ganar poder a nivel mundial, posiblemente sean más antiguos que el Budismo Tibetano, y la eterna némesis de Fu Manchú, Nayland Smith, estima que ese ejército está integrado por “unas cuatro” de las razas orientales, además de por muchos europeos y algunos miembros de otras razas. Fu Manchú comenzó su carrera como un simple agente de la Orden, pero se las arregló para instaurarse como el gobernante absoluto de los Si-Fan mediante un ardid en el que participó su propia hija en “La Mano de Fu Manchú”, la tercera novela de la saga. Fah Lo Suee, su primogénita, es hija suya y de una mujer rusa, y estaba destinada a ser el títere “biológicamente perfecto” que cumpliría sus propósitos. En su lugar, la bella y hambrienta de poder Fah casi le usurpa el control de los Si-Fan en “La hija del Dr. Fu Manchu” antes de que su herido padre la pusiera en su lugar con el comentario de “¡De rodillas, ladronzuela, yo soy quien va a prevalecer aquí!”
Leerse los catorce libros de la saga escritos por Rohmer es como asistir a un medidor de la cultura pop desde los tiempos anteriores a la Primera Guerra Mundial hasta el año 1959, el año del fallecimiento del escritor. Comenzamos con Denis Nayland Smith, el oficial de la Reina que se encuentra con Fu Manchú por primera vez en Burma, con 29 años, y lo rastrea hasta el Londres de 1911. El Dr. Petri, el “Watson” de Smith, narrará apropiadamente las primeras novelas en primera persona con la misma prosa victoriana de la que hacía gala Arthur Conan Doyle. Según avanza la serie a lo largo de los veinte y los treinta, harán aparición otros narradores, Bart Kerrigan y Shan Greville, y la prosa se convertirá en algo más somero y modernista. Fu Manchú, como Drácula, siempre aparece entre bastidores, mientras el foco se centra en los héroes que combaten sus planes con subterfugios desesperados, tan sólo vemos un eco del Diabólico Doctor en escasas ocasiones, y nunca estamos al tanto de sus pensamientos. Durante los treinta y los cuarenta, algunos clones de figuras históricas como Adolf Hitler, el Padre Coughlin, Mussolini y William Randolph Hearst se revelan como peones de Fu Manchú. Incluso llega a “asesinar” a Hitler por desobedecer una orden suya, pero el dictador será reemplazado por un doble de forma inmediata. Varias de las novelas de la etapa intermedia están narradas en tercera persona. Más tarde, después de un lapso de varios años, la Sombra de Fu Manchú, de 1948, se convertirá en un thriller en prosa de misterio escrito de forma modernista, y nunca volveremos a toparnos con un narrador en primera o tercera persona. Después de dejar de lado la saga durante años, Rohmer comenzó un revival a finales de los cincuenta con los thrillers “El regreso de Fu Manchú” y “Emperador Fu Manchú”, en donde las tramas trataban sobre los complots que el azote oriental llevaba a cabo para liberar a China del dominio comunista mientras al mismo tiempo intentaba gobernar Occidente. Pero Rohmer, que escribió cerca de otras treinta novelas, murió en el mismo año en el que se editó su última novela de Fu Manchú, y ningún novelista volvió a recoger las riendas de su creación y la continuó con otra secuela. Naturalmente, la popularidad de Fu Manchú se extendió gracias a otros medios. El propio Rohmer guionizó una serie para la radio, y Boris Karloff, Christopher Lee y otros actores interpretaron a Fu Manchú en películas y seriales entre los treinta y los sesenta. (El último de los vástagos fue “The Fiendish Plot of Dr. Fu Manchu” que era una débil comedia en la que participaba Peter Sellers interpretando tanto a Nayland Smith como a un Fu Manchú satírico que terminaba cantando una canción de rock con una banda de acompañamiento compuesta por Si-Fans.) Las películas incorporaron el mostacho del personaje: en las novelas e ilustraciones originales aparecía completamente afeitado, pero la larga mata encerada de su cara parecía tan apropiada que se convirtió en un elemento de rigor en cualquier retrato visual sucesivo.
FU MANCHÚ EN LOS CÓMICS

Por supuesto, Fu Manchú también llegó a los cómics. La primera adaptación fue para la tira de un periódico dibujada por antiguos historietistas de deportes como Leo O´Mealia, del estudio de Harry “A” Chesler, a principios de los treinta. Estaba realizada en plan “texto ilustrado”, con la prosa de Rohmer de “Insidious Dr. Fu Manchu” en estilo “Roman” justo debajo de cada estática ilustración haciendo las labores de complemento. En la serie, Fu Manchú era grotesco, jorobado, con colmillos, una monstruosidad de cabeza de mono, absolutamente alejado de cualquier descripción anterior como una pulcra y bella personalidad de una cobra. La tira de O´Mealia se reeditaría en los Wow Comics 1 a 4 de David McKay en 1936, y luego, cuando se trasladó a NationalFu Manchú hizo aparición en Detective Comics 1 a 27 en la única reedición de la tira que adaptaba el libro. El propio Fu protagonizaba la portada del primer Detective con un dibujo de Win Mortimer que lo retrataba sin ojos y con mostacho, aunque de una forma más agradable que en la anterior versión de O´Mealia. Las siguientes portadas de Fu Manchú, donde aparecía dibujado incluso mejor aún, describían misteriosas escenas en un laboratorio en los números 8 y 18. En la actualidad, el único ejemplar disponible del Fu Manchú de O´Mealia que se puede encontrar está en la reedición del Detective 27 titulada "Famous First Edition", editada por DC en 1974, aunque en aquel entonces la tira del personaje fuese la estrella del título.

(Continuará)  

No hay comentarios:

NUEVA YORK EN EL DAREDEVIL DE FRANK MILLER

"Investigué mucho para hacer un buen trabajo. Si me pedían que dibujara una cascada, iba hasta una y la dibujaba. Esto es algo que a...