martes, 29 de septiembre de 2015

FU MANCHÚ E HIJO, INC. (PARTE 4 de 4)

Fu Manchú e Hijo, Inc. Artículo de Lou Mougin para Amazing Heroes nº 12 (1982). Traducido por Frog2000. Parte 1parte 2, parte 3.

JUEGOS DE ENGAÑO Y MUERTE

Shang-Chi regresó a Londres, y reaccionó con su característica postura de disgusto contra Smith, el MI-6 y "el juego tan sucio como los tipos malos que solían llevar a cabo". (El otro cliché habitual de MoKF era la frase "Juegos de Engaño y Muerte". Y ahora ya los conoces todos.) Tal y como ocurría, Black Jack y él tuvieron que rescatar a Leiko de las garras de los villanos. Luego se presentaba otro personaje clásico, uno que terminó quedándose durante diez números. Su nombre era James Larner, un experto en demoliciones y antiguo agente del MI-6, que estaba dibujado como si fuese la copia de una fotografía de Marlon Brando. Odiaba a Denis Neyland Smith y al MI-6 con una pasión enfermiza desde que su amor había sido asesinada en una misión junto a Leiko, mientras que a continuación, accidentalmente perdía a la propia Leiko en una misión de recogida. "Y ese es el motivo de que yo sea un traidor -alguien con el que no te puedes arriesgar- un agente que perdió el coraje, que no fue capaz de respaldar a su compañera. Incluso Smith me dijo una vez que le gustaría que Leiko aceptase esa verdad. Que yo la odiaba por lo que le había ocurrido a Jennie. Pero Smith es un viejo estúpido lleno de..." Así era él. Black Jack le tapaba a Larner la boca. Smith lo quería de vuelta, y así eran las cosas.

Bueno, casi lo eran. Clive Reston se dejaba caer por el apartamento de Larner, borracho y también obsesionado con Leiko, pero por motivos diferentes. Dicha encantadora escena era interrumpida cuando la habitación quedaba destruida por culpa de una granada. Los héroes sobrevivían, y todos, Larner incluido, se hacían cargo de un escuadrón de limpieza de hombres enmascarados. "Esa no me parece la obra de un traidor... o de un cobarde", le comentaba Black Jack. La historia empezaba a tomar la bonita forma de una vieja película de guerra.

Los números que discurrían entre el 40 y el 44 eran sencillas escenas preparatorias para el climático combate contra Fu Manchú que se celebraría en el número 50, el último de Gulacy. Shock-Wave, el sobrino experto en artes marciales electrificado de Denis Nayland Smith, aparecía durante dos números. Luego Fah Lo Suee reaparecía, completando el elenco con una fuerza de choque de Si-Fan renegados, e intentaba atrapar a Shang, Black Jack, Reston y compañía. Mientras tanto, Petrie, que después de todo no había matado a Shang-Chi, era abducido e hipnotizado por Fu Manchú para acuchillar a Smith casi hasta la muerte. Al mismo tiempo, Leiko estaba intentando librar del peligro a Ducharme (que era la concubina de Fu Manchú, pero que supuestamente quería abandonarlo, aunque al final fuese otra de las tretas de Fu Manchú), y también aparecía Hubert Griswold (que secretamente colaboraba con Fah Lo Suee). Luego teníamos a Shaka Kharn, un ancestro de Fu Manchú que llevaba largo tiempo fallecido y que era revivido con el Elixir Vital para pelear contra Shang-ChiFu Manchú, tal y como se sabría después, estaba ideando en secreto sacar a la luna de su órbita desde su cuartel personal lleno de Si-Fans en los Alpes, ¡con la esperanza de que la mayoría de la población superviviente fuese de China!  
¿No suena un poco como una comedia? No lo es. James Larner tenía que volar la guarida montañesa de Fu Manchú. Leiko Wu se lanzaba esquiando cuesta abajo, perseguida por matones armados de los Si-Fan. Todo lo que tenía que hacer era retrasar la explosión de la montaña sin que la alcanzasen los disparos, aunque Larner titubease un poco a la hora de hacer su parte. Pero de todas formas la hizo. Aunque no hubo demasiada suerte. El cable se cortó entre el detonador y el explosivo. Larner rodó hasta el cable cortado y cogió ambos extremos con las manos, pero recibió algunos disparos en la espalda. Cayó, agarró su arma y cortó los dos extremos. Luego los juntó y la montaña explotó. Y James Larner murió. Leiko chilló con disgusto ante esa visión.

La explosión de la montaña fue bastante negativa, porque Fu Manchú se encontraba dentro de una cápsula espacial lanzada hacia el espacio y llevaba a bordo su bomba desestabilizadora de la luna. Pero dentro también estaban Shara Kharn, que había mordido el polvo peleando con Shang-Chi, y por supuesto, Shang y Reston. Shang-Chi todavía no era capaz de matar a su padre, incluso aunque enarbolase la pistola que un herido Reston le había depositado en la mano. Mientras Fu Manchú se preparaba para detonar su ingenio, Shang disparó -"¡automáticamente, de forma inconsciente!"- Fu Manchú, herido en la espalda, tiró de la fatídica palanca. Pero Shang-Chi ya la había saboteado minutos antes. El disparo se convertía así en un acto justiciero, en lugar de ser un acto de prevención. "¡Has acabado con mi último sueño y destruido la última esperanza de la Tierra!" farfullaba Fu Manchú mientras abandonaba la sala al descorrer una pared y separando una de las secciones de la nave, que se convertía en un transbordador, y Fu Manchú se zambullía en ella hacia el vacío. Shang-Chi dijo unas últimas palabras: "Quizá mi padre estuviese... en lo cierto."
SHANG-CHI DESPUÉS DE GULACY

Gulacy dejó la serie excepto por alguna de las portadas que dibujó de forma ocasional. Tras su último número se volcó en la ilustración comercial y en proyectos como Sabre e historias para la Warren junto a Moench o Don McGregor. Ningún dibujante sería capaz de igualarlo, ni antes ni después. Jim Craig lo reemplazó, y probó ser bastante inadecuado para el trabajo con, en ocasiones, un entintado de novato, aunque pusiera todo su esfuerzo en el empeño. Su primer número, el 51, mostraba a todo el elenco protagonista abandonando a Smith y al MI-6. Luego la serie se debatía sin saber qué hacer durante un par de números, con un número de flashback y una reedición, y finalmente volvía a encarrilarse en el número 54. Al MI-6 no le gustaba demasiado la huida de sus agentes, y se lo hizo saber enviando en pos suyo a War-yore, un maníaco historiador-asesino vestido con trajes de época. Fue despachado en el 58. Jim Craig continuó hasta el número 66, aunque era suplantado constantemente por Mike Zeck, que empezó en la saga en dos partes de los números 59 y 60. (Otra historia “críptica” con Shang-Chi contra el Doctor Muerte, una repetición de un relato de Shield y Garra Amarrilla de Steranko de 1967.) Zeck, un antiguo dibujante aficionado, empezó su estancia con un largo y envolvente argumento que recuperaba a El Gato, a Juliette y a Pavane, presentando además a Kogar y Skull-Crusher. Empezó con sencillos pero efectivos dibujos, y pronto evolucionó hasta un punto en el que se convirtió en un digno sustituto de Gulacy, lejos de ser un imitador suyo.

Mientras tanto, Shang-Chi y Leiko se enamoraban profundamente, Shockwave y Fah Lo Suee reaparecían, un nuevo villano llamado Zaran ponía en marcha su carrera en la serie, Denis Nayland Smith se unía a la pandilla, y el MI-6 empezaba a perseguir en serio a los protagonistas, aunque otra facción respaldada por Fah Lo Suee quería la paz.

Y cuando Mike Zeck se estaba empezando a volver realmente bueno, Fu Manchú regresó a la serie. “Ciertamente, no creo que ninguno de los que estamos en esta habitación se creyese seriamente que Fu Manchú había muerto”, decía Smith, y con esto se resumía todo. Lyman Leeks, un viejo compinche regordete y amable de Smith, aparecía para unirse al grupo, presentándose en “Warriors of the Golden Dawn”, el nuevo serial donde aparecía Fu Manchú. Se iniciaba con una salvaje persecución de coches contra el Culto del Leopardo, un ramal de miembros de los Si-Fan armados con garras, y con la aparición de Karamaneh, la largamente perdida esposa de Petrie, que no había vuelto a ver a su marido porque seguía siendo joven y guapa mientras que él era un anciano. (Pero eso no explicaba dónde se encontraba su hija, Fleurette. ¡Y todavía quiero saber qué había ocurrido con la mujer de Tony McKay!)
Tal y como contó, había guiado su nave hasta un vehemente punto de encuentro en América del Sur, donde condujo a sus guerreros de la Golden Dawn hacia este nuevo argumento. El primer número, el 83, incluía numerosas referencias sobre “la ilustración e iluminación”, el ojo-en-la-pirámide y el número 23. Era la forma que tenía Doug Moench de saludar a la trilogía de los Illuminati. Wilson también la saludaba con una frase en “Schrodinger´s Cat III”: “Chi-Ken, un rufián medio japonés y medio chino, había trabajado al principio con el abominable Fu Manchú…” 
     
La serie proseguía con una portada hilarante, donde Shang-Chi y Black Jack Tarr se encontraban atrapados en medio de un río lleno de cocodrilos, mientras Tarr cloqueaba “¡en menudo lío en el que me has metido de nuevo, Chino!”, y seguía con los héroes invadiendo la guarida de Fu Manchú, descubriendo a unos Oficiales que habían sido raptados y que estaban controlados por implantes cerebrales en una escena sacada de la película Casino Royale. Los Si-Fan al completo en uno de los extremos, en el otro nuestros chicos y chicas: Shang-Chi, Reston, Leiko, Smith, Petrie, Black Jack, Leeks, Fah Lo Suee y ZaranFu Manchú nunca tuvo ni una oportunidad. Esta saga le facilitó a Mike Zeck dibujar la aparición de Humphrey Bogart como Richard, un propietario de un café en Casablanca… digamos que parecía bastante familiar. Al final, Smith y Black Jack desactivaban una bomba nuclear colocada en Nueva York, y Shang-Chi de nuevo se enfrentaba a su padre encima de un deslizador, golpeándolo en la cara por primera vez. Fu Manchú caía y abría la boca por la sorpresa. Shang-Chi empezaba a hacer pedazos los controles, consiguiendo que la nave se prendiera fuego por encima del Puerto de Nueva York. “Escúchame, hijo”, balbuceaba el villano, “¡nos matarás a los dos!”

“No, padre. Tan sólo mataré a una de las fuerzas de la maldad y la muerte. Tan solo… te mataré a ti”. Y tal y como había dicho, Shang-Chi escapaba de la nave segundos antes de que explotara.
Fu Manchú había sido detenido. Y dos años después sigue sin volver. Démosle tiempo. Que te asesinen es muy difícil, y si no que se lo digan al Doctor Muerte o a Cráneo Rojo.

Desde entonces, con la ausencia de un villano maestro alrededor del que poder construir una épica historia, Maestro de Kung Fu ha presentado historias de uno, dos y tres números de extensión. Sin embargo, en cada capítulo se continúa profundizando en la saga de cada personaje. También han aparecido nuevos rostros como los de Rufus Super Midnight Carter y Dark Angel. El Gato y Carlton Velcro han regresado a la serie. Mike Zeck ha sido reemplazado por Gene Day en el número 101, y la colección ha perdido algo de movimiento, pero ha ganado unos dibujos ornamentales. El grupo protagonista continúa como una unidad de guardaespaldas y detectives free-lance, con un estilo similar al de Luke Cage y Puño de Hierro. La vida sigue.

¿Qué más se puede decir? En cuanto a los guiones, Maestro de Kung Fu sigue siendo la mejor serie de continuará de Marvel, única en su estilo que ha sobrevivido. El equipo creativo de Conan ha cambiado de manos y Drácula ha sido replanteada. Moench continúa siendo el maestro de Master, y con él asiendo las riendas firmemente, tenemos asegurada la calidad y longevidad de la serie.

Quizá ese sea el motivo de que ni el padre ni el hijo hayan acabado con el otro durante estos diez años de combates. Tiene que haber un yin y tiene que existir un yang, y uno debe existir en constante oposición al otro, ninguno puede matar al contrario.

Y si lo hace, el otro tendrá que esforzarse para volver a la vida.   

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