Fu Manchú e Hijo, Inc. Artículo de Lou Mougin para Amazing Heroes nº 12 (1982). Traducido por Frog2000. Parte 1, parte 2, parte 3.
JUEGOS DE ENGAÑO Y MUERTE
Shang-Chi regresó a Londres, y reaccionó con su característica postura de
disgusto contra Smith, el MI-6 y "el juego tan sucio como los tipos malos
que solían llevar a cabo". (El otro cliché habitual de MoKF era la frase
"Juegos de Engaño y Muerte". Y ahora ya los conoces todos.) Tal y como
ocurría, Black Jack y él tuvieron que rescatar a Leiko de las garras
de los villanos. Luego se presentaba otro personaje clásico, uno que terminó
quedándose durante diez números. Su nombre era James Larner, un experto en demoliciones
y antiguo agente del MI-6, que estaba dibujado como si fuese la copia de una fotografía
de Marlon Brando. Odiaba a Denis Neyland Smith y al MI-6 con una pasión
enfermiza desde que su amor había sido asesinada en una misión junto a Leiko, mientras que a continuación, accidentalmente perdía a la propia Leiko en una misión de recogida.
"Y ese es el motivo de que yo sea un traidor -alguien con el que no te puedes arriesgar- un agente
que perdió el coraje, que no fue capaz de respaldar a su compañera. Incluso
Smith me dijo una vez que le gustaría que Leiko aceptase esa verdad. Que yo la odiaba por lo que le había ocurrido a Jennie. Pero Smith es un viejo estúpido lleno de..."
Así era él. Black Jack le tapaba a Larner la boca. Smith
lo quería de vuelta, y así eran las cosas.
Bueno, casi lo eran. Clive Reston se dejaba caer por el apartamento de
Larner, borracho y también obsesionado con Leiko, pero por motivos diferentes.
Dicha encantadora escena era interrumpida cuando la habitación quedaba destruida
por culpa de una granada. Los héroes sobrevivían, y todos, Larner incluido, se
hacían cargo de un escuadrón de limpieza de hombres enmascarados. "Esa no
me parece la obra de un traidor... o de un cobarde", le comentaba Black Jack. La
historia empezaba a tomar la bonita forma de una vieja película
de guerra.
Los números que discurrían entre el 40 y el 44 eran sencillas escenas preparatorias para el climático combate contra Fu Manchú que se celebraría en el número
50, el último de Gulacy. Shock-Wave, el sobrino experto en artes marciales
electrificado de Denis Nayland Smith, aparecía durante dos números. Luego Fah
Lo Suee reaparecía, completando el elenco con una fuerza de choque de Si-Fan
renegados, e intentaba atrapar a Shang, Black Jack, Reston y compañía. Mientras
tanto, Petrie, que después de todo no había matado a Shang-Chi, era abducido e
hipnotizado por Fu Manchú para acuchillar a Smith casi hasta la muerte. Al mismo
tiempo, Leiko estaba intentando librar del peligro a Ducharme (que era la
concubina de Fu Manchú, pero que supuestamente quería abandonarlo, aunque al final fuese otra de las tretas de Fu Manchú), y también aparecía Hubert Griswold
(que secretamente colaboraba con Fah Lo Suee). Luego teníamos a Shaka Kharn, un
ancestro de Fu Manchú que llevaba largo tiempo fallecido y que era revivido con
el Elixir Vital para pelear contra Shang-Chi. Fu Manchú, tal y como se sabría
después, estaba ideando en secreto sacar a la luna de su órbita desde su
cuartel personal lleno de Si-Fans en los Alpes, ¡con la esperanza de que la mayoría
de la población superviviente fuese de China!
¿No suena un poco como una comedia? No lo es. James Larner tenía que volar la
guarida montañesa de Fu Manchú. Leiko Wu se lanzaba esquiando cuesta abajo,
perseguida por matones armados de los Si-Fan. Todo lo que tenía que hacer era
retrasar la explosión de la montaña sin que la alcanzasen los disparos, aunque
Larner titubease un poco a la hora de hacer su parte. Pero de todas formas la hizo. Aunque no hubo demasiada suerte.
El cable se cortó entre el detonador y el explosivo. Larner rodó hasta el cable
cortado y cogió ambos extremos con las manos, pero recibió algunos disparos en la
espalda. Cayó, agarró su arma y cortó los dos extremos. Luego los juntó y la
montaña explotó. Y James Larner murió. Leiko chilló con disgusto ante esa visión.
La explosión de la montaña fue bastante negativa, porque Fu Manchú se encontraba dentro de una cápsula espacial lanzada hacia el espacio y llevaba a bordo su
bomba desestabilizadora de la luna. Pero dentro también estaban Shara
Kharn, que había mordido el polvo peleando con Shang-Chi, y por supuesto, Shang y Reston. Shang-Chi todavía no era capaz de matar a su
padre, incluso aunque enarbolase la pistola que un herido Reston le había
depositado en la mano. Mientras Fu Manchú se preparaba para detonar su ingenio,
Shang disparó -"¡automáticamente, de forma inconsciente!"- Fu Manchú,
herido en la espalda, tiró de la fatídica palanca. Pero Shang-Chi ya la había
saboteado minutos antes. El disparo se convertía así en un acto
justiciero, en lugar de ser un acto de prevención. "¡Has acabado con mi último
sueño y destruido la última esperanza de la Tierra!" farfullaba Fu Manchú mientras abandonaba la sala al descorrer una pared y separando una de
las secciones de la nave, que se convertía en un transbordador, y Fu Manchú se zambullía en ella hacia el
vacío. Shang-Chi dijo unas últimas palabras: "Quizá mi padre estuviese...
en lo cierto."
SHANG-CHI DESPUÉS DE GULACY
Gulacy dejó la serie excepto por alguna de las portadas que dibujó de
forma ocasional. Tras su último número se volcó en la ilustración
comercial y en proyectos como Sabre e historias para la Warren junto a Moench o
Don McGregor. Ningún dibujante sería capaz de igualarlo, ni antes ni después. Jim Craig
lo reemplazó, y probó ser bastante inadecuado para el trabajo con, en
ocasiones, un entintado de novato, aunque pusiera todo su esfuerzo en el empeño. Su primer
número, el 51, mostraba a todo el elenco protagonista abandonando a Smith y al
MI-6. Luego la serie se debatía sin saber qué hacer durante un par de números,
con un número de flashback y una reedición, y finalmente volvía a encarrilarse en el número 54. Al MI-6 no le gustaba demasiado la huida de sus agentes, y se lo
hizo saber enviando en pos suyo a War-yore, un maníaco historiador-asesino
vestido con trajes de época. Fue despachado en el 58. Jim Craig continuó hasta
el número 66, aunque era suplantado constantemente por Mike Zeck, que empezó en la saga en dos partes de los números 59 y 60. (Otra historia “críptica”
con Shang-Chi contra el Doctor Muerte, una repetición de un relato de Shield y
Garra Amarrilla de Steranko de 1967.) Zeck, un antiguo dibujante
aficionado, empezó su estancia con un largo y envolvente argumento que
recuperaba a El Gato, a Juliette y a Pavane, presentando además a Kogar y Skull-Crusher. Empezó con sencillos pero efectivos dibujos, y pronto evolucionó
hasta un punto en el que se convirtió en un digno sustituto de Gulacy, lejos de
ser un imitador suyo.
Mientras tanto, Shang-Chi y Leiko se enamoraban profundamente, Shockwave
y Fah Lo Suee reaparecían, un nuevo villano llamado Zaran ponía en marcha su
carrera en la serie, Denis Nayland Smith se unía a la pandilla, y el MI-6
empezaba a perseguir en serio a los protagonistas, aunque otra facción
respaldada por Fah Lo Suee quería la paz.
Y cuando Mike Zeck se estaba empezando a volver realmente bueno, Fu Manchú regresó
a la serie. “Ciertamente, no creo que ninguno de los que estamos en esta
habitación se creyese seriamente que Fu Manchú había muerto”, decía Smith, y
con esto se resumía todo. Lyman Leeks, un viejo compinche regordete
y amable de Smith, aparecía para unirse al grupo, presentándose en “Warriors of
the Golden Dawn”, el nuevo serial donde aparecía Fu Manchú. Se iniciaba con una salvaje
persecución de coches contra el Culto del Leopardo, un ramal de miembros de los
Si-Fan armados con garras, y con la aparición de Karamaneh, la largamente
perdida esposa de Petrie, que no había vuelto a ver a su marido porque seguía siendo joven y guapa mientras que él era un anciano. (Pero eso no
explicaba dónde se encontraba su hija, Fleurette. ¡Y todavía quiero saber
qué había ocurrido con la mujer de Tony McKay!)
Tal y como contó, Fú había guiado su nave hasta un vehemente punto de encuentro en América del Sur, donde condujo
a sus guerreros de la Golden Dawn hacia este nuevo argumento. El primer número,
el 83, incluía numerosas referencias sobre “la ilustración e iluminación”, el
ojo-en-la-pirámide y el número 23. Era la forma que tenía Doug Moench de
saludar a la trilogía de los Illuminati. Wilson también la saludaba con una
frase en “Schrodinger´s Cat III”: “Chi-Ken, un rufián medio japonés y medio
chino, había trabajado al principio con el abominable Fu Manchú…”
La serie proseguía con una portada hilarante, donde Shang-Chi y
Black Jack Tarr se encontraban atrapados en medio de un río lleno de cocodrilos, mientras Tarr
cloqueaba “¡en menudo lío en el que me has metido de nuevo, Chino!”, y seguía con
los héroes invadiendo la guarida de Fu Manchú, descubriendo a unos Oficiales que
habían sido raptados y que estaban controlados por implantes cerebrales en una
escena sacada de la película Casino Royale. Los Si-Fan al completo en uno de los extremos, en el otro nuestros chicos y chicas: Shang-Chi, Reston,
Leiko, Smith, Petrie, Black Jack, Leeks, Fah Lo Suee y Zaran. Fu Manchú nunca
tuvo ni una oportunidad. Esta saga le facilitó a Mike Zeck dibujar la aparición de Humphrey Bogart como Richard, un propietario de un café en
Casablanca… digamos que parecía bastante familiar. Al final, Smith y Black Jack
desactivaban una bomba nuclear colocada en Nueva York, y Shang-Chi de nuevo se
enfrentaba a su padre encima de un deslizador, golpeándolo en la cara por primera vez. Fu Manchú caía y abría la boca por la sorpresa. Shang-Chi empezaba a hacer pedazos los controles, consiguiendo que la nave se prendiera fuego por encima
del Puerto de Nueva York. “Escúchame, hijo”, balbuceaba el villano, “¡nos
matarás a los dos!”
“No, padre. Tan sólo mataré a una de las fuerzas de la
maldad y la muerte. Tan solo… te mataré a ti”. Y tal y como había dicho,
Shang-Chi escapaba de la nave segundos antes de que explotara.
Fu Manchú había sido detenido. Y dos años después sigue sin volver. Démosle tiempo. Que te asesinen es muy difícil, y si no que se lo digan
al Doctor Muerte o a Cráneo Rojo.
Desde entonces, con la ausencia de un villano maestro
alrededor del que poder construir una épica historia, Maestro de Kung Fu ha
presentado historias de uno, dos y tres números de extensión. Sin embargo, en cada capítulo
se continúa profundizando en la saga de cada personaje. También han aparecido nuevos
rostros como los de Rufus Super Midnight Carter y Dark Angel. El Gato y Carlton
Velcro han regresado a la serie. Mike Zeck ha sido reemplazado por Gene Day en el número
101, y la colección ha perdido algo de movimiento, pero ha ganado unos dibujos
ornamentales. El grupo protagonista continúa como una unidad de guardaespaldas
y detectives free-lance, con un estilo similar al de Luke Cage y Puño de
Hierro. La vida sigue.
¿Qué más se puede decir? En cuanto a los guiones, Maestro de
Kung Fu sigue siendo la mejor serie de continuará de Marvel, única en
su estilo que ha sobrevivido. El equipo creativo de Conan ha cambiado de manos
y Drácula ha sido replanteada. Moench continúa siendo el maestro de Master, y
con él asiendo las riendas firmemente, tenemos asegurada la calidad y longevidad de la serie.
Quizá ese sea el motivo de que ni el padre ni el hijo hayan
acabado con el otro durante estos diez años de combates. Tiene que haber un yin y tiene
que existir un yang, y uno debe existir en constante oposición al otro, ninguno
puede matar al contrario.
Y si lo hace, el otro tendrá que esforzarse para volver a la
vida.
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