miércoles, 31 de enero de 2018

ENTREVISTA CON DEBBIE DRECHSLER EN THE COMICS JOURNAL (PARTE 7 de 9)

Entrevista con Debbie Drechsler en The Comics Journal nº 249, 2002. Traducida por Frog2000. Parte 1parte 2parte 3parte 4parte 5, parte 6.

Drechsler: Bueno, en realidad no las recordaba vagamente. Fue cuando las intenté conectar con mi pasado cuando me parecieron difusas.

Groth: Pero entonces, ¿no recuerdas lo que has descrito de una forma específica?

Drechsler: Honestamente, no lo sé. Esas historias aparecieron en mi cabeza, y también las imágenes. De nuevo, esa es la razón por la que afirmo que no es como si pudiese recordarlas en plan: "Oh, sí, recuerdo esa noche cuando mi papá entró en mi habitación y me hizo esto". Es más como si de alguna forma hubiese dado forma a estas imágenes e historias. Cuando empecé al principio a hacer los cómics, iba a contar toda la verdad y nada más que la verdad. Iba a ser un material verdaderamente autobiográfico, que fácilmente también se puede convertir en algo aburrido. Porque sencillamente, de esa forma no tienes tantas posibilidades dramáticas. Tampoco estaba segura de cuál era la verdad. Así que decidí que como estas cosas estaban aquí presentes, aunque no supiese lo que significaban... bueno, en realidad, cuando comencé con la historia tenía como una sensación mucho más presente de que esto me había pasado y que quería contárselo al mundo. Así que de alguna forma, desde que empecé el cómic mi enfoque ha ido cambiando, pero creo que en parte es porque por fin lo he terminado escribiendo y dibujando. De todos modos, una de las cosas de las que estaba realmente segura desde el principio fue que no iba a tener piedad. No quería que fuera algo del estilo: "Oh, pobre de mí. Mira lo que me sucedió". Sencillamente no quería ese tono. Odio leer algo así, odio verlo, no quería hacerlo y mi propósito al hablar de estos hechos no era intentar vengarme de mis padres. Creo que se trataba de hacerme notar y hacerme oír. Pasé una infancia sin que nadie escuchase nada de lo que quería y lo que no para nuestra familia. Simplemente, mis padres estaban demasiado centrados en sí mismos.

La otra cosa que sucedió fue que me dije: "en la vida real hablo demasiado". Soy una de esas personas que siempre está hablando antes de pensar, así que digo cosas equivocadas en el momento equivocado a las personas equivocadas y hablo demasiado. Y cuando empecé a hacer cómics, me emocionó descubrir que mi voz en las viñetas es mucho más contenida. Cuando hablo en la vida real, tiendo a aporrear a la gente en la cabeza con cualquier idea que le intente transmitir. Pero por alguna razón, confío que con mis guiones las personas obtengan lo mismo sin que yo les tenga que amedrentar con mis discursos. No es que este cómic me haya salido de una forma consciente. Tenía pensado hacer algo como lo que he terminado haciendo, pero ni siquiera sé si iba a saber cómo hacerlo, en serio. Obviamente me salió de esta forma. Pero no fue algo consciente. Así es como salió. Entonces, para mí, mi aparición en este tebeo es como: "Dios. ¡Parezco tan inteligente! ¡Soy tan callada y discreta en mi vida en viñetas! ¡No parezco yo!" Es genial. Pero no sé qué puede significar. Me imagino que tendré que aceptarlo tal y como es.
Groth: Es la diferencia entre el arte y la vida. Tus cómics son muy compactos. En ellos no aparece nada irrelevante.

Drechsler: Ciertamente me esfuerzo para que sean de esa forma.

Groth: Una de las partes más difíciles de la existencia real y la del artista es saber editar lo que haces sin ambages.

Drechsler: Mira, creo que lo que intento decir es que no me supuso un gran esfuerzo. Cada vez que abro la boca en la vida real, me quedo preocupada, pero eso no ocurre en mis cómics. Supongo que tendrá que ver con la temática. Me pasó incluso en Nowhere, que era mucho menos etéreo. Sigo pensando lo mismo. Es como un auténtico milagro. Es como: "¡guau! ¡Sueno realmente refinada! ¡Parezco inteligente!"

Groth: Sobre Daddy's Girl has afirmado: "sencillamente los cómics salieron de mi interior con una urgencia que me parecía asombrosa".

Drechsler: Sí, lo hicieron.

Groth: ¿Puedes describir cómo era tu vida en ese momento? ¿Era fácil?

Drechsler: No, no. Fue un tormento. Fue realmente duro y doloroso, porque mientras estaba haciendo los cómics estaba volviendo a vivir lo que estaba describiendo. Y los cómics tardan una eternidad en hacerse, así que fue mucho tiempo reviviendo esos hechos. Las cosas fueron cambiando. Obviamente, la escritura fue la parte más difícil. Cuando estaba escribiendo la historia era cuando más la estaba reviviendo. Pero al dibujarla incluso me resultó más difícil. Pero era algo que parecía como impulsado por esa otredad. No estoy seguro de cómo denominarlo. Como he dicho, fue como canalizar las cosas. Escribir Nowhere no fue tan fácil, aunque fue mucho menos doloroso que los hechos que aparecen retratados en Daddy's Girl.

Groth: Parece una contradicción que la historia salga de ti con tanta urgencia, y sin embargo tengas que darle más vueltas al dibujo.

Drechsler: Es cierto. Y entonces es cuando vuelves a revisar los hechos de una forma diferente. Cada parte del proceso es como volver a revisar las cosas de una manera diferente. La escritura fue la parte más difícil, pero cuando estaba dibujando, las cosas se me volvían a presentar de una forma diferente. Lo cual estuvo muy bien, fue como informar de los hechos de una manera diferente. Cuando pasaba a la siguiente historia, de alguna manera era como si hubiese recogido más información. ¿Tiene esto algún sentido?

Groth: Sí. Algunas de estas historias parecen haber sido recogidas de la propia existencia. Pienso específicamente en la visita a la familia negra pobre.

Drechsler: Eso es. Incluso aquellos recuerdos de los que no estoy segura, se enmarcan en lo que recuerdo del resto. Recuerdo mucho acerca de mi infancia, así que puedo meter esa información en estas historias.
Groth: ¿Sería correcto afirmar que Daddy's Girl es un acto de memoria e imaginación, y que no sabes dónde termina una y comienza la otra?

Drechsler: No, te aseguro que soy completamente consciente de la diferencia entre la realidad y la ficción. En muchos casos, reorganicé las cosas conscientemente o cambié los recuerdos, o los adapté para mis propósitos creativos. Pero también reconozco que la memoria es muy, muy resbaladiza. Piensas que recuerdas algo exactamente y cuando se lo mencionas a alguien más que estaba presente, él recuerda algo completamente diferente. Creo que decidí que mi idea de la autobiografía sería muy fiel a la verdad emotiva, pero que no me preocuparía innecesariamente por los hechos, porque no siempre puedo estar segura de los mismos. 

Groth: Déjame hacerte un par de preguntas sobre cuestiones específicas. Historias concretas. "Visitantes en la noche" es uno de los pocos casos en los que se rompe el tono naturalista e introduces las percepciones altamente subjetivas de Lily. Mientras está acostada en la cama después del encuentro con su padre, ella ve espectros que sirven para atenuar su miedo. ¿Es algo que recuerdas de la infancia o fue una estrategia creativa que se te ocurrió cuando estabas escribiendo la historia? 

Drechsler: Cuando lo escribí estaba segura de que era algo que me había ocurrido, aunque sin duda lo embellecí un poco.

Groth: Alguno de los comportamientos son tan extraños e inesperados que tienen un toque de verdad. Por citarla, en "Demasiado tarde" hay un momento en el que Lily comienza a reírse mientras le hace una felación a su padre. Precisamente era escalofriante porque paradójicamente parecía plausible. ¿Puedes describir cómo se te ocurrió esa idea? 

Drechsler: Curiosamente, se trata de un recuerdo auténtico. Mi padre me echó sobre su regazo para azotarme por hacer algo que no les había gustado. Era algo que tenía que ver con mi novio, fue cuando tenía 14 años, y mientras él me estaba azotando se me presentó esa imagen como que (¡yo!) era una adulta a la que estaban azotando, lo que me hizo reír incontrolablemente. No pude parar, y aparentemente arruinó toda la experiencia de mi padre. ¡Me llegó a decir que estaba "resultando ser una perra tan fría como tu madre"! pero nunca volvió a pegarme. 
ROMPER LOS LAZOS CON LOS PADRES 

Groth: Has mencionado de pasada que tus padres no te hablan. En Daddy's Girl los retratas como si fuesen implacablemente monstruosos. 

Drechsler: Bueno, ya sabes... Es probable que no fuese justa del todo, porque obviamente los estoy retratando en ese contexto. En realidad, mi madre era muy divertida siempre y cuando no estuviese enfadada contigo, lo que desafortunadamente podía ser bastante a menudo. Yo me parezco mucho a mi madre, lo cuál es aún más angustioso y aterrador. Me parezco más a ella a medida que voy envejeciendo. A veces, cuando voy caminando por la calle, por ejemplo, por el centro de la ciudad, y veo mi reflejo, me asusto porque se me parece mucho a ella. Y pienso: "Oh, Dios mío, es mamá, Dios mío, soy yo". Mi papá era inaccesible en muchos sentidos. Creo que en parte hacer cosas normales con sus hijas le hacía estar un poco incómodo. Pero en realidad tenemos muchos rasgos en común... él era un verdadero "manitas", yo también. Le encantaba juguetear con la electrónica. Solía construir sus propios componentes estéreo y todo eso, y me moría por ayudarlo, pero él nunca me habría dejado porque yo era una niña. Pero me vengué cuando finalmente nació mi hermano, y mi padre, que había estado guardando todas esas cosas para él, vio que no había nada que hacer. Ja, ja, ja. Me encantaría construir mi propio ordenador. Pero mi relación con mi madre era más compleja. Simplemente mi padre no estaba allí a pesar de que estuviese. 

Groth: ¿Por qué tú y tus padres dejásteis de hablaros? 

Drechsler: Es porque les conté el asunto del incesto. Probablemente fuese hace más de 12 años. Decidí visitarlos mientras acudía a terapia en San Francisco. Supongo que fue en el ´88 o en... 

Groth: Fue antes de que comenzases a hacer los cómics. 

Drechsler: Sí. Que yo sepa, no saben nada de los cómics. De hecho, cuando comencé a hacer las tiras, fui a ver a un abogado porque en muchos sentidos todavía tenía mucho miedo de mis padres. Me dije: "¿Qué va a pasar si se enteran de esto? No creo que su reacción hubiese sido: "¡Oh Debbie, tienes tanto talento!" Así que fui a ver a un abogado especializado en temas artísticos. Me dijo: "si es cierto, no hay mucho que puedan hacer, pero tienes que demostrar que es verdad". Le dije que no podía hacerlo. Además, en ese momento ya había cambiado todos los nombres y lo había ficcionalizado, así que me dijo: "prácticamente no tienes por qué preocuparte". Siempre puedes ir a los Tribunales y conseguir expertos que demuestren que abusaron de ti", y todo eso. Por supuesto, ellos también pueden contratar a expertos. Pero también es posible que averigüen lo que ocurrió y decidan no seguir adelante. 

Groth: ¿Cómo reaccionaron tus padres ante tus alegaciones? 

Drechsler: En un momento dado, mi madre intentó negociar conmigo, diciéndome que dijese que algún otro lo hizo, que no había sido mi padre. Ella me dijo que eso sería lo más aceptable. "Bueno, lo siento. Esta vez nadie va a comprarte tu producto, cariño."

Groth: [Risas]. Solo quería intentarlo. Negociar un poco las cosas. 
Drechsler: Sí, vas a tener que hacerlo un poco mejor, mamá. De hecho, hace dos o tres años intenté establecer contacto con ellos de nuevo por correo electrónico. Les dije: "Mantengamos una relación y no hablemos del resto", pero mi madre simplemente no fue capaz de hacerlo. Me escribió durante un tiempo y luego me dijo: "Lo siento. Acabas de difamarnos y nos has hecho sentir muy mal con nosotros mismos, por lo que no quiero tener nada que ver contigo". Básicamente, mi padre me escribió lo mismo.

Groth: Supongo que tu padre lo negaría todo.

Drechsler: Es interesante. En realidad, la primera vez que fui a Rochester y me encaré con ellos comenzó a llorar y me dijo: "Nunca haría algo así... No creo que lo hiciese". Cuando lo llamé más tarde, me dijo: "Yo nunca he dicho eso". Pero lo hizo.

Durante mucho tiempo estuve pensando: "Está bien. Simplemente es que no se acuerda", pero no creo que sea cierto. Él sí que lo recuerda todo. Ella también. Parte de su tesis es: "Ninguna madre que sea buena madre permitiría que eso le ocurriese a su hija, por lo tanto nunca sucedió". [Risas.] Mis padres viven en ese mundo en blanco y negro donde todo es bueno o malo. Las personas solo son buenas o malas, y como, por supuesto, ellos son los buenos, nada malo pudo suceder en nuestra familia.
Groth: He estado pensando un rato en Daddy's Girl. Estoy un poco confuso con el cronograma de los hechos. Parece que el padre comienza a abusar de Lily cuando ella tenía unos 6 años o algo así, pero también se indica que lo empezó a hacer cuando quizá ella tenía 12 o 13 años.

Drechsler: Ese es uno de los puntos en los que realmente no me quise apegar a los hechos.

Groth: Hay una escena en la que él se acerca a Lily en el baño, cuando se refiere a los "pechitos que parecen realmente alegres". Supuse que la protagonista tenía que tener alrededor de 11 o 12 años.

Drechsler: En realidad, mientras mis pechos se iban desarrollando hizo algunas bromas bastante desagradables.

Groth: ¿Cómo se sienten tus hermanas con respecto a la tira?

Drechsler: Solo una conoce el cómic. Es la que en la historia aparece retratada como Pearl. Su nombre es Paula.

Groth: ¿Y ella es solo unos años más joven que tú?

Drechsler: Sí. En realidad se creyó lo que yo decía sin problemas, y creo que incluso había empezado a abordar los problemas de incesto por sí misma antes que yo lo hiciese. Pero fue ella la que me confirmó el recuerdo de que nuestro padre había estado entrando en nuestra habitación.

Groth: En una de tus tiras, Pearl está acostada en la cama a tu lado y tiene los ojos abiertos a pesar de que no está diciendo nada. Ella no quiere reconocer que puede que haya escuchado algo.

Drechsler: Sí. Por supuesto, es posible que dibujase esa historia justo después de que ella me contase sus recuerdos, pero está hecha de esa forma porque, por supuesto, yo no la recordaba. Ni siquiera recuerdo que mi padre se llegase a meter en nuestra habitación.

(Continuará)

viernes, 26 de enero de 2018

ENTREVISTA CON DEBBIE DRECHSLER EN THE COMICS JOURNAL (PARTE 6 de 9)

Entrevista con Debbie Drechsler en The Comics Journal nº 249, 2002. Traducida por Frog2000. Parte 1parte 2parte 3parte 4, parte 5.

Groth: Elegir esa temática para tu primer cómic profesional me parece bastante valiente.

Drechsler: Ves, quizá te piensas que en realidad estaba intentando establecer una carrera en los cómics. Básicamente, lo que sucedió fue que tenía ese material que necesitaba quitarme de encima, y al mismo tiempo acababa de descubrir los cómics, que se adecuaban perfectamente a lo que quería hacer; pintar cuadros sobre el incesto no iba a ser suficiente. Obviamente, tampoco podía mostrar ese tema en mis ilustraciones.

Groth: Necesitabas un marco narrativo.

Drechsler: Cierto. Así que acababa de conocer a Richard, había re-descubierto los cómics y... ¡Oh! Aquí tenemos el tema del incesto del que puedo hacer uso. Recuerdo cuando empecé a enviar ese material a los editores. Pensaba que no le iba a gustar a nadie. Antes que nada, sabía bien que la mayoría de lectores que leían cómics eran hombres jóvenes, así que me dije: "vale, o bien esto puede resultarles interesante o bien van a ignorarlo completamente. De cualquier forma, no creo que esto le vaya a afectar a nadie, pero tengo que hacerlo y eso es todo lo que me importa. Estoy trabajando como ilustradora y ganándome la vida. No tengo por qué ganar dinero con esto". Eso es lo que pensaba.

Groth: Entonces no es que fuese una elección de carrera exactamente pragmática.

Drechsler: Claro. Debes tener en cuenta que nunca en mi vida había hecho algo parecido.

Groth: Era algo que llegados a ese punto tenías que hacer.

Drechsler: Tienes razón.
NUNCA ME LLEGARON A ECHAR DEL NEW YORK PRESS

Groth: ¿Cómo reaccionó el New York Press cuando llegaron las primeras tiras?

Drechsler: En general, la gente que trabajaba en el periódico fue maravillosa y recibí un montón de correo de parte de los lectores. Las personas que escribieron supusieron todo un apoyo. La verdad es que no recibimos tanto correo negativo como había esperado. Quiero decir, hubo una pareja a la que el cómic le resultó ofensivo y desagradable y otras personas que querían convertirme a alguna religión.

De hecho, leí algo una vez en The Comics Journal a lo que me hubiese gustado responder, pero nunca lo hice. Parece que en algún artículo sugerían que los del periódico me habían echado o algo así, pero en realidad nunca llegaron a hacerlo. Me marché por mi cuenta. Yo fui la que eligió irse. Mi marcha entristeció a Mike, porque quería que me quedara. Y eso que me dieron completa libertad artística. Nadie me pidió que cambiase nada de lo que les envié. Una vez sufrí un bloqueo de escritor y Mike me ayudó un montón. Era muy bueno dándome ánimos por teléfono. ¡Quiero sofocar ese rumor, así que me gustaría dejar bien claro que nunca me expulsaron del New York Press!

Groth: No. Ni tampoco nosotros queremos propagar algo parecido. ¿Pudiste mantener un ritmo de entrega semanal?

Drechsler: Sí. Una de las cosas que no me gustó tanto de tener que hacer el cómic de forma semanal fue que realmente tienes que coger y sacar el material. "Vale, ¡necesito una historia para esta semana!" Quiero decir, es obvio que la mayoría de historietas tardaron más de una semana en publicarse, pero necesitaba tener una nueva historia cada semana, y simplemente tenía que utilizar lo que se me ocurriese. Cuando estaba haciendo la recopilación del tomo, intenté que funcionase mejor todo junto.

Groth: ¿Cómo hiciste para conceptualizar cómo ibas a representar esos hechos, cuál fue tu análisis visual y cómo lo escribiste? No habías hecho nada igual antes. ¿Estudiaste a otros dibujantes específicos para aprender sus técnicas?

Drechsler: Bueno, Lynda Barry fue mi principal modelo para los cómics. La había visto trabajar cuando todavía vivía en Rochester y me enamoré de su trabajo por completo. Desde luego, si miras mis tiras bien puedes decir: "oh, sí, supongo que se ha estado fijando en Lynda Barry".
Groth: Definitivamente tienes una deuda visual con ella.

Drechsler: Si los comparas con mis ilustraciones y pinturas, parece extraño cómo funcionan mis cómics. Quiero decir, cuando estoy dibujando ilustración, o incluso cuando dibujaba mis propios cuadros, en su mayoría solía mantener un control completo. Pero los cómics... he escuchado a novelistas hablar sobre su escritura como si estuviesen canalizando algo desde algún sitio. Prácticamente esa es mi experiencia con los cómics. Mi estilo de dibujo en el campo de la ilustración es muy diferente de mi estilo para el cómic. Como mínimo, el estilo de mis cómics cambia según la historia, suelo dibujar para adaptarme a la historia, y por lo tanto, no tomo demasiadas decisiones conscientes. La historia está ahí. Se presenta a sí misma tal y cómo quiere ser escrita. De alguna manera me las arreglo para organizarla, pero hasta cierto punto se crea a sí misma. Eso hace que parezca más sencillo de lo que probablemente es. Hay como una especie de mezcla. No es como si me sentase y escribiese una historia y luego me dijese: "Ok, ¿qué imágenes le pongo a esto y en qué formato deberían editarlo?" Porque cuando estoy escribiendo una historia, también la estoy visualizando. Por lo general suelo escribir una trama en primera persona, en plan esto me pasó a mí, bla, bla, bla, pero es solo para tenerla plasmada en papel, porque en realidad la suelo pensar de una forma visual.

Groth: Supongo que cuando escribes el guión de la historia, en cierta forma te dicta también qué tipo de dibujo le puede venir bien.

Drechsler: Claro, exactamente. Eso es porque el dibujo forma una parte tan importante de la historia que no es como si fuesen dos cosas separadas. Pienso en algunos autores que separan cosas como el entintado y la escritura. Simplemente no puedo ni imaginarme cómo lo hacen, porque sencillamente, en mi caso no trabajo de la misma forma.

Groth: ¿Escribes primero la historia al completo, sin dibujar todavía nada?

Drechsler: Bueno, sí. Cuando digo "escribo la historia", me refiero a lo más básico, lo que ocurre es que más o menos es como si me quedase en una especie de estado de trance. El acto de escribir me lleva hasta un punto donde las cosas que no sé sobre la historia están empezando a aparecer según las voy escribiendo. Así que en cuanto termino la parte de la escritura, empieza a desvanecerse esa cosa mágica que estaba teniendo lugar hasta ese momento. En ese momento es más una cuestión de ponerme a trabajar en firme. A veces me quedo atrapada en los detalles de la escritura, pero intento que no me ocurra. Presento la historia y me curro todos los detalles, porque por lo general, cuando me siento a escribir no es que sepa todo lo que va a suceder en ella. Algunas cosas las tengo bastante presentes, y a veces incluso también puede que cambien. Empiezo con algo, una escena o una idea, y luego sigo a partir de ese punto, y mientras estoy escribiendo, la historia empieza a coger vida y a crecer y a cambiar. Por eso creo que la escritura lo solidifica todo. Luego hago un guión gráfico de una forma bastante aproximada, y me pongo a dibujarlo. 

Groth: ¿Cuánta diferencia existe entre tus guiones gráficos y la versión final? 

Drechsler: Una gran diferencia. Mis guiones gráficos son simples desgloses. Utilizo papel simple, y para representar el guión suelo dibujar pequeños cuadraditos con figuras bosquejadas mediante palitos. 
Groth: Supongo que tendrás que tomar muchas decisiones durante el proceso de dibujo.

Drechsler: Sí. Bueno, el proceso de dibujo se divide en tres etapas, aunque en algún momento sé que voy a modificarlas. Empiezo con una versión en papel de calcar, donde me trabajo la composición y las expresiones faciales y ese tipo de cosas, y luego empiezo a colocar líneas azules sobre la página y luego paso al entintado. La verdad es que es realmente tedioso. De hecho, hasta cierto punto me gustan las cosas tediosas, pero en el caso de los cómics puede ser realmente tedioso, porque dibujas muchas cosas una y otra vez. Si es algo que has dibujado cuatro veces, eso supone como 12 veces, porque has ido pasando por todas esas pequeñas etapas del dibujo. 

Groth: Y para alguien como tú, a quien le gusta utilizar patrones, tiene que ser especialmente insoportable. 

Drechsler: Bueno, en realidad, para hacer Nowhere utilicé el ordenador. Además, solo dibujo los patrones durante el entintado o el coloreado final. Dibujé los componentes más básicos de Nowhere, los entinté y luego los escaneé en el ordenador e hice el resto del coloreado del material y los patrones con el Photoshop.

Groth: ¿Te refieres a los patrones de los vestidos? 

Drechsler: Sí. Porque en ese programa puedes copiarlos y pegarlos en una página u otra y encogerlos o agrandarlos como necesites, para que te resulte mucho más fácil.
LA MUÑEQUITA DE PAPÁ

Groth: ¿Cuánto tiempo estuviste dibujando la tira para el New York Press

Drechsler: Un año.

Groth: La mayor parte de las tiras que hiciste trataban sobre tu infancia, y eso significa que tuviste que extraer todos esos recuerdos y reflexionar bastante en cómo se desarrollaron las cosas cuando eras una niña. 

Drechsler: Sí. 

Groth: También has dicho: "en realidad no estoy segura de cuál es la verdad, y en segundo lugar, creo que el arte no debería servir siempre a la verdad". Más tarde pasaste a dudar de si el incesto que representabas en tus historias llegó a suceder de verdad o no. Has dicho: "no confío en mi memoria. Olvidé lo que había pasado durante la mayor parte de mi vida y ahora es cuando he decidido ponerme a recordarlo. Así que soy bastante cautelosa al respecto. Por lo tanto, diría que estas cosas están residiendo de verdad en mi interior. No sé lo que puede significar. Sospecho que todo esto llegó a suceder, pero estoy abierta a la posibilidad de que los hechos que hay en mi mente se hayan ido deformando. Quiero decir, ¿quién sabe?" Parece que arrojas algunas dudas en cuanto a su veracidad, si fue o no 100% cierto. ¿Sigue siendo la sensación que experimentas en la actualidad? ¿Sigues sin estar segura del todo? 

Drechsler: Sí. Bueno... 
Groth: Me sorprendió mucho leer esas declaraciones, porque los incidentes que se pueden leer en la tira son muy concretos y específicos. 

Drechsler: Bueno, así es, excepto que me siguen pareciendo extraños, todo esto surgió cuando empecé a hacer esas tiras. Pero no es como si en cuanto las empezase a hacer, pudiese sentarme y dar por las cosas por seguras: "Ok, recuerdo que todo esto sucedió de esta forma". Claramente era algo que estaba residiendo en mi interior y que necesitaba salir. Y he encontrado pequeñas pistas que me dicen que puedo estar en lo cierto. Pero en realidad no lo recuerdo de la forma en que normalmente piensas en algo al recordarlo. Reconozco que la memoria puede ser engañosa. No me acuerdo de una buena parte de mi vida, y además... He leído millones de libros sobre el tema y todos dicen que esto puede haber sucedido, y algunos de esos libros hablan sobre cómo si alguien te importuna al principio de vida, entonces, a partir de ese momento, de alguna forma empiezas a mejorar, porque incorporas esos hechos a tu vida para poder mantenerte cuerda, y eso incluye lograr que los recuerdos se olviden de una forma mucho más efectiva. Pero como en realidad no tengo lo que siento que deberían ser recuerdos en el sentido tradicional, resulta verdaderamente incómodo decir que todo esto llegó a suceder. Por otro lado, mis padres han dejado de hablarme desde que se lo mencioné, y eso que durante la mayor parte de mi vida le he dicho cosas horribles a mi madre y nunca dejó de hablarme. Ahora me evitan como la peste. Entonces, esa puede ser otra pista. Una de mis hermanas fue capaz de recordar a mi padre entrando a nuestra habitación por la noche, y me dijo que ella solía ponerse celosa porque era yo quien recibía más atención. 

Groth: Entonces existe alguna evidencia externa de todo esto. 

Drechsler: Sí. Y eso me ayuda mucho. Aún así, es bastante más complejo de lo que parece. He leído sobre personas que afirman que cuando recuerdan hechos parecidos, entonces... sencillamente creo que es muy complicado. La memoria es engañosa, si no puedes hacer que más de una persona corrobore lo que te ocurrió, ¿cómo puedes saber que es cierto? No es como si volvieses atrás y te dijeses: "No creo que esto haya sucedido". Estoy bastante segura de que fue como lo recuerdo, pero no estoy segura del todo.

Groth: Una de las cosas que pensé que hacía que tus tiras sobre el incesto se distinguiesen de cualquier otra cosa parecida es que había una falta de ira o una falta de sensación de... 

Drechsler: lástima. 

Groth: lástima, sí, pero iba a decir venganza, de no querer hacérselo pagar a tus padres, de que si estabas haciendo esto no era para otra cosa que intentar representar de verdad el pasado. En la obra hay como una sensación de melancolía o inevitabilidad, una falta de sensacionalismo o voyeurismo, y eso a pesar de que se trata de un tema incendiario, pero en realidad el tono es mucho más discreto. Aparte de tal vez por una o dos viñetas, los actos reales, por así decirlo, siempre ocurren fuera de viñeta. No era el caso de "Visitantes en la noche", pero incluso ese capítulo tenía un extraño tipo de sutileza, a pesar de que fuese explícito. ¿Puedes decirme qué es lo que llegó a determinar cómo ibas a representar esos actos? Obviamente, estas imágenes tuvieron que ser muy dolorosas, incluso aunque las recordases vagamente.

(Continuará)

lunes, 15 de enero de 2018

ENTREVISTA CON DEBBIE DRECHSLER EN THE COMICS JOURNAL (PARTE 5 de 9)

Entrevista con Debbie Drechsler en The Comics Journal nº 249, 2002. Traducida por Frog2000. Parte 1parte 2parte 3, parte 4.

Groth: Bueno, era por hacerme una idea de cómo eran tus gustos o de cómo los fuiste desarrollando, o quizá quería saber dónde estabas en ese punto. Te gusta mucho la música...

Drechsler: Bueno, en cuanto al tema de la música, estuve una buena temporada escuchando únicamente música hecha por mujeres. [Groth se ríe]. Cuando algo me interesa de verdad, me meto a fondo, nunca me quedo a medio gas. Durante mucho tiempo estuve escuchando a Holly Near, Meg Christian, Chris Williamson... todas esas chicas. El caso es que me aburrí muy rápido. En realidad no es que me aburriese, sino que fue más en plan que pensé que no era para mí. Tenía un apetito voraz por la cultura... bueno, por la cultura pop. Tampoco quiero que parezca que soy una persona culta.

Groth: No quieres sonar como una esnob.

Drechsler: Bueno, no. Sencillamente no creo que sea una persona "culta". ¡Me gusta toda la cultura! Aunque es probable que el hecho de que esté haciendo cómics refleje perfectamente que no soy una persona culta. ¿De acuerdo? Creo que fue después de ingresar en la escuela de peluquería cuando empecé de nuevo a meterme en el mainstream.

Groth: ¿Cuáles eran el tipo de cosas que te afectaron de verdad, que realmente te atrajeron o te impresionaron? ¿Hubo alguna cosa específica que te marcase más que el resto?

Drechsler: Estoy intentando recodarlo. Quiero decir, de eso hace mucho tiempo, Gary.

Groth [risas]: Lo sé. Por eso te lo tengo que extraer como sea. Quiero que profundices más en tu memoria.

Drechsler: Tío, lo intento...

Groth: Supongo que fue en los setenta. Se estrenaron Easy Rider [Buscando mi destino, 1969], One Flew Over the Cuckoo´s Nest [Alguien voló sobre el nido del cuco, 1976], The Parallax View [El último testigo, 1974]...

Drechsler: Ok. Recuerdo que fui a ver "Alguien voló sobre el nido del cuco" y me impresionó mucho. Después de ver Easy Rider estuve deprimida toda una semana. Claramente me angustió un montón. Pero recuerdo haber visto la versión de Barbara Streisand de A Star is born [Ha nacido una estrella, 1976] justo después de "Alguién volo...", y que me encantó.
Groth: Seguro que te dejó deprimida otra semana entera.

Drechsler: Todavía no había visto ninguna otra versión, pero... bueno, me gustó mucho Barbara Streisand, especialmente en ese entonces. Creo que su actuación era poderosa, y en realidad la película logró mucho éxito, por lo que para mí fue como un modelo a seguir. Además, no era una cuestión de que fuese una chica de grandes curvas, porque no lo era. La película era escabrosa, pero aún así me gustó. También fui a ver "Alguien voló..." porque estaba en cartelera en ese momento, pero nunca la pondría en mi lista de películas seminales. Recuerdo otra que creo que se llamaba An unmarried woman [Una mujer descasada, 1978], de Jill Clayburg, que me pareció muy emocionante. Me gustaban mucho las películas antiguas y tuve la suerte de estar viviendo en Rochester, cerca del Teatro Dryden, que forma parte de la casa de George Eastman. Fue el fundador de Kodak. Allí proyectaban excelentes películas y solía ir mucho.

Groth: ¿Leías ficción?

Drechsler: En ese momento leía a Margaret Laurence, una autora canadiense. Intenté leer a Kate Miller, pero creo que estaba pasando por una mala racha. Leí a Dorothy Bryant, Selma Lagerloff, Iris Murdoch, Dorothy Sayers, Marge Piercy, Marilyn French, Alice Walker y Toni Morrison. También me gustaron John Irving y Thomas Hardy... eran mis lecturas clave.

MUDÁNDOSE A CALIFORNIA

Groth: Creo que antes habíamos llegado a la etapa posterior de conocer a Carl. Estabas trabajando para The Democratic Chronicle. ¿Cuándo dejaste ese periódico?

Drechsler: Un amigo me invitó a dar unas clases en Nuevo México y me dije: "¡Ya está! Me marcho a California ahora mismo". Así que decidí dejar mi trabajo y marcharme a dar clases, y luego pensé en mudarme a California.

Groth: ¿Qué atractivo tenía California?

Drechsler: Bueno, el verano del amor. Es lo que me decidió a mudarme a California. Me tomó un poco de tiempo procesarlo. Me sonaba como si fuera el paraíso. Estoy segura de que las cosas que lo hacían sonar como tal no tenían nada que ver con que en realidad fuese California, pero ¿sabes cuando se te queda una idea metida en la cabeza y luego simplemente no se marcha nunca? Tal vez solo tenía la necesidad de estar en otro lugar que no fuese donde estaba en ese momento.

Groth: Solo por retroceder por un segundo, ¿cómo era tu relación con tus padres cuando vivías en Rochester con veintantos, casi treinta?

Drechsler: Era extraña. Quiero decir, mis padres nos seguían diciendo lo cercanos que estábamos todos los unos de los otros y los creíamos, excepto que de alguna manera yo no lo hacía. Estaba incómoda. Claro que tenía una relación difícil con los dos.

De hecho, inicié terapia por primera vez hacia el final de mi etapa en Rochester, a principios de los ochenta. Fue porque mi relación con Carl se estaba empezando a desmoronar. La terapia pasó de centrarse en Carl a hacerlo en mis padres. Así que esa fue la primera vez que empecé a ser capaz de articular lo mal que me sentía con mi familia.

Groth: ¿Fue ese el primer indicio consciente de que había ocurrido algo bastante malo?

Drechsler: No. Recuerdo que de niña no era del todo feliz, porque sufría tremendas pesadillas de las que me despertaba gritando. Simplemente había algo que había suprimido de mis recuerdos.

Groth: ¿Crees que tu terapia en Rochester lo volvió a sacar a la luz? ¿Qué es lo que aprendiste sobre tu relación con tus padres y sobre ti misma?

Drechsler: Oh, tío... ¿Que puede que estuviese más allá de toda ayuda? Resultó bastante esclarecedor, pero responder al resto sería otra entrevista en sí misma. Se podría decir que si no hubiese ido a terapia, nunca podría haber hecho mis cómics. Al menos aprendí a intentar verme a mí misma y al mundo que me rodea sin ilusiones. En ese contexto, "intentar" es como una palabra operativa.

Groth: Así que te fuiste a Nuevo México y estuviste enseñando durante una época, para más tarde mudarte a California.

Drechsler: Sí. Por lo que básicamente en el verano del '86 atravesé el país, visité a varios amigos, estuve enseñando durante una semana en Nuevo México y me quedé otra semana con alguien que había estado en mi clase. De hecho, casi estuve a punto de quedarme en Santa Fe, pero luego me dije: "Bueno, no, tengo que ir a California. Si no me gusta siempre puedo volver".
Groth: ¿Te mudaste a Berkeley?

Drechsler: Si, fue donde me mudé primero, porque la única persona que conocía en California vivía allí.

Groth: ¿Cómo conociste a Richard Sala?

Drechsler: Ambos estábamos trabajando como freelancers para el Chronicle. Probablemente te esté hablando del '87. Había visto sus ilustraciones y me encantaban, así que cuando alguien nos presentó, me comporté como su mayor fan.

Groth: ¿Fue Richard quien te introdujo de nuevo en los cómics?

Drechsler: En realidad fueron Richard y Michael Dougan. Michael se puso en contacto conmigo para decirme que le gustaban mucho mis dibujos. Creo que incluso sabía que él había hecho cómics antes que Richard. Al menos en ese momento. Entonces los dos me empezaron a dar consejos.

Lo que más me sorprendió del trabajo de Richard fue que también había estado en Bellas Artes y creo que se ayudaba de ello en su obra. En cuanto al dibujo de Michael, para mí todavía se parecía más al de los cómics de siempre, pero contaba el tipo de historias que me gustaría hacer a mí. Las de Richard parecían como algo propio de Bellas Artes en el cómic. Al ver el material de los dos me dije: "¡Esto es genial! Me gustaría hacer algo parecido".
Groth: ¿Crees que tener a Richard como ejemplo hizo que te pareciese posible pasar de tu orientación en Bellas Artes al cómic?

Drechsler: En ese momento ya había renunciado a las Bellas Artes. Había estado trabajando para los periódicos durante varios años y estaba muy contenta: "Soy ilustradora. Esto es lo que mejor sé hacer. Es lo que más me gusta. Ya sabes, Bellas Artes, schmartz. Que le den al que no le guste. Puede que no me respeten mucho por hacer esto, pero bueno, puedo vivir con ello". Creo que fue más que tenía la idea apenas formada de querer combinar palabras e imágenes, pero pensaba que no era como un cómic. Me parecía que existía una distinción definitiva entre cómo la gente dibujaba cómics, especialmente los cómics de prensa, y la ilustración. Supongo que en el caso de los cómics más dramáticos no será así, pero para mí había como una especie de cómic gracioso en el que tienes que utilizar un tipo de papel más basto, como es el caso de Mickey Mouse, o lo que hacía Charles Schulz, algo como más iconográfico. No era lo que quería hacer. No me llegaba tanto. No es que pensara que era malo ni nada por el estilo, pero me parecía como que era más gracioso. Pero los dibujos de Richard no lo parecían. Su trabajo artístico se parecía al de los ilustradores. En cierto sentido, era menos iconográfico y más pictórico, funcionaba de la misma forma que los cómics. Me descubrió una posibilidad que no había sido capaz de ver antes.

Groth: ¿Te descubrió Richard algunos títulos?

Drechsler: Lo hizo. También me presentó a muchos autores del medio. Quiero decir, me llevó a una firma en Comic Relief del primer número de Twisted Sisters, así que conocí a Diane Noomin y a la mayoría de las mujeres de la escena, al menos las que vivían en Bay Area y que participaban en ese número. Así es como contacté con Diane y terminé haciendo una historia para el siguiente número de Twisted Sisters. Richard envió mi trabajo a Chris Oliveros [editor de Drawn & Quarterly], y Michael a Mike Gentile, del New York Press y a otras personas.

Después de ver las cosas que ambos estaban haciendo, Richard me llevó a Comic Relief y me dijo: "Esta es Julie Doucet y ese de ahí es Chester Brown", y me enseñó otro tipo de material. Así que me llevé a casa todos esos cómics y fue como "¡Whoa!" Me senté y empecé a intentar hacer algo parecido. Hice un montón que no se publicaron, luego el primero lo editaron en Drawn & Quarterly, "Going Steady". Después creo que empecé a intentar hacerlos en plan syndicate, esas tiras de cuatro viñetas.

Groth: ¿Tenías la idea de trabajar en algún semanario alternativo o algo así?

Drechsler: Claro. Y funcionó. Lo hizo. Empecé a publicar en el New York Press. Estuve como un año. Trabajé con Mike Gentile. Estoy bastante segura de que Michael Dougan le envió a Mike algunos cómics de muestra. Lo siguiente que supe es que ese tipo me llamó y me dijo: "Ok, puedes ser uno de nuestras artistas de cómic en el periódico". Fue como "¡Whoa!" Toda una suerte.

Groth: Creo que el material que hiciste para el New York Press es lo que finalmente se convirtió en el tomo "Daddy's Girl" [La muñequita de papá]. ¿No es cierto?

Drechsler: Más o menos. También se publicó en The Stranger como un año después de que saliese en el Press. En realidad, puede que se publicase en paralelo. Básicamente estuve con esa historia durante un año, pero me di cuenta de que esos periódicos no eran el lugar más apropiado para contar mis historias.

Groth: Has dicho que el material de "Daddy's Girl" fue "lo que me impulsó hacia el campo de los cómics". Y que sentiste que estabas dibujando ese material en un...

Drechsler: ...estado parecido al trance.
Groth: Sí. ¿Puedes describir por qué escogiste contar esas cosas?

Drechsler: Claro. Bueno, me mudé a Berkeley, estuve viviendo allí durante cuatro meses y luego me mudé a San Francisco, donde sufrí algo así como un ataque de pánico: empecé a tener pesadillas. Comencé a tener visiones perturbadoras, incluso estando despierta, y empecé a sentirme realmente deprimida. Al principio me dije: "Ok, es porque es un nuevo lugar, has pasado por una época de dificultades, bla, bla, bla". Entonces pensé, "Vale, tienes que volver a la terapia". Pero en realidad no quería, así que me dije: "Bueno, estoy en California, así que iré a ver a una vidente", y lo hice y ella fue quien me propuso la idea: "Bueno, tal vez estás intentando lidiar con un tema de incesto". Parte de mí se quedó en plan: "Oh, será imbécil. ¿Por qué me habrá dicho eso?", y otra parte me decía: "Puede que de repente tenga un lugar donde colocar todas estas pequeñas anomalías de mi vida". Me dijo: "Si quieres puedo darte el nombre de un terapeuta". Y recuerdo que la dije: "Está bien, si tengo que visitar a un terapeuta me parece bien, pero si al final lo que me pasa no está relacionado con el incesto, ¿me podrías seguir ayudando?". Me dijo: "Oh, por supuesto". Entonces empecé de nuevo a ver a una terapeuta. Me había olvidado del tema del incesto, así que alejarme de mis padres me hizo sentir lo suficientemente segura como para recordarlo. Puede que intentar no recordar las cosas fuese lo que hizo que no me alejase de mis padres durante todos esos años.

En cualquier caso, en ese momento estaba viviendo en Bay Area. Estaba intentando establecerme como ilustradora. Había conocido a Richard Sala y Michael Dougan, que hacían cómics. Iba a terapia para intentar lidiar con el incesto que había sufrido, y entonces todo empezó a encajar. No es que de repente me sentase y me pusiera a hacer el primer cómic con un objetivo en la cabeza, pero no tardé en empezar a pensar en mis años de adolescencia, probablemente porque había visto la obra de Lynda Barry. No estoy segura. ¿Quién sabe por qué suelen pasar las cosas? Lo que es interesante es que estoy segura de que la mayor parte del incesto no ocurrió en los años en los que transcurren mis cómics. Simplemente era más artístico hacer que en su mayor parte ocurriesen en ese momento. Quiero decir, las primeras cosas que dibujé, como "Visitantes en la noche", claramente eran apropiadas para esa época. Es una historia que está ambientada en el momento correcto, cuando iba a segundo curso. En realidad, creo que mis primeras historias tienen lugar cuando era más joven. Es una lástima que no tenga un diario para poder recordar por qué tomé las decisiones que tomé. De todos modos, en algún momento fue como: "No tengo otra opción. Este es el tema sobre el que tengo que escribir y no hay más opciones".
Groth: ¿Crees que cuando la vidente sacó a colación el tema del incesto fue la primera vez que te volviste apropiadamente consciente de ello?

Drechsler: Curiosamente creo que no. Ya te he comentado que en Rochester estuve acudiendo a una terapeuta. De hecho, incluso una vez la mencioné el tema. No recordaba bien lo que me había ocurrido, pero sí recuerdo que seguía entrando en librerías y comprando libros de ficción sobre el incesto. Sin saber por qué, me solía decir: "Oh, este libro parece interesante", y me lo llevaba a casa y comenzaba a leerlo, y entonces me daba cuenta de que trataba sobre el incesto. Era en plan: "Ok, esto se está poniendo verdaderamente extraño". Sencillamente, no sabía por qué solía escoger ese tema, y creo que la dije a la terapeuta algo al respecto, pero ella no hizo lo que tenía que haber hecho. No quiso tocar el tema e hizo todo lo posible para obviarlo, así que lo dejé pasar. En ese punto ya tenía bastante experiencia en intentar olvidarme de lo que había ocurrido. Así que cuando acudí a la vidente fue la primera vez que alguien más me dijo: "Bueno, creo que podrías haber experimentado un caso de incesto". En lugar de ser una idea extraña y enloquecida que correteaba por mi cabeza, alguien más me lo estaba corroborando. Por supuesto, solo era una vidente. Era una vidente, así que supongo que si hubiese querido, habría sido muy fácil desconfiar de ella, pero por alguna razón elegí no hacerlo.

(Continuará) 

martes, 9 de enero de 2018

ENTREVISTA CON DEBBIE DRECHSLER EN THE COMICS JOURNAL (PARTE 4 de 9)

Entrevista con Debbie Drechsler en The Comics Journal nº 249, 2002. Traducida por Frog2000. Parte 1parte 2, parte 3.

Groth: En aquel entonces, lo personal también era político.

Drechsler: Bueno, ahí lo tienes. Hice algunas cosas abiertamente políticas, pero solo porque sentía que eso era lo que tenía que hacer. La mayoría de las cosas personales eran más interesantes.

Groth: ¿Crees que ahondar en el feminismo y experimentar con el lesbianismo fue menos una cuestión de interés político que por un interés personal, si es que quieres hacer esa distinción?

Drechsler: Bueno, lo que hice fue abrazar el movimiento político porque era algo que estaba muy presente, ya que las mujeres con las que alternaba solían hablar de ese tema. Era de lo más habitual, y muchas mujeres (estoy seguro de que yo también lo dije) decían: "soy lesbiana política". Estoy segura de que lo dije alguna vez. Creo que recuerdo haberlo dicho, pero solo fue una excusa. En ese momento me encontraba perdida. Era como si en mi caso lo "heterosexual" no estuviese funcionando. No sabía por qué no lo hacía, y por eso me dije: "Ok, voy a intentarlo. Tal vez esto funcione".

Groth: ¿Tu coqueteo con ser gay ayudó a resolver tu sexualidad?

Drechsler: ¡No, porque también la fastidié con eso! [Risas.] ¡Es una pena, porque podría haber sido genial! [Groth se ríe.] Básicamente tuve algunos problemas de intimidad verdaderamente serios. [Risas.] Y ellas estaban como cruzando las fronteras de género. Yo era como un auténtico lío de oportunidades igualitarias... No sé.
ESCUELA DE PELUQUERÍA, CARL E ILUSTRADORA EDITORIAL

Groth: [Risas.] Ya veo. Entonces te marchaste, saliste del R.I.T., pero no llegaste a graduarte. Y luego me parece que estuviste trabajando como ilustradora editorial.

Drechsler: Eso es avanzar bastante. Después del R.I.T. estuve haciendo varios pequeños trabajos extraños, empezando por mi estancia en la librería donde descubrí los cómics. Era una pequeña tienda alternativa donde me permitieron montar una sección para mujeres, porque en ese momento había (no recuerdo el nombre) una distribuidora que se encargaba de todo el material feminista, incluidos los cómics. Les compré de todo para la tienda. Estuve trabajando allí por un tiempo y más tarde me marché a una escuela de peluquería.

Groth: Parece bastante poco feminista, ¿no?

Drechsler: Bueno, lo hice para echar una mano a todos mis amigos. Por supuesto, todos teníamos el pelo muy corto, se lo solía cortar en la peluquería. Era un trabajo francamente divertido y disfrutaba mucho haciéndolo, así que me dije: "Ok, iré a la escuela de peluquería y montaré el Salón Conmemorativo Gertrude Stein, que será un salón de belleza y una galería de arte".

Mi paso por la escuela de peluquería fue muy divertido. Fue toda una experiencia, aunque nunca llegué a empezar lo del salón. Después de la escuela de peluquería intenté trabajar como peluquera en salones de belleza, pero nunca llegué a encajar del todo, porque allí tienes que hacer mucho más que cortar el pelo. Tienes que hacer la permanente, teñir, todo ese tipo de cosas en las que era una absoluta inepta porque nunca había sido una chica femenina. Nunca lo había hecho antes y tampoco es que me importase demasiado. Eso sí, en la escuela de peluquería me divertí mucho cambiándome el pelo casi todas las semanas. Muchos colores, muchos rizos. Fue en la época en la que las permanentes estaban de moda. Incluso estuve una buena temporada llevando una peluca de verdad.

De todos modos, terminé los cursos en la escuela de peluquería, pero nunca me dieron el título. Y luego conseguí un trabajo en el SETA. Puede que me lo consiguiera la gente que conocía en Nueva York.

Groth: ¿Qué significa SETA?

Drechsler: No lo recuerdo muy bien. Era una cosa financiada mediante fondos públicos. Así que obtuve una ocupación en el SETA de la Alianza Gay de Rochester y estuve trabajando con ellos. Fue entonces cuando estuve haciendo esa tira de cómic. La hice durante todo un año. Luego me lié con un chico [risas] mientras todavía seguía siendo gay. Es increíble que alguien pudiese ser mi amigo solo porque yo fuese...

Groth: Dijiste, "mientras eras gay" ¿Es que pasaste por épocas diferentes?

Drechsler: Si, durante un tiempo. Básicamente decía que era "lesbiana", aunque no buscase una relación con nadie, porque como he dicho, no era muy buena teniendo relaciones. Luego conocí a este tío y me enrollé con él, y me estuvo apoyando durante aproximadamente seis años. Bueno, estuvimos juntos durante los seis años. Se esforzó mucho para que mi carrera como ilustradora empezase a funcionar. Yo también me quedé algo pillada de él.
Groth: ¿Vivíais juntos?

Drechsler: Claro. Luego rompí con él y fue entonces cuando empecé a trabajar en los periódicos. Bueno, en realidad debería decir que salté de los periódicos gays a... espera,, oh, no, no. Primero estuve trabajando en un periódico mientras él y yo seguíamos viviendo juntos, luego empecé a trabajar a tiempo parcial en uno de esos semanarios alternativos, estuve montando anuncios, etc. También dibujé ilustraciones lamentablemente mal pagadas. Luego, una de las chicas con las que trabajaba consiguió un empleo en uno de los diarios de Rochester, y me consiguió un trabajo en el mismo sitio. Estuve haciendo ilustración y diseño, diseñando páginas y todo eso. Y también el mapa del tiempo, siempre era muy divertido.

Groth: ¿Tenías grandes aspiraciones? Supongo que todo esto eran cosas que estabas haciendo en tu camino hacia otra cosa.


Drechsler: Más bien marchaba a la deriva. Sabía que quería hacer arte. Mientras estaba viviendo con Carl, solía pintar mucho. Yo era pintora, e incluso llegué a exponer en algunas galerías. Me involucré en todas esas cosas de Bellas Artes con las que nunca había querido tener algo que ver. Me gustaba mucho pintar, pero no era lo que quería hacer y ciertamente no quería perder el tiempo teniendo que buscar a otras personas que me ofreciesen su apoyo, así que fue algo que también supuso un obstáculo. 

Groth: Bueno, te apoyaban Carl y tus padres.

Drechsler: En ese momento mis padres no nos apoyaban. Creo que querían que Carl y yo nos casáramos, que tuviéramos bebés, mientras tanto podía pintar lo que quisiera. Pero no sucedió lo que esperaban. 

Groth: Entonces te convertiste en una ilustradora editorial para periódicos y revistas. 

Drechsler: Bueno, básicamente estuve trabajando para el periódico desde 1983 o 1984 hasta 1986. Era el Democrat Chronicle de Rochester. 

Groth: ¿Crees que eras relativamente feliz con lo que hacías? 

Drechsler: En realidad, me gustaba mucho. 

Groth: Has descrito tu trabajo en el periódico como ilustradora editorial. ¿Qué significa exactamente?

Drechsler: Básicamente que ilustras artículos para el periódico. También para revistas y libros. En el Democrat Chronicle, y como ocurre con la mayoría de los periódicos, hice muchos trabajos para lo que ahora llamamos la sección de "Vida y estilo", ya sabes, la sección de cotilleo. También estuve haciendo cosas para la sección de "Economía", como los cuadros estadísticos sobre el mercado de valores, y algunas ilustraciones. También teníamos que hacer mapas, como por ejemplo, si se había producido algún asesinato y había que mostrar dónde habían encontrado el cuerpo. Hacíamos el mapa del tiempo. A veces incluso hacía una gran ilustración para el frontal de una sección. Muchas veces eran pequeñas ilustraciones. Aprendí a trabajar rápido. La verdad es que solía llevarme mucho tiempo terminar las pinturas que había estado haciendo hasta entonces (trabajaba con témpera al temple y eran muy detalladas). Así que cuando empecé a trabajar en el periódico y conocí a ese tío, Dave Cowles, que ahora también es un ilustrador conocido, me fijé en que él solía hacer ilustraciones a toda leche, era realmente rápido, mientras que yo me pasaba semanas trabajando en una ilustración que estaba haciendo con todo detalle. Así que luego salía el periódico del domingo, que era donde aparecían la mayor parte de las ilustraciones, y a David le publicaban cuatro o cinco y a mí solo una. Tiendo a ser bastante competitiva, así que aprendí a trabajar rápido, muy rápido. 
Groth: Has comentado: "A medida que fui creciendo, quería que me tomaran en serio como artista". Tengo curiosidad sobre: a) cómo conciliaste tu deseo de ser una artista seria con hacer todo el trabajo en el periódico, que supongo que era un trabajo de tipo comercial de nueve a cinco, y b) qué es lo que concebías como una artista seria en ese momento. 

Drechsler: En realidad lo de artista seria lo dije en la época en la que estaba dejando el Instituto o cuando todavía estaba en él. Aunque me atraía más el arte comercial, me pasé a las Bellas Artes porque de esa forma parecía que te respetaban mucho más. Básicamente, pasé por todo un proceso mediante el que me di cuenta de lo siguiente: "Bueno, ¿quién necesita respeto? Prefiero ser una artista comercial". 

Groth: Desde tu estancia en el R.I.T. hasta más tarde, a principios de los ochenta, cuando estabas trabajando en el periódico, ¿qué tipo de material solías leer y qué atraía tu atención? ¿Cuál eran tus intereses culturales y mediáticos? 

Drechsler: Solía leer todo lo relacionado con el feminismo, por lo que puede que estuviese leyendo Ms. (la revista más inteligente de la época), y prácticamente todo lo que hiciesen mujeres y que se considerase "feminista". De hecho, en ese momento empezaron a aparecer un montón de cosas. 

Groth: Claro. ¿Pero qué pasa con la ficción, con la música y las películas? 

Drechsler: Es gracioso. Me perdí muchas cosas de la época porque no eran feministas o porque eran demasiado "misóginas". A veces me quedo sorprendida de todas las películas que nunca he visto. Quiero decir, ¿quieres que haga una lista?

(Continuará)

martes, 2 de enero de 2018

UN VISTAZO A 2018 EN EL BLOG DE FROG2000

ENTREVISTA CON DEBBIE DRECHSLER EN THE COMICS JOURNAL (PARTE 3 de 9)

Entrevista con Debbie Drechsler en The Comics Journal nº 249, 2002. Traducida por Frog2000. Parte 1, parte 2.

Groth: ¿Cuánto tiempo estuviste allí?

Drechsler: Un año. Luego fui al R.I.T. Creo que mis padres no querían que me marchara, y por eso me volví a casa. Es difícil recordar bien lo que ocurrió, no sé cómo se las arreglarán los demás. Jamás admitiría que estaba enganchada a mis padres y que no era capaz de ver que mis padres tenían lazos conmigo de una forma antinatural. Supongo que te vas inventando historias para intentar encajar las cosas que te han sucedido. No es que me dijesen: "No puedes volver a Minneapolis", creo que me desanimaron a hacerlo, no lo sé con certeza, pero creo que algo me inquietó lo suficiente como para aceptar hacer lo que me estaban diciendo.

Entonces fui al R.I.T. y cambié por completo de especialidad y escogí dibujo. Me parece que tenía un nombre concreto: diseño de la comunicación. Sé que escogerlo tuvo bastante que ver con mis padres, porque nunca tuvieron otra intención de que yo hiciese algo más que convertirme en la esposa de alguien. Así que empecé a ir a la Escuela de Arte. Cuando tomé la decisión, mis padres estaban dispuestos a apoyarme, pero mi madre quería que fuese a una escuela de artes liberales para que conociese a un buen médico o a un abogado que pudiera respaldar mi inclinación artística y hacerme bebés. Pero al mismo tiempo, dejaron muy claro que hacer grabado o Bellas Artes en general era una estupidez y que era mejor dedicarme al arte comercial. Y por eso elegí dibujo. Y a decir verdad, da igual por qué, pero no estaba destinada a ser una buena artista, aunque me encanta trabajar para revistas y otras cosas impresas. Así que estuve dos años haciendo artes de la comunicación. Lo dejé por un año y luego volví a retomarlo. Todavía no lo he terminado.

Groth: Creo que tenemos eso en común. Yo acudí a otras universidades, pero tampoco terminé nada.

Drechsler: Bueno, creo que mucha gente de nuestra generación hizo lo mismo. Hablar ahora de ese tema con la gente es muy gracioso, porque cuando les dices a los jóvenes que nunca acabamos lo que empezamos te contestan: "¿Por qué no?", pero si hablas con alguien de nuestra edad, se apresuran a decir: "Oh, vale, me parece bien".

Groth: Tienes razón. Más específicamente, creo que ambos fuimos al R.I.T., aunque nunca llegamos a terminar los cursos.

Drechsler: Tal vez allí sea lo normal.
Groth: ¿Con qué edad estuviste estudiando en el R.I.T.?

Drechsler: Me gradué en el '71. Así que fue en el '71. En el '72 estuve viviendo en Minneapolis, así que creo que comenzamos el R.I.T. al mismo tiempo. Puede que fuese en el '72 o en el '73. Bueno, en realidad puede que lo dejase en el '73, o en el '74 y luego regresara en el '74 o en el '75, y luego lo abandoné de nuevo.

Groth: Si, es posible que estuviésemos estudiando en el mismo sitio al mismo tiempo. Me suena haberte visto.

Drechsler: La verdad es que no socialicé demasiado con muchas de las personas del centro.

Groth: ¿Es que nos despreciabas?

Drechsler: No, es que estábais en un universo diferente. Estuve saliendo con algunos tipos de los cursos de fotografía.

Groth: Supongo que lo que estudiamos era muy parecido. Quizá elegiste tipografía y...

Drechsler: Lo hice. Pero era como una cosa en plan "Tipografía para dummies" del departamento de artes de la comunicación. Estoy bastante segura de que todos los de mi clase eran personas que provenían de ese curso. Supongo que todos pasamos por lo mismo. ¿Vivías en el Campus?

Groth: Sí.

Drechsler: Yo también. ¿Recuerdas en qué dormitorio?

Groth: Creo que era el primero más cercano al Campus actual y a los edificios donde se impartían la clases. Tenías que pasar por debajo de un puente y había una fila de dormitorios, tres de ellos interconectados por un túnel subterráneo. Si lo recuerdo bien, yo estaba en el primero.

Drechsler: Ok. De hecho, me acuerdo bastante bien: el mío era Sol Neumann Hall. El último.

Groth: Por eso nunca nos vimos, estábamos separados por el dormitorio del medio.

Drechsler: Ahí lo tienes. Oh, tenemos que habernos cruzado varias veces en el Ritskellar y en otros sitios parecidos.

Groth: Segurísimo. Por supuesto, también eras mayor que yo, así que...

Drechsler: Por supuesto, ahí lo tienes.
TIRAS DE CÓMIC FEMINISTA

Groth: Permíteme retomar el contexto en el que descubriste los comix con Wimmin's Comix. En ese momento estabas muy metida en el feminismo. Supongo que eso significa que conocías The Feminine Mystique de Betty Friedan...

Drechsler: No, estaba ya un poco pasado. Quiero decir, nos movíamos más en el terreno de Kate Millet y Phyllis Chesler, Robin Morgan...

Groth: O sea, ¿que eras bastante hardcore?

Drechsler: Lo era.
Groth: ¿Por qué crees que te atraía tanto? ¿Quizá por un genuino anhelo de justicia social?

Drechsler: Bueno, sí... pero además no tenía ni idea de quién era yo, así que estaba buscando pistas, y cuando me empezaron a llegar fue como: "Oh, sí, esto está muy bien". Aunque en un principio había desechado los cómics, me atraía mucho lo de hacer obras de arte en serie. Así que por un tiempo me empecé a interesar en la animación, pero tampoco funcionó. También me interesaba la ilustración de libros para niños, excepto que no quería escribir para niños. Quería hacerlo para adultos. Entonces, cuando empezaron a aparecer todos esos comix, me dije: "¡Oh, sí! Son muchas imágenes, palabras e imágenes conectadas para adultos, y ¡hey! ¡Nada de lo que aparecía en esas revistas era como lo que hacía R. Crumb!" El comix realizado por mujeres todavía estaba en un universo diferente al que yo estaba en ese momento, ellas eran más femeninas. Aunque dejé de ser una marimacho, seguía manteniendo mi sensibilidad de marimacho, nunca me gustó ir de compras y tampoco usaba maquillaje, excepto brevemente en el instituto después de que alguien me confundiese con Bobby Sherman en el centro comercial. Así que tal y como lo recuerdo, Wimmen's Comix se centraba mucho en todas esas cosas. Pero aún así, estaba mucho más cerca de lo que era yo que las cosas de Crumb, y encima estaba realizado por mujeres. A la gente se le olvida, pero en realidad, cuando yo era pequeña las mujeres no tenían muchas opciones para hacer una carrera laboral. Básicamente, se esperaba que te casaras, tuvieses hijos y lo que sea que hicieses estaba en medio de esas dos opciones. 

Groth: Pero alcanzaste la mayoría de edad durante la revolución feminista, cuando todo esto se empezó a cuestionar. 
Drechsler: Claro, excepto que... si, tienes razón. Pero seguía siendo, es... 

Groth: ...una cosa es empezar una batalla y otra vivir las consecuencias sociales que pueda acarrear. 

Drechsler: Ahora es diferente. Las mujeres pasan por el instituto creyendo que no hay ninguna razón por la que no puedan hacer prácticamente todo lo que quieran hacer, mientras que yo recuerdo el día que en el instituto tuve que elegir lo que quería ser (irónicamente me interesaba ser veterinaria. Lo elegí como una de las pequeñas cosas que quería hacer), pero ese tío se me quedó mirando y me echó de allí. Me dijo: "Eres demasiado canija. Nunca vas a poder encargarte de animales grandes". Tampoco es que quisiera encargarme de animales grandes. Pensaba más en perros y gatos. Básicamente, me expulsaron. ¿Te imaginas a alguien que haga lo mismo hoy en día? Iría a la cárcel. La policía de la corrección política lo encerraría antes de que supiese lo que estaba pasando. De todos modos, era una época de cambios verdaderamente emocionante. Ver a mujeres haciendo cómics me hizo pensar: "¡Oh! Las mujeres están haciendo esto. Así que yo también puedo hacerlo. Genial."

Groth: Supongo que también te dirías: "Es probable que ellas [es decir, las mujeres que dibujaban] toquen el sexo y otras temáticas. Como en este momento estoy teniendo dificultades para afrontar todo el tema del sexo, de alguna forma esto me ayudará a superarlo". 

Drechsler: Bueno, puede que decir "en este momento" no sea completamente exacto, porque supongo que cuando se convirtió en una posibilidad, el tema del sexo me empezó a parecer algo complicado. [Groth se ríe.] Era un área que me resultaba problemática. Lo que por supuesto, probablemente en los sesenta no fuese la mejor actitud. Ciertamente crecí en el peor momento posible. 
Groth: Ya entraremos en eso a su debido tiempo. [Risas.] De acuerdo, entonces el comix undeground te picó la curiosidad. Tal vez hizo que resurgiese tu antiguo interés en los cómics y además coincidió con tu querencia por la ilustración y el dibujo. ¿Tengo razón? 

Drechsler: Sí. 

Groth: Esto ocurrió a mediados de los 70, pero en realidad no comenzaste a dibujar cómics hasta... 

Drechsler: Bueno, en realidad sí que lo hice. Bueno, aunque ese tipo de transición hacia el sexo me resultaba preocupante. No sé cuánto recuerdas sobre el movimiento feminista de aquel entonces, pero había una parte que creía que todas deberíamos convertirnos en lesbianas... era el ala del movimiento feminista del que yo formaba parte. Me dije: "¡Oye! ¡Pues me parece bien! Voy a probarlo, porque quizás funcione mejor que intentar hacer que el sexo funcione con esos tíos tan molestos". Terminé trabajando para un periódico gay, donde estuve haciendo brevemente una tira de cómics, que ahora me parece bastante apestosa. 

Groth: Solo hiciste media docena de cuatro viñetas. 

Drechsler: Sí, no fueron tantas. 

Groth: ¿Se suponía que era una tira de humor? 

Drechsler: Ya sabes, estaba en algún punto intermedio. Intentaba que tuviese algún giro final. Todavía no había visto el trabajo de Lynda Barry, así que hasta cierto punto intenté modelar mi tira por lo que había visto en la prensa. 

Groth: Era una tira políticamente progresista para un periódico gay de Rochester. 

Deschler: No sé si "políticamente progresista" es el término más adecuado. Era bastante personal, y en eso se parecía un poco a lo que haría más tarde en el medio. Bueno, intenté mezclar algunas cosas políticas junto con otras más personales. Aunque la verdad es que en esa tira nunca conseguí volcarme del todo.

(Continuará)

lunes, 1 de enero de 2018

ENTREVISTA CON DEBBIE DRECHSLER EN THE COMICS JOURNAL (PARTE 2 de 9)

Entrevista con Debbie Drechsler en The Comics Journal nº 249, 2002. Traducida por Frog2000. Parte 1.

Groth: Supongo que estuvo combatiendo en la Segunda Guerra Mundial.

Drechsler: No. Mis padres eran demasiado jóvenes. Nacieron en el ´29, o puede que fuese en el ´28 o en el '30. No lo recuerdo.

Groth: Demasiado joven. Bien. Entonces, ¿el motivo de todas esas mudanzas era porque estaba de servicio?

Drechsler: No. No sé, era bastante extraño. Supongo que cuando todavía nos hablábamos nunca sentí curiosidad por saber a qué se debían, y ahora es en plan: "Bueno, ¿qué demonios estabas haciendo?" No sé si se alistó voluntario o es que lo reclutaron. Supongo que todavía tendría una edad discutible. Ni siquiera sé lo que hacía mientras estaba de servicio. Creo que dejamos Cleveland porque mi padre quería alejarse de su familia. Más tarde me enteré de que en realidad no le gustaba ser farmacéutico, así que empezó a probar otras cosas. Cuando estábamos viviendo en Illinois -no en Urbana, sino la segunda vez-, trabajó de comercial para Ludlow Steel y luego nos mudamos a Cleveland y se compró su propia farmacia. En ese momento, su padre había fallecido, pero su hermano era el propietario de Drexler Drugs y él dirigía otra empresa. Creo que seguían asociados de alguna forma. Pero no estaba a gusto, así que nos mudamos a Scotia, donde estuvo trabajando como recaudador de impuestos durante un tiempo. Lo que nos trajo a Rochester fue que volvió a trabajar para la industria farmacéutica: trabajó brevemente para Rite-Aid y más tarde para Wegman's, que es una pequeña cadena de supermercados al estilo Safeway del Estado de Nueva York. Así que terminó de gerente en una farmacia, no sé si porque no pudo evitarlo o porque finalmente era lo que le gustaba hacer. Aunque supongo que no. Nunca me dio esa sensación.

Groth: Bueno, si me das su número, podría llamar y preguntarle.

Drechsler: [Risas.] Tendría que buscarlo, porque ya ni me le sé.
LEYENDO A SUPERMAN Y CRECIENDO

Groth: Antes has comentado que cuando tu padre tenía una farmacia en Cleveland, solías ir allí y leías cómics. ¿Qué edad tenías entonces?

Drechsler: Bueno, recuerdo hacerlo hasta los diez, pero no sé durante cuánto tiempo. Puede que no fuese mucho, porque era un viaje en bicicleta bastante largo. Igual era algo más joven. Creo que desde mi casa a la farmacia se tardaban unos 15 o 20 minutos, puede que más.

Groth: Si fue alrededor del '63, probablemente estarías leyendo cómics de superhéroes de la DC.

Drechsler: Sí. Estaba bastante enganchada con los "Supers", Superman y Superboy.

Groth: Estoy seguro de que te han dicho que es bastante inusual para una chica.

Drechsler: Lo es. Yo era una auténtica marimacho. Me enorgullecía de jugar con chicos más que con chicas, porque me gustaba jugar a policías y ladrones y ese tipo de cosas, más que a los vestiditos.

Groth: ¿Jugabas con muchachos más que con chicas?

Drechsler: Lo hice hasta que ya no quisieron seguir jugando conmigo porque era una niña. De acuerdo. Primero les parecía bien y luego ya no querían jugar conmigo. Tuve mucha suerte, porque casi solo jugaba con niños, probablemente lo hice hasta sexto curso. También me interesaban las cosas de chicas, pero siempre tuve amigos, lo que en la adolescencia se terminó por convertir en un gran problema, porque eso es todo lo que veían en mí, una amiga.

Groth: Suele ser un problema masculino.

Drechsler: Oh. Ni siquiera lo sabía.

Groth: Oh, sí. Y los hombres lo aborrecen. Bueno, sigamos. Entre los 8 y los 11, o en el período que fuese, solías leer cómics, pero te convertiste en historietista mucho más tarde en lugar de empezar a explotar ese temprano interés en el medio. Esa temprana exposición no tuvo el profundo impacto que nos produjo a tantos de nosotros que nos volvimos obsesivos a una edad temprana y continuamos con esa obsesión a lo largo de nuestra vida.

Drechsler: No estoy tan segura de que no hubiese leído cómics antes de los diez, sino que simplemente no lo recuerdo. En nuestra casa estábamos suscritos a la revista Mad, probablemente lo estuvimos durante bastante tiempo. Es probable que leyese cómics cuando era muy joven, especialmente en la farmacia de mi padre. Pero sencillamente no recuerdo hacerlo.
Groth: Eso sí, dejaste de leerlos cuando todavía eras joven. A eso me refiero cuando afirmo que no te obsesionaste con ellos, tampoco seguiste leyendo cada vez más títulos y empezaste a coleccionarlos como hicimos el resto.

Drechsler: Sí, pero parece que en comparación con los hombres, es bastante típico que las mujeres lean cómics a esa edad. Parece que muchas de las mujeres hacían lo mismo que yo, porque les gustaban mucho cuando eran más jóvenes, pero... estoy bastante segura de que los abandoné porque me parecían cosas de chicos.

Groth: Te sobrepusiste a ellos temporalmente. Estábais suscritos a Mad. Es de suponer que tus padres se suscribieron...

Drechsler: Sí, mi padre. Supongo que se lo leía tan religiosamente como nosotros. Puede que incluso se leyese algunos cómics. Mi padre tenía un sentido del humor realmente infantil y mi madre solía enfadarse con él porque siempre la estaba instigando de una forma pueril y le gustaban muchas cosas que nos gustaban a nosotras. Recuerdo que en consecuencia, mi madre siempre estaba enfadada.
Groth: No puedo creer que de niña no te leyeses La Pequeña Lulú.


Drechsler: No. Lo hice, pero no me gustó. Puede que me gustase cuando era pequeña y no lo recuerde. Ciertamente recuerdo haber leído Archie. Recuerdo leer Little Lulu y Richie Rich. ¡Uf! ¡Odiaba Richie Rich! Siempre lo he odiado. Me acuerdo que me encantaba Popeye, y también adoraba el programa de televisión de Super Ratón. Bueno, ya me conoces... sabes por qué me gusta. De acuerdo, en aquel entonces era una niña, era pequeña, me sentía impotente. ¡Pero mira a Mighty Mouse! ¡Es mucho más pequeño y mucho más poderoso! No recuerdo leer cómics de pequeña. Recuerdo leer las tiras del periódico, pero no recuerdo los cómics. Me encantaban los Classic Illustrated. Los adoraba. De hecho, llegué a leer la versión de Classics Illustrated de Historia de Dos Ciudades, y en sexto curso seguí adelante y leí el libro y escribí una redacción sobre el argumento que impresionó un montonazo a mi profesor. 

Groth: ¿Leías las cosas de Disney?

Drechsler: ¿Había cómics de Disney cuando éramos niños? 

Groth: Por supuesto. El Pato Donald y El Tío Gilito

Drechsler: Ah, vale, no. La verdad es que no recuerdo haberlos leído. Siempre me he sentido atraído por el drama en lugar de la comedia. El otro día lo estuve pensando: nunca veo comedias en la televisión e incluso cuando era pequeña y leía los cómics del periódico, prefería a Mary Worth y... bueno, leía Doonesbury, pero entonces, por supuesto, ya era más mayor. Me gusta más lo dramático. Supongo que seré una drama queen

Groth: Bueno, es cierto. En tus cómics no hay mucho humor. Lo que parece divertido suele ser a expensas de las miserias de un adolescente. 

Drechsler: En Verano de Amor intenté incluir algunas notas de humor, pero no de humor facilón.
REDESCUBRIENDO LOS COMIX

Groth: Has dicho que hasta que no encontraste algunas antologías femenina de los 70 como Wimmen´s Comix, no te empezaste a interesar en el comix underground. ¿Puedes hablar un poco sobre dónde te encontrabas en ese momento? ¿Qué estabas haciendo y cómo descubriste esos cómics?

Drechsler: Bueno, básicamente me metí en el feminismo desde el principio y lo hice de una manera realmente intensa y militante. Para mí fue como: "Wow, esta es la respuesta a todos mis problemas". Lo abracé de una forma apasionada. Eso provocó que la mayoría de los comix underground hechos por hombres me pareciesen viles, malvados: trabajos diabólicos. Ni siquiera me molestaba en mirar los dibujos. Solo me importaba el contenido... me dije: "al diablo, no me interesa". 

Groth: Pero al menos estabas al tanto de su existencia. 

Drechsler: Oh, sí. Recuerdo que a finales de los sesenta alguien me habló en el instituto sobre los cómics de Crumb, y probablemente incluso llegase a ver alguno. Estoy bastante segura de que alguno de mis amigos de clase me habló sobre él, pero me fijé en los dibujos de mujeres de grandes pechos y culos y pensé: "Ok, todo esto no es para mí. Que le den." Fue más tarde, después de abandonar el R.I.T., cuando encontré los cómics hechos por mujeres. Debería mencionar que fui a una escuela en Minneapolis antes de ir al R.I.T . Acababa de salir del instituto y fui a la Facultad de Arte y Diseño de Minneapolis. Ni siquiera puedo explicarlo de una forma razonable, pero como que me separé de mi familia. Probablemente estaba demasiado enferma como para querer averiguar el motivo. 

Groth: ¿Qué estuviste estudiando en Minneapolis? 

Drechsler: Antes de irme de Rochester, decidí dejar el instituto, porque quería hacer impresiones en huecograbado. Siempre me ha gustado el grabado. Había hecho algunas pruebas con seda y xilografías en la escuela secundaria, y un amigo me llevó al R.I.T. y vi el estudio de grabado y me dije: "Aquí es donde quiero estar". Solo que no en el R.I.T., porque, por supuesto, quería alejarme de mi familia, lo que no conseguí, pero en ese momento no lo sabía. Así que me fui a Minneapolis y eso es básicamente en lo que empecé a concentrar todas mis fuerzas. 

(Continuará)

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"Investigué mucho para hacer un buen trabajo. Si me pedían que dibujara una cascada, iba hasta una y la dibujaba. Esto es algo que a...