martes, 18 de septiembre de 2018

¡LA ESPECTACULAR RESEÑA DEL TREINTA Y TANTOS CUMPLEAÑOS DE 2000 AD! (4 DE 6)

Artículo de Tucker Stone y Joe McCulloch para The Comics Journal (página web, 2015). Traducido por Frog2000. Parte 1parte 2, parte 3.

The Complete Bad Company
Por Peter Milligan, Brett Ewins, Jim McCarthy, Steve Dillon.

TUCKER: "Bad Company" de Peter Milligan tiene una deuda con "Darkie´s Mob" de John Wagner, pero esta última tiene una deuda con Joseph Conrad, y si no paro ahora mismo, se me agrietarán los labios hasta que me remonte hasta Gilgamesh por lo menos. Eso sí, "Bad Company" es una de las historias de 2000 AD que se han editado más de una vez en estas costas, y creo que es porque es bastante buena, incluso aunque tengamos en cuenta la secuela psicodélica postiza. "Bad Company" es la historia de un grupo de soldados de infantería adictos a la violencia que trituran todo a su paso al otro lado de un planeta infernal, una ficción clásica para niños conducida hasta extremos espeluznantes. Poniéndose más fáciles las cosas, Milligan crea a un villano con el que es imposible identificarse o con el que como mucho te puedes identificar a regañadientes, y luego suelta un equipo de tipos duros que van destruyéndolo todo. Si bien las circunstancias hicieron que la gran historia que estaba resultando ser quedase manchada con una buena cantidad de extrañas tonterías al final, su periplo inicial es un brillante ejemplo de cómo manufacturar una historia alternativa a Dredd y Future Shocks para la revista.

JOE: Parece que este año también va a continuar, así que puede que ese "Completo" sea un nombre inapropiado...
The War Machine
Por Dave Gibbons, Will Simpson, Michael Fleisher, Steve Dillon, Kevin Walker.

JOE: ¡Que ironía! De todos los populares ataques de angst superheróicos de finales de los 80, nadie parece recordar el que se sacó de la manga el mismísimo coautor de Watchmen. Su perdido The War Machine supone una absoluta revuelta que rehace el Rogue Trooper de Gibbons y Gerry Finley-Day (un cómic sobre un comando perdido protagonizado por un soldado artificial que busca la venganza) como una loca ópera sangrienta y asesina digna del Frank Miller más patibulario. De hecho, originalmente se suponía que Gibbons iba a escribir y dibujar esta cosa, pero terminó embarcándose en el "Give Me Liberty" de Miller, y sospecho quees lo que le llevó al Gibbons-guionista a adoptar exactamente la narrativa desapasionada de tipo duro: Un francotirador. Sigue moviéndote. Sin prisioneros. Alambre de espino. Desgarra los trajes anti-gas. Los humanos quedan atrapados. Nosotros nos libramos. Está claro que recuerda a Frank el Tanque de Demolición. Demonios, incluso Henry Flint dibuja la maldita portada de esta nueva edición de una forma que claramente parece un homenaje a Miller.

Pero el dibujante no es ni Flint, ni Miller, ni Dave Gibbons, sino el prolífico diseñador y guionista de "Juego de Tronos" Will Simpson en su regreso al cómic, y su buen gusto hace que salpique las páginas de rompedor fuego rosado, cielos y sangre rojos sobre la piel azul, y terrible acero negro. A veces casi recuerda el trabajo de Bill Sienkiewicz y Miller en "Elektra: Asesina", pero Simpson es lo suficientemente surrealista como para crear un remolino impresionista de terror en mitad de los combates: transmite el caos al rojo vivo de la lucha que persiste incluso como una pérfida intrusión mental en tiempos de paz. Las más de 74 páginas están estructuradas en tres actos (lo suficientemente breves como para que la historia tenga la decencia de terminar justo cuando todo ese discurso de "Hermanos, muramos con honor" empieza a resultar molesto). El primer tercio del tomo está compuesto por una gigantesca secuencia de combate, el segundo se aproxima al viaje de "Apocalypse Now" a lo largo de un pedazo de infierno, y el tercero acusa al complejo militar-industrial de ser los VERDADEROS traidores, ¡toma ya! Fundamentalmente, supongo que tendrá mucho que ver con aprovechar la popularidad de "Platoon" y "La Chaqueta Metálica", al igual que Hook Jaw lo hizo con Spielberg, mientras que al mismo tiempo presenta un ¡Nuevo! ¡Oscuro! ¡Violento! origen de una súper-persona perdurable para los Grandiosos Ochenta, pero Dios mío, mejor ponlo junto a La Sombra de Howard Chaykin, ¡porque estos bastardos hacen que de mucha caña!

En la parte final del tomo hay un puñado de historias posteriores de Gibbons / Simpson que es un poco como ver una película de varios fragmentos centrada en una rebanada de pan que se va descomponiendo lentamente.
Shakara: The Avenger
Por Robbie Morrison y Henry Flint.

TUCKER: Excelente acción y ciencia ficción protagonizada por un guerrero galáctico al estilo de Nemesis. Un gladiador que se abre paso por el universo masacrando a aquellos que mataron a su gente. Basado absolutamente en el dibujo de Henry Flint en ABC Warriors, el resultado es genial. Tan directo como el bate que usan sobre la cabeza de Joe Pesci en "Casino". Muy recomendable.

JOE: Ojalá Simon & Schuster hubiese editado el segundo volumen (final). Durante un tiempo lo tuvieron previsto, pero nunca más se supo. ¿Quizá fuese víctima de una reducción de la ambiciosa producción? Tal vez solo fuese por una cuestión económica...
Kingdom: The Promised Land
Por Dan Abnett, Richard Elson, Steve Roberts.

TUCKER: Esta es una inofensiva historia post-apocalíptica que saca a relucir diversas revelaciones (cómo terminó el mundo, cómo se rige el Sistema en la actualidad, cómo han cambiado las cosas) de manera efectiva. Es bastante rápida, y Dan Abnett no se avergüenza de dejar las riendas de la narrativa a Richard Elson, confiando en que el dibujante se encargue de la mayoría de las escenas de lucha (que constituyen un buen tercio del libro) sin depender del diálogo como una muleta. Hay momentos a lo largo de la historia que me dejaron preguntándome si tal vez Elson no será un poco mojigato, ya que su violencia tiene cierta tendencia a la mansedumbre, pero también es probable que el artista esté de acuerdo con el problema básico de la historia, que es que todo es bastante mediocre. Comparado con un gran cómic, no hay gran cosa que apreciar en Kingdom, pero en comparación con cualquier procedimental de una hora decentemente realizado (sea de la variedad de abogados o policíaco), está por encima de la media.

JOE: Entonces, ¿qué piensas de Dan Abnett? ¿Te gusta lo que hace? ¿Te gusta la experiencia Dan Abnett? No me he comprado ese libro, pero me he leído lo último de Kingdom, publicado a finales del año pasado en 2000 AD. En su mayoría eran escenas de batallas llenas de personajes con vestimentas cartoon de utilidad indistinta que gritaban frases que se repetían una y otra vez, con una narración repetitiva en la parte superior de la mayoría de los capítulos que creo que evocaba alguna tradición oral aborigen, pero se parecía más a que se intentaba colmar la incertidumbre de que los lectores fuesen capaces de olvidarse de la mitad del elenco de personajes de una semana a otra, y creo que no es algo infundado. Probablemente me lo habría saltado si cada entrega no se tomara como mucho 45 segundos para terminar. La verdad es que he pasado mucho de Sinister Dexter, la reciente serie de un jillón de páginas que apareció después de Los Guardianes de la Galaxia en la bibliografía de Abnett. De hecho, de todos los que conozco que leen 2000 AD, podría contar con los dedos de una mano el número de personas que admiten abiertamente "seguir" Sinister Dexter. Sin embargo, creo que hay una mayoría silenciosa que ha ido manteniendo durante casi dos putas décadas esta acuosa mezcla de batiburrillo a la Ennis (época Predicador) y batiburrillo a la Tarantino (época Pulp Fiction), y esa es la especie de tragaperras que la Dan Abnett Experience ocupa en mi gran cartografía de 2000 AD: rellena eficientemente el espacio que a menudo suelo obviar, pero que se supone que alguien más se leerá. Durante un tiempo disfruté de su serie Insurrection, una ópera espacial inmersa en la continuidad de Judge Dredd... ¿quizás sea uno de esos guionista que se beneficia de una premisa firme y preexistente como base desde la que empezar a extrapolar cosas propias? También ha escrito gran cantidad de novelas de Warhammer... Nunca me he leído sus Guardianes, aunque podrían funcionar.

TUCKER: De alguna forma esta serie encapsula bastante bien la labor habitual de Dan Abnett: parece el tipo de persona que no tiene muchas ambiciones más allá de entregar las cosas a tiempo. Nunca me he enganchado a su trabajo con las propiedades cósmicas de Marvel, pero sí que he leído lo suficiente como para estar relativamente seguro de poder afirmar que parecía poseer cierto genuino entusiasmo, lo cuál tiene mucho sentido. Si te has forjado una carrera creativa trabajando con versiones genéricas del entretenimiento mainstream, es probable que cuando tengas la oportunidad de acometer un universo popular propio, creas que estás dando un paso adelante, incluso aunque sea un trabajo como asalariado para alguien. En realidad, cuando leo los cómics de Dan Abnett suelo pensar en qué estará pensando Andy Lanning (quien ha trabajado con Abnett en casi toda su obra estadounidense). ¿Se leerá lo que ha hecho y desearía poder cambiarlo? ¿O no le importa lo más mínimo? ¿Le miente a Dan y le dice que se lo ha leído, saboreando secretamente que ni siquiera lo ha intentado?
Lenny Zero and the Perps of Mega-City One
Por Andy Diggle, John Wagner, Jock, Henry Flint, Steve Dillon.

TUCKER: No es una mierda, pero está cerca.
Low Life: Paranoia
Por Rob Williams, Henry Flint, Simon Coleby.

TUCKER: Aunque el universo de Juez Dredd ha engendrado algunos cómics interesantes, Low Life no es uno de ellos. Esta serie es una de esas decepciones que comienza mal y sigue empeorando, la historia de los Jueces Encubiertos de Mega-City One y los diversos problemas a lo Hammett en los que se metieron. (Esto no es exacto del todo, pero después de terminar "Low Life", lo único que queda en la memoria es su textura de cliché de género negro. Eso y el inusual diseño de "Dirty Frank", el personaje basado en Alan Moore.) La portada presenta prominentemente un "Juez bebé", y aunque aparece para criticar sabiamente algo, la mayor parte de este tomo trata sobre un Juez que se llama Aimee Nixon y sus diversos trabajos encubiertos. Lo único que brilla es el dibujo de Henry Flint, pero después de veinte páginas de esta banalidad, es difícil no sentir que estás perdiendo el tiempo. Se volvió vagamente interesante cuando relacionaron parte de la trama con una historia de Juez Dredd ["Trifecta", que publicará a finales de este año S&S], pero la pura verdad es que ninguno de los personajes de Low Life es demasiado interesante, y para cuando te has leído una página, tu cerebro ya habrá descifrado cómo serán las siete siguientes.

JOE: De nuevo, nunca había leído esto, pero me gustan las historias más recientes de Low Life... el material estrictamente dibujado por D'Israeli que básicamente es Dirty Frank: The Ongoing Series (todos los cuadros de texto parecen estar narrados con la voz de Alan Moore, y el efecto es espléndido). Una mezcla decente de humor más vistoso que surrealista y una gran y bufonesca parodia de esas que incorporan a Mitt Romney como el villano de una historia ambientada en las elecciones de EE. UU. bajo la forma de un tiburón antropomórfico parlante.

TUCKER: Lo secundo por completo. Cada vez que se centra en "Dirty Frank", Low Life se vuelve infinitamente mejor. La historia más reciente que estás describiendo (relacionada con el intento de hacerse con el poder de Mega-City) es un excelente ejemplo de lo que debería hacer Williams con su tiempo. Mete a Aimee en un bote de remos y que se vaya muy lejos, y arroja al bebé dentro para que le haga compañía.
Hondo-City Law
Por Robbie Morrison, Frank Quitely, Andy Clarke, Neil Googe, John Wagner, Colin MacNeil.

TUCKER: Quitely. Merece la pena.

JOE: Sí, pero ¿qué pasa con las otras 127 páginas? Creo que hay que enfatizar que Frank Quitely no aparece demasiado en el tomo, aunque sin embargo, lo que hay aquí representa más de un tercio de sus dibujos para 2000 AD y sus hermanos. Además, el... "humor dialéctico" de la historia de Wagner / MacNeil evoca una frase del comediante Hari Kondabolu sobre el amado personaje de los Simpsons Apu: "Si viera a Hank Azaria poner esa voz en una fiesta, lo patearía hasta matarlo".

TUCKER: A veces creo que el tratamiento creativo de los estereotipos raciales del Juez Dredd (lo peor es cómo se representan los hispanos, pero las cosas japonesas de "Hondo" bien pueden ser el escalofriante ganador) se suele excusar porque el cómic es en general una gran sátira sobre los Estados Unidos y los estadounidenses... aunque probablemente esta apreciación solo sea un mecanismo defensivo que surge mentalmente en cuanto pienso en criticar un poco a Dios-Wagner. Las mayores críticas de Dredd son contra el consumidor estadounidense de voluntad débil, ese tipo que se contenta con dejar que el fascismo pisotee las calles mientras la televisión siga funcionando 24 horas al día, 7 días a la semana. Si estos cómics de Dredd odian algo de verdad, entonces creo que odian a los que se callan esperando que mamá les de su comida masticadita, a pesar de la evidente ironía de que las historias se imprimen en el tipo de papel que se creó para que algún día pueda atarse con hilo y lanzarse a una hoguera. Pero cuando este tipo de lenguaje hace aparición, es muy molesto porque también resulta muy incongruente, una reliquia de un tiempo en el que Dredd no parecía tener nada que decir sobre el tema, lo mismo que nunca parece reconocerse que algunos Jueces son negros, y otros mujeres, un futuro en el que parece que hemos dejado atrás el racismo y la misoginia y centramos toda nuestra energía en si eres fuerte o débil, representes o no la ley. Pero entonces Dredd visita el extranjero y los japoneses hablan como en una película de propaganda de los años cuarenta, y no sé qué decir, porque no hay excusa que valga.
Zombo: Can I Eat You Please?
Zombo: You Smell of Crime and I'm the Deodorant
Por Al Ewing y Henry Flint.

JOE: Definitivamente, soy fan de Zombo: es el tipo de humor ridículo y saturado de cultura popular capaz de arruinar la carrera de un guionista y avergonzar a su familia, pero por Dios, es una trampa de la que Al Ewing sale bien librado. Además, no lo he consultado en el Guinness, pero es muy probable que Henry Flint tenga alguna entrada como el Artista Más Desconocido en el Extranjero (en la división de artistas británicos del cómic): una vez hizo aquella miniserie de los Omega Men en 2006-07 para DC con una Dominic Regan en colores que parecía absolutamente insana.

TUCKER: ¡Zombo! Ninguna queja sobre Zombo. En cuanto empecé a prestar atención a Charlie Brooker, también empecé a disfrutar de este tomo, una forma de descubrir lo completamente jodida que está la televisión británica en cuanto te alejas de esa zona de calidad compuesta por Spooks / Prime Suspect / Thick of It. Henry Flint es uno de esos tipos que se coló en mi casa y se hizo un lugar en mis estanterías. Hasta que no comenzamos con esta conversación a cuatro manos, no me di cuenta de la cantidad de obra suya que había leído hasta el momento. Es el tipo de humor en el que mejor destaca 2000 AD, y ocho páginas a la semana es la mejor forma de paladearlo.

(Continuará)

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