viernes, 6 de marzo de 2020

ENTREVISTA CON HOWARD CHAYKIN EN THE COMICS JOURNAL (1979). PARTE 2 DE 5.

Entrevista de Marylin Bethke con Howard Chaykin en The Comics Journal nº 51 (1979). Traducción: Frog2000. Parte 1.

Chaykin: Claro, es que me parecía un poco raro. Me tomo mi trabajo muy en serio, porque me esfuerzo mucho, y cuando estoy trabajando nunca suelo pensar en otra cosa más que en lo que estoy haciendo. Y supongo que me dejó bastante perturbado que por un lado atacaran alguna de mis obras, y que por otro me pidiesen hacer una entrevista. Me molestó mucho. En la crítica que publicaron se decían un par de cosas que parecían bastante iconoclastas, y nunca he confiado en ese ángulo, porque por lo general significa que el autor no tiene ningún punto de vista propio, o puede ser como una especie de efusiva crítica patea-culos que me cabrea mucho. Así que lo de la entrevista me pareció un poco raro.

Bethke: Quiero volver sobre lo que creo que te he preguntado al principio. Ya que estamos hablando específicamente sobre The Comics Journal: ¿crees que las editoriales como Byron Preiss específicamente, y otras personas en general, que están haciendo las cosas de forma un poco diferente, han recibido un tratamiento justo en revistas como The Comics Journal y en la prensa del fandom?

Chaykin: Probablemente no. La gente del cómic, los fans, tienden a utilizar un vocabulario extravagante y tienen una comprensión limitada del mundo en el que viven. La mayoría no saben nada sobre el mundo ajeno al cómic, y tienen un conocimiento bastante incompleto de lo que se está haciendo en el campo del dibujo actual. También tienen una comprensión bastante vaga de que la ilustración alcanzó su apogeo durante los años 30, y están enamorados de la nostalgia. Están atrapados en esa sensación de creciente nostalgia por las cosas que fueron propias de sus padres, y yo odio la nostalgia, porque por lo general me parece una mierda.

Bethke: Entonces, en el caso de la prensa del medio, ¿sueles descartar las críticas que le hacen a tu trabajo?

Chaykin: No del todo. Me las tomo muy en serio porque soy un paranoico. Me tomo las críticas con seriedad.
Bethke: ¿Has leído alguna crítica valiosa sobre tu trabajo?

Chaykin: Digamos que aunque creo que Neal Adams es un loco, me tomo sus críticas mucho más en serio que las críticas de la prensa del medio. El periodismo negativo de la prensa de los fans me cabrea solo porque es negativo. Tampoco me tomo mucho más en serio las respuestas positivas, porque por lo general no saben sobre lo que están hablando. Quiero decir, cualquier negocio en el que las credenciales para obtener un trabajo en una de las principales empresas sean leer un par de cómics me parece aterrador. No respondo muy bien al hecho de que me pateen el culo. Tiendo a tomarme los ataques a mi obra como algo personal, lo cuál supongo que es una actitud poco saludable, pero así soy yo.

Bethke: ¿No crees que la industria en general obtiene cierto beneficio cuando la prensa del medio "patea culos"? ¿No crees que el medio podría usar un poco mejor ese tipo de críticas?

Chaykin: Claro.

Bethke: ¿Crees que las críticas podrían estar mal dirigidas?

Chaykin: No lo sé. Solo sé que el Estado del Arte tal y como está, parece tan tullido que incluso los proyectos mustios de Byron son por su propio aspecto mucho más interesantes de lo que parecen... o eso creo. Odio sonar como un fascista, pero de vez en cuando, unirnos todos no estaría de más.

Bethke: ¿Crees que las revistas en color de la Marvel son al fin y al cabo significantes? ¿Crees que ofrecen algún tipo de innovación? 

Chaykin: Tienen mejor aspecto que las publicaciones normales. ¿Cuánto cuestan ahora los cómics, 35 o 44 centavos?

Bethke: 40.

Chaykin: Tienen mejor pinta. Los otros están demasiado coloreados, los fans están demasiado enamorados del color. Es una de las reglas básicas del fandom, le tienen un enorme desprecio al blanco y negro.

Bethke: ¿Serán yonquis de la cuatricomía?

Chaykin: Eso es. Miran tus dibujos en blanco y negro y te dicen que si los puedes dar color. No entienden que hay diferencias en el producto final. En este momento están pasando por su fase de aerógrafo, estos últimos días he comentado lo mismo varias veces, que el aerógrafo es la alquimia de los ochenta. Pero el aerógrafo no va a salvar a los cómics. Solo es una herramienta. La verdad es que no me impresiona demasiado el aspecto de las cosas que se hacen con él. Creo que es un experimento notable, pero a finales de año se habrá olvidado.

Bethke: ¿Crees que en este punto hay algún experimento notable?

Chaykin: Claro. Sinceramente, hay un montón de material que no me gusta, pero a mí no me gusta por motivos diferentes a los de los fans.

Bethke: ¿Cuál es la diferencia?

Chaykin: Yo sé lo que estaba intentando hacer el tipo que ha hecho algo. Trabajo en el medio, y sé lo que es una obra honesta cuando la veo.

Bethke: ¿Qué es una obra honesta?

Chaykin: ¿Quieres decir específicamente?

Bethke: Si.

Chaykin: La adaptación de Simonson de la película Alien es un trabajo muy sincero. Parece como si se hubiese roto el culo haciéndola, y sé de buena fe que lo hizo. El trabajo de Jean Giraud como Moebius está muy bien. Las cosas de Corben son realmente sinceras, un trabajo muy honesto. Es una obra de lunático que te consigue estremecer. Me resulta difícil leer sus cosas, porque me dan mal rollo, lo que es más una señal de su capacidad para manipularme que cualquier otra cosa.

Bethke: ¿Por qué lo hace (darte mal rollo)?

Chaykin: Porque el tono es muy visceral, y a veces me deja mal cuerpo.

Bethke: Si, no es demasiado sutil.

Chaykin: No, y me parece bien, porque tiene la obvia necesidad de ser evidente.
Bethke: Una de las cosas de las que parece que te gusta hablar y que resulta bastante interesante es la analogía que has descrito a veces entre los cómics y la música rock. ¿Qué similitudes tienen?

Chaykin: Son cosas del pueblo. No es ningún secreto que la mayoría de los músicos del rock and roll no son muy buenos músicos, pero tienen algo que los hace especiales. El rock and roll es muy erótico. Los cómics también, erotismo juvenil: "ven a follarme, mamá". El rock and roll es un negocio de hombres, y también los cómics, aunque en realidad estos son un negocio de adolescentes. Y el mejor rock and roll es una especie de fantasía lineal. Las mejores composiciones de Van Morrison son historias, relatos de tres minutos y medio que ni tienen comienzo ni tampoco un final, pero sí tienen una excelente mitad. El rock and roll y los cómics son muy similares en ese sentido, y siempre me ha sorprendido que los medios estadounidenses hayan logrado aceptar el rock and roll y sin embargo, descarten los cómics. Los motivos son bastante obvios: el rock and roll es un negocio multimillonario. Pero en Europa, los rockeros leen cómics. Los cómics son rock and roll sobre papel. Por otro lado, la mayoría de la gente que lee cómics tiende a escuchar mucho a John Denver, Jack Jones, ese tipo de material.

Bethke: ¿Pero no crees que la música rock se basa mucho más en la rebelión? Comenzó de esa forma...

Chaykin: No, no, no. Solo rebelión en el sentido de: "Jódete, mami", pero eso no es rebelión. Es de lo más normal. Todo el mundo dice: "Jódete, mami". El rock and roll es historias de amor y guau-soy-un-chico-y-soy-feliz. El rock and roll no es rebelión, es solo una parte del rock.

Bethke: ¿Estás diciendo que la rebelión que promulga el rock and roll es bastante más juvenil o adolescente?

Chaykin: Oh, lo es. Lo que consiguió que el rock and roll fuese tan popular en los años 50 fue que los niños blancos empezaron a tocar música negra para niños blancos, y los padres blancos no pudieron lidiar con el tema. Y me parece bien. Nunca me habrían dejado escuchar rock and roll de niño. Vengo de una familia muy progresista, donde el rock and roll se consideraba pueril. Me dejaron escuchar mucha música socialista.

Bethke: ¿Qué es música "socialista"?

Chaykin: Woody Guthrie, The Weavers, música folk de los años 30 y 40.

Bethke: Sin embargo, está muy bien.

Chaykin: Todavía la escucho.
Bethke: ¿Cuáles crees que son las posibilidades de los cómics? ¿Descansa en las obras que editan editoriales como Preiss o en el Heavy Metal, o hay algo más?

Chaykin: Eso espero, porque me gusta tener en cuenta los oficios con enjundia, a la gente que se toma en serio su trabajo y hace cosas interesantes partiendo de lo habitual. Los cómics no han cambiado mucho en 40 o 50 años. Ya es hora de que lo hagan.

Bethke: ¿Crees que lo harán antes de desaparecer?

Chaykin: No sé si lo harán. Puede que sí. Ahora me lo estoy pasando francamente bien, porque estoy aprendiendo muchísimo sobre cómo usar otras herramientas para contar historias en el medio.

Bethke: Antes has mencionado a Walt Simonson. ¿Crees que hay algún otro que trabaje en la industria y que esté haciendo algo similar, que aprenda cosas nuevas e intente usar nuevas herramientas?

Chaykin: Si.

Bethke: ¿Alguno está trabajando para Marvel o DC, o solo se les puede encontrar en otros sitios?

Chaykin: Hay gente bastante buena en esas editoriales. Muchos prueban cosas nuevas, trabajan en cosas nuevas, y me parece genial. Parece que soy el único tipo en el cómic mainstream que es lo suficientemente imbécil como para asumir obras gigantescas. Son enormes y me van drenando mientras las hago. Son emocionalmente debilitantes. The Stars My Destination fue un tomo de 185 páginas producido a lo largo de un período de ocho meses. ¿Entiendes? No es como dibujar un cuadro cada seis meses: es el mundo real. Trabajo duro. Supongo que tengo que ser un verdadero imbécil, porque la verdad es que lo he estado haciendo por casi nada. Me produce mucho placer, pero también una enorme frustración.

Bethke: ¿Qué te gustaría hacer?

Chaykin: ¿Cuando sea mayor? No lo sé. Me gustaría ser realmente bueno.

Bethke: ¿No estás satisfecho con tu trabajo? ¿Crees que no eres realmente bueno?

Chaykin: Creo que soy muy bueno para el medio del cómic. Estoy al principio de una sólida comprensión del color, independientemente de lo que otras personas puedan pensar. Tengo una comprensión muy sólida de cómo debe ser la buena narrativa en el cómic. Soy un buen dibujante, pero me gustaría mejorar.

Bethke: Has afirmado que eres bastante bueno para el medio. ¿Crees que hay un nivel inferior básico, o...?

Chaykin: Sin duda. Los estándares de la industria son una mierda.

Bethke: Entonces, ¿eres bueno haciendo mierda?

Chaykin: Sí, visto así, soy la leche. Fuera de esto, aunque no estoy tan seguro dados los conceptos básicos con los que he estado jugando estos últimos dos años y medio, me interesa mucho hacer todo lo que quiero fuera de la industria mainstream, en la independiente. Aunque tampoco me importaría desechar ambos sitios.

Bethke: ¿Qué tipo de ilustración te interesaría hacer?

Chaykin: El tipo de cosas que no se han hecho en años. Bueno, es obvio que me gustaría trabajar en todos los mercados más candentes, porque ahí es donde está el dinero y ahí es donde se encuentra la fama. Quiero que me reconozcan por la calle. Quiero poder ir a comer a la Sociedad de Ilustradores y que me hagan la pelota y me digan: oh, cariño, guau. Pero no creo que suceda nunca. Y si ocurre, francamente estaría encantado. Me gustaría trabajar para Time, me gustaría trabajar para la TV Guide. Me gustaría trabajar para el Reader´s Digest. ¿Sorprendida?

Bethke: No.
Chaykin: No quiero hacerlo, pero es probable que tenga que dibujar portadas de libros de tapa blanda, con ilustraciones parecidas a las que hago en el cómic. Ya sabes, bárbaros y mujeres desnudas, ciencia ficción, monstruos y naves espaciales, y toda esa mierda. Es un material que está bien, pero a veces te das cuenta de que... aquí es donde Chaykin masculla de forma inarticulada.

Bethke: Lo indicaremos con un paréntesis.

Chaykin: Es que no sé... Solo quiero hacer dibujos y seguir mejorando. Así han sido los dos últimos años: una especie de clase de aprendizaje.

Bethke: ¿Crees que en el cómic no hay tanta gente que quiera aprender, que lo único que quiere es seguir dibujando el siguiente número de Hulk que sacó el mes pasado, y el anterior a ese, y los dos años antes?

Chaykin: Mira, la mayoría de la gente que trabaja en el cómic no son tan brillantes, eso para empezar. Para continuar, a las editoriales les interesa mucho sacar el producto más barato que puedan.

Bethke: ¿Es eso cierto...

Chaykin: Si. 

Bethke: ...o así lo creen ellos?

Chaykin: Es lo que piensan. Sea cierto o no, es irrelevante. No sé, pero eso es lo que piensan ellos. Punto tres: te contaré una anécdota. Hace un par de años estuve en San Diego en una Convención, y mi amigo Ed Hirsch vino a verme y me dijo: "¿Quieres conocer a Barron Storey?" Y me puse como loco. Barron Storey es un ilustrador contemporáneo que me parece vital. Trabajó mucho para Time, y ha estado trabajando también para el Reader´s Digest. Hace nada ha terminado una serie de ilustraciones sobre Moby Dick que se encuentran entre los dibujos más devastadores que haya visto nunca. ¿Los has visto?

Bethke: No.

Chaykin: Son la hostia. Son molestos y perturbadores. Los ha hecho en blanco y negro, y son magníficos. Conocerlo fue todo un placer. No tenía nada en particular que decirle, pero llevo admirando parte de su obra desde hace mucho tiempo, y además su hijo es fan del cómic. Así que nos sentamos y empezamos a charlar. Le gustan los cómics. Odia las historias, pero le gusta la idea de la continuidad y todo eso. Y yo estaba en plan: guau, oh, tío, es Barron "puto amo" Storey. Luego me junté con uno de los tíos del negocio, y le dije: "acabo de conocer a Barron Storey". Ese tío no tenía ni idea de quién estaba hablando.

Bethke: ¿Te sorprendió?

Chaykin: La verdad es que no. Me dejó deprimido. De verdad. Ya me ha pasado otras veces: hablas sobre ilustradores cuyo trabajo admiro, y mis colegas, algunos de ellos, los catalogan como arte "desechable". 

Bethke: ¿A qué ilustradores se refieren como "desechables"?

Chaykin: Robert Fawcett, Austin Briggs, Al Parker, Bob Peak, Barron Storey. No vale la pena hablar sobre ellos. Este es un negocio que se está suicidando y que sofoca el trauma a base de nostalgia.

Bethke: ¿Nostalgia por qué?

Chaykin: Por la infancia de sus padres, por una mayor sencillez, unos tiempos que tenían el romanticismo como emblema. Es un negocio de mentalidad literal, se fija mucho en la superficie. Ve lo que quiere ver y no mucho más. Y responde con imágenes directas. No reconoce la existencia de las imágenes más elaboradas.

Bethke: ¿Crees que básicamente se debe a que carece de percepción o a una falta de voluntad para hacerlo?

Chaykin: Se debe a una falta de percepción auto-impuesta, una falta de percepción que han decidido tener a voluntad. Es como esas personas que no están dispuestas a reconocer su propio presente, por lo que intentan vivir a base de lo que otra persona creó en el pasado. Me gusta la música de los 30 y me parece que está muy bien, pero nos encontramos en 1979, me gusta la música de los 30 desde una perspectiva histórica. Es buena música. El arte y la ilustración de los 30 fueron maravillosos, pero su valor actual es como algo novelty.

Bethke: ¿O como algo de lo que aprender?

Chaykin: Claro. Me refiero a que por un lado, no puedes coger una ilustración contemporánea y decir: este es el principio y el fin de todo. Me interesa saber quién hizo que las personas que están trabajando ahora sean como son. Me fascina el hecho de que Bernie Fuchs y Bob Peak surgiesen de lugares tan diversos como Toulouse Lautrec, y que también haya otros más contemporáneos como Austin Briggs. Me disgusta bastante el trabajo de Richard Amsel, que hace interpretaciones muy, muy aburridas de las ilustraciones de los años 20 y 30, es como si fuesen un atajo.

(Continuará)

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