sábado, 8 de enero de 2022

EL FIN DEL RUIDO TAL Y COMO LO CONOCEMOS

Reseña de Jim Testa para Jersey Beat (1989), traducción: Frog2000. 

SONIC YOUTH – DAYDREAM NATION

PUSSY GALORE – SUGARSHIT SHARP

Noise Rock, Scum Rock, Pigfuck… llámalo como quieras, pero en 1988 ha empezado a sonar más a música.

Lo que no quiere decir que nadie se haya vendido, o rendido, o hecho dinero, aunque algunas bandas cuyo trabajo parecía producir el escándalo menos comercial y más impío del mundo hace apenas uno o dos años les ha ido bien. Y nadie lo hizo mejor que Sonic Youth, dioses indiscutibles de la “escena ruidosa” del centro de la ciudad y la banda más comercial que el género ha producido hasta ahora. Tampoco ha grabado nadie un mejor disco que "Daydream Nation" en 1988.

A Sonic Youth nunca le ha gustado la etiqueta ´noise band´ por razones obvias: es demasiado estúpida y limitadora. De todos modos, con "Daydream Nation" la banda ha tranformado el término en un sinsentido. Este LP doble, una colección de 12 canciones, tiene momentos de ruido, un sonido brutal y distorsionado y una retroalimentación que hace sangrar los oídos, pero van acompañados de otros momentos de belleza tan puros y claros, todos producidos por guitarras, que parecen rivalizar con las campanas de una iglesia. Empieza con "Teenage Riot", una melodía de power pop y la voz sonriente de Thurston Moore impulsada por armonías relucientes y un ritmo punkadelico. ¿Quizá suena un poco como los héroes de la banda, los Ramones? La siguiente canción, "Silver Rocket", chilla y vibra como los Buzzcocks, al igual que la voz de Kim Gordon recuerda a la de Patti Smith. Este es un disco de punk rock, claro, al igual que Sister también lo era. Pero "Daydream Nation" va un poco más allá, no solo continúa una dirección hacia la composición estructurada "pop" que el grupo comenzó en Evol y desarrolló en Sister, sino que también incorpora las disonantes sonic jams de sus discos anteriores. Casi todas las "canciones" tienen un puente que permite que las guitarras desaten capas de retroalimentación y distorsión controlada... pero justo cuando la canción amenaza con convertirse en “ruido”, la melodía y la letra se reafirman. Sucede en el viaje a lo Radio Ethiopia “The Sprawl” y el descaradamente dylanesco “Eric´s Trip” (que, en mitad del mayor de los estruendos, hace que una guitarra rompa como un carillón de catedral). “Total Trash” presenta uno de sus retuneos de guitarra tan característicos, una guitarra rítmica aplanada, estridente y distorsionada, pero fíjate en cómo la banda se superpone chirriando sobre ese sonido para formar un puente natural para la canción, de regreso al pegadizo verso punk rock.

Puede que "Daydream Nation" haya nacido del amor perverso de Sonic Youth por las giras: las canciones son divertidas de escuchar y, estoy seguro, de tocar, pero son más desafiantes que las melodías bastante sencillas de "Sister". El tipo de canciones que puedes poner noche tras noche sin aburrirte. Este es sin duda un disco que puedes escuchar una y otra y otra vez, son cuatro caras con 3 canciones cada una, una simetría que lo convierten en casi perfecto. Cada lado es como un disco separado, cada uno tiene su parte de melodía, poesía, energía y sí, ruido.

Incluso la más jodida de las bandas del movimiento pigfuck, Pussy Galore, parece mucho más musical en su nuevo EP, "Sugarshit Sharp". Al combinar letras reconocibles (si no discernibles) con riffs repletos de energía y tocarlo todo con ritmo, el material de este disco puede seguir siendo "ruidoso", pero está mucho más cerca de las canciones que cualquier cosa que la banda haya hecho antes. La asombrosa percusión biónica de Bob Bert, parte metal, parte batería, mitad humana, mitad máquina, es la de un verdadero héroe: reemplaza toda la gama de la sección rítmica tradicional. Es guitarra rítmica, bajo y batería, todo en uno. Las guitarras en sí son crudas y distorsionadas, tocadas con una energía inquebrantable y una inclinación por el primitivismo que supone el verdadero triunfo de este disco. Realmente suena como una banda que acaba de conseguir sus guitarras por primera vez hace seis meses. Nada mal para un combo que lleva seis años en activo. Pussy Galore extirpan la reverberación, los efectos y las baratijas industriales de la mayoría del "noise rock", al igual que los Ramones filetearon y deshuesaron el rock para todos los públicos de su época, otorgándole a "Sugarshit Sharp" el poder anfetaminizado y crudo del pirata más psicótico de los Stooges que se pueda imaginar. Nadie ha sido tan bueno sonando tan mal desde los primeros Cramps.

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