lunes, 21 de febrero de 2022

EMBUSTES, POR GRANT MORRISON /2

Columna para Speakeasy nº 102 (1989), traducción: Frog2000.

Antes de lanzarme a charlar sobre el batiburrillo de este mes, me gustaría hacer una pausa para cantarle el "Happy Birthday" de Altered Images a Deadline, que acaba de rebasar su primer aniversario mientras lees esto. Si Jamie Hewlett y Alan Martin no terminan ganando todos los Premios Eagle y los Oscar, prenderé fuego a la fina cabellera de Richard Clayderman.

Además... os quiero dar las gracias a todos los que enviasteis frases y mensajes de apoyo después de mi columna debutante. La broma de Howard Chaykin también me pareció muy divertida, pero tampoco me puedo permitir que un lenguaje tan obsceno, por así decirlo, ensucie mi columna. De todos modos, no quiero herir los sentimientos de nadie, así que cambiemos de tema de inmediato.

Por lo que...

BATMAN ES UN PAJERO ABURRIDO

Hace varios cientos de años, en la época del punk rock, solía pasar el rato en el garito musical de Customs House Quay, situado en el sórdido paseo marítimo de Glasgow. Puede que aún llevase puestos mis pantalones acampanados, quizá aún luciese un corte de pelo a lo Wayne Osmond, pero mi mueca de desprecio, os lo aseguro, era sincera. Todos los sábados, las bandas locales se subían al escenario y hacían su "numerito", que en aquel momento consistía en escupir, maldecir al anciano encargado del garito y usar cubiertos en lugar de una púa para tocar la guitarra. Una memorable tarde, una banda montada en unos minutos que se hacía llamar Inland Revenue saltó al escenario, robó los instrumentos de los Mental Errors y se lanzó a atacar de una forma emocionantemente inepta el tema "Batman". Después de luchar con los acordes durante menos de un minuto, la "banda", abrumada por la frustración, destruyó los instrumentos y llegó al clímax con un "feedback" de pesadilla y un último grito desgarrador de: "¡Batman es un pajero aburrido!'

Os lo aseguro, después de eso no quise más pantalones de campana.

Por supuesto, poco después, los nazis invadieron Polonia y nos sumergimos en la guerra, el racionamiento y los cánticos reconfortantes en los sótanos. Sin embargo, aunque os parezca que caigo en la nostalgia, me encantaría señalar cuán cierta era la observación del cantante de Inland Revenue. Batman es un pajero aburrido.

Y todo por culpa de la película. El filme ha provocado los primeros movimientos de una reacción violenta que seguramente resonará en todo el mundo del cómic. A pesar de los grandes esfuerzos llevados a cabo, la palabra cómic sigue pegada en la conciencia pública casi como sinónimo de la palabra Batman. Y ahora absolutamente todo el mundo ha terminado harto de Batman. En consecuencia, cada centímetro del terreno ganado para dignificar este arte en los últimos años está a punto de perderse de nuevo gracias a la película. No se necesita mirar muy lejos para darse cuenta de lo que está empezando a suceder. Incluso Time Out ha empezado a referirse a los lectores de cómics como "analfabetos a la última".

Y luego, por supuesto, The Sun también intervino y extrajo algunos garabatos prehistóricos firmados por un tal "Bob Kane". ¡Qué cómodo parece Batman, acurrucado junto a Striker [revista británica de deportes] y la Perpetually Naked Middle Class Bastards! El Regreso del Señor de la Noche no importa gran cosa, ni tampoco Watchmen o Love and Rockets. A finales de los ochenta, esta es la verdadera faz de la percepción pública de los cómics. ¡Un hurra por la 'generación de la cultura'!

En cuanto a la película, supongo que estuvo bastante bien. ¿Alguien más recuerda la participación de Kim Basinger en Dog and Cat o solo lo he soñado?

Oh bien, no importa. Time Out podrá decir lo que quiera, pero no se puede negar la simple evidencia:

Puede que seamos analfabetos, ¿pero a la última? ¡Jamás!

UNA INVITACIÓN

Si me dejáis, me gustaría descansar un momento de los cómics para proponer la búsqueda de un tesoro nacional tristemente perdido. Por supuesto, hablo de la iluminada televisiva que trajo la alegría a nuestras pantallas y el amor a nuestros tímidos corazones.

¿Qué le pasó a Billie de Double Deckers [El clan de los pilluelos, 1970]?

Igual no te interesa gran cosa, pero en mi caso, es una pregunta que me atormenta la vida. Lo que ocurrió con el resto más o menos se puede explicar: Scooper pasó a ser Peter Firth (uno de esos viejos actores dramáticos como Alan Bates y Jenny Agutter que se las arreglan para quitarse la ropa en casi todas las películas). Spring, o como se llame, toca ahora la batería en Aswad y estoy seguro de que todos los demás, Sticks, Doughnut, Tiger y el resto, se las arreglan con éxito para vivir más allá del depósito de chatarra. Incluso Melvyn Hayes, el alegre basurero, se convirtió en una desgracia pública como el lánguido Gunner Beaumont de It Ain't Half Hot, Mum. Pero la que me preocupa es Billie. Llena mis pensamientos de vigilia y persigue mis sueños.

Estoy seguro de que estará haciendo algo maravilloso, como ayudar a enfermos mentales a diseñar sellos postales para Navidad, o quizá venda Warcry en los pubs. Siempre fue una chica de buen corazón. Sin embargo, lo que me preocupa es que haya tenido que afrontar una mala época. No puedo soportar pensar en ella interpretando a una mujer embarazada con un pie gangrenoso en un episodio de Casualty.

Si alguien sabe lo que le ocurrió a este ángel de las pantalla, que no dude en callárselo.

EL PUNK AÚN NO HA MUERTO

Será cruel, pero no he podido evitar reírme al ver a los punk rockers en un reciente número de Crisis. ¿Qué pasó con la vanguardia de los cómics? ¿Esa vanguardia recién salida de las malas calles con la juventud actual en mente? Alguien debería darles la noticia de que el punk se zambulló por el inodoro hace ya más de diez años. Esnifar pegamento está tan de moda como bailar el Mashed Potato (aunque no es tan divertido).

¿Punks en el año 2000?

Dios nos ayude, es como si los Bros. nunca hubieran existido.

Ah, y por cierto: si me buscáis en la UKCAC, estaré en la ´Sala de descanso´.

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