lunes, 6 de junio de 2022

EMBUSTES, POR GRANT MORRISON /12

Columna para Speakeasy nº 112 (1990), traducción: Frog2000. 

Por inverosímil, o incluso creíble que parezca, llevo un año escribiendo esta columna. Empecé como uno de los "Jóvenes Valores" de los cómics y terminé como líder de la "Patrulla Zimmer", junto a todos esos jóvenes que están constantemente en ascenso y bajo los focos. Fíjate, el otro día escuché en Hull hablar sobre un chavalillo al que le habían ofrecido guionizar la serie de Spider-Man. Al parecer, se llama Todd McFarlane, y aprendió a escribir extirpándose el lóbulo prefrontal con un abrelatas. Ah, sí, un año entero y mucha agua bajo el puente donde las Tres Cabras Gruff suelen masticar botellas rotas y viejas recetas.

También es la primera columna que escribo desde que me mudé a mi nuevo y lujoso remolque para caballos. Aquí se está muy tranquilo porque me encuentro rodeado de hospitales privados y hogares crepusculares para personas con discapacidad intelectual. Sin embargo... sin embargo, seguimos avanzando a través del fango.

PUBLICIDAD SEXUAL ENCUBIERTA

Lo que me lleva al negocio de los cómics de Eros Comix. Bueno, tampoco es que yo sea un mojigato, pero...

A raíz del célebre disgusto que me causó Black Kiss, tengo la horrible sensación de que empiezo a parecerme a la Mary Whitehouse de los cómics (incluso llevo el pelo teñido de azul). Dicho esto, y a pesar de que casi doy por seguro que comprometerá mi reputación de ser una auténtica y salvaje máquina sexual, me siento obligado a apuntar azarosamente contra alguno de los nuevos cómics sucios para chavales que suelen andar encorvados por la escuela, afligidos por una fatiga poco natural.

Honestamente, tampoco me importan gran cosa los cómics como Leather and Lace, Ripper o Faust, o como sea que se llame la última carga de cieno. Están guionizados, dibujados y publicados por gente sencilla, almas honestas pero descarriadas, cuya afligida imaginación dañada por la pobreza los convierte en personas incapaces de elevarse más allá de lo obvio. No, lo que me hace hervir la sangre es la hipocresía, la codicia y el cinismo. Todas estas cualidades y más se pueden encontrar en el material promocional de la línea Eros Comix que, después de un fallido intento de escabullirse escondida tras unas gafas de sol y una gabardina, resultó ser una creación de los capitostes de Fantagraphics, Gary Groth y Kim Thompson.

Sí, este es el mismo Gary Groth que me escribió expresando su preocupación sobre las implicaciones 'morales' de publicar The New Adventures of Hitler (que en un momento dado presentamos a Fantagraphics para su publicación). Es el mismo Gary Groth que permite que sus columnistas más tediosos rellenen página tras página con tonterías ilegibles de crítica literaria sobre la vacuidad ética y espiritual de Black Kiss.

Bueno, puede que sea cierto todo lo que decís, pero al menos Batman se las arregla para mantener sus jodidos pantalones puestos, Gary.

Debería haber buenos cómics eróticos, y estoy convencido de que puede haberlos, pero es tremendamente obvio que toda la sórdida operación de Eros es poco más que un intento desesperado para sacar provecho del éxito de Leather and Lace, etc.

Es un plan para ganar dinero rápidamente y de forma no demasiado alegre, que se vuelve un acto doble, triple e incluso cuádruplemente odioso por el hecho de que ha sido iniciado por una de las voces editoriales más santurronas, más limpias que tú del campo de los cómics. Y lo que es casi peor, fíjate en el espectáculo que da Groth intentando hacerlo pasar por una enorme broma. Desafortunadamente, no da tanta risa, tan solo es una estrategia de marketing cínica y degradada que, como antes Black Kiss, apunta directamente a los bajos del mercado adolescente de fanboys. De hecho, toda su actitud es un ejemplo perfecto de lo que el propio Groth describió desdeñosamente como 'la inclinación estadounidense por el autoengaño'. De repente, Howard Chaykin parece un modelo de integridad.

Pero, ¿qué hay de los cómics en sí? Dados los elevados estándares de Groth, ¿podemos esperar una ficción erótica que aspire a la imaginación y profundidad de de Sade, Bataille, Mirbeau, o la sección de correo de la revista erótica Fiesta?

No.

Puede que Gilbert Hernandez pueda, por así decirlo, conseguirlo, pero difícilmente se puede esperar lo mismo del resto de estrellas del firmamento Eros. Por ejemplo, nos prometen Los mundos eróticos de Frank Thorne, no solo un mundo erótico, sino varios. ¿Recuerdas a Frank Thorne? Es el viejo tonto con barba que solía aparecer en fotografías vestido como un mago en las últimas páginas de las revistas Marvel en blanco y negro. Puede que lo recuerdes mirando lascivamente y retozando con Wendy Pini, que se pasó los 70 disfrazada de Red Sonja. Si ya era bastante malo en aquel entonces, ¿te imaginas hasta dónde habrá llegado Thorne ahora, en su senilidad?

No te lo imagines más, porque los mundos eróticos prometen una historia nunca antes vista de Ghita de Alizarr, seguida de una sección de fotos que me hace preguntarme si ese adorable mago anciano también aparecerá en ellas. ¿Mantendrá puesta su bata? Estos mundos eróticos también vienen con una selección de portadas: la portada 'sexy' o la portada 'violenta'. Por supuesto, la portada 'mal dibujada' es de obligado cumplimiento.

Luego está Liaison Delicieuses de Richard Forg, dibujada, nos dicen, con un 'estilo post-Manara'. Que es otra forma de decir que es una copia, pero no una de esas copias horteras como la de Keith Giffen fusilando a Muñoz. No, no es así en absoluto.

Otra mas del establo Eros es Wendy Whitebread, Undercover Slut, que aparentemente está dibujada por un 'veterano de los cómics' bajo un bobo seudónimo. Se trata de una mujer policía a la que 'enseñan' diversas técnicas sexuales (sus profesores son hombres) en la Academia, y la envían a la calle con su placa en la entrepierna para combatir el crimen dejándose follar. No hace falta aplicar una gran deconstrucción postmodernista, ni post-Baudrillardiana para descubrir el misógino pavor ante la sexualidad femenina que impulsa este material supuestamente humorístico. En otras palabras, es la misma mierda de tetas y culos dibujada por los mismos hombres desesperados de siempre. Y todo esto, os recuerdo, viene por parte del irreprochable y recién lavado Gary Groth. Y todo ello impulsado por una motivación que se reduce simplemente a su sed de ganar dinero, dinero, dinero. ¿No es asombroso con qué rapidez los virtuosos se deshacen de su ética y sus catalogaciones cuando empiezan a relucir los billetes verdes?

Oh, bueno, supongo que soy yo quien lo arruinó todo en aquella ´penetrante´ entrevista en dos partes que me hicieron en The Comics Journal.

Vuestro chico del Festival of Light favorito [movimiento cristiano formado en UK a finales de los 60 para oponerse a la creciente tendencia de exhibir temas sexuales y violentos en los medios de comunicación].

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