lunes, 31 de marzo de 2014

ENTREVISTA A ALAN MOORE EN BLATHER (1 DE 5)

Entrevista realizada por Barry Kavanagh el 17 de octubre de 2000 para Blather. El autor le agradecía su ayuda a Steve Moore y Alan O’Boyle. Traducida por Frog2000.

Introducción

La escritura de Alan Moore (autor nacido en 1953 en Northampton, Inglaterra) durante los ochenta ha sido poco menos que fundamental para el medio del cómic gracias a Watchmen, e incluso puede que en los noventa, sus guiones para From Hell hagan que alcance la categoría de monumental. En esta entrevista, el guionista habla sobre su trabajo en los cómics con gran detalle, así como de su escritura para otros medios, sus CDs y su interés por el ocultismo. Repleta de ideas, la conversación toca muchos otros factores sociales y temas culturales que resultarán de gran interés para los lectores de Blather.

Se aconseja estar ligeralmente familiarizado con Watchmen y From Hell, porque las preguntas de Barry Kavanagh se basan en una minuciosa lectura de estas obras. Los datos del resto probablemente resulten inteligibles por el contexto. Sin embargo os voy a ofrecer un breve y útil resumen sobre algunas de las obras que se describen a lo largo de la conversación:

V de Vendetta: dibujada por David Lloyd (recopilada por DC Comics en 1990, ECC en castellano), se inició originalmente en 1981 en la revista inglesa Warrior, aunque finalmente se canceló. Moore y Lloyd lograron recopilar la obra años más tarde y llevarla a su conclusión en 1988. La historia narra un futuro distópico de Inglaterra donde gobiernan los fascistas. Misteriosamente aparece un sosias de Guy Fawkes apodado V, que aparentemente surge de ninguna parte y hace explotar el Parlamento. Eso sólo en las primeras seis páginas...

Watchmen: dibujada por Dave Gibbons (recopilada por Titan Books [y DC Comics], 1987, ECC en castellano), muestra cómo se habría desarrollado la Guerra Fría si hubiese existido un superhombre en la Tierra. En la historia también aparecen varios “aventureros enmascarados”. La trama gira alrededor de los superhéroes y el género super-heroico, arreglándoselas para socavarlo por completo. Muchos de los problemas filosóficos son abordados de forma brillante, incluyendo el valor de la vida humana.

Batman, La Broma Asesina: dibujada por Brian Bolland con ayuda de John Higgins (DC Comics, 1988, ECC en castellano), trata sobre la relación entre Batman y el Joker y fue una de las historias de Batman “para lectores adultos” que empezaron a demandarse enormemente como consecuencia de la reinterpretación de Batman por Frank Miller [The Dark Knight Returns, “El Regreso del Señor de la Noche”] en 1986-87 (la película de Batman se acabó con todos estos avances).

Brought to Light: dibujada por Bill Sienkiewicz (Titan Books, 1989), se basó en la demanda presentada por el Christic Institute contra el tráfico de drogas y armas perpetrado por los funcionarios del Gobierno de los EE.UU.

Big Numbers: dibujada por Bill Sienkiewicz (Mad Love, 1990), fue el nombre del malogrado cómic inacabado sobre una joven escritora que se llama Christine.

A Small Killing: con el dibujante Oscar Zarate (Victor Gollancz, 1991, Planeta en castellano), cuenta la historia de Timothy Hole, que trabaja como publicista en Nueva York y que está siendo acosado por un misterioso niño pequeño, incluso cuando regresa a su hogar de Sheffield.

From Hell: dibujada por Eddie Campbell (Mad Love / Kitchen Sink Press, 1991-96, Planeta en castellano), es un recuento de ficción de los crímenes de Jack el Destripador en 1888, y se basa en una investigación exhaustiva.

El Amnios Natal: con los músicos Tim Perkins y David J (1995, Astiberri ha editado la adaptación en cómic realizada por Eddie Campbell), es una actuación en forma de “spoken word”. Moore habla sobre el “momento presente”, luego nos lleva hasta la edad adulta, la adolescencia, la infancia, el nacimiento, el momento anterior al nacimiento, las formas primitivas de la evolución, la tabla periódica, al cosmos, a “la habitación vacía.”
BK: Supongo que estás en Northampton.

Si, es cierto, si.

BK: Si, te llamo desde Dublín.

Ajá.

BK: ¿Ese es el acento que tenéis en Northampton?

Um... Probablemente, si... Quiero decir, he vivido en Northampton durante toda mi vida, así que supongo que más o menos tendré un acento de Northampton absoluto y permanente.

BK: Sí, aquí en Dublín también tenemos varios acentos diferentes. Yo tengo el acento del sur del Condado, el mismo de Sinead O’Connor... De todos modos, no sé nada de Northampton. ¿Es un lugar muy grande? ¿Se trata de una ciudad o de un pueblo?

Es un pueblo, me refiero a que es tan grande como algunas ciudades pero tenemos el tipo equivocado de catedral, por lo que en realidad no somos una ciudad… y es un lugar interesante, me refiero a que escribí el libro “La Voz del Fuego” [Planeta] [que] en gran parte transcurría en Northampton. Es un lugar muy interesante. Como suelo decir, es el pueblo más grande de todos, más grande que algunas ciudades...

BK: ¿Cuántos habitantes tiene?

No sabría decírtelo.

BK: Pero no llegará al millón, ¿verdad?

No, pero hay algunas ciudades que son más pequeñas que Northampton. En cuanto a los delitos violentos, está en cabeza de otros sitios mucho más grandes y notorios, ¿sabes? Históricamente ha sufrido algunos interesantes problemas propios. Más o menos, en algún momento llegó a ser la capital extraoficial de Gran Bretaña.

BK: ¿De Gran Bretaña?

Bueno, sin duda, de Inglaterra. Durante la época de los sajones podría haberse converitdo en la capital, pero más tarde… la familia real nació aquí, o ha muerto aquí, este fue el lugar donde la reina María de Escocia fue ejecutada, creo que también fue donde nació Richard III, donde se decidió la Guerra de las Rosas, donde se determinó la Guerra Civil Inglesa. Por lo que sé, está exactamente equidistante de todas las costas, lo que significa que está justo en el centro del país, por lo que todas las guerras internas de Inglaterra han pasado (más o menos) por encima suyo, porque sencillamente no les quedaba más remedio que hacerlo, ¿sabes? Así que hay un montón de historias extrañas…

BK: ¿Es muy urbano, o está rodeado de colinas o algo así?

Bueno, diría que si sales al exterior de Northampton puedes observar un paisaje campestre precioso, pero si te quedas en el pueblo no sabrías ni que existe. Es muy urbano, supongo que en muchos sentidos es una ciudad de la región central muy anodina, que al igual que la mayoría de otras ciudades tiene las mismas tiendas, hay una especie de homogeneización gradual mediante la que todo se va convirtiendo en algo así como una impresión realizada con una patata, como si fuesen diseños de papel de pared.

BK: Si, he estado en Leicester hace poco.

Sí, entonces más o menos sabrás todo que necesitabas saber sobre Northampton.
BK: [Risas]. Está bien, está bien. Comencemos por comentar todos esos cómics que has guionizado. Pero primero deberíamos nombrar un par de cosas generales sobre los cómics. ¿Qué piensas sobre el término “novela gráfica”, que tanto se ha empezado a usar ahora?

Es un término de marketing. Quiero decir, nunca tuve mucha simpatía por él. Para mí, el término “cómic” es igual de bueno. El término “novela gráfica” fue algo que se ideó en los años ochenta por la gente de marketing: había un tipo que se llamaba Bill Spicer que solía hacer un brillante fanzine en los años sesenta titulado Graphic Store Magazine. Se le ocurrió el término “historia gráfica”. Eso dice bastante a su favor, ya sabes, soy capaz de imaginarme una “historia gráfica” si necesitas llamarla de alguna manera, pero lo que ocurrió fue que a mediados de los ochenta aparecieron un par de cosas en el mercado que casi podrían haberse catalogado como novelas. Se podría decir que Maus era una novela, probablemente  en términos de densidad, estructura, tamaño, escala, seriedad del tema, cosas así, casi se podría catalogar Watchmen como novela. El problema es que “novela gráfica” tan sólo vino a significar “cómic más caro” y lo que conseguimos fue que la gente de DC Comics y Marvel Comics (porque se habían empezado a fijar en las “novelas gráficas”), juntasen seis números de cualquier pedazo de basura sin valor de lo que estaban publicando en ese momento, le añadiesen una cubierta brillante y lo llamasen la novela gráfica de Hulka, ¿sabes? Creo que fue lo que hizo que se empezara a destruir cualquier progreso que los cómics podrían haber conseguido a mediados de los ochenta. Las empresas, la gente del marketing, que no es que sean personas tremendamente brillantes o terriblemente creativas, ni tampoco es que hayan pillado el truco… bueno, quiero decir, ni siquiera lo pillaron en la década de los setenta, así que el siglo XXI les está suponiendo un largo camino de esfuerzo, porque piensan en medidas a muy corto plazo y por lo tanto fueron más o menos los culpables de la destrucción de cualquier clase de impulso que tuviese el cómic durante los ochenta, porque lo usaron de forma directa y previsible para vender un montón de mierda de Batman y Spiderman. Pero no, no es que sea demasiado aficionado al término “novela gráfica”. No me parece tan importante como para levantar una gran cruzada en su contra, porque en realidad no me importa mucho cómo llamen a los cómics, pero es un término con el que no me siento demasiado cómodo.

BK: De todos modos la palabra “novela” también se encuentra vacía de significado, porque “Ulysses” es una novela y también “Riders”, de Jilly Cooper.

Oh, claro. Ya sabes, esos términos literarios probablemente tienen más que ver con... bueno, con géneros. Estoy seguro de que la idea de los géneros de ficción probablemente fue inventada por algún aburrido empleado de almacén de W. H. Smith hace cincuenta años o algo así. Porque todo tiene que estar encasillado y empaquetado. Supongo que como es “arte secuencial”, puedes llamarlo de esa forma, pero también tienes que tomar una bocanada de aire, lo digo en serio. Me refiero a que la palabra “cómic” es tan buena como cualquier otra.

BK: Sí, creo que es el mejor término genérico, y además cubre tanto el material episódico como los números únicos.

Absolutamente.

BK: Pero supongo que no se producen suficientes cosas buenas en los cómics, porque es muy fácil haberte leído un montón de cosas de calidad y todavía quedarte con ganas de más.

En realidad depende de lo que te esfuerces en buscar.

BK: Supongo que dependerá de lo que esté en “stock”.

Depende de lo que quieras, pero después de haber leído todo el material de calidad…

BK: Bueno, no me refiero a todo, aunque…

Ya sabes, ¿te refieres también a todo el material de tiras de periódicos del cambio de siglo? ¿Incluso algunas de las más oscuras cosas independientes que se producen en la actualidad? Este es un medio bastante grande.

BK: Si, el material más antiguo es muy difícil de conseguir, y cuesta un montón de dinero.

Bueno, ya sabes, todo depende de lo que quieras conseguir.

BK: ¿Y en cuanto a los nuevos títulos que salen…?

Creo que salen demasiados títulos nuevos... Creo que si cogieses a la mayoría de sus equipos creativos, los pusieras en fila contra una pared y los fusilases, en realidad no provocarías demasiado revuelo en el mundo de la cultura general y probablemente habría una gran cantidad de árboles que te lo agradecerían. El noventa y nueve por ciento de lo que editan la mayoría de las grandes compañías es basura ilegible, ni siquiera les gusta a los críos, ni siquiera va dirigido a ellos. ¿Qué media de edad tienen los fans del cómic? Creo que en la actualidad serán hombres de unos treinta años. Lo que significa que muchos de ellos son hombres de cuarenta años. Y sin embargo, estos presuntos hombres siguen obsesionados con los mismos personajes vestidos de licra. No, me gustaría que se editasen muchos menos cómics, pero que estuviesen mejor ideados. Creo que uno de los problemas es que la industria está orientada a… es mejor editar cincuenta cómics que se venden poco que cinco que podrían venderse mucho… esa parece ser la filosofía de la industria.
BK: Es de locos.

Si, pero así funciona. Me refiero a que es mejor empezar a distinguir, se debe separar el medio de la industria. El medio del cómic es maravilloso. Se siguen produciendo trabajos notables, más de los que tenemos derecho a esperar. Es probable que en el momento actual haya… bueno, más obras notables que las que había antes. Sólo tienes que mirar, por ejemplo, el material de Chris Ware en Acme Comics Novelty Library. Seguramente sea uno de los mejores y más impresionantes cómics que hayan aparecido en los últimos diez años. Pero desafortunadamente la industria del cómic sigue en una espiral descendente, en gran medida por la incompetencia (no creo que exista otra forma de describirlo) de sus actores principales.

BK: Bueno, desde luego que cuando te paseas por las tiendas, parece que siempre puedes encontrar lo mismo. No se ve demasiada variedad... 

Bien, hay variedad, pero es probable que la mayoría de las tiendas no la tengan en “stock”. Ya sabes, todo el mundo quiere tener en “stock” lo que... si alguien ha hecho una película medio decente de los X-Men… eso es lo que me han dicho, porque no voy a molestarme en verla. Estoy seguro de que lo que para los estándares de un montón de gente es “medio decente” ni siquiera se acerca a los míos… de todos modos soy demasiado “snob”… me refiero a que... es como lo que ocurre con las películas de Batman, te entregan un cargamento de Batmierda… Batmierda, mierda-X.

BK: ...de pared a pared...

…y lo que ocurre es que como en este momento los cómics tampoco son tan importantes, si los propietarios de las tiendas tienen que elegir entre pedir un centenar de ejemplares de alguna serie secundaria de la película de los X-Men que saben que se va a vender o, por ejemplo, tres copias de algún pequeño título de Fantagraphics, Topshelf o Drawn & Quarterly, o uno de esos editores de renombre, que es un poco más complejo, un poco más intelectual, quizá un poco más caro, entonces siempre elegirán comprar las cosas de los X-Men, así que supongo que si una tienda de Dublín se parece a las de aquí, me imagino que los cómics serán a lo mejor una actividad secundaria, supongo que ganará más dinero con ¿figuras de acción? ¿“trading-cards”?

BK: Si, en Forbidden Planet tienen una planta entera.

Si. Realmente de casi cualquier cosa, excepto cómics. Así es. Podría haber sido diferente. Las cosas podrían haber sido un poco diferentes hace quince, veinte años. Podría haber estado al timón gente con visión que hubiese pensado: “Bueno, quizá podríamos abrir un nuevo mercado para los cómics”, en lugar de condenarnos al mismo mercado en disminución que hemos sufrido durante los últimos cincuenta años. Pero no, no había nadie, no teníamos respaldo de ningún tipo. Un puñado de creadores empezaron a aprovechar las oportunidades que se les presentaron y por primera empezaron a hacer cómics que podrían interesar a los adultos, pero no tenían ningún respaldo. Las empresas involucradas pensaron en el beneficio a corto plazo, no supieron ver que podía ser una base desde la que empezar a construir. Como he dicho, no se trata de personas excesivamente dotadas de imaginación.

BK: Por empezar a hablar sobre algunos cómics que has escrito... ¿puedes recordar las circunstancias alrededor de algo tan lejano como V de Vendetta?

Oh, claro, si. De hecho, la estuve leyendo el otro día. Mi hija la está estudiando en la Universidad, como parte de su licenciatura.

BK: ¿En serio? ¿Es un texto del curso?

Oh sí, ese, Watchmen, y otro par de cosas. Me refiero a que es una asignatura sobre la “novela gráfica” que forma parte de su curso de Inglés, pero mis cosas han pasado por un montón de cursos diferentes, ya sabes, “literatura posmoderna”. No es que esté orgulloso, me refiero a que también hacen cursos sobre las Spice Girls, por lo que parece que en la Universidad enseñan un montón de mierda, así que es probable que no sea nada por lo que tengas que felicitarme, pero sí… V de Vendetta, claro que la recuerdo.
BK: Había un artículo en la última parte [del tomo] titulado “Behind the Painted Smile” donde escribías “Nos golpearon cosas resonantes que parecían apuntar a temas más grandes que los que ambos habíamos llegado a aceptar como parte del proceso del que se solían ocupar los cómics”. Esos dos sois David Lloyd y tú. ¿Era la primera vez que escribías con un estilo lleno de capas múltiples?

Creo que el estilo comenzó a surgir desde la propia obra. En Marvelman había algunas partes inteligentes arrastrándose por en medio, pero fue en V de Vendetta cuando empecé a darme cuenta de que podías idear algunos efectos increíbles juntando palabras e imágenes u obviando las palabras durante un instante. Empecé a darme cuenta de lo que se podía hacer en el medio del cómic y el tipo de… sí, las capas, los niveles de significado que podías entrelazar a lo largo de una historia. Creo que sin duda V de Vendetta fue uno de los primeros verdaderos avances importantes que hice en mi estilo de escritura personal.

BK: Gran parte de los temas del cómic giran alrededor de que las ideas son más poderosas que el mundo físico. El personaje de Evey dice (o piensa) sobre V: “No eres tan grande como la idea de lo que eres”, y poco después afirma que “tus enemigos suponen que lo único que buscas es vengarte en su carne, pero no te detendrás en ese punto... también masacrarás su ideología.” Así que parece que el verdadero combate es entre ideas, como si toda la violencia física fuese incidental.

Cuando empezamos con V, la totalidad de la idea original fue que podíamos idear a un oscuro aventurero romántico y noir. Más tarde pensamos ubicarlo en el futuro, y a continuación fuimos reuniendo poco a poco los detalles, y entonces, en algún momento de todo el proceso, nos dimos cuenta de que estábamos haciendo algo que se parecía al contraste entre anarquía y fascismo, que había un montón de cuestiones morales que se formulaban en el transcurso de la serie, y que sí, que estaba centrada en ciertos aspectos, en que el mundo de las ideas es más importante que el mundo material, que me parece un concepto que es probable que haya dado sus frutos más recientemente en otras áreas de mi trabajo, porque sigo creyendo en la noción de que las ideas son más importantes, si cabe, que el mundo material.

BK: ¿Se te ocurrió mientras estabas escribiendo V, o fue algo que…?

...probablemente fue entonces. Me refiero a que siempre resulta difícil recordar cuándo surgió algo en tus pensamientos. Quiero decir, la mayor parte de las veces los pensamientos sólo surgen mientras estás escribiendo. Hay algo muy extraño en el acto de escribir. No es que necesariamente se parezca a tener la idea de lo que quieres escribir en mente, o que sólo se te ocurra un tenue contorno, aunque sin ninguno de los detalles… sino que en realidad, cuando estás escribiendo te topas con las palabras, como si ellas mismas se te estuviesen sugiriendo, y lo mismo ocurre con los pensamientos e ideas… tiendes a entrar en una especie de trance. Me refiero a que cuando estoy escribiendo algo, especialmente si se trata de algo complejo, denso, pesado, me sumerjo mucho más en un estado alterado de conciencia. Te puedes dar cuenta. Darte cuenta de que tu conciencia ha cambiado siempre es difícil, pero es como si tu estado de ánimo, el ambiente que te rodea cuando estás metido ahí dentro en tu interior, dentro de las palabras, de la prosa, alcanzase como una especie de estado de trance, y sé a ciencia cierta que cuando solía dibujar también conseguía el mismo tipo de trance, o por ejemplo, cuando estás entintando, cuando tu mano sólo tiene que seguir el trazo del lápiz, tal vez tu mente no tenga mucho que hacer y empieza a ir a la deriva en esa especie de estado crepuscular. Y de ahí es de donde provienen muchas de las ideas. Parecen surgir del propio acto de la escritura.
BK: Si, en cuanto a la escritura estoy totalmente de acuerdo contigo. Me parece que es como si yo estuviese llegando a algo desde uno de los lados, como si… casi como si mis opiniones tan sólo fuesen un aspecto de algo más enorme. Y luego, a lo largo de la escritura de la obra empiezas a ver gradualmente el resto, y así sucesivamente. 

Si. Claro.

BK: Supongo que será la única forma de ser comprensivo con tus personajes.

Bueno, diría que estás en lo cierto. En muchos aspectos, V supuso un gran avance. En V me quedé muy contento con las caracterizaciones. Aparece una gran variedad de personajes, y todos tienen características muy diferentes. Todos tienen diferentes formas de hablar, motivaciones diferentes, y creo que todos son creíbles porque, bueno, emocionalmente yo los siento creíbles, porque no hay ninguno de ellos al que haya odiado de forma absoluta. Incluso cuando estaba escribiendo a los fascistas...

BK: Sí, supongo que pensarías que de antemano ibas a odiarlos…

Bien, exactamente. Ya sabes, como al principio, cuando me dije: “Oh, voy a hacer que los villanos sean fascistas”, que era precisamente lo que quería hacer para conseguir un poco de publicidad, es decir, recuerdo que en ese momento todavía estaba… quiero decir, ¿sería 1981? ¿Entre 1980 y 1981? Me refiero a que todavía estaba involucrado en el movimiento Rock Contra el Racismo y la Liga Anti-Nazi, en ese tipo de cosas… pero no hice ninguna concesión a la realidad creando algo parecido a un montón de nazis de dibujos animados, ya sabes, con monóculos y puros y acentos divertidos.

BK: Porque no los entiendes de esa forma.

Bueno, porque entonces eso sería todo, sencillamente serían caricaturas. “Te querremos hacerr algunas prrreguntas”, ¿sabes? Y eso considerando que en realidad los fascistas son personas que trabajan en fábricas y probablemente se lleven muy bien con sus hijos, sólo que son fascistas. [Risas]. No son más que gente normal. Son iguales que todos los demás excepto por el hecho de que son fascistas. Es como… con el fin de… quiero decir, en alguna parte he leído que... (estoy seguro de que no voy a conseguir decirlo correctamente), pero la idea básica era algo así como… “La comprensión total es el amor total”. Creo que era algo [así], o vice-versa…

BK: Me parece que he escuchado algo parecido antes.

Si entiendes a todo el mundo, entonces te quedarás encantado.

BK: ¿Es una cita tuya o es…?

Es una cita recogida de algún sitio.

BK: Si, creo que la había escuchado en algún otro lugar.

Y creo que posee cierta parte de verdad, que lo único que puedes hacer para entender a una Myra Hindley, un Fred West, un general Pinochet, es amándolos de alguna manera, o al menos suspendiendo tu juicio, por lo menos intentando no odiarlos, sin retroceder con repulsa ante la idea misma de la existencia de esas personas. Si de alguna manera pudieses observarlos con compasión, entonces quizá aprendas algo sobre ellos que podría resultar útil.

BK: Supongo que por eso el arte o la escritura, o lo que sea, son una forma más holística de investigar las cosas.

Sí, creo que sí, creo que eso es lo que ocurre con la escritura, que puedes escribir casi sobre cualquier cosa… a menos que hayas establecido que en tu historia tu personaje está en una habitación cerrada, y aún así… quiero decir, puedes escribir sobre casi cualquier cosa que te puedas imaginar, incluso aunque sólo tengas a un personaje en una habitación, porque por extensión, hay todo un mundo fuera de ella que está ejerciendo una influencia sobre la persona que se encuentra dentro de la habitación, por lo que hasta cierto punto, cuando estás escribiendo algo tienes que crear un mundo creíble en todos sus detalles, lo que significa que por lo menos tienes que tener una vaga idea de cómo es el mundo real y cómo son las personas reales, o al menos la forma en que se mantienen en contacto, la ingeniería que existe detrás, la ingeniería de las personalidades humanas. Para ser capaz de escribir sobre algo, por lo menos tienes que tener la comprensión suficiente de ese sistema holístico. O quizá no sea cierto del todo. La verdad, estoy seguro de que sería capaz de escribir un noventa por ciento de canciones pop sin tener ninguna comprensión de algo que esté más allá de los temas que aparecen entre las diez más escuchadas.
BK: Bueno, muchos de los éxitos pop se basan en una especie de extremismo, la expresión de una emoción que no es racional, y por lo general suelen estar compuestos desde el punto de vista de un personaje.

También un montón de canciones pop tienen una paleta muy limitada de emociones o percepciones admisibles. Si vas más allá te encontrarás vagando por la periferia, algo que a veces puede suceder. A veces las listas de éxitos pueden aupar monstruos espléndidos como “Oh Superman” de Laurie Anderson o algo parecido, pero en su mayor parte, las obras de la cultura popular son seguras, sean cómics o discos, televisión o películas. Casi siempre el “mainstream” resulta mortalmente aburrido. El único lugar donde parece que te puedes encontrar con algo de valor está en los márgenes de cualquiera de estas culturas, en los márgenes del pop y del cine y de los cómics y de los libros. Ahí es donde está ocurriendo la verdadera actividad artística, no en los enclaves donde se ganan los Oscar o los Booker.

(Continuará)

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