GREEN: Es gracioso, pero la gente tiene sus propios pequeños esquemas mentales de cómo debería ser el artista hasta que por fin lo conocen en persona.
WILLIAMSON: Más o menos ocurre lo mismo con cualquier artista famoso, ¿no crees? Al leer su trabajo, la gente nos imaginamos ciertas cosas, y luego, al conocerlo en persona, rara vez cumple con las expectativas que nos habíamos creado. O puede que su pan de cada día sea totalmente diferente.
GREEN: Mi percepción de cómo eras según lo que había leído no se alejaba demasiado de la realidad, y lo mismo ocurría con Jay. Me refiero a que en las historias de Crumb, en su obra y en todo lo demás, parece alguien vicioso, se sube encima de las mujeres y todo eso. Pero dicen que en realidad es muy amable.
WILLIAMSON: Aunque cuando lo lees, sabes bien cuál es su rollo. A Robert le ocurre lo mismo que a muchos historietistas underground: coge su yo interior, ya sabes, la confusión interior, y la mete en sus páginas.
GREEN: Uno de los motivos por los que es tan querido.
WILLIAMSON: Si, estoy seguro. No le importa sacar a la luz todos sus oscuros secretos. Todo el mundo tiene neurosis y psicosis similares, así que lo que hace Crumb es decirles a todos: “Mira, yo no necesito psiquiatras. Puedo plasmarlo."
GREEN: De todos modos, la psiquiatría me parece un montón de gilipolleces.
WILLIAMSON: Algunas de las personas más jodidas que he conocido son psiquiatras. Y hablando de psiquiatras, ¿sabes quién es otro autor del que llevamos mucho tiempo sin saber nada?, Justin Green. "Binky Brown Conoce a la Virgen María" es uno de los mejores cómics de todos los tiempos.
GREEN: Hizo un par en total, ¿no?
WILLIAMSON: También hizo un montón de cosas para "Bijou", era uno de los autores habituales. Justin es otro de esos artistas que pudo coger su culpa, en este caso la culpa católica y sus neurosis, y proyectarlas en su obra, y de esa manera resolver sus problemas. Fue uno de los mejores dibujantes -todavía lo es, a menos que haya dejado de trabajar- de esa época.
GREEN: Estoy sosteniendo una historieta bellamente reproducida titulada "Area Code 666". Me encantaría leer alguna serie parecida.
WILLIAMSON: "Area Code 666" es una zona mítica donde solo viven cristianos y anticristos. Nadie parece querer comprármela. Es la única tira que he intentado terminar. Tengo dos o tres ideas más, pero no existe mercado. Uno de los problemas de mi dibujo es que a veces tiende a ser tan extraño que no hay espacio donde publicarlo, especialmente si lo trabajo a color. Otra cosa es imprimirlo en blanco y negro. Seguro que hay muchos sitios en los que se necesita una tira en blanco y negro, porque cuesta menos reproducirla, pero me encanta el color. A veces el impacto adicional que produce el color es muy importante. Hay otra serie en la que he empezado a trabajar que se titula "The Butcher Shop of Love". "The Butcher Shop of Love" es como la carnicería del barrio. En las cajas a la venta se pueden ver grandes pedazos de salami y corazones palpitantes. Una señora le dice al carnicero: "¿Eso de la balanza es un pulgar, o es que te alegras de verme?" Siempre estoy apuntando nuevas ideas, ideas novedosas para historietas, pero no hay sitio donde publicar gran parte de ese material, y nunca me deshago de nada. No sé dónde publicar todas estas cosas. A los de "Playboy Funnies" no le interesan. Mucha gente piensa que soy responsable de "Playboy Funnies", en otras palabras, que yo soy quien lo diseño y lo edito. No es cierto. Todo lo que hago son diseños para la oficina, y luego envío mi trabajo a la sección de historietas y ellos deciden si lo publican o no. La proporción de lo que aceptan suele ser del 50 / 50, de todos los "Neon Vincents", de todos los "Nell 'n' Voids", de todo lo que he hecho para Playboy. Al menos tengo guardadas tantas tiras como las que se han publicado, por lo que tengo una buena selección de historietas inéditas.
GREEN: Me gusta mucho tu estilo. Cada vez que sale alguien en una historieta con una boca como esa, ancha, grandota, abierta, mostrando muchos dientes y lengua, me quedo obnubilado.
WILLIAMSON: Bueno, me gusta la exageración, es una de las cosas que más disfruto: exagerarlo todo, las posibilidades del personaje.
GREEN: Algunos han empezado a emular tu estilo.
WILLIAMSON: Sin querer ser demasiado brusco, diría que he contagiado mi estilo a mucha gente. Y eso empezó al principio de mi carrera. Las agencias de publicidad contrataban a gente y la decían: "Imitad a Williamson". Pero a mí nunca me contrataban.
GREEN: Bueno, pensarían que sería más caro.
WILLIAMSON: No, no creo que fuese por eso. También hice algo de publicidad. He hecho cosas para McDonald's y United Airlines. Me fue bastante bien durante un año, y luego me topé con el principal comprador de arte de J. Walter Thompson, que se sentó conmigo y me dijo: "Bueno, escucha, los vientos políticos están cambiando, ahora llega la administración de Nixon, y tú estás fuera". Esencialmente me dijo algo así. "Eres demasiado político". Estaba en la lista negra. Y el tipo que me representaba me dijo lo mismo. No me volvieron a ofrecer ningún encargo en publicidad. Ahora me han empezado a pedir algunas cosas aquí y allá, pero tampoco me interesa tanto. Lo malo de la publicidad es que no hay demasiada aportación creativa, aunque paguen bien. Por supuesto, hemos vuelto a cerrar el círculo, ahora tenemos a Ronald Reagan, y él... es la misma mierda de siempre. Los mismos políticos imbéciles y básicos y sus fantasmas. Han vuelto todos.
GREEN: Bueno, te cuento: te guste o no, en cierto modo Reagan no lo está haciendo mal. Si lo miras bien... mira la forma en que ha gastado dinero para los necesitados. Pero para mí, es nuestro sistema quien corrompe a la gente. Si alguien entra y está relativamente limpio, nuestro sistema es tan corrupto que esa persona no puede hacer nada hasta que también se convierta en un corrupto más.
WILLIAMSON: Creo que tienes razón. La política como vocación contamina al individuo. ¿Cuál es la actitud megalomaníaca que hace que un hombre quiera aspirar a algo como la presidencia?
GREEN: La sensación de poder.
WILLIAMSON: Sí, poder. En última instancia, el poder supremo corrompe a la persona. Es un teorema antiguo pero cierto. Ronald Reagan está ahí sentado con más maquillaje que Boy George con el dedo puesto sobre el botón. Es el tipo más peligroso que hemos tenido en mucho tiempo.
GREEN: Pero me gusta.
WILLIAMSON: ¿Te gusta Reagan? Eres el hombre negro más loco que he conocido nunca. Me gusta esa cualidad.
GREEN: Reagan no se parece a Nixon.
WILLIAMSON: Nixon era un tipo en tensión.
WILLIAMSON: Correcto, se podía ver la maldad.
GREEN: Cuando mi sobrina empieza a hablar sobre el "Sucio Reagan" siempre discuto con mi familia. Fíjate en el cristiano renacido de Jimmy Carter, alguien demasiado débil que trataba de hacer las cosas bien, pero no puedes hacerlo con esa gente al cargo. No me gustaría que hubiese de nuevo alguien como Jimmy Carter. Ni siquiera dejaron marchar a los rehenes hasta que intervino Reagan. "Oh, ese tío igual presiona el botón, será mejor que los dejemos marchar". Ya sabes, así de fácil [chasquea los dedos]. Y los liberaron.
WILLIAMSON: Si, Ronald Reagan podría haber presionado el botón. ¿Y dónde estaríamos? Te respondo: calcinados. Además, ¿qué tipo de compensación son 40 rehenes por 300 marines muertos en Beirut? Ningún político me inspira respeto. En especial los republicanos de tanta moralidad y tacañería en público a los que en realidad no les importa una mierda la vida y la libertad. En realidad, todos ellos me dan igual.
GREEN: ¿Qué haces para eliminar el estrés?
WILLIAMSON: En Playboy estuve trabajando con un editor senior que se llama William J. Helmer, Bill “Mad Dog” Helmer. Bill se vino de Austin, Texas, al mismo tiempo que Gilbert Shelton; eran compañeros de clase. Así que siempre ha existido una conexión entre "Mad Dog" y Shelton, y todo ese grupo de maravillosa locura tejana. Respeto el sentido del humor de Shelton más que el de cualquier otro dibujante underground. De la bravuconería tejana surgen cosas muy chulas. Wonder Warthog, los Freak Brothers, con ese tipo de grandilocuencia que no sería lo mismo si Shelton no proviniese de donde lo hace. Ahora he empezado a colaborar con Helmer en varios proyectos bajo el patrocinio del Consorcio de Artistas y Escritores de Mad Dog. Aparentemente, Shelton también participa. Planeamos producir una serie de libros y escritos. Helmer también me ha introducido en el arte varonil de disparar armas automáticas, así que solemos irnos al condado de McHenry, y a veces al norte. Te aseguro que es toda una alegría disparar una metralleta Thompson, una Uzi o una pistola. Es una actividad estimulante y maravillosa. Una vez incluso le dije a mi esposa, Harriett: "Escucha, uno de estos días, esos bastardos fascistas van a entrar echando abajo nuestras puertas y me van a llevar arrastrando, pataleando y gritando, ¿no sería mejor conseguir una Uzi y cargarme a unos pocos antes de que me atrapen? "
GREEN: ¿Conseguir una qué?
WILLIAMSON: Una Uzi. Es una pistola ametralladora que popularizaron los israelíes durante la guerra del 67. Es el arma favorita de varios cuerpos de élite, incluido el Servicio Secreto de los Estados Unidos. Es una maravillosa pieza de maquinaria. Se podría decir que cuando nos ponemos a disparar, hemos hecho un trato con un comerciante de armas de fuego con licencia federal, así que todo es perfectamente legal. Ya sabes, no quiero infringir la ley, pero en este caso no... Por lo general, encontramos un espíritu afín propietario de una granja, y disparamos durante varias rondas contra una colina. He disparado de todo, desde calibres 30 hasta una Luger de 9 mm, escopetas y pistolas. Nos aseguramos de disparar contra el suelo o contra una colina, porque la munición puede viajar hasta 20 millas. Y disparamos con munición real, munición capaz de perforar las cosas. Hay tíos que salen al desierto de Arizona y hacen volar aviones a escala tele-dirigidos con ametralladoras del calibre 50. A Helmer y a mí nos da envidia, así que igual organizamos una expedición para reunirnos con estos aficionados armados mientras se divierten el fin de semana.
GREEN: ¿Te gustan los cuchillos?
WILLIAMSON: La verdad es que no me gustan demasiado. Pero es extraño, porque soy indio-mexicano, y uno pensaría que me gustaría llevar un cuchillo en el bolsillo.
GREEN: ¿Te gustaría ver el mío? [Risas.]
WILLIAMSON: Déjame ver esa hoja, tío.
GREEN: No, bueno, en realidad, estoy buscando mi navaja.
WILLIAMSON: Sí, está bien, es un buen cuchillo de defensa. En México se pueden conseguir navajas automáticas, pero es más difícil hacerlas pasar de contrabando que la marihuana. han desplegado medidas muy enérgicas contra las navajas automáticas.
GREEN: Sí, tenía una muy bonita, pero me la quitó mi esposa.
WILLIAMSON: [Risas.] Forma parte del acuerdo.
GREEN: Te gusta disparar armas, pero es diferente disparar por diversión que porque te guste apuntar a alguien sabiendo que puedes esparcir su cerebro, como le ocurrió a ese tío que vimos el año pasado. ¿Lo quieres contar?
WILLIAMSON: La última vez que Grass estuvo en la ciudad, dimos un paseo por la Avenida Michigan, y un tipo saltó del Hancock Center y...
GREEN: Desde un séptimo piso.
WILLIAMSON: No, saltó del piso 90. Así que estaba bastante esparcido por toda la acera. Aterrizó de cabeza y salpicó todas las ventanas de Bonwit Teller.
GREEN: ¿Recuerdas a la gente apiñada a nuestro alrededor? Salimos a la calle y esa mirada de mala leche del policía: "¿Quieren volver a subir a la acera?"
WILLIAMSON: Rodeada de toda esa violencia urbana, la gente parecía animada y emocionada como si estuviesen en un evento deportivo. Son las cosas de las que están hechas las historietas.
GREEN: Es cierto. Has hablado sobre los Playboy Funnies y de inmediato me ha hecho pensar: "Después de que la gente lea sus declaraciones, es probable que reciba un aluvión de cartas con todo tipo de ideas extrañas y cosas nuevas para la "página de cómics.”
WILLIAMSON: Les sugiero que no me las envíen. Preferiría que enviasen sus ideas directamente a la "oficina de historietas", en 747 Third Ave, NYC. 10017. Enviadlas a la atención de Michele Urry. Deberían mandarlas allí directamente, porque de lo contrario tendré que reenviar el material, y no es sino un paso adicional. No tiene sentido cargarme de más trabajo. Tampoco tiene sentido que las personas que envíen su material esperen más tiempo. La "oficina de historietas" afirma que siempre están buscando nuevas ideas, aunque llevo mucho tiempo sin ver nada nuevo en esa sección. Al principio intenté meter a Wally Wood, así que hablé con él. Estaba listo y dispuesto a hacer algo, y entregamos el material, pero finalmente no lo editaron.
GREEN: Oh, ¿en serio? Según me parece, estaba bastante mal de salud, ¿no? Alcoholismo, problemas de corazón y cáncer.
WILLIAMSON: Le dieron las malas noticias, y es probable que pensara que la mejor manera de olvidarse era no hacerlas ni caso. Ayer se publicó un artículo en el periódico que decía que el 47 por ciento de la población tiene pensamientos suicidas. Eso es mucha gente. Por supuesto, te hace preguntarte: “¿De quién es la encuesta? ¿A quiénes hacen las encuestas?" Pero hoy en día, esos sentimientos de desesperación parecen estar descontrolados.
GREEN: La culpa es de este sistema de vida lleno de presión. Ya sabes, la inflación, muchos impuestos, el marido y la mujer tienen que trabajar, aparcan a los niños en algún sitio, todo eso. Hay que ganar más dinero, hay que ganar más dinero, y nos vamos preparando para sufrir una crisis nerviosa.
WILLIAMSON: ¡Pues hagamos más historietas para hacer reír a la gente! ¿Por qué no? Hay que hacer algo. Cuando era más joven solía tener... quizá no pensamientos suicidas, sino pensamientos taciturnos. Desde que empecé a desarrollar profesionalmente mi parte artística, ni siquiera me aburro. No entiendo a la gente que se aburre, es algo que me supera, gente que se deja envolver por su propio hastío. Tienes que intentar resolver tus problemas. Hay tanto que hacer y tanto que decir, tantas formas creativas de expresarse, ¿cómo puede alguien sufrir de tedio terminal? Es que no lo entiendo.
GREEN: Bueno, oye, tal vez haya algunas personas que estén en la misma situación que yo: tengo muchas ideas, un montón de cosas que me gustaría hacer y que podría hacer por mí mismo, excepto que no tengo dinero para hacerlas.
WILLIAMSON: De alguna forma, todos estamos en la misma situación. Puede que yo esté un poco mejor en el sentido de que estoy metido en el útero corporativo del Gran Conejo, y tengo suficiente renombre como para poder enseñar una gran variedad de proyectos sin que me den con la puerta en la cara. Pero también tengo tiras e ideas que no puedo publicar. Estoy trabajando en un proyecto cinematográfico que puede que nunca llegue a estrenarse porque puede que alguien no ponga la pasta. Me parece bastante irracional que alguien no se quiera separar de tres cuartos de millón para que yo pueda hacer mi película. Honestamente, creo que el hecho de que no tengas fondos para hacer las cosas no significa que no puedas seguir adelante e intentar hacerlas de todos modos. Fue una de las lecciones más importantes del cómic underground: se reunió un grupo de gente y dijo: "Los cómics mainstream no nos van a dejar publicar nuestro material por culpa del Comics Code, no nos van a dejar llevar este tipo de material al papel, así que tenemos que coger y hacerlo por nosotros mismos, y venderlo por las esquinas". Y eso es lo que ocurrió. Hay que afrontar las cosas con ese tipo de espíritu de "sal y hazlo de una vez", y no dejarte derrotar por los obstáculos, porque los obstáculos siempre estarán ahí, especialmente si militas en el filo creativo. La gente igual te dice: “¡Tío, estás loco! No voy a publicar tu material, no me parece gracioso, no es creativo".
Siempre te encuentras ese tipo de actitud en contra. He hecho historietas para todos los periódicos importantes de Chicago. Solía hacer cartoons para el viejo Chicago Today, dibujos de cómic en las páginas editoriales, todos los domingos. Chicago Today era propiedad de Tribune Company. Dibujé a Spiro Agnew como el bufón insidioso que terminó siendo. Mientras tanto, el Tribune estaba pagado por Agnew, así que no duré demasiado. Hasta aquí llega la libertad de prensa. Cuando tienes que tratar con cierta mentalidad, es muy difícil penetrarla, pero se puede intentar. Pasa todo el tiempo. Es una cuestión de intentarlo y quedarse dentro, de intentar despedazar la súper-estructura.
GREEN: Y también de encontrar a la persona adecuada en el momento adecuado.
WILLIAMSON: Parcialmente. Me parece que gran parte de la realidad tiene que ver con dónde estás y a quién conoces. Bueno, como cualquier otra cosa. Seas quien seas, estás influenciando a las personas que te rodean y las personas que te rodean también te influyen a ti.
Pero el fenómeno de los cómics underground no tuvo demasiado que ver con la gente a la que conocíamos. Tenía más que ver con lo que teníamos que decir.
GREEN: Está bien, entiendo lo que dices. Estaba intentando contar cómo era mi situación personal. Vengo de Fort Wayne. Nadie viene a la ciudad, y muy pocas personas se marchan. Se quedan los pobres. Ahora Fort Wayne está muerto.
WILLIAMSON: Gracias, Ronald Reagan.
GREEN: Pero me encanta Chicago. Me encanta caminar por la calle con mi portafolio, tenga o no trabajo, simplemente me encanta vivir aquí, porque conozco este lugar y veo arte por todos lados.
WILLIAMSON: Yo vengo de Canton, Missouri. Si crees que Fort Wayne está muerto, visita Canton alguna vez. Te diré algo sobre Chicago. Chicago es un secreto que no se debería revelar. Los neoyorquinos equiparan Chicago con Bulgaria. En Los Ángeles reina la misma percepción distorsionada. Me gustaría que la gente siguiese pensando igual. No quiero que lo descubran y destruyan algo que está muy bien, que es lo que acabaría pasando. Chicago es la más habitable de las grandes ciudades.
GREEN: De lo contrario, Frank Sinatra nunca volvería.
WILLIAMSON: Por supuesto, Frank también tiene sus conexiones con la ciudad. Los chicos de los trajes de piel de tiburón.
GREEN: Cuando llego a Chicago, hablo contigo y luego vuelvo, ¡boom!, tío, sencillamente voy a tope. Listo para dibujar, dibujar, y dibujar, y vuelvo y empiezo a dibujar, y luego me desinflo y tengo que volver y repostar de nuevo.
WILLIAMSON: Entre las mejores cosas que puede hacer un artista está hablar con otros artistas. En Playboy tenemos siete directores artísticos. Cuando celebramos reuniones y nos ponemos a trabajar en una idea, empiezan a volar chispas. Si quieres, te puedes sentar todo el día intentando pensar en un concepto, pero si intercambias ideas con otras personas creativas, las cosas empiezan a fluir de verdad, y se van construyendo. Creo que por lo general, necesitamos la opinión de otras personas. Hay quienes trabajan muy bien de forma independiente y son más solitarios. En mi caso, sabía que me iba a mudar a Chicago para poder estar con Jay Lynch, porque se nos iban a ocurrir muchas ideas. Y así nació "Bijou". Luego, cuando más dibujantes como Crumb y Shelton y el resto llegaron a la ciudad, fueron de gran ayuda para lograr el viejo impulso creativo.
GREEN: Bueno, me recuerda a la reunión del año pasado, cuando Jay, Pat Daily, Suite, tú y yo nos fuimos a comer. Seguro que es algo normal, normal para ti. Pero tío, por la forma en que Pat reaccionó se notaba que estábamos haciendo algo importante. Me emocioné muchísimo. Aquí tenemos a cinco historietistas paseando por las calles. Oye, tío, si un coche nos hubiese intentado atropellar, no nos habría hecho ni un rasguño, lo habríamos apartado de un golpe, ¿sabes?
WILLIAMSON: Tengo una historieta colgada de la puerta de mi oficina en Playboy. Se ve a un tipo caminando por la calle con dos mujeres de cada brazo, y la gente lo mira con admiración, y un policía empuja a un ciego para que se aparte. El policía le dice: "¡Aparta de su camino, que por ahí viene un dibujante!" Es una viñeta de B. Kliban.
GREEN: Me gusta reunirme con otros dibujantes porque me inspiran un montón. Durante un tiempo estuve tan abatido que nunca dibujaba nada, y esa situación duró bastante. Algo horrible para un historietista.
(Continuará)
1 comentario:
Esta interesante la historia, el comic es interesante.
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