Julio de 2009 para Wired, por Warren Ellis. Traducido por Frog2000.
Hablo desde la perspectiva de un hombre que ha sido capaz de sobrevivir a la gripe aviar. Adquirí la letal H5N1 que se transmite a humanos al mirar a un pavo en un mercado de granjeros al norte de Essex. Durante semanas combatí la mortal enfermedad mientras me encontraba postrado en la cama, a punto de perecer para siempre. Podía escuchar a la Parca usando mi baño y todo. Virilmente derroté la gripe aviar sin ayuda alguna de mi pareja y mi hija, quienes durante toda la horrible prueba manifestaron que, de hecho, no tenía la gripe aviar en absoluto, y que simplemente había cogido un resfriado. Se burlaron de mi sistema inmunitario masculino de segunda, bastante debilitado por toda una vida bebiendo y fumando y un breve período en el que tomé adrenocromo humano como estimulante matinal, y generalmente hablaron como hacen las mujeres, es decir, se quejaron de cómo los hombres eran capaces de hacer una montaña por culpa de un resfriado.
Por supuesto, mientras escribo esto los hogares de Inglaterra reverberan con la nueva
máxima: “¡Claro que no tienes la jodida gripe aviar! ¡Sólo es
un jodido catarro! ¡Deja de quejarte, debilucho!
¿Qué quieres decir con eso de que no puedes ni recordar tu
propio nombre? Sal ahí fuera y corta el césped". Y así se añade otra
muesca más en la lista de casos confirmados, 32 en este momento. La
escuela de mi hija acaba de enviarla de vuelta con el folleto “Cómo
Morir Limpiamente Y No Molestarnos En Caso De Que Tengas La Pandémica
Gripe Aviar” en sus manos. Pero escribo desde hace unas pocas
semanas de tu pasado. Todos podríamos haberla cogido en el momento en el
que estés abriendo esta revista con tus guantes de látex desechables.
Lo interesante es que sabíamos
exactamente lo que teníamos entre manos. Cerca de una semana después
de que la Mutante Tos Porcina se extendiese a lo grande, en los
laboratorios desnudaron la cepa H1N1 por completo, hasta el punto de
que fueron capaces de identificar el material genético de otras
cepas del virus. Se trata de un fenómeno científico y
cultural que ha asomado la cabeza por primera vez durante estos
felices días de gripe aviar. En cuestión de días,
después de un mes completamente asustados, anunciaron con toda la naturalidad del
mundo que la H5N1 se había secuenciado al completo en el
laboratorio. Los encabezados del informe final son tecno-porno
médico de primera: "La caracterización molecular del gen
tailandés AI (H5N1) HA revela una característica común de alta
patogenicidad AI (IAAP), una supresión de 20 codones en el gen de la
neuraminidasa, una supresión de 5 codones en el gen NS y
polimorfismos de los genes M2 y PB2." Mi lóbulo frontal se pone
duro con sólo leer estas cosas. Lo importante es que este es todo un pedazo de futuro: hemos conseguido descarnar un virus hasta el punto de
que sabemos con quién ha estado durmiendo. Es algo que hace cien años casi
literalmente no podría haber sido concebido. De
hecho, si te has leído el excelente “The Ghost Map” [El Mapa
Fantasma] de Steven Johnson, sabrás que las competentes y respetadas
autoridades médicas de hace 150 años seguían creyendo que "todo
olor es una enfermedad".
Por la misma
época se estaba llevando a cabo la primera grabación de sonido y
los rusos ya habían colocado miles de kilómetros de vías férreas.
No es que estemos hablando de la Edad Media precisamente. Pero
francamente, hay partes de Londres que no me parecen demasiado
diferentes hoy en día. Mi vieja tía Rose estuvo viviendo hasta
principios de los ochenta en una casa del East End que sólo
tenía luz de gas. El futuro se quedó burbujeando bajo las tablas de su suelo.
Nos pasamos un montón de tiempo buscando naves
espaciales y jet-packs, pero (considéralo por un momento, porque cuanto más se piensa en ello, más grande y más extraño parece), en cuestión de días podremos secuenciar
genéticamente un virus mutante que se salta la diferencia entre
especies. La gente trata de pensar en ello como si fuese normal.
Existe una fuerte tendencia de -siempre que sea posible- moldear la
actualidad como algo esencialmente banal y no reflexionar en lo que tiene de
prometedor. Deja de buscar gigantescas cosas recargadas. Hay pequeñas
maravillas que nos rodean por todos lados.
Dentro de
nosotros, aún tan sofocada como está en estos días, disponemos de la necesidad
de transformar nuestros paisajes en algo dramático. Y si no
me crees, visita cualquier círculo de piedra y te podrás hacer una
idea. Has de entender que estás viviendo en un futuro que
literalmente era inimaginable incluso al principio de los tiempos
modernos. Detente a observar lo enorme y extraña que es esta época
y deja que entre un poco de espectacular iluminación en los focos de tu vida.
Y por supuesto, este es el motivo por
el que los hombres dicen que han cogido la gripe aviar cuando tan
sólo tienen un resfriado. ¡Toma ya!
No hay comentarios:
Publicar un comentario