lunes, 15 de octubre de 2012

CHRIS CLAREMONT CHARLA SOBRE LA EVOLUCIÓN DE LOS X-MEN 1 (DE 3)

Entrevista realizada para NYC Graphic Novelists, 2011, por Christopher Irving. Traducida por Frog2000.

Más Claremont en Frog2000:


*** VIDA ENTRE LOS MUTANTES 1 y 2 
*** FORUM Y YO: LA PATRULLA X 12 y 3
*** ENTREVISTA A ALAN MOORE Y CHRIS CLAREMONT  1 y 2
*** LOBEZNO A LOS TREINTA: ENTREVISTA A CHRIS CLAREMONT Y JOHN BYRNE 12 y 3

-------------------------------------------------------------------

"Es posible que hayas notado", dice Chris Claremont en mitad de un pensamiento, “que hablo tal y como escribo, mediante la palabra".

Estamos sentados en su casa de Brooklyn, donde Claremont se muestra afable y con un gran sentido del humor teñido de un poco de auto-desprecio. Gracias a su trabajo como guionista de los cómics de los X-Men durante cerca de dos décadas, Claremont es sinónimo de éxito de taquilla. Fue el arquitecto de una serie que ayudó a mantener a la industria del cómic a flote durante sus peores momentos, y aumentó aún más su visibilidad durante los mejores. Pero la influyente carrera de Claremont no empezó con los X-Men: su inocente inicio fue para la revista “Mad Fold-In” de Al Jaffee.

"Desde que se mudó a Long Island, se convirtió en buen amigo de mis padres, pero ha pasado medio siglo desde entonces", revela Claremont. "En muchos sentidos, Al fue la razón por la que estoy trabajando en Marvel. La historia oficial es la siguiente: yo estaba en el Bard College. En aquellos días Bard nos ofrecía lo que se llamaba un “período de trabajo en campo”. Solían cerrar durante las vacaciones de Navidad y no volvían a abrir hasta el semestre de primavera, a mediados de marzo. Como el invierno en el norte del estado era tan intenso (de hecho, nevó en gran cantidad) y Bard era una universidad pequeña no demasiado bien provista, sospecho que el lado más práctico de las cosas era mantenerse caliente de alguna forma, donde fuese.”

"La idea era intentar salir y conseguir un trabajo como becario en alguno de los campos relacionados con nuestros intereses principales, para así disponer de una experiencia equilibrada, de forma que cuando te graduases finalmente tuvieses cierto conocimiento académico aplicado a la práctica que pudieras utilizar. Durante el primer año escogí Teoría Política y Actuación Teatral, pero lo cierto que en enero no había gran cosa que hacer en Nueva York en el campo del teatro. En ese momento había empezado a escribir algunas cosas y le pregunté a Al si "Mad" necesitaba algún becario.”

"Finalmente mantuvo una charla con mis padres y les dijo: "No hay ninguna jodida forma de que pueda meter a vuestro hijo como becario en la revista, pero, ¿sabéis lo que vamos a hacer? ¿Sabéis lo que pasará cuando le junte con quienes le voy a juntar? ¡No me lo vais a perdonar nunca!”

"Me dijo: “soy amigo de Stan Lee. ¿Estarías dispuesto a trabajar para la Marvel?”, y yo le contesté: “Diablos, por supuesto que sí."

"Por lo tanto, Al llamó a Stan, Stan me llamó a mí y yo le dije que trabajaría de forma gratuita. En aquella época Stan y Marvel nunca serían capaces de rechazar una comida gratis, así que me dijo: 'Ven y trabaja con nosotros de becario durante un par de meses."

Los primeros hábitos de lectura de Claremont en la escuela fueron a través de los cómics, cuando se enamoró del Fantastic Four número 48 y del dibujo a todo color que había hecho Kirby del Vigilante, el alienígena de cabeza calva y alargada.

“Me quedé mirándolo fascinado y me enganché del todo. Era el Jack de los buenos tiempos (si hablamos en términos artísticos) y me dije: 'Esto es absolutamente genial." Así que me compré ese número, y un mes más tarde volví al quiosco y me compré el 49 y luego el 50. Antes de darme cuenta ya estaba enganchado. De los FF pasé a los Vengadores de Roy [Thomas] y John Buscema, y de ahí volví a Stan y Jack, que estaban en Thor, y de repente empecé a comprar cómics de nuevo. En ese momento Marvel me parecía brillante."
“Cuando empecé a ir al Instituto mi padre me tiró toda la colección, porque los cómics eran algo “inapropiado”, añade. “Afortunadamente algunos de ellos sobrevivieron, pero entre los que no lo hicieron había un Action Comics editado a finales de noviembre de 1963, ¡en el que Superman conocía a John Kennedy! Con ese podría haber pagado la Universidad de mis hijos ahora mismo. Ellos [mis padres] tenían esa actitud tan inglesa de “estas cosas son infantiles y tú ya no eres ningún niño.”

“Lo más extraño fue estar trabajando en la oficina [de Marvel] y poder ver (me refiero a mi período de becario) las primeras páginas de Barry [Smith]. Fue algo en plan: “¡Mierda!” Es algo que ya no se podrá volver a sentir nunca más, ese claro momento cinético de descubrimiento, porque ahora todo se publica antes en facebook y te llega en forma de corriente de electrones. No es lo mismo que ver lo que alguien ha abocetado con sus propias manos.”

En 1968 las series de Marvel estaban creativamente en su apogeo, pero la editorial seguía siendo una pequeña empresa donde trabajaba un pequeño grupo de cerca de veinte personas. Ditko había dejado The Amazing Spider-Man y Romita se había hecho cargo de los lápices, Lee y Kirby se mantenían en los Cuatro Fantásticos (y en su otro grupo habitual de series), y Thomas y Buscema estaban en Los Vengadores.

"En recepción había un pequeño espacio, y luego se podían ver unos pequeños escritorios para los que estaban esperando (en esa zona solíamos estar una señora y yo)," recuerda Chris. "Detrás de nosotros estaba el “bullpen”, que en aquellos días estaba compuesto por John Romita, Sr., Herb Trimpe y Marie Severin. Al otro lado del pasillo estaba un poco el lado técnico de las cosas, como la sala de contabilidad, y cuando llegabas al final de esa pequeña sala, detrás de la puerta a la derecha se encontraba el despacho de Stan (el único con puerta), y luego la oficina de la izquierda era la de Roy y del director de negocios de Marvel y de la secretaria de Stan (que en aquel entonces era la esposa de Roy). Cerca también estaba la oficina de John Verpoorten, que es quien lo llevaba todo."

En enero de 1969 salió a escena un cómic que finalmente se mostraría como profético para la carrera de Claremont como guionista. En él se podían ver los primeros dibujos que Neal Adams había hecho para los X-Men, y Claremont tuvo que lidiar con la gran cantidad de cartas enviadas por los admiradores durante el mes siguiente. En menos de una década llegarían muchas más gracias a su etapa en la serie. Los X-Men duraron diez números más con la participación de Adams y otros dibujantes, y luego se terminaría convirtiendo en una serie donde se reimprimirían los números anteriores durante unos cuantos años más.
Trabajar en Marvel también supuso una reivindicación personal para Chris, porque le dio la oportunidad de disfrutar un montón mientras indagaba en los cómics de la editorial para poder hacer su trabajo. Lo que comenzó siendo una inocente puesta al día pronto se convirtió en toda una experiencia de aprendizaje, y la primera prueba de que Claremont era un escritor y un hombre de ideas.

"Justo cuando apareció el último número de Sargento Furia, titulado “El juicio de Nick Fury", me leí todos los números protagonizados por el personaje, recuerda Chris. "Los dibujos de John Severin eran brillantes. Me acuerdo que estaba leyendo ese número y ahí aparecía un sacerdote que aseguraba: "conocí a Nick Furia cuando era un joven muchacho y él y su hermano estaban siempre correteando durante todo el día. Su madre siempre estaba gritando: “¡Venga!, Vamos.” “Oh-oh", me dije, cogí y me puse a revisar los números que habían hecho Stan y Jack en el primer año. En ellos, en el tercer o cuarto número, quedaba establecido que Nick Furia era huérfano y que no tenía hermanos.”

Me fui a ver a Roy: “puede que tengamos un problema”. Le enseñé ambos ejemplares y me dijo, “sí, has encontrado un error. Llama a Stan. A mí no me molestes.” Así que llamé a Stan y le dije: “Soy Chris, de la oficina.”

“¿Qué estás haciendo, verdadero creyente?” Chris hace una certera imitación de Stan.

"Vivía en un apartamento entre la Tercera Avenida y la 59. Era el edificio del “dinero central”. Le conté lo sucedido y me dijo: “Está bien. Eres tú quien lo has encontrado, así que lo vas a tener que arreglar." Así era Marvel entonces. Si trabajabas para la Casa, tenías que tener cerebro y hacer bien tu trabajo.

“Se me ocurrió que Nick había sido adoptado (con posterioridad), lo que en realidad ayudó a que encajase perfectamente en la trama del Zodíaco [de Jim Steranko], porque en realidad no eran hermanos, sino que uno era el hijo adoptivo y el otro el biológico. En cuanto Severin terminaba las páginas, no había límite para lo que podíamos hacer con ellas. Fue literalmente dos días antes de que saliesen para imprenta, así que no había margen alguno de maniobra. Esa era la forma de trabajar de entonces: descubrías dónde estaba el problema y luego tenías que improvisar con lo que fuese. Tuve que coger las galeradas y enseñárselas a Stan, ese fue mi primer encuentro con la Cienciología. Tenían una oficina en la calle 59, entre la 2 ª y 3 ª. Me parecía extraño, pero también era divertido."

Claremont se subió a bordo de Marvel justo cuando la segunda generación estaba lista para empezar a jugar, con un Roy Thomas como avanzadilla de toda una nueva oleada de guionistas que habían crecido amando esos cómics (de la misma forma que los primeros guionistas y dibujantes de cómics habían sido fans de la ciencia ficción y de las revistas pulp).

"Disponía de una especie de ramillete de intensa energía concentrada que era capaz de convertir en cosas absolutamente brillantes", comenta Claremont sobre Thomas. "Era como pasear junto a una olla a presión. John estaba dibujando aquellas hermosas páginas, Herb estaba haciendo grandes cosas en Hulk, puede que Marie estuviese gruñéndole a todo el mundo (porque todos éramos chicos bastante irritantes). Cada pocos días llegaba un paquete de John Buscema, o de Sal, o de Jack, y era como: “¡Guau!' Era absolutamente maravilloso.”

"Volví a la universidad y por fin me gradué, luego me marché a Nueva York y empecé a hacer audiciones como “freelance”. Finalmene, con el tiempo tuve que volver a trabajar para el staff de Marvel. De nuevo, fue durante el último año o año y medio antes de que Stan se mudase a Los Ángeles. Por mucho que suene a cliché, fui capaz de conseguir mi tajada postrándome a los pies del maestro y gritándole que contratase a alguien que supiese bien lo que jodidamente había que hacer."
Chris se convirtió en Editor Asistente de las revistas en blanco y negro. Su jefe era Tony Isabella, cuya solicitud de trabajo rechazó Chris cuando trabajaba como becario cinco años antes.

“Nunca dejó que lo olvidase”, sonríe Chris.“ Es divertido. Estuve trabajando con él y luego con Marv. Luego me quitaron de la sección en negro y blanco y me dejaron de nuevo en la línea de color. Fui el Editor Asistente de Len y más tarde Editor Asociado, así es como consigues todos estos títulos tan interesantes (y algunos de ellos sin ningún tipo de remuneración).

"Al final Len se convirtió en redactor jefe y él y yo empezamos a sacar adelante toda la línea. Él era el que tomaba las decisiones y yo quien pringaba. Apenas éramos dos personas sacando adelante cuarenta y cinco series al mes".

Se estaba preparando una época muy agitada, porque Marvel se estaba aferrando a la misma estructura editorial con la que había estado trabajando durante los años anteriores. Era como lo que había hecho Stan pero con muchos más títulos. En ese momento Stan se estaba enfrentado al Comics Code por culpa de las temáticas anti-droga que aparecieron en The Amazing Spider-Man, pero la edición de ese número, sin el símbolo del Code, provocó su revisión. Desde entonces, el Código permitiría publicar monstruos y cómics de terror, así que Marvel empezó a publicar cómics de horror por primera vez en veinte años, con las prioridades por encima de su saludable línea de superhéroes.

"La actitud de entonces (tanto la de Stan como la de Roy) se prorrogó durante el mandato de Len y Marv, por lo que nuestro trabajo era encontrar a los mejores artesanos posibles, darles el trabajo y luego dejarles hacer lo que quisieran", señala Claremont. "Si estás contratando a Gerry Conway o a alguien como Ditko o John, Sr., si tus chicos tienen ese nivel, no puedes decirles qué es lo que tienen que hacer. Los dejas en paz. Si surge un problema o un error, entonces tienes que hablar con ellos y solucionarlo. Básicamente, se trata de llegar a un acuerdo para que el error no se vuelva a repetir, y luego sigues adelante. Era como una actitud “laissez-faire” que funcionaba muy bien”.

"De vez en cuando sufrías algún dolor de cabeza. Len estaba escribiendo Hulk y Steve Gerber también lo escribía en The Defenders. Steve y Len se peleaban un montón (metafóricamente hablando) sobre quién estaba haciendo el auténtico. Steve lo manejaba de una forma determinada en Los Defensores y Len lo manejaba al revés en su serie de Hulk.”

"Era un enfoque bastante ecléctico. La actitud de Stan era más del estilo: "Ok. Eso sí, no quiero que choquéis entre vosotros. Supongo que los lectores encontrarán una forma de mezclar las dos versiones. Si son buenas historias, son buenas historias, y ellos mismos se harán cargo”. Nueve de cada diez veces esa actitud funcionaba. Confieso libremente que cuando eché mano de los X-Men, mi actitud era mucho menos “laissez-faire”, simplemente porque nadie podía joderlos excepto yo mismo. No quería que ningún gilipollas jugase con mis chicos.”

 “Sencillamente me hizo convertirme en una “prima donna”. Desafortunadamente, todos lo éramos..”  

Pero volvamos a revisar la Marvel de los setenta: Claremont era Editor Asociado y Marv aún era editor en funciones. La salida de Marv de la compañía sólo fue una parte más de la puerta giratoria que Marvel tenía preparada para los Editores, mientras que Claremont se embarcaría en una carrera “freelance” mucho menos predecible.

"Era el Editor Asociado de Marv y finalmente decidí que ya había tenido suficiente. Dos años y medio eran demasiado para mí. No veía ningún futuro en el mundo de la edición, así que pensé que había llegado la hora de seguir adelante. Dos semanas más tarde Marv anunció que lo dejaba. "¿Y por qué no me lo has dicho? ¡Entonces no lo habría dejado yo, so idiota!", dice Claremont bromeando.
“Fue el comienzo del enero de "¡Mierda!" Literalmente, habían colgado una lista en la puerta de las veinte personas que podían ser potenciales editores en funciones, pero todos habían rechazado el cargo. Finalmente pillamos a Gerry Conway, que se encargó del trabajo durante semana y media y decidió que no podía con él, así que siguió escribiendo sus quince títulos. Luego Archie se hizo cargo. En ese momento la situación financiera de Marvel era como siempre lo había sido, precaria. Teníamos un límite de títulos que podíamos producir. Len tenía su cuota, Marv tenía su cuota, y Gerry tenía una cuota monstruosamente enorme que dejaba cerca de seis títulos para la otra docena y media de guionistas que necesitaban el trabajo y que estaban comprometidos con la empresa. Parte del primer año de Archie consistió en barajar el mazo para mantenernos a todos con vida o disolvernos mientras nos empezaba a explicar: “Sabéis a lo que estoy haciendo frente. Conoces a esos tres tíos y sabes cuáles son sus horarios de trabajo. Conoces las historias que circulan sobre su producción. Espera seis meses, ¡porque alguien se verá obligado a marchar!" Y efectivamente, Gerry se volvió a DC y las cosas se relajaron un poco.”

“Luego contrataron a Jim [Shooter] como asistente de Gerry. Y luego Gerry lo dejó tres semanas después. Jim hizo todo lo que honorablemente pudo, y le dio su pre-aviso profesional a Archie. Shooter pensaba que Archie le diría: “No, espera un poco más", pero Archie dijo “Bueno”. Luego me llamó y me dijo: "¡Diablos, claro que tenías razón! Me parece que trabajar como “freelance” es una mierda." Así que me intenté quedar con mi trabajo anterior."

“El problema era que en realidad no se podía vivir con el sueldo de personal contratado por la empresa, así que acudí a Sol Brodsky, que era el gerente financiero de Marvel. Le dije: 'Mira, si quiero que este trabajo se haga bien, voy a tener que renunciar a la mayor parte de mi trabajo como “freelance”, y no quiero renunciar a los X-Men. Podría renunciar a Puño de Hierro, pero no lo quiero hacer porque me encanta. ¿Podemos encontrar una salida con un salario equilibrado entre ambos?'

“Le ofrecí una cifra y Sal me miró como si yo fuese un imbécil. Ambos éramos demasiado avaros, así que no terminábamos de ponernos de acuerdo en la cifra. Mientras tanto, Jim volvió y habló en serio con Archie. Como Archie es uno de esos raros “gentleman” de verdad que hay en el mundo (incluso el único en todo el sector), volvió y se disculpó conmigo. Yo no estaba dispuesto a volver a trabajar como Editor Asociado, porque me era bastante indiferente y no tenía ninguna necesidad de pelear con Jim por el puesto. Él lo necesitaba, lo quería y además podía conseguirlo fácilmente”.

"Las cosas que podrías haber / deberías haber hecho”. Jim se quedó como Editor Asociado hasta que Archie se pasó a Epic y se hizo cargo de ese sello", dice Chris. Cuando Shooter se hizo cargo del puesto de Editor en Jefe recibió tantos elogios como críticas, pero sirvió como guía de Marvel en uno de sus períodos más creativos y financieramente más exitosos de toda su historia.
"Cuando reviso toda mi carrera y me veo trabajando con Dave, con John Byrne, con John Romita Jr., con Marc Silvestri, y puedo ver cómo todo ha ido creciendo (cómo han ido evolucionando las historias), cómo han crecido los personajes, cuáles son las temáticas de más éxito y resonancia y cuáles las más densas, veo que me he divertido un montón. Creo que así es como se hace mejor el trabajo en equipo, de la forma más honestamente orgánica, a diferencia de ese enfoque más contemporáneo en el que se va barajando a alguien disponible y se intenta que se junte con alguien que también está disponible."

Claremont estaba a punto de hacer un poco de historia personal como guionista del último lanzamiento que iba a hacer la editorial: una nueva versión de los X-Men. En su deseo de sacar provecho de los mercados de ultramar, Roy Thomas tuvo la visión de convertir a los X-Men en "mutantes a lo Blackhawks", recomponiendo el equipo a base de miembros internacionales. En 1975, el guionista Len Wein y el dibujante Dave Cockrum introdujeron el concepto de "todo nuevo, todo diferente" en el Giant-Size X-Men número 1. En el mismo, el Hombre-X original Cíclope lideraba un nuevo equipo formado por el ruso Coloso, el nativo americano Thunderbird, el canadiense Lobezno, la africana Tormenta, el alemán Rondador Nocturno, el japonés Fuego Solar y el irlandés Banshee para salvar a los restantes miembros de la Patrulla X original. La serie de X-Men regresó con el número 94 (numeración recuperada después de su etapa de reimpresión de la colección original), realizado por Claremont y Cockrum. Wein escribiría un número más antes de entregar totalmente las riendas creativas a Claremont y Cockrum. La serie se convirtió en un gran éxito, y el equipo condujo a los mutantes a explorar nuevos territorios, poniendo especial atención en las historias "de densa caracterización”. En contraposición a las anteriores historias centradas en los rasgos de personalidad de los mutantes, Claremont y Cockrum adoptaron un enfoque más cerebral de los X-Men. Los cambios son el verdadero “background” de Claremont: suele trabajar en ellos casi como si fuese un actor del método que actúa creando personajes y guionizando cómics.

“Cuando te comprometes con el proyecto y con tus personajes, éstos se convierten en el centro de tu enfoque creativo y de tu universo", señala Chris. "Tu visión es la correcta y no quieres que nadie curiosee en ellos. Por ejemplo, la visión que tenía Len de Logan (incluyendo el nombre de Logan) era diametralmente opuesta a la mía y a la de Dave. A Len se le ocurrió la idea, la colocó en su sitio y dio rienda suelta, y luego, para bien o para mal, dejó la serie. Dave y yo nos sentamos y descubrimos la mejor forma de hacer que este personaje cobrase sentido, que evolucionase siguiendo su  propio camino.

"De la misma forma, la representación visual de John Byrne era la de un personaje sin máscara, alguien que sería la cabeza y la espalda donde se iba a apoyar el grupo. Una visión diferente de la de Dave. Cockrum siempre solía a hacer preguntas de forma rutinaria: '¿Por qué no podemos incorporar a un tipo gordo vestido con un traje muy ceñido? ¡Creo que podría funcionar! "Te le quedabas mirando y pensabas: “Muy bien." Gracias a Dios que fue un personaje que se llevó a la Legión de Superhéroes, pero ahí está. “¿Por qué no metemos en la colección a este magnífico personaje azulado con una cara que se parece vagamente a la de un gato? Parece muy interesante. ¿Por qué no podemos meter a Rondador Nocturno?”

"La visión de Len de Rondador Nocturno era la de un alma amargada, atormentada y angustiada. La respuesta parcial que Dave y yo ofrecimos del personaje era más en plan: "estuve allí, hice eso, y he visto demasiado”. Pero cuando nos sentamos y empezamos a revisarlo, intentamos hacer encajar las cosas de la misma forma que lo harías si estuvieses paseando por la calle y te alcanzase un rayo. Nos hizo darnos cuenta de que el personaje tenía una razón de ser. Porque si has nacido con ese aspecto, vas a necesitar un chip tremendamente ofensivo para poder defenderte durante toda tu vida  (algo que me parece muy válido) o bien puedes marchar en la dirección contraria, que es la de: "estoy bien. En serio, no tenéis ni idea. Soy capaz de caminar por las paredes, colgarme boca abajo, luchar a la pata coja con las dos manos, un pie y una cola con la que sostengo una espada. Y soy invisible en la oscuridad."
“Nos dijimos: “¿por qué no coger al personaje que parece el más extravagante de todo el equipo, y hacer que su alma sea la más racional, humana, digna y empática de todas?" Naturalmente, Lobezno y él encajarían bien, porque los opuestos suelen atraerse, por lo que funcionaban bien juntos. Ocurrió lo mismo con Logan cuando intentamos responder a preguntas como: "¿Quién es?" y "¿Por qué es así?” Al principio Len dijo que las garras formaban parte del disfraz. Como Dave y yo éramos los que estábamos guionizando al personaje, pensamos que eso funcionaría mejor en alguien como Iron Man, y el problema con Iron Man es que cualquiera se podría poner su armadura, sin importar si es Tony o Rhodey. ¿Qué es lo que lo hace ser tan especial? ¿Qué es lo que hace que sea único?”

“¿Así que las garras son parte tuya?’

“Sip”’

“Nunca me lo habías dicho.”

“Nunca me lo habías preguntado,” 

Chris chasquea los dedos. “De repente, aparece esta interesante diferencia física (es decir, las garras surgen de las manos), e implica que cada vez que las saca debe doler de la hostia. Es algo que quedó establecido durante la primera aparición de Pícara, cuando le pregunta "¿Te duele?" Y él le contesta: "Siempre." Es un momento decisivo. Otro es el de: "Nunca me lo habías preguntado”, catalizó uno de los momentos clave de la personalidad de Logan. Así es como vas uniendo todos los elementos: coges todos esos pequeños pedazos y los metes en el mismo paquete, y vas construyendo poco a poco las capas del edificio. Claro, tienes una idea general de hacia dónde quieres ir y de cómo quieres llegar, pero los detalles de cómo tienen que ir encajando las piezas para hacer evolucionar a este personaje tridimensional son en gran medida una cuestión de crecimiento orgánico, no una construcción inmediata, por lo que tan sólo tienes que seguir haciendo las cosas de esa forma”.

(Continuará)

No hay comentarios:

NUEVA YORK EN EL DAREDEVIL DE FRANK MILLER

"Investigué mucho para hacer un buen trabajo. Si me pedían que dibujara una cascada, iba hasta una y la dibujaba. Esto es algo que a...