miércoles, 17 de abril de 2019

ENTREVISTA CON LEWIS TRONDHEIM EN THE COMICS JOURNAL (8 DE 9)

Entrevista publicada en el número 283 de The Comics Journal (2007). Traducción: Frog2000.

WIVEL: De acuerdo, tienes razón. Porque tengo la impresión de que tu forma de hacer las cosas es algo diferente de como las suele hacer el resto. Donde ellos hacen cómics donde se pueden ver muchas más confesiones, tú vas haciendo tus observaciones sobre el mundo o hablas sobre cosas que te parecen importantes, pero tampoco es que revelen demasiado sobre tu propia existencia o tu vida interior. Otro aspecto importante es el humor, a veces irónico, con el que narras tu vida. ¿Es deliberado, una forma de distanciarte, o quizá tus estrategias tienen como intención que las cosas sean más universales para el lector que las historias más confesionales de tus colegas?

TRONDHEIM: Digamos que me gusta reírme de mí mismo y no de los demás. Es el principio de las risas positivas o negativas, o de las lágrimas que son dolorosas o no. Las risas positivas se hacen a tus expensas, y las negativas a expensas de los demás. Las lágrimas no dolorosas se hacen a expensas de los demás, y las crueles a expensas de tu persona. Además, no suelo hablar sobre cosas demasiado fundamentales. Tan solo te ofrezco mi punto de vista. Y como suelo ser muy reservado, también miento por omisión. Además, hay que tener en cuenta que tengo una memoria pésima. Colocar mis pensamientos sobre el papel me permite ver las cosas de una forma más clara. 

WIVEL: ¿Cómo logras que estos cómics te funcionen como terapia?

TRONDHEIM: Algunos de los temas los saco a colación para ponerlos en orden para mí mismo, y escribir sobre ellos de una forma divertida me ha demostrado que resulta muy útil. 
WIVEL: Creo que Mis Circunstancias trata sobre las elecciones que cualquiera tiene que ir tomando cuando empieza a darse cuenta de que se está haciendo mayor y que tiene responsabilidades. Todas las elecciones que tan bien conocemos y que resultan necesarias para progresar en cada momento de la existencia (concentrarnos en lo que queremos hacer en la vida, tener hijos, encontrar un lugar donde asentarnos, etc). ¿Fueron estos temas los que te ayudaron a manejar mejor esa obra?

TRONDHEIM: Para serte franco, soy un desastre respondiendo a este tipo de preguntas. Suelo hacer mis obras de forma muy instintiva, y no vuelvo sobre ellas y me las releo. Por lo tanto, ni siquiera sé sobre qué puede tratar Mis Circunstancias. Recuerdo de forma muy vaga que el cómic terminaba con mi mudanza a las afueras de París. Pero en cualquier caso, escribir una obra no resuelve tus problemas. Tan solo te centras en ella y de esa forma clarificas las cosas. Después de todo, lo importante es el trabajo del día a día que hagas contigo mismo. 

WIVEL: Está bien. ¿Y sigues haciendo obras autobiográficas como una forma de terapia?

TRONDHEIM: Ahora que estoy con Las pequeñeces, intento charlar sobre pequeñas cosas sin importancia. El aspecto terapéutico lo puedes encontrar en mi intento por comprender que en el gran esquema de las cosas, la vida es es lo que se sucede alrededor de estas pequeñas cosas. Pero si miro en lo más básico, para mí es una forma de aprender a dibujar con acuarelas. 

WIVEL: Después de Mis Circunstancias dejaste de hacer cómics autobiográficos durante años, ¿fue por algún motivo concreto?

TRONDHEIM: Siempre los he estado haciendo, aunque en menor grado. Para Dargaud hice Las aventuras del Universo, [1996, recopilado en 1997]. También estuve haciendo una página para una revista [Les Inrockuptibles, un magazine musical] en la que se suponía que tenía que hablar sobre cosas cotidianas de todo tipo. Rápidamente se convirtió en un espacio donde argumentaba sobre cómo podía relacionarme con las cosas cotidianas. Así que nunca he dejado el género del todo. Tampoco es que me haya volcado del todo en él. Es importante hacer también ficción, porque te mantiene equilibrado.
WIVEL: Supongo que cuando haces ficción, tus motivaciones son diferentes.

TRONDHEIM: La autobiografía busca encontrar los aspectos interesantes y reales de una persona, e intenta trasncribirlos en una obra. La ficción significa tener que usar tu imaginación. Pero a veces, tampoco eres demasiado consciente de que puedes proyectar elementos autobiográficos o reflexiones personales en tu obra de ficción.

WIVEL: ¿Durante cuánto tiempo estuviste haciendo Las aventuras del Universo?

TRONDHEIM: Durante todo un año, todas las semanas. El problema es que haces cómics porque te gusta hacerlos. Y llegado a cierto punto, te das cuenta de que los haces porque te sientes obligado, por motivos económicos. El placer de hacerlos no tiene por qué conllevar dicha obligación, y definitivamente, cuando son algo forzado, el resultado se muestra demasiado en tu trabajo. Por eso dejé el medio durante un año. Y por eso, ahora mismo, trabajo en publicidad e ilustración. Me permite ganarme la vida, y por otro lado, puedo hacer cómics sin preocuparme por el aspecto económico.

DIBUJANDO DEL NATURAL

WIVEL: En una de tus obras recientes decías (no estoy seguro de recordarlo de la forma correcta) que las mejores autobiografías no tienen por qué contar las cosas tal y como son, sino que tan solo tienen que ser ciertas. ¿A qué te referías?

TRONDHEIM: No, yo no he dicho eso. Solo dije que volver a contar los eventos que te han ocurrido de una forma sincera no garantiza que vayan a ser interesantes...

WIVEL: Ah, si, era eso. Lo siento.

TRONDHEIM: Desnudar tu alma y exponerte al mundo no es garantía de que los resultados vayan a ser los mejores. Se puede ver mucho en los blogs. Mucha gente habla sobre su vida de forma directa y cruda, y luego se van a otros foros para anunciarlo: "veníos a leer mis cosas, mis experiencias vitales, ¡queredme!" Potencialmente, un blog puede leerlo un billón de personas, así que cuando solo tienes tres lectores, y uno de ellos es tu mamá y el resto tus colegas, puede ser bastante frustrante.

Creo que lo que marca la diferencia es el tono, el enfoque, pero no necesariamente lo sincero que puedas ser.
WIVEL: En 2002 publicaste tu primer Carnet de bord, ¿por qué quisiste hacerlo?

TRONDHEIM: Estaba haciendo mi primer viaje por el hemisferio sur, y me sentía algo preocupado. Así que para poder canalizar esos sentimientos, decidí hacer un cómic donde lo anotase todo, sin intentar corregir o pulir el dibujo. El resultado es de lejos lo más interesante en cuanto al punto de vista que te puede aportar la experiencia, porque lo hice según lo iba experimentado y transcribiendo. Pude captar las sensaciones inmediatas que podrían haber desaparecido si hubiese esperado a dejarlas por escrito a la vuelta.

WIVEL: Todos tus Carnets están dibujados durante tus viajes, no en casa. ¿Es por el tiempo extra que tienes cuando estás viajando, o porque hacerlos mientras estás viajando resulta más interesante que transcribir lo que recuerdas de tu día a día, como haces en Las pequeñeces?

TRONDHEIM: Es solo porque tengo el tiempo suficiente y no me gusta aburrirme. 

WIVEL: Tanto en los Carnets como en Las Pequeñeces, tus observaciones sobre el mundo son diferentes de lo que se puede percibir en el resto de tu obra. Supongo que es normal, dado que provienen de tus anotaciones, pero me gustaría preguntarte si siempre has dibujado del natural, y si trabajar en tus tiras autobiográficas ha cambiado tu punto de vista y tu interés en el mundo que te rodea.

TRONDHEIM: Llevo dibujando del natural desde hace cuatro años. Al principio tenía que forzarme a hacerlo. Ahora me encanta. Además, ayuda mucho para hacer evolucionar el dibujo de mis cómics.
WIVEL: ¿Te motivó el dibujo del natural lo mismo que cuando aprendiste acuarela para hacer tu trabajo en Las pequeñeces?

TRONDHEIM: No. Ya había dibujado del natural antes de empezar Las pequeñeces. Dibujo para ganarme la vida, y he llegado a un punto en el que no saber cómo dibujar lo que está enfrente mío me parece muy absurdo, y también bastante frustrante. Al mismo tiempo, he visto de primera mano a Joann Sfar, Christophe Blain y Emmanuel Guibert haciendo unos bocetos maravillosos, lo que me ha provocado unos celos terribles por no saber cómo hacer lo que hacen ellos.

WIVEL: ¿Cómo ha cambiado el dibujo del natural tu forma de hacer los cómics?

TRONDHEIM: Te da como una sensación de espacio. Hace que te des cuenta de los detalles que por lo general, todo el mundo olvida o niega, y que enriquecen tu biblioteca visual.

WIVEL: ¿Te ha planteado el reto de intentar hacer historietas más claras mientras además te mantienes más fiel a la naturaleza de las cosas?

TRONDHEIM: Me parece importante no quedarte atrapado en el realismo. Dibujar del natural es una cosa, dibujar como una forma de escritura de la forma que la practico en mis cómics es otra.

WIVEL: Es probable que Las pequeñeces estén entre los cómics más exuberantes que has hecho nunca. ¿Te esfuerzas mucho más o gastas más tiempo en cada página que en el resto?

TRONDHEIM: No del todo. Tardo como dos horas por página. Desde el principio hasta el final.

WIVEL: También parece como si te lo estuvieses pasando en grande trabajando con las acuarelas, ¿qué es lo que aportan a tu dibujo?

TRONDHEIM: Hasta el momento, no me han aportado demasiado. Pero en cuanto las domine, espero que me expongan en el Louvre. Dicho esto, estos tebeos los hago por razones egoístas. Porque me divierto mucho haciéndolos. Las acuarelas casan bien con el dibujo rápido. Casi es como si formasen parte de lo mismo.
REPUDIADO Y DESEMPLEADO

WIVEL: Antes de proseguir en este último tramo, me gustaría preguntarte sobre tu "autobiografía de pega", el blog de Frantico. ¿Por qué hacerlo, y hacerlo de esa forma, de forma anónima, en la red, y con ese tipo de protagonista? Además, ¿hasta qué punto es autobiográfico?

TRONDHEIM: No lo he hecho yo, pero si fuese así, estoy seguro que hubiese sido para que la gente se riese.

WIVEL: De acuerdo, no lo sabía [sonriendo]. Está bien, pero si hubieses sido tú el autor, ¿cuáles serían los motivos para hacerlo, y por qué hacerlo de forma anónima, en la red y con ese protagonista en concreto, además de para hacer reír? Además, ¿hasta qué punto es una obra autobiográfica?

TRONDHEIM: Entiendo la retorcida lógica de tu pregunta, pero no tengo nada que ver con ello.

WIVEL: Está bien, pasemos a Desocupado. Empecemos por su propia concepción. Si no me equivoco, se publicó poco después de que anunciaras que ibas a dejar de dibujar, y clarifica qué fue lo que te llevó a tomar esa decisión. ¿Pasaste mucho tiempo reflexionando todos esos temas antes de empezar a dibujar la obra, y por eso finalmente cambiaste de rumbo?
TRONDHEIM: Nunca dije que fuese a dejar de dibujar. Llegué a un punto en mi vida en el que me dije que quizá sería mala idea seguir adelante con lo que estaba haciendo sin pensar un poquito en ello, si realmente quería seguir haciéndolo. Por eso decidí tomarme unas vacaciones. Un período pequeño, no demasiado largo.

El resultado lógico de esas vacaciones fue que me empecé a preguntarme lo que normalmente se pregunta cualquier historietista cuando se hace mayor. Y con todos mis respetos al abrumador resto, la respuesta es que muchos hacía tiempo que habían alcanzado sus respectivos picos creativos. Como yo mismo soy historietista, decidí empezar una pequeña investigación en forma de cómic e interrogué sobre el tema a quienes me rodeaban.

WIVEL: ¿Hasta qué punto trabajar en esa obra te sugirió qué tenías que hacer a continuación? Obviamente pienso en el ejercicio terapéutico que supuso y sobre el que ya hemos hablado antes.

TRONDHEIM: Te diré que me he dado cuenta de que en algún punto, mis álbumes habían empezado a resultarme cada vez menos interesantes. Lo más difícil es darse cuenta de cuándo las cosas han empezado a ser de esa forma, y saber si en ese momento tendré el coraje suficiente para parar y estaré cómodo al hacerlo. Siempre puedes intentar mantener las cosas en marcha mediante la curiosidad, colaborando con otros, cambiando de vez en cuando el enfoque, pero no creo que dure mucho. Por eso intenté imaginarme cómo sería una vida sin dibujar cómics. Qué podría hacer para no deprimirme. Sé que tengo la tendencia de buscar, o imaginarme, problemas que no existen, o que todavía no existen. Pero odio levantarme cada mañana y ver que estoy tan deprimido.
WIVEL: ¿Crees que la depresión es una consecuencia directa de dibujar historietas? Es como convertirse en un cliché, porque te pasas muchas horas frente a la mesa de dibujo, tú solo...

TRONDHEIM: Si, claro que te puedes deprimir. Como he dicho, la razón de que empezase en el cómic, y la energía que encontramos para hacerlo cuando somos adolescentes, no es la misma que necesitamos cuando somos adultos. Existe una tendencia progresiva a irnos ralentizando hacia la que sueles tender, pero que no te das cuenta de que te está empezando a ocurrir. Es importante saberlo. Si no, existe el riesgo de que te deprimas. 

A pesar de todo, es un medio maravilloso, y en ningún caso somos responsables de lo que nos ocurre. Si acabamos alcohólicos, depresivos o enfermos, o las tres cosas de forma simultánea, tan solo podemos agradecer haber trabajado en este campo.

Pero de todas formas, parece como si siempre estuviese preocupado por estos temas. Por fortuna, no es del todo cierto. Hacer cómics me ha beneficiado mucho, y me lo he pasado muy bien haciéndolos.

WIVEL: Todo eso que has dicho sobre la dificultad de crecer haciendo cómics, ¿crees que es inherente al medio, y que de alguna forma, los cómics son como una expresión juvenil, aunque haya muchos realizados expresamente para adultos?

TRONDHEIM: No. Los cómics son una forma de expresión. Para la juventud y para todo el mundo. Lo que resulta complicado es mantener vivo el entusiasmo juvenil.

WIVEL: Parece que tu época dubitativa te ayudó bastante a renovarte. No solo porque generó Desocupado, sino porque hiciste un buen puñado de obras que abrían nuevos caminos: A.L.I.E.E.N. OVNI, Las pequeñeces. ¿Crees que has tenido éxito al intentar redefinir cómo es tu trabajo? ¿Eras consciente de que en ese momento estabas empezando a hacer cosas diferentes?

TRONDHEIM: Bueno, puedo decir que ya había finalizado mi serie de Lapinot sin haberlo pretendido, pero de esa forma no me quedé atrapado en una jaula dorada. Oh, y A.L.I.E.E.N. también la hice antes de Desocupado. Tengo la impresión de que siempre he estado buscando nuevas posibilidades. Pero al dejar la mayoría de mis series, me abrí a nuevas ideas. 

WIVEL: Has sido extremadamente productivo. ¿Alguna vez te ha preocupado que la calidad de tu obra sufriese por ello? ¿Has intentado ser menos prolífico que en el pasado? 

TRONDHEIM: Nunca había pensado en eso. Trabajo rápido. Soy eficaz. Hago una página en dos o tres horas, y sé que si me pasara más tiempo con ella, podría ser mejor. Aunque en realidad, es al revés. Ahora hago más tomos de 100, 200 o 300 páginas, lo que significa que al año publico menos, pero también sigo dibujando un montón.

WIVEL: De alguna forma, lo que has dicho sobre trabajar en la publicidad y en medios más comerciales para intentar hacer cómics porque te apetece, es lo opuesto a lo que sueñan la mayoría de historietistas: quieren dejar el trabajo en la publicidad y hacer cómics para ganarse la vida. Es obvio que muchas de tus obras en el cómic te han supuesto una obligación, pero, ¿no crees que de alguna forma, el trabajo comercial que estás haciendo ahora para ganarte la vida puede convertirse en una situación bastante peor?

TRONDHEIM: No, porque he ido construyendo mi carrera en el medio del cómic. No me siento frustrado de la misma forma que cualquiera que está trabajando exclusivamente en la animación o la ilustración comercial. Cuando tengo que dibujar una ilustración comercial, me lleva una hora, no una semana. Y no me fastidia hacerlo. Dibujo lo que me dicen que dibuje. En ese momento no soy nada creativo.

(Continuará)

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