Entrevista publicada en el número 283 de The Comics Journal (2007). Traducción: Frog2000.
EL CONEJO TENÍA QUE MORIR
WIVEL: Hablemos sobre tu decisión de matar a Lapinot. Parece obvio por qué lo hiciste, pero quizá podrías hablar un poco sobre la forma que escogiste para hacerlo. La vida como viene [el álbum en el que ocurre] parece uno de los más estructurados, y también efectivos, de toda la saga. Me afectó más de lo que me esperaba. ¿Gastaste más tiempo de lo normal guionizándolo y planeándolo?
TRONDHEIM: No, la verdad es que no gasté más tiempo en ese que en el resto. Al principio, se suponía que iba a morir otro personaje, pero cerca de la página 12, pensé que si iba a hacer un tomo centrado en la muerte, debería ser el personaje central el que falleciese. No podía ser otro personaje. Si no hubiese sido el protagonista, podría haber pensado: "Morir es algo que les ocurre al resto, no a mí." Por eso decidí matar a Lapinot. Eso no significa que no vuelva a hacer nada más con él, pero inconscientemente necesitaba hacerlo. No fue algo deliberado. En cuanto a la estructura del álbum, rápidamente se me ocurrió la idea de escribir varias líneas argumentales que transcurrían en paralelo, y cuyos acontecimientos iban creciendo en intensidad hasta que en la página 12, cada personaje estaba al borde de la muerte.
WIVEL: ¿Me equivoco, o todavía guionizas La Mazmorra y El Rey Catástrofe?
TRONDHEIM: He dejado El Rey Catástrofe de lado. Se nos presentaron problemas con el editor, y en su lugar empecé a guionizar otras dos series diferentes, una recopilación de cómics, y el tomo de Spirou para Dupuis.
WIVEL: Ya veo. ¿Por qué decidiste seguir trabajando en La Mazmorra? ¿Te sigue presentando desafíos creativos?
TRONDHEIM: Si, la saga en sí misma supone un desafío inmenso. Y es muy divertida.
WIVEL: Durante esa época de la que hablamos, también accediste a trabajar como editor en Delcourt, donde estuviste al cargo de tu propia marca, "Shampooing". ¿Cómo llegó a ocurrir?
TRONDHEIM: Le propuse a Delcourt que podía llevar una línea de cómics para niños y deshacerme de todo el material que no me gustaba (pero que sin embargo se vendía bien). Guy Delcourt me dijo que no, pero en su lugar me ofreció regentar mi propia línea. Le di vueltas y les pregunté a otros fundadores de L´Association si estarían interesados en empezar una línea para todos los públicos, principalmente para lectores jóvenes (aunque iba a ser innovadora), como parte del repertorio de L´Association. Me dijeron que no. Por eso acepté trabajar para Delcourt.
WIVEL: ¿Qué significa eso de que querías deshacerte del material para niños de Delcourt? No te estoy preguntando por ninguna serie en concreto, sino sobre sus publicaciones para niños en general, y quizá sobre lo que piensas del tipo de obras que se pueden encontrar en el medio hoy en día.
TRONDHEIM: No me gustan los tebeos para niños realizados exclusivamente para ellos. Es como si los confundiesen con unos unos idiotas, y no lo son.
WIVEL: ¿Qué estabas buscando con "Shampooing"?
TRONDHEIM: Para empezar, quería publicar material para todos los públicos, para niños y adultos. Ahora, después de haber dejado L´Association, he decidido que voy a publicar cualquier cosa que me guste.
EL RECONOCIMIENTO Y LA ACADEMIA
WIVEL: En enero de 2006 te premiaron con el Grand Prix en Angoulême. Teniendo en cuenta las dudas que sueles tener acerca de tu obra, ¿no te pareció una extraña coincidencia?
TRONDHEIM: No me gustan demasiado los premios. Me parecen demasiado académicos. Dudé en aceptar. Pero me parece bien, también sé mirar las cosas con perspectiva. Y un premio es un premio. No va a cambiar nada en mi trabajo o mi forma de hacer las cosas. Siempre he tenido miedo de que, de alguna forma, fuese como el punto culminante de mi carrera, pero bueno... tan solo me demostró que todavía tengo mucho que ofrecer.
WIVEL: Al año siguiente, aceptaste el puesto de presidente del festival con algunas declaraciones que, al menos en el caso de los periodistas de cómic franco-belgas, fueron controvertidas. Entre otras cosas, sugeriste que no conocían bien el medio en el que trabajaban, y que deberían pasar un exámen antes de poder tener garantizado el acceso al festival. Claramente era un provocación, pero al menos era sincera. ¿Te puedes explicar?
TRONDHEIM: La prensa del cómic es por lo habitual bastante penosa. Me refiero tanto a la crítica como a la teoría, hay muy pocos trabajos que resulten provechosos. Solo estaba intentando generar algún debate. Lo mismo en cuanto a mi sugerencia de contratar a psicoterapeutas que atendiesen a los fans que esperan la apertura de puertas desde las siete de la mañana para ser los primeros en conseguir una firma.
WIVEL: ¿Cuál es el problema principal del periodismo en el cómic, y qué crees que deberían hacer los críticos y periodistas?
TRONDHEIM: Para empezar, la teoría sobre el cómic es bastante escasa. Si hubiese más, los periodistas podrían disponer de una base desde la que empezar a trabajar. Pero está bien... después de haberlo reflexionado mucho, creo que la mejor forma de impulsar la imagen popular del medio es hacer mejores cómics.
WIVEL: ¿Y qué problema tienes con las firmas?
TRONDHEIM: Hay fans a los que les gusta incrementar el valor de su ejemplar, para poder venderlos más caros después de la firma, incluso ese mismo día. El cinco por ciento de los cazadores de firmas lo hacen para cubrir el precio de su viaje hasta el evento, y de alguna forma, creo que están arruinando la atmósfera.
WIVEL: Otra importante crítica que hiciste en la conferencia de prensa fue reprochar la esponsorización del festival por parte de la cadena de supermercados E.Leclerc, si no recuerdo mal, por hacerle la competencia a las librerías de forma poco equitativa. Dijiste que deberían largarse. ¿Puedes explicar por qué?
TRONDHEIM: No fue por eso. En Francia existe la ley Lang, que fija el precio de los libros. Las librerías no pueden poner los libros más baratos del cinco por ciento, y nada más. Esta ley se creó para que el mercado de los libros de entonces fuese igual de dinámico. Aseguraba la supervivencia de muchos editores pequeños, de los autores que empezaban, y de las librerías especializadas. Sin esa ley, las grandes cadenas de supermercados no habrían dudado en vender los libros con descuentos mucho mayores. (Es lo que ocurrió en la industria de la música, casi todas las tiendas de música independiente tuvieron que cerrar.) No fijar los precios puede significar la muerte profesional de un montón de pequeños participantes en el negocio. Mr. Leclerc se quería saltar esa ley y vender los cómics al precio que le diera la gana. Y nunca se retractó por sus declaraciones. Me parece un problema que a los esponsors más importantes del festival se les de la bienvenida después de haber adquirido dicha postura.
WIVEL: ¿Cuál fue la reacción de la industria y de los directores del festival? Recuerdo que Jean-Marc Thévénet hizo varios comentarios despectivos.
TRONDHEIM: El festival le permite al presidente del jurado hablar sobre lo que le plazca.
WIVEL: Vale. Así que en parte, ¿terminaste aceptando ser el presidente porque te concedía una plataforma desde donde podías dar voz a cierto número de críticos de la industria y de la cultura del cómic que te parecían relevantes?
TRONDHEIM: No. Básicamene era una forma de manifestar las cosas buenas que tenía que decir sobre el cómic, y convertirme temporalmente en un embajador de esta forma artística.
WIVEL: ¿Hasta qué punto tuviste la oportunidad de realizar los cambios que deseabas?
TRONDHEIM: Como el presupuesto solo estaba asegurado tres meses antes de la celebración del festival, la verdad es que no tuve demasiadas oportunidades. Me centré especialmente en la re-estructuración de los premios. Afortunadamente, los directores del festival ya habían considerado hacer reformas en el mismo campo.
WIVEL: Tu estancia como presidente del festival fue bastante turbulenta: el despido como director de Thévénet, un considerable déficit en el presupuesto, y los problemas previstos por la innoble estructura que erigieron en Champ de Mars [un centro comercial que contenía la mayoría de los eventos centrales]. Sé que todo esto poco tuvo que ver con tu presidencia, pero, ¿afectó a tu trabajo de alguna forma?
TRONDHEIM: No, me quedé al margen de todo eso. Ya sabes, te llaman falsamente "Presidente del Festival", pero lo que eres en realidad es presidente del jurado del festival, que no es lo mismo. Pero siempre puedes expresar lo que piensas y sugerir ideas. No quieren psicoterapeutas, pero me parece bien.
WIVEL: Si, al final del día, Leclerc, las firmas, y los periodistas seguían allí, pero el festival también fue objeto de algunos cambios importantes, como el nuevo sistema de los premios, los eventos de dibujos en directo, y que por fin [José] Muñoz fuese galardonado, etc. ¿Puedes describir alguno de los cambios que iniciaste, y los motivos para realizarlos?
TRONDHEIM: Sobre todo quería que existiese un espacio para dibujar en directo. Por eso sugerí que se celebrasen esos eventos. Un historietista dibujaba una página de uno de sus proyectos mientras respondía a las preguntas del público. Una cámara filmaba y proyectaba lo que estaba dibujando. También me apropié de la idea de Scott McCloud de hacer un cómic en 24 horas. Participaron 24 historietistas. Pero creo que el próximo año llegaremos casi a los cien. También arreglé las cosas para que la Small Fanzine Factory de [Alex] Baladi y sus amigos suizos pudiesen estar presentes. Esto le dio al público la oportunidad de ver lo fácil que es sacar un fanzine por uno mismo. También invité a la gente de Wall Strip. Crearon una estructura genérica de una tira, con formas simples y bocadillos de diálogo, e invitaron a la gente para que los rellenase a su manera. Al final de la sesión, todas las tiras se recopilaron en un tomo.
WIVEL: Antes del festival, dijiste que no esperabas gran cosa, porque no era tu festival. Ahora, una vez que ya se ha celebrado, ¿qué opinas sobre cómo te ha ido presidiéndolo?
TRONDHEIM: No lo sé.
WIVEL: Pero, ¿al menos estás satisfecho?
TRONDHEIM: En realidad no, porque tuve que hacer tantas cosas durante el festival que no me dio tiempo a pasar un rato con los amigos.
WIVEL: Me gustaría preguntarte sobre tu nombramiento como Caballero de las Artes y las Letras por el Ministerio de Cultura hace unos meses, justo después de haber ganado el Grand Prix. Supongo que tu reacción será parecida.
TRONDHEIM: En realidad, estoy muy contento, porque fue algo que les alegró mucho a mis padres.
LA RUPTURA
WIVEL: Otro importante evento público en tu carrera que ocurrió en el año 2006 fue que dejaste L´Association, ¿por qué?
TRONDHEIM: David la había dejado dos años antes. Los otros fundadores decidimos confiar en Menu por una última vez, lo que fue un error, y por eso Stanislas, Killoffer y yo nos fuimos. Pero la aventura que hemos vivido durante el tiempo en el que estuvimos todos juntos, fue única, y lo que creamos perdurará durante unas décadas. Cuando recuerdo los detalles, prefiero no cargar contra una persona a la que consideraba mi amigo.
WIVEL: ¿Qué importancia crees que tenían los cómics de L´Association?
TRONDHEIM: Me demostraron profundamente que los cambios importantes provienen de los artistas en lugar de los editores.
WIVEL: ¿Crees que el hecho de que L´Association tuviese que cambiar, y los problemas que se os presentaron a vosotros, los fundadores, podrían formar parte sintomática de que de alguna forma habíais alcanzado los objetivos que os habíais propuesto? Esto es, facilitar un mercado del cómic mucho más diverso y enriquecido.
TRONDHEIM: No. Aparte del problema de quién ostentaba el poder, básicamente fue un problema de radicalismo. L´Association rompimos con el cómic establecido en muchas áreas. (Aunque no inventamos nada, meramente enfatizamos y ejercitamos habilidades para la creación que se estaban usando muy poco.) Y desde entonces, muchos editores pequeños empezaron a aparecer y hacer lo mismo, y los grandes editores también quisieron ocupar este campo que se había empezado a expandir. Nos dimos cuenta de que las cosas se estaba desplazando hacia una estética más radical. Estábamos cediendo el terreno que habíamos ido construyendo desde nuestra fundación. Siempre es peligroso abandonar tu atributo más importante.
WIVEL: Para ti, ¿cuál era la mayor fuerza de L´Association?
TRONDHEIM: Autores de mucha calidad trabajando juntos en una causa común.
WIVEL: En cuanto a lo que has dicho sobre el radicalismo, ¿te refieres al aspecto artístico, o hablas sobre el hecho de tomar una posición crítica, esa idea de una vanguardia en el cómic que L´Association/ Menu habían establecido durante estos últimos años?
TRONDHEIM: No.
WIVEL: Entonces, ¿a qué te refieres cuando hablas sobre "radicalismo", y sobre ceder el terreno que habíais construido desde vuestra fundación?
TRONDHEIM: Hacer obras cada vez más radicales, más difíciles, obras avant-garde. Un porcentaje de los cómics que se reimprimían eran los antiguos, en lugar de editar más obras novedosas. Ceder el terreno significa que montamos L´Association para intentar ser desafiantes y convincentes, pero también para hacer cómics accesibles y divertidos, y ahora, poco a poco, se ha ido convirtiendo en una editorial cada vez más desafiante y menos divertida.
WIVEL: De acuerdo. Cuando entrevisté a David B. [The Comics Journal nº 275], me contó que para él, L´Association le había supuesto una experiencia increíble, pero como suele ocurrir con todas los colectivos y movimientos, llegó un momento en el que tuvo que poner punto y final, porque la gente tiene que intentar aplicar en otro sitio lo que ha aprendido de forma grupal. ¿Te ocurrió a ti lo mismo?
TRONDHEIM: No. Sé que juntos éramos más fuertes. Mientras formaba parte de L´Association, también estuve trabajando con grandes editoriales. Pero eso no me impidió editar proyectos con L´Association de forma regular.
WIVEL: ¿Hasta qué punto estás de acuerdo con las críticas sobre cómo los grandes editores se aprovechan del talento cultivado en las pequeñas editoriales, algo que es la idea central en Plates-Bandes y L´Éprouvette de Menu [un tratado crítico y un periódico editado por L´Association en 2005 y en 2006-2007]?
TRONDHEIM: L´Association no ha inventado nada. Solo promueve cierto tipo de obras, y ha demostrado que pueden funcionar. Hay una parte de Menu que me gusta mucho: una especie de naturaleza dinámica, combativa e intransigente. A veces, ese elemento de "nos lo están robando todo" me parece bastante desproporcionado.
WIVEL: Algunos comentaristas están preocupados por lo que consideran una sobre-producción de cómics, especialmente del mismo tipo que los de L´Association. Temen que esto conduzca a una implosión del mercado. ¿Compartes dichas preocupaciones?
TRONDHEIM: El único problema es que, porcentualmente, se publica tanta mierda en el mainstream como por parte de los autores y editores auto-proclamados como "independientes".
WIVEL: ¿Crees que supone un verdadero peligro para el mercado? ¿Crees que puede llevar a que se produzca una implosión?
TRONDHEIM: En realidad, no me importa mucho el mercado. Lo que tenga que pasar, pasará. Tampoco me va a sorprender mucho que se reduzca de forma natural. Uno de mis principios es no preocuparme por las cosas sobre las que no puedo hacer nada.
WIVEL: ¿Pero qué debería hacer alguien que es verdaderamente "independiente" en este caso? ¿No sería necesario continuar evolucionando, en lugar de hacer siempre lo mismo, aunque seas muy bueno haciéndolo?
TRONDHEIM: Cuando sobreviene una crisis, los valores establecidos se suelen consolidar, lo que significa que las cosas están funcionando. Al mismo tiempo, el mercado está ahora tan dividido, entre el manga, el mainstream, las "independientes"...
WIVEL: ¿Estás diciendo que la mejor estrategia para las "independientes" es concentrarse en las cosas que ya les funcionan?
TRONDHEIM: No. En tiempos de crisis, los lectores tenderán a adquirir lo que conocen y les gusta. Y las obras y autores menos importantes venderán cada vez menos.
WIVEL: De acuerdo. Como editor de largo recorrido, aunque no masivo, ¿qué opinas sobre estos problemas que se están empezando a presentar? ¿Estás intentando evitarlos haciendo cosas cercanas a lo que los editores "independientes" están haciendo, o crees que es exclusivamente un problema de calidad?
TRONDHEIM: Llegados a este punto, no tengo escrúpulos en publicar material que L´Association podría haber editado. Mi único principio es publicar las cosas que me gustan.
WIVEL: Así que no te preocupa mucho que los pequeños editores que han contribuido de forma considerable a construir el mercado "independiente" puedan sobrevivir, incluso con la competencia directa de las editoriales más grandes.
TRONDHEIM: No del todo. En los dos lados se están editando buenas obras. Y gracias a la gran cantidad de obras que se publican, resulta mucho más sencillo que los tomos en blanco y negro se busquen su propio espacio en las tiendas.
WIVEL: ¿Qué opinas sobre el mainstream francófono en general? Como has mencionado, lo que funciona muy bien es el manga, con la excepción de Astérix, Titeuf, y otro puñado de best-sellers autóctonos. ¿Crees que es un problema? ¿Estás de acuerdo con los que afirman que la mayoría de las obras mainstream son anacrónicas y deberían evolucionar?
TRONDHEIM: Me encanta que Titeuf venda millones de ejemplares. De esa forma, muchos chavales empezarán a leer cómics, y una parte de ellos seguirán haciéndolo mientras crecen. Eso es lo que no habéis podido hacer en el medio del cómic norteamericano para niños.
WIVEL: ¿Qué sería para ti una obra mainstream innovadora, sostenible a largo plazo?
TRONDHEIM: No lo sé. El gato del rabino [de Sfar] y Persépolis han vendido 100.000 copias por entrega. Me parece un camino interesante, pero me resulta imposible decir nada más sobre el tema.
TERRA INCOGNITA
WIVEL: Tu cómic más reciente es La isla de Borbon 1730 [2007], un drama histórico que tiene lugar en la isla de Réunion, que conocemos por tus Carnets, y que has visitado en varias ocasiones. Apollo escribió el guión de la obra, inmersa en un género que requiere bastante labor de investigación, incluso aunque esté dibujada con un estilo más caricaturesco. ¿Cuál fue tu experiencia al trabajar en esta obra?
TRONDHEIM: Siempre me parece interesante intentar hacer algo diferente. En este caso, me ayudó mucho alguien al que le encanta la Historia y la documentación. Fue ideal.
WIVEL: Para mí, esto hace que la lectura sea más densa de lo habitual, pero también le aporta una textura realista que es diferente de lo que se suele ver en tus cómics. ¿Fue difícil adaptar un guión estructurado con anterioridad? ¿La atmósfera y la ambientación históricas te hicieron cambiar tu enfoque artístico y narrativo?
TRONDHEIM: Co-escribí el guión junto con Appollo. Hay escenas que son suyas por completo, otras son mías al cien por cien, y algunas otras las hicimos entre los dos. Como suelo dibujarlo todo en un cuaderno sin abocetar primero, para mí lo más difícil fueron los barcos y los caballos. Así que a tuve que hacer algo de trampa y ponerme a abocetar. Pero por otro lado, estuvo muy bien, porque casi toda la historia transcurría en la jungla. Es probable que el proyecto no me hubiese entusiasmado tanto si hubiese tenido que dibujar París en el S. XVIII, con todas esas mansiones con entramados de madera.
Y cambiar mi estilo un poco también me permitió disociarme visualmente del universo de Lapinot. Pude hacer varias páginas seguidas sin tener que insertar ningún gag. Y pude mantener esa atmósfera oscura...
WIVEL: ¿Te gustaría hacer más obras de este tipo?
TRONDHEIM: Si y no. Si, porque me encantó hacerla. No, porque no hay duda de que hay más cosas que están esperando a que yo las descubra para poder hacerlas.
EL CONEJO TENÍA QUE MORIR
WIVEL: Hablemos sobre tu decisión de matar a Lapinot. Parece obvio por qué lo hiciste, pero quizá podrías hablar un poco sobre la forma que escogiste para hacerlo. La vida como viene [el álbum en el que ocurre] parece uno de los más estructurados, y también efectivos, de toda la saga. Me afectó más de lo que me esperaba. ¿Gastaste más tiempo de lo normal guionizándolo y planeándolo?
TRONDHEIM: No, la verdad es que no gasté más tiempo en ese que en el resto. Al principio, se suponía que iba a morir otro personaje, pero cerca de la página 12, pensé que si iba a hacer un tomo centrado en la muerte, debería ser el personaje central el que falleciese. No podía ser otro personaje. Si no hubiese sido el protagonista, podría haber pensado: "Morir es algo que les ocurre al resto, no a mí." Por eso decidí matar a Lapinot. Eso no significa que no vuelva a hacer nada más con él, pero inconscientemente necesitaba hacerlo. No fue algo deliberado. En cuanto a la estructura del álbum, rápidamente se me ocurrió la idea de escribir varias líneas argumentales que transcurrían en paralelo, y cuyos acontecimientos iban creciendo en intensidad hasta que en la página 12, cada personaje estaba al borde de la muerte.
WIVEL: ¿Me equivoco, o todavía guionizas La Mazmorra y El Rey Catástrofe?
TRONDHEIM: He dejado El Rey Catástrofe de lado. Se nos presentaron problemas con el editor, y en su lugar empecé a guionizar otras dos series diferentes, una recopilación de cómics, y el tomo de Spirou para Dupuis.
WIVEL: Ya veo. ¿Por qué decidiste seguir trabajando en La Mazmorra? ¿Te sigue presentando desafíos creativos?
TRONDHEIM: Si, la saga en sí misma supone un desafío inmenso. Y es muy divertida.
WIVEL: Durante esa época de la que hablamos, también accediste a trabajar como editor en Delcourt, donde estuviste al cargo de tu propia marca, "Shampooing". ¿Cómo llegó a ocurrir?
TRONDHEIM: Le propuse a Delcourt que podía llevar una línea de cómics para niños y deshacerme de todo el material que no me gustaba (pero que sin embargo se vendía bien). Guy Delcourt me dijo que no, pero en su lugar me ofreció regentar mi propia línea. Le di vueltas y les pregunté a otros fundadores de L´Association si estarían interesados en empezar una línea para todos los públicos, principalmente para lectores jóvenes (aunque iba a ser innovadora), como parte del repertorio de L´Association. Me dijeron que no. Por eso acepté trabajar para Delcourt.
WIVEL: ¿Qué significa eso de que querías deshacerte del material para niños de Delcourt? No te estoy preguntando por ninguna serie en concreto, sino sobre sus publicaciones para niños en general, y quizá sobre lo que piensas del tipo de obras que se pueden encontrar en el medio hoy en día.
TRONDHEIM: No me gustan los tebeos para niños realizados exclusivamente para ellos. Es como si los confundiesen con unos unos idiotas, y no lo son.
WIVEL: ¿Qué estabas buscando con "Shampooing"?
TRONDHEIM: Para empezar, quería publicar material para todos los públicos, para niños y adultos. Ahora, después de haber dejado L´Association, he decidido que voy a publicar cualquier cosa que me guste.
EL RECONOCIMIENTO Y LA ACADEMIA
WIVEL: En enero de 2006 te premiaron con el Grand Prix en Angoulême. Teniendo en cuenta las dudas que sueles tener acerca de tu obra, ¿no te pareció una extraña coincidencia?
TRONDHEIM: No me gustan demasiado los premios. Me parecen demasiado académicos. Dudé en aceptar. Pero me parece bien, también sé mirar las cosas con perspectiva. Y un premio es un premio. No va a cambiar nada en mi trabajo o mi forma de hacer las cosas. Siempre he tenido miedo de que, de alguna forma, fuese como el punto culminante de mi carrera, pero bueno... tan solo me demostró que todavía tengo mucho que ofrecer.
WIVEL: Al año siguiente, aceptaste el puesto de presidente del festival con algunas declaraciones que, al menos en el caso de los periodistas de cómic franco-belgas, fueron controvertidas. Entre otras cosas, sugeriste que no conocían bien el medio en el que trabajaban, y que deberían pasar un exámen antes de poder tener garantizado el acceso al festival. Claramente era un provocación, pero al menos era sincera. ¿Te puedes explicar?
TRONDHEIM: La prensa del cómic es por lo habitual bastante penosa. Me refiero tanto a la crítica como a la teoría, hay muy pocos trabajos que resulten provechosos. Solo estaba intentando generar algún debate. Lo mismo en cuanto a mi sugerencia de contratar a psicoterapeutas que atendiesen a los fans que esperan la apertura de puertas desde las siete de la mañana para ser los primeros en conseguir una firma.
WIVEL: ¿Cuál es el problema principal del periodismo en el cómic, y qué crees que deberían hacer los críticos y periodistas?
TRONDHEIM: Para empezar, la teoría sobre el cómic es bastante escasa. Si hubiese más, los periodistas podrían disponer de una base desde la que empezar a trabajar. Pero está bien... después de haberlo reflexionado mucho, creo que la mejor forma de impulsar la imagen popular del medio es hacer mejores cómics.
WIVEL: ¿Y qué problema tienes con las firmas?
TRONDHEIM: Hay fans a los que les gusta incrementar el valor de su ejemplar, para poder venderlos más caros después de la firma, incluso ese mismo día. El cinco por ciento de los cazadores de firmas lo hacen para cubrir el precio de su viaje hasta el evento, y de alguna forma, creo que están arruinando la atmósfera.
WIVEL: Otra importante crítica que hiciste en la conferencia de prensa fue reprochar la esponsorización del festival por parte de la cadena de supermercados E.Leclerc, si no recuerdo mal, por hacerle la competencia a las librerías de forma poco equitativa. Dijiste que deberían largarse. ¿Puedes explicar por qué?
TRONDHEIM: No fue por eso. En Francia existe la ley Lang, que fija el precio de los libros. Las librerías no pueden poner los libros más baratos del cinco por ciento, y nada más. Esta ley se creó para que el mercado de los libros de entonces fuese igual de dinámico. Aseguraba la supervivencia de muchos editores pequeños, de los autores que empezaban, y de las librerías especializadas. Sin esa ley, las grandes cadenas de supermercados no habrían dudado en vender los libros con descuentos mucho mayores. (Es lo que ocurrió en la industria de la música, casi todas las tiendas de música independiente tuvieron que cerrar.) No fijar los precios puede significar la muerte profesional de un montón de pequeños participantes en el negocio. Mr. Leclerc se quería saltar esa ley y vender los cómics al precio que le diera la gana. Y nunca se retractó por sus declaraciones. Me parece un problema que a los esponsors más importantes del festival se les de la bienvenida después de haber adquirido dicha postura.
WIVEL: ¿Cuál fue la reacción de la industria y de los directores del festival? Recuerdo que Jean-Marc Thévénet hizo varios comentarios despectivos.
TRONDHEIM: El festival le permite al presidente del jurado hablar sobre lo que le plazca.
WIVEL: Vale. Así que en parte, ¿terminaste aceptando ser el presidente porque te concedía una plataforma desde donde podías dar voz a cierto número de críticos de la industria y de la cultura del cómic que te parecían relevantes?
TRONDHEIM: No. Básicamene era una forma de manifestar las cosas buenas que tenía que decir sobre el cómic, y convertirme temporalmente en un embajador de esta forma artística.
WIVEL: ¿Hasta qué punto tuviste la oportunidad de realizar los cambios que deseabas?
TRONDHEIM: Como el presupuesto solo estaba asegurado tres meses antes de la celebración del festival, la verdad es que no tuve demasiadas oportunidades. Me centré especialmente en la re-estructuración de los premios. Afortunadamente, los directores del festival ya habían considerado hacer reformas en el mismo campo.
WIVEL: Tu estancia como presidente del festival fue bastante turbulenta: el despido como director de Thévénet, un considerable déficit en el presupuesto, y los problemas previstos por la innoble estructura que erigieron en Champ de Mars [un centro comercial que contenía la mayoría de los eventos centrales]. Sé que todo esto poco tuvo que ver con tu presidencia, pero, ¿afectó a tu trabajo de alguna forma?
TRONDHEIM: No, me quedé al margen de todo eso. Ya sabes, te llaman falsamente "Presidente del Festival", pero lo que eres en realidad es presidente del jurado del festival, que no es lo mismo. Pero siempre puedes expresar lo que piensas y sugerir ideas. No quieren psicoterapeutas, pero me parece bien.
WIVEL: Si, al final del día, Leclerc, las firmas, y los periodistas seguían allí, pero el festival también fue objeto de algunos cambios importantes, como el nuevo sistema de los premios, los eventos de dibujos en directo, y que por fin [José] Muñoz fuese galardonado, etc. ¿Puedes describir alguno de los cambios que iniciaste, y los motivos para realizarlos?
TRONDHEIM: Sobre todo quería que existiese un espacio para dibujar en directo. Por eso sugerí que se celebrasen esos eventos. Un historietista dibujaba una página de uno de sus proyectos mientras respondía a las preguntas del público. Una cámara filmaba y proyectaba lo que estaba dibujando. También me apropié de la idea de Scott McCloud de hacer un cómic en 24 horas. Participaron 24 historietistas. Pero creo que el próximo año llegaremos casi a los cien. También arreglé las cosas para que la Small Fanzine Factory de [Alex] Baladi y sus amigos suizos pudiesen estar presentes. Esto le dio al público la oportunidad de ver lo fácil que es sacar un fanzine por uno mismo. También invité a la gente de Wall Strip. Crearon una estructura genérica de una tira, con formas simples y bocadillos de diálogo, e invitaron a la gente para que los rellenase a su manera. Al final de la sesión, todas las tiras se recopilaron en un tomo.
WIVEL: Antes del festival, dijiste que no esperabas gran cosa, porque no era tu festival. Ahora, una vez que ya se ha celebrado, ¿qué opinas sobre cómo te ha ido presidiéndolo?
TRONDHEIM: No lo sé.
WIVEL: Pero, ¿al menos estás satisfecho?
TRONDHEIM: En realidad no, porque tuve que hacer tantas cosas durante el festival que no me dio tiempo a pasar un rato con los amigos.
WIVEL: Me gustaría preguntarte sobre tu nombramiento como Caballero de las Artes y las Letras por el Ministerio de Cultura hace unos meses, justo después de haber ganado el Grand Prix. Supongo que tu reacción será parecida.
TRONDHEIM: En realidad, estoy muy contento, porque fue algo que les alegró mucho a mis padres.
LA RUPTURA
WIVEL: Otro importante evento público en tu carrera que ocurrió en el año 2006 fue que dejaste L´Association, ¿por qué?
TRONDHEIM: David la había dejado dos años antes. Los otros fundadores decidimos confiar en Menu por una última vez, lo que fue un error, y por eso Stanislas, Killoffer y yo nos fuimos. Pero la aventura que hemos vivido durante el tiempo en el que estuvimos todos juntos, fue única, y lo que creamos perdurará durante unas décadas. Cuando recuerdo los detalles, prefiero no cargar contra una persona a la que consideraba mi amigo.
WIVEL: ¿Qué importancia crees que tenían los cómics de L´Association?
TRONDHEIM: Me demostraron profundamente que los cambios importantes provienen de los artistas en lugar de los editores.
WIVEL: ¿Crees que el hecho de que L´Association tuviese que cambiar, y los problemas que se os presentaron a vosotros, los fundadores, podrían formar parte sintomática de que de alguna forma habíais alcanzado los objetivos que os habíais propuesto? Esto es, facilitar un mercado del cómic mucho más diverso y enriquecido.
TRONDHEIM: No. Aparte del problema de quién ostentaba el poder, básicamente fue un problema de radicalismo. L´Association rompimos con el cómic establecido en muchas áreas. (Aunque no inventamos nada, meramente enfatizamos y ejercitamos habilidades para la creación que se estaban usando muy poco.) Y desde entonces, muchos editores pequeños empezaron a aparecer y hacer lo mismo, y los grandes editores también quisieron ocupar este campo que se había empezado a expandir. Nos dimos cuenta de que las cosas se estaba desplazando hacia una estética más radical. Estábamos cediendo el terreno que habíamos ido construyendo desde nuestra fundación. Siempre es peligroso abandonar tu atributo más importante.
WIVEL: Para ti, ¿cuál era la mayor fuerza de L´Association?
TRONDHEIM: Autores de mucha calidad trabajando juntos en una causa común.
WIVEL: En cuanto a lo que has dicho sobre el radicalismo, ¿te refieres al aspecto artístico, o hablas sobre el hecho de tomar una posición crítica, esa idea de una vanguardia en el cómic que L´Association/ Menu habían establecido durante estos últimos años?
TRONDHEIM: No.
WIVEL: Entonces, ¿a qué te refieres cuando hablas sobre "radicalismo", y sobre ceder el terreno que habíais construido desde vuestra fundación?
TRONDHEIM: Hacer obras cada vez más radicales, más difíciles, obras avant-garde. Un porcentaje de los cómics que se reimprimían eran los antiguos, en lugar de editar más obras novedosas. Ceder el terreno significa que montamos L´Association para intentar ser desafiantes y convincentes, pero también para hacer cómics accesibles y divertidos, y ahora, poco a poco, se ha ido convirtiendo en una editorial cada vez más desafiante y menos divertida.
WIVEL: De acuerdo. Cuando entrevisté a David B. [The Comics Journal nº 275], me contó que para él, L´Association le había supuesto una experiencia increíble, pero como suele ocurrir con todas los colectivos y movimientos, llegó un momento en el que tuvo que poner punto y final, porque la gente tiene que intentar aplicar en otro sitio lo que ha aprendido de forma grupal. ¿Te ocurrió a ti lo mismo?
TRONDHEIM: No. Sé que juntos éramos más fuertes. Mientras formaba parte de L´Association, también estuve trabajando con grandes editoriales. Pero eso no me impidió editar proyectos con L´Association de forma regular.
WIVEL: ¿Hasta qué punto estás de acuerdo con las críticas sobre cómo los grandes editores se aprovechan del talento cultivado en las pequeñas editoriales, algo que es la idea central en Plates-Bandes y L´Éprouvette de Menu [un tratado crítico y un periódico editado por L´Association en 2005 y en 2006-2007]?
TRONDHEIM: L´Association no ha inventado nada. Solo promueve cierto tipo de obras, y ha demostrado que pueden funcionar. Hay una parte de Menu que me gusta mucho: una especie de naturaleza dinámica, combativa e intransigente. A veces, ese elemento de "nos lo están robando todo" me parece bastante desproporcionado.
WIVEL: Algunos comentaristas están preocupados por lo que consideran una sobre-producción de cómics, especialmente del mismo tipo que los de L´Association. Temen que esto conduzca a una implosión del mercado. ¿Compartes dichas preocupaciones?
TRONDHEIM: El único problema es que, porcentualmente, se publica tanta mierda en el mainstream como por parte de los autores y editores auto-proclamados como "independientes".
WIVEL: ¿Crees que supone un verdadero peligro para el mercado? ¿Crees que puede llevar a que se produzca una implosión?
TRONDHEIM: En realidad, no me importa mucho el mercado. Lo que tenga que pasar, pasará. Tampoco me va a sorprender mucho que se reduzca de forma natural. Uno de mis principios es no preocuparme por las cosas sobre las que no puedo hacer nada.
WIVEL: ¿Pero qué debería hacer alguien que es verdaderamente "independiente" en este caso? ¿No sería necesario continuar evolucionando, en lugar de hacer siempre lo mismo, aunque seas muy bueno haciéndolo?
TRONDHEIM: Cuando sobreviene una crisis, los valores establecidos se suelen consolidar, lo que significa que las cosas están funcionando. Al mismo tiempo, el mercado está ahora tan dividido, entre el manga, el mainstream, las "independientes"...
WIVEL: ¿Estás diciendo que la mejor estrategia para las "independientes" es concentrarse en las cosas que ya les funcionan?
TRONDHEIM: No. En tiempos de crisis, los lectores tenderán a adquirir lo que conocen y les gusta. Y las obras y autores menos importantes venderán cada vez menos.
WIVEL: De acuerdo. Como editor de largo recorrido, aunque no masivo, ¿qué opinas sobre estos problemas que se están empezando a presentar? ¿Estás intentando evitarlos haciendo cosas cercanas a lo que los editores "independientes" están haciendo, o crees que es exclusivamente un problema de calidad?
TRONDHEIM: Llegados a este punto, no tengo escrúpulos en publicar material que L´Association podría haber editado. Mi único principio es publicar las cosas que me gustan.
WIVEL: Así que no te preocupa mucho que los pequeños editores que han contribuido de forma considerable a construir el mercado "independiente" puedan sobrevivir, incluso con la competencia directa de las editoriales más grandes.
TRONDHEIM: No del todo. En los dos lados se están editando buenas obras. Y gracias a la gran cantidad de obras que se publican, resulta mucho más sencillo que los tomos en blanco y negro se busquen su propio espacio en las tiendas.
WIVEL: ¿Qué opinas sobre el mainstream francófono en general? Como has mencionado, lo que funciona muy bien es el manga, con la excepción de Astérix, Titeuf, y otro puñado de best-sellers autóctonos. ¿Crees que es un problema? ¿Estás de acuerdo con los que afirman que la mayoría de las obras mainstream son anacrónicas y deberían evolucionar?
TRONDHEIM: Me encanta que Titeuf venda millones de ejemplares. De esa forma, muchos chavales empezarán a leer cómics, y una parte de ellos seguirán haciéndolo mientras crecen. Eso es lo que no habéis podido hacer en el medio del cómic norteamericano para niños.
WIVEL: ¿Qué sería para ti una obra mainstream innovadora, sostenible a largo plazo?
TRONDHEIM: No lo sé. El gato del rabino [de Sfar] y Persépolis han vendido 100.000 copias por entrega. Me parece un camino interesante, pero me resulta imposible decir nada más sobre el tema.
TERRA INCOGNITA
WIVEL: Tu cómic más reciente es La isla de Borbon 1730 [2007], un drama histórico que tiene lugar en la isla de Réunion, que conocemos por tus Carnets, y que has visitado en varias ocasiones. Apollo escribió el guión de la obra, inmersa en un género que requiere bastante labor de investigación, incluso aunque esté dibujada con un estilo más caricaturesco. ¿Cuál fue tu experiencia al trabajar en esta obra?
TRONDHEIM: Siempre me parece interesante intentar hacer algo diferente. En este caso, me ayudó mucho alguien al que le encanta la Historia y la documentación. Fue ideal.
WIVEL: Para mí, esto hace que la lectura sea más densa de lo habitual, pero también le aporta una textura realista que es diferente de lo que se suele ver en tus cómics. ¿Fue difícil adaptar un guión estructurado con anterioridad? ¿La atmósfera y la ambientación históricas te hicieron cambiar tu enfoque artístico y narrativo?
TRONDHEIM: Co-escribí el guión junto con Appollo. Hay escenas que son suyas por completo, otras son mías al cien por cien, y algunas otras las hicimos entre los dos. Como suelo dibujarlo todo en un cuaderno sin abocetar primero, para mí lo más difícil fueron los barcos y los caballos. Así que a tuve que hacer algo de trampa y ponerme a abocetar. Pero por otro lado, estuvo muy bien, porque casi toda la historia transcurría en la jungla. Es probable que el proyecto no me hubiese entusiasmado tanto si hubiese tenido que dibujar París en el S. XVIII, con todas esas mansiones con entramados de madera.
Y cambiar mi estilo un poco también me permitió disociarme visualmente del universo de Lapinot. Pude hacer varias páginas seguidas sin tener que insertar ningún gag. Y pude mantener esa atmósfera oscura...
WIVEL: ¿Te gustaría hacer más obras de este tipo?
TRONDHEIM: Si y no. Si, porque me encantó hacerla. No, porque no hay duda de que hay más cosas que están esperando a que yo las descubra para poder hacerlas.
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