Entrevista publicada en el número 283 de The Comics Journal (2007). Traducción: Frog2000.
WIVEL: Cuando no dibujáis vosotros los álbumes, ¿les pasáis a los dibujantes bocetos apresurados?
TRONDHEIM: Primero les preguntamos si quieren trabajar con un guión abocetado. Suelen aceptar, lo que nos parece bien, porque mientras estamos dibujando cómics, a la vez también estamos guionizando. En caso contrario tendríamos que teclear todo el guión, lo que me parece bastante tedioso.
WIVEL: ¿Son muy detallados vuestros bocetos?
TRONDHEIM: Se parecen mucho a estos [se refiere a una página abocetada]. Pero siempre les digo a los dibujantes que tienen libertad de rediseñar las viñetas como quieran, y cambiar las transiciones ellos mismos. En mi caso, el diseño que hago al principio es una forma de clarificar las cosas.
SOBRE LA ENTROPÍA
WIVEL: ¿Cómo te las has arreglado para hacer evolucionar la saga de La Mazmorra? Puede cambiar mucho, pero sigue siendo coherente.
TRONDHEIM: En su momento había, y todavía siguen existiendo, un montón de cómics de espada y brujería. Uno de nuestros objetivos era crear un universo coherente donde pudiésemos utilizar una fórmula clásica (como la de La Búsqueda de un objeto) y luego pasar a subvertirlo todo. No teníamos por qué parodiarlo, sino que intentábamos conseguir algo menos grandilocuente, lo que en ese entonces era como una especie de norma. Y poco a poco, con la ayuda de nuestros amigos artistas, empezamos a usar la serie como un caballo de Troya para introducir enfoques gráficos inusuales en el género. Fue algo así como un tiro a ciegas, porque nos estábamos arriesgando a que los fans del género de espada y brujería rechazaran la serie por culpa de unos dibujos que podían no gustarles, mientras que también podíamos estar alejando a los fans de los dibujantes de la obra porque no les gustaba el género.
WIVEL: Aún intentando subvertir más o menos el género, el universo de La Mazmorra me parece bastante fiel a las grandes historias de fantasía: comunica esa sensación de escala épica, y también de oscuridad. Incluso por su visión apocalíptica.
TRONDHEIM: Pero también es bastante irónica, algo que suele ser raro en el género.
WIVEL: Si, pero también es una obra muy próxima al género. ¿Qué es lo que querías comunicar?
TRONDHEIM: Si te soy honesto, no quería comunicar nada. Se podría decir que es una transposición de nuestro mundo, de nuestra sociedad, de nuestras relaciones humanas. Pero en realidad, es algo que Joann y yo hicimos para divertirnos.
WIVEL: Lo siento, esa pregunta estaba bastante mal formulada. Lo que te quería preguntar era: ¿qué querías hacer con el género de fantasía? Me parece que tenías pensada una historia épica que necesitabas contar, pero al mismo tiempo la insuflaste de una buena cantidad de humor y detalles cotidianos, especialmente en Zenith, que en mi opinión posee más humor que las otras sagas. ¿Hasta qué punto te preocupaba la coherencia entre cada una de las series?
TRONDHEIM: Lo más importante es que cada álbum sea coherente y se pueda leer por sí mismo. Así que puede haber tomos más cómicos, y otros más oscuros. Pero cada uno tiene que ser creíble en el universo y el marco temporal de Terra Amata. Cuando estás trabajando en una línea temporal de más o menos cien años, el elemento épico aparece de forma automática, por lo que la coherencia es mucho más importante. Si, puede que los patos lleven espada, y los monstruos aparecen de repente cuando se los invoca, pero es importante que nos demos cuenta de inmediato de si estamos volviendo a utilizar algo que ya habíamos hecho antes o no, y saber si lo que hacemos está justificado para contar la historia. No queremos piratearla y provocar un gran desastre que sea difícil de recomponer.
WIVEL: En Terra Amata no parece haber ninguna religión, lo cuál, dado las diversas temáticas de la serie, me parece bastante sorprendente. ¿Por qué no queríais religión en vuestra historia?
TRONDHEIM: No, no... hay muchas religiones. Pero tampoco hablamos demasiado sobre el tema. Y no lo hacemos porque a la gente ya se le presentan muchos problemas por la forma que tienen de actuar en este mundo.
WIVEL: Aunque hay un buen equilibrio entre lo burlesco y lo gracioso, el universo de La Mazmorra es fundamentalmente sombrío, incluso fatalista. Parece como si el apocalipsis fuese algo que va a ocurrir de todas formas, y la mayoría de los personajes actúan de forma corrupta muy a su pesar. Por supuesto, ahí tenemos a Herbert, pero también a Marvin, con su naturaleza asesina, y luego está Jacinto, que se da cuenta de cómo su idealismo se va desvaneciendo según va aumentando cada vez más su poder. Incluso algunos personajes menores, como el protagonista de Monstruos dibujado por Killoffer ["Las profundidades", 2003], tiene que enfrentarse a una situación parecida. ¿Hay algún concepto general o una filosofía básica en el universo y el aliento épico de La Mazmorra?
TRONDHEIM: El mundo de La Mazmorra es un mundo que se dirige hacia el caos. Es como si de la Ilustración se pasara al mundo de Conan, el Bárbaro. Más que cualquier otra cosa, la historia de Terra Amata tiene mucho que ver con la entropía. En su mayoría, porque nosotros mismos no somos más que Cromañones armados con bombas atómicas y armas biológicas en lugar de palos.
WIVEL: Como has mencionado, Zenith es un poco más ligera y humorística que las otras series. ¿Es porque la dibujas tú, o es una elección natural, porque tal y como ocurre, describe el momento álgido de La Mazmorra?
TRONDHEIM: Empezamos con esa porque queríamos que la historia tuviese una textura realista, aunque teníamos que contrarrestarla con alguna otra cosa. La vida no solo es de color de rosa, ni tampoco es siempre una penuria. A veces nos reímos, otras lloramos. Todo surgió de forma muy natural.
WIVEL: Aunque habías hecho otras obras parecidas, parece que La Mazmorra es la más pesimista de todas tus series. ¿Te consideras una persona pesimista, o es en realidad Sfar quien aporta esa perspectiva a la historia? ¿O quizá solo es una forma particular de encarar la saga?
TRONDHEIM: No. Sencillamente, las cosas ocurrieron de esa forma. Es indudable que nos permitimos hacer cosas diferentes porque tengo a otro autor que me está respaldando. También es probable que si hubiese hecho solo la serie, nunca me hubiese atrevido a hacer algunas cosas.
SERIES PARA TODOS
WIVEL: Hablemos sobre tus cómics para niños. La mayoría de las series sobre las que hemos hablado están hechas exclusivamente para adultos, o al menos para un público adolescente...
TRONDHEIM: Siempre he intentando hacer obras para todo el mundo, que puedan leer tanto los niños como la gente de más edad, cada uno en su momento. Odio los libros para niños que se dirigen a ellos como si fuesen bebés. Los niños sienten curiosidad por el mundo que los rodea. Si ven o leen algo que no entienden, no es necesario espantarlos, porque se sienten intrigados, y volverán a intentar ahondar sobre el tema, creciendo durante el proceso. Recuerdo mucho más claramente las misteriosas y enigmáticas experiencias de lectura que tuve de niño que las cosas prefabricadas para críos que cayeron en mis manos.
WIVEL: Desde que empezaste a contribuir en todas esas series a las que se ha catalogado con el término bastante dudoso de "nueva bande dessinée"...
TRONDHEIM: Odio ese término, lo de "la Nueva Bande Dessinée". Como si este tipo de cosas no hubiesen existido antes... Como si Crumb, Eisner, Herriman, Fred y Moebius no hubiesen existido y nosotros lo hubiésemos inventado todo.
WIVEL: Estoy totalmente de acuerdo, pero como es el término que se está aplicando a todos estos álbumes innovadores publicados en formato tradicional, al menos refleja lo que una buena parte del público piensa sobre el tema. Te lo he nombrado porque me parece que estos tomos contienen historias para adultos y adolescentes que ahondan en géneros y formatos que tradicionalmente sus autores leían en los cómics realizados para niños de su infancia.
TRONDHEIM: Mi público se reduce a una sola persona. Yo. Y también a la gente con la que suelo colaborar, cuando no trabajo solo para mí. Después están los lectores, los que echan un vistazo por encima de mi hombro para ver con lo que me estoy divirtiendo tanto, y que son gente de todo tipo, de todas las edades... Hay niños de diez años que leen La Mazmorra. No lo entienden absolutamente todo, pero les gusta.
WIVEL: Pero aunque no estén escritas con un propósito concreto, en tus series se puede observar cierto grado de nostalgia y auto-reflexión, ¿no es un poco como volver a tus lecturas de juventud?
TRONDHEIM: Puede que en el caso de Lapinot. Para mí son historias como las de Carl Barks, pero para un público ligeramente mayor. Quería volver a capturar el placer de leer las historias del Tío Gilito y el Pato Donald, pero con un poco más de madurez. ¿Será esto cosa de la nostalgia?
WIVEL: No necesariamente, pero sigue habiendo una gran diferencia entre las series de Cuéntame, El pequeño Papá Noel, y La Mazmorra Monstruos, o por supuesto, de El Rey Catástrofe. ¿No son cómics concebidos para los niños que los adultos también pueden disfrutar?
TRONDHEIM: Por supuesto. Pero los adultos pueden leerlos sin aburrirse, o incluso puede que se diviertan. Hacer libros para adultos que los niños también puedan leer persigue el mismo principio que hacer libros para niños que también podrían leer los adultos.
WIVEL: ¿Trabajar en este tipo de material tiene algo que ver con que tus hijos hayan cumplido los años en los que empiezan a interesarse por la lectura?
TRONDHEIM: Coincide absolutamente con el momento en el que he tenido que comprar libros para mis hijos y leerlos con ellos. Como no soy un manitas y no soy capaz de fabricar ningún juguete, muebles o zapatos, en su lugar hago cómics para ellos. Un físico nuclear fabricaría bombas atómicas para sus hijos. Seguro que lo apreciarían un montón.
WIVEL: ¿Te han dado algún consejo? ¿Te han enseñado sus reacciones algo útil con lo que poder trabajar?
TRONDHEIM: No del todo. Tengo problemas para aceptar los consejos que me dan esos mocosos.
WIVEL: ¿Hasta qué punto has tenido que cambiar el enfoque cuando te has puesto a crear series para un público más joven?
TRONDHEIM: Como he dicho antes, fue algo que me abrió muchas más posibilidades. Como los niños están abiertos a todo lo novedoso, he empezado a transitar caminos por los que los adultos suelen dudar en adentrarse.
HISTORIA DE DOS CIUDADES
WIVEL: Tu obra junto a Fabrice Parmé sigue siendo una de las más sustanciales colaboraciones de toda tu carrera. ¿Cómo empezó todo?
TRONDHEIM: Me preguntó si podíamos colaborar juntos en algo, y le dije que sí. Pero mejor le interrogas a él para que te de los detalles. Mi memoria flaquea. Él casi tiene hipermnesia y es capaz de recordar lo que dibujó el mismo día que nos conocimos.
WIVEL: Tu primera colaboración fue Venecia, una comedia "screwball" situada en dicha ciudad en el S. XVI. ¿Cómo se os ocurrió algo así?
TRONDHEIM: Como Parmé y yo tenemos nombres de ciudades, pensamos que sería divertido hacer un álbum con el nombre de una ciudad como título. Y como la Venecia de esa época fue un lugar de intercambio comercial y el centro de la diplomacia internacional, nos preguntamos si podría servirnos como localización apropiada para hacer historias que nos cautivasen.
WIVEL: Como soy un Veneciófilo, me pregunto en qué época exacta tiene lugar vuestra historia. El duque que aparece en el cómic se parece a Leonardo Lorenda, pero se refieren a él por el nombre de su sucesor, Grimani.
TRONDHEIM: El nombre del duque es el verdadero nombre del duque de la época. De hecho, no sé mucho más sobre él. La historia debe transcurrir en 1520 o algo así. Deberías preguntarle a Fabrice Parmé... yo solo busqué la información: Grimani fue el sucesor de Loredan, duque entre 1521 y 1523. Y eso es todo.
WIVEL: ¿Crees que es importante atenerte a los hechos históricos?
TRONDHEIM: Me leí un libro sobre Venecia, sobre todo para saber cómo se gobernaba la ciudad. Y además quería conocer qué países tenían tratos entre ellos en la época. El resto es pura ficción.
WIVEL: ¿Esa serie ya ha finalizado?
TRONDHEIM: Si, porque Fabrice se pasó 16 meses dibujando el único álbum, y para él no era económicamente sostenible.
WIVEL: ¿Cómo se os ocurrió la serie de El Rey Catástrofe?
TRONDHEIM: Fabrice me presentó la idea básica, que había desarrollado antes junto a un amigo suyo que trabaja en el campo de la animación, Fabrice Fouquet, de la revista Spirou. Me preguntó si estaría interesado en rediseñar los conceptos y escribir los guiones. Para evitar sobrecargarlo, como había ocurrido con el tomo de Venecia, decidí hacer historias de diez páginas.
WIVEL: Es una serie que se me antoja que se podría alinear en la misma tradición de las historias de diez páginas de Carl Barks, pero por supuesto, utilizando historias populares y otros elementos parecidos como núcleo. Parece como si las historias estuviesen estructuradas en ese sentido. ¿Trabajaste a partir de presupuestos como los que estoy enumerando?
TRONDHEIM: Me concentré especialmente en los finales, en los desenlaces. Por lo tanto, era bastante raro que se me ocurriesen en el último minuto, pero me pasó alguna vez. El concepto del rey niño existe de antes, pero siempre resulta divertido trabajar a partir de una temática o a partir de ciertas restricciones que impone el tema escogido, e intentar reinterpretar las cosas de una forma diferente a como se ha hecho antes.
WIVEL: ¿Qué es lo que le aporta Parmé a tus historias? ¿Cómo son vuestras dinámicas a la hora de colaborar, y por qué crees que funcionan tan bien?
TRONDHEIM: Sus dibujos me recuerdan mucho a los cartoons animados de los cincuenta de la Warner Brothers y la UPA, y un poco menos a Carl Barks. Siempre intento hacer algo que resulte sorprendente y que funcione bien en el aspecto visual. Y como Fabrice se ha amamantado en esta escuela de los dibujos animados norteamericanos, es algo que surge de forma muy natural.
WIVEL: Uno de los desafíos que puede presentar Adalberto, el Rey Niño, es intentar equilibrar sus tendencias tiránicas y hacer que el personaje caiga simpático. ¿Qué opinas?
TRONDHEIM: Ese es el equilibrio que siempre intento conseguir. ¿Cómo hacer que caiga simpático un personaje que en esencia no puede serlo? Lo mismo ocurre con Kaput y Zösky, donde hay que enfatizar su idiotez y rodearlos de personajes mucho peores que ellos para conseguir que parezcan más agradables. En el caso de Adalberto, se trata de no perder la perspectiva del niño, intentando mantener el elemento naif del personaje.
WIVEL: Varios de tus tebeos para niños se han convertido, o están en proceso de hacerlo, en dibujos animados: El Rey Catástrofe, Cuéntame, Kaput y Zösky... ¿Hasta qué punto te sueles involucrar en el desarrollo de esas series? ¿Te gusta trabajar en ese campo?
TRONDHEIM: En el caso de La Mosca, co-escribí 20 episodios. Con Kaput y Zösky, la productora lo hizo todo. En Cuéntame, soy el supervisor del guión de las dos temporadas que se han producido. Pero no lo considero mi trabajo principal. Prefiero los cómics. No tengo ningún deseo de convertirme en una estrella del cine o la televisión. Me encanta poder hacer libre uso de mis propias habilidades.
WIVEL: Podemos de hablar de otro de los medios típicos. Tus cómics claramente demuestran que eres un gran fan de los videojuegos. ¿Te han influido mucho? ¿Ves alguna posible confluencia con tus cómics?
TRONDHEIM: No.
WIVEL: ¿Es algo que te gustaría experimentar en el plano creativo?
TRONDHEIM: No. No es mi campo. Te lo puedes pasar muy bien con un rotulador y una hoja de papel barata.
EL CONTINUO DE MIS CIRCUNSTANCIAS
WIVEL: Pasemos a la última área importante de tu obra sobre la que aún no hemos hablado: tus cómics autobiográficos. Empezaste bastante pronto, con los seis Approximate Continuum Comix que publicó Cornélius entre 1993 y 1994, y que después se recopilaron en Mis Circunstancias. ¿Qué te motivó en ese momento para hacer cómics autobiográficos?
TRONDHEIM: En realidad no intentaba hacer una historia autobiográfica. En esos cómics quería presentarme como un personaje y mezclarlo con pequeñas historias ficticias. Pero me topé con un montón de cosas que quería expresar, y que en cualquier caso, necesitaba expresarlas haciendo de paso un poco de labor terapéutica auto-reflexiva.
WIVEL: ¿Por qué publicaste Approximate Continuum Comix con Cornélius y no con L´Association? Menu y David B. hicieron lo mismo en las series en formato comic book que editaron en esa misma época...
TRONDHEIM: Fue porque en ese momento, Jean-Louis Guathey [de Cornélius] me sugirió que hiciese una serie en forma de comic book. Y eso no me evitaba publicar al mismo tiempo en L´Asso, al menos ese era el caso de David y el mío. Además, L´Association no solía editar series periódicas de ese tipo. Lo intentamos con Logique de guerre comix [un número en 1990], y luego hice Lapin en su lugar, que tenía un formato mucho más parecido al de un libro.
WIVEL: Fue un período muy importante para los cómics autobiográficos, primero en norteamérica, para más tarde empezar a aparecer por todas partes, también en Francia. ¿Sentías que formabas parte de alguna especie de movimiento? ¿Era la autobiografía algo que se consideraba en ese momento el más "alternativo" de los géneros?
TRONDHEIM: Siempre ha existido un género alternativo en el cómic. En el caso de la literatura, hace poco he escuchado que más o menos el ochenta por ciento de lo que se publica es, o bien biografías o bien autobiografías. Es normal que los cómics vayan un poco rezagados, por detrás de la literatura.
(Continuará)
WIVEL: Cuando no dibujáis vosotros los álbumes, ¿les pasáis a los dibujantes bocetos apresurados?
TRONDHEIM: Primero les preguntamos si quieren trabajar con un guión abocetado. Suelen aceptar, lo que nos parece bien, porque mientras estamos dibujando cómics, a la vez también estamos guionizando. En caso contrario tendríamos que teclear todo el guión, lo que me parece bastante tedioso.
WIVEL: ¿Son muy detallados vuestros bocetos?
TRONDHEIM: Se parecen mucho a estos [se refiere a una página abocetada]. Pero siempre les digo a los dibujantes que tienen libertad de rediseñar las viñetas como quieran, y cambiar las transiciones ellos mismos. En mi caso, el diseño que hago al principio es una forma de clarificar las cosas.
SOBRE LA ENTROPÍA
WIVEL: ¿Cómo te las has arreglado para hacer evolucionar la saga de La Mazmorra? Puede cambiar mucho, pero sigue siendo coherente.
TRONDHEIM: En su momento había, y todavía siguen existiendo, un montón de cómics de espada y brujería. Uno de nuestros objetivos era crear un universo coherente donde pudiésemos utilizar una fórmula clásica (como la de La Búsqueda de un objeto) y luego pasar a subvertirlo todo. No teníamos por qué parodiarlo, sino que intentábamos conseguir algo menos grandilocuente, lo que en ese entonces era como una especie de norma. Y poco a poco, con la ayuda de nuestros amigos artistas, empezamos a usar la serie como un caballo de Troya para introducir enfoques gráficos inusuales en el género. Fue algo así como un tiro a ciegas, porque nos estábamos arriesgando a que los fans del género de espada y brujería rechazaran la serie por culpa de unos dibujos que podían no gustarles, mientras que también podíamos estar alejando a los fans de los dibujantes de la obra porque no les gustaba el género.
WIVEL: Aún intentando subvertir más o menos el género, el universo de La Mazmorra me parece bastante fiel a las grandes historias de fantasía: comunica esa sensación de escala épica, y también de oscuridad. Incluso por su visión apocalíptica.
TRONDHEIM: Pero también es bastante irónica, algo que suele ser raro en el género.
WIVEL: Si, pero también es una obra muy próxima al género. ¿Qué es lo que querías comunicar?
TRONDHEIM: Si te soy honesto, no quería comunicar nada. Se podría decir que es una transposición de nuestro mundo, de nuestra sociedad, de nuestras relaciones humanas. Pero en realidad, es algo que Joann y yo hicimos para divertirnos.
WIVEL: Lo siento, esa pregunta estaba bastante mal formulada. Lo que te quería preguntar era: ¿qué querías hacer con el género de fantasía? Me parece que tenías pensada una historia épica que necesitabas contar, pero al mismo tiempo la insuflaste de una buena cantidad de humor y detalles cotidianos, especialmente en Zenith, que en mi opinión posee más humor que las otras sagas. ¿Hasta qué punto te preocupaba la coherencia entre cada una de las series?
TRONDHEIM: Lo más importante es que cada álbum sea coherente y se pueda leer por sí mismo. Así que puede haber tomos más cómicos, y otros más oscuros. Pero cada uno tiene que ser creíble en el universo y el marco temporal de Terra Amata. Cuando estás trabajando en una línea temporal de más o menos cien años, el elemento épico aparece de forma automática, por lo que la coherencia es mucho más importante. Si, puede que los patos lleven espada, y los monstruos aparecen de repente cuando se los invoca, pero es importante que nos demos cuenta de inmediato de si estamos volviendo a utilizar algo que ya habíamos hecho antes o no, y saber si lo que hacemos está justificado para contar la historia. No queremos piratearla y provocar un gran desastre que sea difícil de recomponer.
WIVEL: En Terra Amata no parece haber ninguna religión, lo cuál, dado las diversas temáticas de la serie, me parece bastante sorprendente. ¿Por qué no queríais religión en vuestra historia?
TRONDHEIM: No, no... hay muchas religiones. Pero tampoco hablamos demasiado sobre el tema. Y no lo hacemos porque a la gente ya se le presentan muchos problemas por la forma que tienen de actuar en este mundo.
WIVEL: Aunque hay un buen equilibrio entre lo burlesco y lo gracioso, el universo de La Mazmorra es fundamentalmente sombrío, incluso fatalista. Parece como si el apocalipsis fuese algo que va a ocurrir de todas formas, y la mayoría de los personajes actúan de forma corrupta muy a su pesar. Por supuesto, ahí tenemos a Herbert, pero también a Marvin, con su naturaleza asesina, y luego está Jacinto, que se da cuenta de cómo su idealismo se va desvaneciendo según va aumentando cada vez más su poder. Incluso algunos personajes menores, como el protagonista de Monstruos dibujado por Killoffer ["Las profundidades", 2003], tiene que enfrentarse a una situación parecida. ¿Hay algún concepto general o una filosofía básica en el universo y el aliento épico de La Mazmorra?
TRONDHEIM: El mundo de La Mazmorra es un mundo que se dirige hacia el caos. Es como si de la Ilustración se pasara al mundo de Conan, el Bárbaro. Más que cualquier otra cosa, la historia de Terra Amata tiene mucho que ver con la entropía. En su mayoría, porque nosotros mismos no somos más que Cromañones armados con bombas atómicas y armas biológicas en lugar de palos.
WIVEL: Como has mencionado, Zenith es un poco más ligera y humorística que las otras series. ¿Es porque la dibujas tú, o es una elección natural, porque tal y como ocurre, describe el momento álgido de La Mazmorra?
TRONDHEIM: Empezamos con esa porque queríamos que la historia tuviese una textura realista, aunque teníamos que contrarrestarla con alguna otra cosa. La vida no solo es de color de rosa, ni tampoco es siempre una penuria. A veces nos reímos, otras lloramos. Todo surgió de forma muy natural.
WIVEL: Aunque habías hecho otras obras parecidas, parece que La Mazmorra es la más pesimista de todas tus series. ¿Te consideras una persona pesimista, o es en realidad Sfar quien aporta esa perspectiva a la historia? ¿O quizá solo es una forma particular de encarar la saga?
TRONDHEIM: No. Sencillamente, las cosas ocurrieron de esa forma. Es indudable que nos permitimos hacer cosas diferentes porque tengo a otro autor que me está respaldando. También es probable que si hubiese hecho solo la serie, nunca me hubiese atrevido a hacer algunas cosas.
SERIES PARA TODOS
WIVEL: Hablemos sobre tus cómics para niños. La mayoría de las series sobre las que hemos hablado están hechas exclusivamente para adultos, o al menos para un público adolescente...
TRONDHEIM: Siempre he intentando hacer obras para todo el mundo, que puedan leer tanto los niños como la gente de más edad, cada uno en su momento. Odio los libros para niños que se dirigen a ellos como si fuesen bebés. Los niños sienten curiosidad por el mundo que los rodea. Si ven o leen algo que no entienden, no es necesario espantarlos, porque se sienten intrigados, y volverán a intentar ahondar sobre el tema, creciendo durante el proceso. Recuerdo mucho más claramente las misteriosas y enigmáticas experiencias de lectura que tuve de niño que las cosas prefabricadas para críos que cayeron en mis manos.
WIVEL: Desde que empezaste a contribuir en todas esas series a las que se ha catalogado con el término bastante dudoso de "nueva bande dessinée"...
TRONDHEIM: Odio ese término, lo de "la Nueva Bande Dessinée". Como si este tipo de cosas no hubiesen existido antes... Como si Crumb, Eisner, Herriman, Fred y Moebius no hubiesen existido y nosotros lo hubiésemos inventado todo.
WIVEL: Estoy totalmente de acuerdo, pero como es el término que se está aplicando a todos estos álbumes innovadores publicados en formato tradicional, al menos refleja lo que una buena parte del público piensa sobre el tema. Te lo he nombrado porque me parece que estos tomos contienen historias para adultos y adolescentes que ahondan en géneros y formatos que tradicionalmente sus autores leían en los cómics realizados para niños de su infancia.
TRONDHEIM: Mi público se reduce a una sola persona. Yo. Y también a la gente con la que suelo colaborar, cuando no trabajo solo para mí. Después están los lectores, los que echan un vistazo por encima de mi hombro para ver con lo que me estoy divirtiendo tanto, y que son gente de todo tipo, de todas las edades... Hay niños de diez años que leen La Mazmorra. No lo entienden absolutamente todo, pero les gusta.
WIVEL: Pero aunque no estén escritas con un propósito concreto, en tus series se puede observar cierto grado de nostalgia y auto-reflexión, ¿no es un poco como volver a tus lecturas de juventud?
TRONDHEIM: Puede que en el caso de Lapinot. Para mí son historias como las de Carl Barks, pero para un público ligeramente mayor. Quería volver a capturar el placer de leer las historias del Tío Gilito y el Pato Donald, pero con un poco más de madurez. ¿Será esto cosa de la nostalgia?
WIVEL: No necesariamente, pero sigue habiendo una gran diferencia entre las series de Cuéntame, El pequeño Papá Noel, y La Mazmorra Monstruos, o por supuesto, de El Rey Catástrofe. ¿No son cómics concebidos para los niños que los adultos también pueden disfrutar?
TRONDHEIM: Por supuesto. Pero los adultos pueden leerlos sin aburrirse, o incluso puede que se diviertan. Hacer libros para adultos que los niños también puedan leer persigue el mismo principio que hacer libros para niños que también podrían leer los adultos.
WIVEL: ¿Trabajar en este tipo de material tiene algo que ver con que tus hijos hayan cumplido los años en los que empiezan a interesarse por la lectura?
TRONDHEIM: Coincide absolutamente con el momento en el que he tenido que comprar libros para mis hijos y leerlos con ellos. Como no soy un manitas y no soy capaz de fabricar ningún juguete, muebles o zapatos, en su lugar hago cómics para ellos. Un físico nuclear fabricaría bombas atómicas para sus hijos. Seguro que lo apreciarían un montón.
WIVEL: ¿Te han dado algún consejo? ¿Te han enseñado sus reacciones algo útil con lo que poder trabajar?
TRONDHEIM: No del todo. Tengo problemas para aceptar los consejos que me dan esos mocosos.
WIVEL: ¿Hasta qué punto has tenido que cambiar el enfoque cuando te has puesto a crear series para un público más joven?
TRONDHEIM: Como he dicho antes, fue algo que me abrió muchas más posibilidades. Como los niños están abiertos a todo lo novedoso, he empezado a transitar caminos por los que los adultos suelen dudar en adentrarse.
HISTORIA DE DOS CIUDADES
WIVEL: Tu obra junto a Fabrice Parmé sigue siendo una de las más sustanciales colaboraciones de toda tu carrera. ¿Cómo empezó todo?
TRONDHEIM: Me preguntó si podíamos colaborar juntos en algo, y le dije que sí. Pero mejor le interrogas a él para que te de los detalles. Mi memoria flaquea. Él casi tiene hipermnesia y es capaz de recordar lo que dibujó el mismo día que nos conocimos.
WIVEL: Tu primera colaboración fue Venecia, una comedia "screwball" situada en dicha ciudad en el S. XVI. ¿Cómo se os ocurrió algo así?
TRONDHEIM: Como Parmé y yo tenemos nombres de ciudades, pensamos que sería divertido hacer un álbum con el nombre de una ciudad como título. Y como la Venecia de esa época fue un lugar de intercambio comercial y el centro de la diplomacia internacional, nos preguntamos si podría servirnos como localización apropiada para hacer historias que nos cautivasen.
WIVEL: Como soy un Veneciófilo, me pregunto en qué época exacta tiene lugar vuestra historia. El duque que aparece en el cómic se parece a Leonardo Lorenda, pero se refieren a él por el nombre de su sucesor, Grimani.
TRONDHEIM: El nombre del duque es el verdadero nombre del duque de la época. De hecho, no sé mucho más sobre él. La historia debe transcurrir en 1520 o algo así. Deberías preguntarle a Fabrice Parmé... yo solo busqué la información: Grimani fue el sucesor de Loredan, duque entre 1521 y 1523. Y eso es todo.
WIVEL: ¿Crees que es importante atenerte a los hechos históricos?
TRONDHEIM: Me leí un libro sobre Venecia, sobre todo para saber cómo se gobernaba la ciudad. Y además quería conocer qué países tenían tratos entre ellos en la época. El resto es pura ficción.
WIVEL: ¿Esa serie ya ha finalizado?
TRONDHEIM: Si, porque Fabrice se pasó 16 meses dibujando el único álbum, y para él no era económicamente sostenible.
WIVEL: ¿Cómo se os ocurrió la serie de El Rey Catástrofe?
TRONDHEIM: Fabrice me presentó la idea básica, que había desarrollado antes junto a un amigo suyo que trabaja en el campo de la animación, Fabrice Fouquet, de la revista Spirou. Me preguntó si estaría interesado en rediseñar los conceptos y escribir los guiones. Para evitar sobrecargarlo, como había ocurrido con el tomo de Venecia, decidí hacer historias de diez páginas.
WIVEL: Es una serie que se me antoja que se podría alinear en la misma tradición de las historias de diez páginas de Carl Barks, pero por supuesto, utilizando historias populares y otros elementos parecidos como núcleo. Parece como si las historias estuviesen estructuradas en ese sentido. ¿Trabajaste a partir de presupuestos como los que estoy enumerando?
TRONDHEIM: Me concentré especialmente en los finales, en los desenlaces. Por lo tanto, era bastante raro que se me ocurriesen en el último minuto, pero me pasó alguna vez. El concepto del rey niño existe de antes, pero siempre resulta divertido trabajar a partir de una temática o a partir de ciertas restricciones que impone el tema escogido, e intentar reinterpretar las cosas de una forma diferente a como se ha hecho antes.
WIVEL: ¿Qué es lo que le aporta Parmé a tus historias? ¿Cómo son vuestras dinámicas a la hora de colaborar, y por qué crees que funcionan tan bien?
TRONDHEIM: Sus dibujos me recuerdan mucho a los cartoons animados de los cincuenta de la Warner Brothers y la UPA, y un poco menos a Carl Barks. Siempre intento hacer algo que resulte sorprendente y que funcione bien en el aspecto visual. Y como Fabrice se ha amamantado en esta escuela de los dibujos animados norteamericanos, es algo que surge de forma muy natural.
WIVEL: Uno de los desafíos que puede presentar Adalberto, el Rey Niño, es intentar equilibrar sus tendencias tiránicas y hacer que el personaje caiga simpático. ¿Qué opinas?
TRONDHEIM: Ese es el equilibrio que siempre intento conseguir. ¿Cómo hacer que caiga simpático un personaje que en esencia no puede serlo? Lo mismo ocurre con Kaput y Zösky, donde hay que enfatizar su idiotez y rodearlos de personajes mucho peores que ellos para conseguir que parezcan más agradables. En el caso de Adalberto, se trata de no perder la perspectiva del niño, intentando mantener el elemento naif del personaje.
WIVEL: Varios de tus tebeos para niños se han convertido, o están en proceso de hacerlo, en dibujos animados: El Rey Catástrofe, Cuéntame, Kaput y Zösky... ¿Hasta qué punto te sueles involucrar en el desarrollo de esas series? ¿Te gusta trabajar en ese campo?
TRONDHEIM: En el caso de La Mosca, co-escribí 20 episodios. Con Kaput y Zösky, la productora lo hizo todo. En Cuéntame, soy el supervisor del guión de las dos temporadas que se han producido. Pero no lo considero mi trabajo principal. Prefiero los cómics. No tengo ningún deseo de convertirme en una estrella del cine o la televisión. Me encanta poder hacer libre uso de mis propias habilidades.
WIVEL: Podemos de hablar de otro de los medios típicos. Tus cómics claramente demuestran que eres un gran fan de los videojuegos. ¿Te han influido mucho? ¿Ves alguna posible confluencia con tus cómics?
TRONDHEIM: No.
WIVEL: ¿Es algo que te gustaría experimentar en el plano creativo?
TRONDHEIM: No. No es mi campo. Te lo puedes pasar muy bien con un rotulador y una hoja de papel barata.
EL CONTINUO DE MIS CIRCUNSTANCIAS
WIVEL: Pasemos a la última área importante de tu obra sobre la que aún no hemos hablado: tus cómics autobiográficos. Empezaste bastante pronto, con los seis Approximate Continuum Comix que publicó Cornélius entre 1993 y 1994, y que después se recopilaron en Mis Circunstancias. ¿Qué te motivó en ese momento para hacer cómics autobiográficos?
TRONDHEIM: En realidad no intentaba hacer una historia autobiográfica. En esos cómics quería presentarme como un personaje y mezclarlo con pequeñas historias ficticias. Pero me topé con un montón de cosas que quería expresar, y que en cualquier caso, necesitaba expresarlas haciendo de paso un poco de labor terapéutica auto-reflexiva.
WIVEL: ¿Por qué publicaste Approximate Continuum Comix con Cornélius y no con L´Association? Menu y David B. hicieron lo mismo en las series en formato comic book que editaron en esa misma época...
TRONDHEIM: Fue porque en ese momento, Jean-Louis Guathey [de Cornélius] me sugirió que hiciese una serie en forma de comic book. Y eso no me evitaba publicar al mismo tiempo en L´Asso, al menos ese era el caso de David y el mío. Además, L´Association no solía editar series periódicas de ese tipo. Lo intentamos con Logique de guerre comix [un número en 1990], y luego hice Lapin en su lugar, que tenía un formato mucho más parecido al de un libro.
WIVEL: Fue un período muy importante para los cómics autobiográficos, primero en norteamérica, para más tarde empezar a aparecer por todas partes, también en Francia. ¿Sentías que formabas parte de alguna especie de movimiento? ¿Era la autobiografía algo que se consideraba en ese momento el más "alternativo" de los géneros?
TRONDHEIM: Siempre ha existido un género alternativo en el cómic. En el caso de la literatura, hace poco he escuchado que más o menos el ochenta por ciento de lo que se publica es, o bien biografías o bien autobiografías. Es normal que los cómics vayan un poco rezagados, por detrás de la literatura.
(Continuará)
2 comentarios:
Félix Frog2000, permiteme que no comente el texto y aproveche los comentarios para pasarte una entrada de Warren Ellis que no soy capaz de enteder. Por si te quedas sin material.
cómo siempre, gracias por todo el material que regalas.
Un saludo
http://www.warrenellis.com/supers/
Gracias, esta misma semana, traduzco.
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