Una serie de artículos que he ido escribiendo en facebook durante el confinamiento.
A pesar de que el adjetivo "bizarro" nos puede parecer un sinónimo de "atroz", no nos olvidemos que según la R.A.E. significa "atrevido", "valiente", "generoso" o "espléndido". Sin embargo, es en Estados Unidos donde tiene el significado que nos gustaría que significase en nuestro idioma: "muy extraño e inusual". Y por eso, la colección Aventuras Bizarras está bautizada con una precisión de láser, pues quizá fuese uno de los grandes y más extravagantes magazines de la editorial Marvel. Y eso que tenía sus competidores, tanto dentro como fuera de la compañía neoyorquina. Al principio no se llamaba de esa forma. La gaceta (en riguroso blanco y negro) arrancó como Marvel Previews, y la editó "Magazine Management" durante los diez primeros números. Magazine Management no era sino la propietaria legal de Marvel, aunque pertenecía a su vez al entramado de sociedades de la Cadence Industries, y era el sello predilecto para las publicaciones en blanco y negro de Marvel. Se supone que el astuto Martin Goodman llevaba haciendo funcionar la marca al menos desde 1947 para imprimir principalmente revistas "para caballeros" con nombres atrevidos como "For Men Only", "Male", "Bachelor", "Stag" y, ejem, "Swank", Pero no era el único comodín que le quedaba en la cartera al primo político de Stan Lee. Otra firma muy activa en los setenta fue Curtis, distribuidora de los cómics y otras revistas del empresario. Como ya comenté en las dos partes del artículo donde explicaba la relación en sus inicios entre el cómic norteamericano y la mafia (en Karate Press números 0 y 1. Sí, es auto-bombo), el dueño de la futura Marvel solía fundar varias compañías seudo-ficticias (en EEUU las llaman "shell companies"), donde publicaba todo tipo de papel impreso (librillos de chistes, manuales "how to", novelas pulp, revistas de erotismo, magazines de porno blando, comic-books, álbumes de cromos, revistas de porno duro), para luego espolvorearlo todo con esa magia fiscal que tan bien se les da a algunos contables.
Así que "Marvel Preview" empezó publicándose en una de las compañías-escudo administrada por Goodman. La motivación para lanzar otra revista era contener el avance de las publicaciones en blanco y negro de la competencia, principalmente la Warren, con sus exitosas Creepy o Eerie, sin olvidarnos del plato fuerte de la casa de James Warren, Vampirella, pero también el insurgente movimiento "ground-level", una nueva filosofía para hacer cómics a medio camino entre el underground y el mainstream ejemplificada en la revista de cabecera de este movimiento de tebeos para-adultos-pero-no-tanto Star Reach. Además, servía para sacar todo el material producto del descontrol editorial, con un sinfín de editores que solicitaban más historias de las que podían absorber sus publicaciones, o que daban trabajo a sus amigos, y que se metía ipso facto en el archivo nada más ser entregado, por lo que las estanterías donde se almacenaban las historias no publicadas estaban a punto de reventar. En "Marvel Preview" aparecieron autores que en ese momento se encontraban trabajando en la empresa, la mayoría muy potentes, y se dio el caso de que las primeras historias con el famoso equipo de la mejor Patrulla-X, John Byrne, Chris Claremont y Terry Austin, hicieron sus pinitos allí, en las historias de "Star-Lord". También aportaron su genio Archie Goodwin, Ralph Macchio, Roger Stern o Marv Wolfman. Felizmente, se presentaron grandes personajes como Blade, Satana o Dominic Fortune, todos con el toque urbano-social que demandaba la cultura popular de un país que afrontaba un futuro lleno de dudas tras la debacle Nixon o la primera crisis del petróleo, sin renunciar al esparcimiento más lúdico, aventurero y repleto de acción. "Marvel Preview" cambió de título a la altura del número 25, publicado en 1983, hasta que llegó su final en el número 34 (¡impreso en una desacostumbrada cuatricomía!). Tanto "Marvel Preview" como "Bizarre Adventures" mantuvieron una periodicidad errática, oficialmente bimestral, pero de eso, nada: tres números en 1975, seis en 1976, tres en 1977, etcétera. Su reputación como "catálogo" o "muestrario" de la Marvel era de lo más apropiado. La revista sobrevivió a otros experimentos similares como "Marvel Super Action", "Vampire Tales", "Unknown Worlds of Science Fiction", los diversos "Giant Size", "Masters of Terror", a todos excepto a los "exploit" de Conan, adentrándose tímidamente en los ochenta. Los peregrinos motivos para cambiar el nombre los contaba el editor de esa última etapa, Lynn Graeme, en un posfacio del primer número de "Bizarre Adventures": "el primer magazine en el que empecé aquí en Marvel fue en el MARVEL PREVIEW nº 20, donde se reimprimieron algunas historias excéntricas. Al intentar pensar en un título para ese número, me concentré en dar con algo que prometiese excitación y originalidad. Finalmente, me decidí por BIZARRE ADVENTURES. No solo hice que Bizarre Adventures le gustase a los lectores (a quienes por lo general, y muy comprensiblemente, les suelen gustar las reimpresiones), sino que además ha seguido vendiendo lenta y constantemente un año después de su publicación. Por lo que, por supuesto, me quedé muy agradecido cuando el Editor Jefe Jim Shooter me sugirió renombrar "Marvel Preview"... ¡como Bizarre Adventures!"
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